La crísis
Es verdad que las cosas andan cada vez peor en nuestro país. Es cierto que para la violencia callejera de octubre del 2019 muchísimos chilenos compraron los cuentos de hadas, que los líderes de opinión nos estuvieron machacando por la prensa. También es cierto que muchos creyeron que los "jóvenes idealistas" que salieron a hacer destrozos eran víctimas y se merecían una pensión vitalicia en compensación por su sufrimiento.
Otra cosa cierta es que en las últimas elecciones presidenciales una mayoría, aunque pequeña, del electorado que fue a votar pensó que había que dar una oportunidad a los jóvenes del Frente Amplio y a Boric, pese a las muchas luces de alarma que debieron prenderse con un presidente que, cuando joven, hurtaba en los supermercados y que reprobó dos veces seguidas su exámen de grado con nota cercana al mínimo.
Otra cosa que nadie podría negar es que apenas empezaron a gobernar estos jóvenes idealistas se mostraron igual de ladrones, corruptos y nepotistas como en los gobiernos de Bachelet. Qué digo, estos fueron peores porque agregaron el descaro y la petulancia a su profunda naturaleza corrupta.
Entre las angustias nacionales la peor es la explosión de delincuencia importada desde Colombia y Venezuela culpa de la estúpida codicia de Bachelet, pero agravada por un gobierno de delincuentes que odian la ley y la policía ¿cómo un gobierno de delincuentes podría controlar la delincuencia? Es ridículo pensarlo.
Es muy difícil cerrar los ojos y negar que el gobierno de Boric ha sido incapaz de gobernar, los escándalos y actuaciones bufonescas del presidente, las políticas y declaraciones tan pretenciosas como tontas que han hecho arrancar a los inversioniatas.
Si hay algo que la gente cuida es su capital y cuando unos mamarrachos tienen poder para perjudicar inversiones eso pone alas en los pies de los inversionistas, no importa lo que dicen sino lo que hacen y lo que están haciendo los inversionistas hoy es esconder su plata o sacarla al extranjero.
Para la Unidad Popular recuerdo que hubo mucha incompetencia, ignorancia y prepotencia, en eso Boric y su gente cumplieron el deseo declarado de "ser los sucesores de Allende". Don Américo Zorrilla era un obrero tipográfico, que no había pasado ni por la puerta de una universidad, pero fue nombrado ministro de hacienda, porque ese era el cupo del Partido Comunista y el era tesorero del partido.
Casos similares fueron muy frecuentes durante la Unidad Popular, sin embargo ningún escándalo importante de robo, fraude al fisco o enriquecimiento ilícito estalló en esos años, pequeñas y medianas raterías, claro, pero nada que se acercara al MOP-Gate de Lagos o al actual fraude de las fundaciones de Revolución Democrática,
"Podemos meter las patas, pero no las manos" dijo el Chicho, aunque nunca explicó de donde sacó el millón de dólares para comprarle el "Clarin" a Volpone ni como adquirió la Radio Portales en otra gran suma. Al menos tuvieron la habilidad para usar testaferros y ocultar sus fraudes, que tampoco fueron demasiados.
Pero a partir de Ricardo Lagos hasta hoy los gobiernos de izquierda han metido las patas y las manos por partes iguales, Lagos trajo la corrupción masiva a Chile, Bachelet y los actuales merluzos fueron buenos alumnos de ese maestro. Lo peor es la desfachatez con la que han actuado, que está provocando una indignación contra los políticos que -como caldera de vapor- va presionando cada vez más.
Los criticones
En respuesta a tanto estropicio ha empezado una moda que se está convirtiendo en epidemia: la de los criticones. Y es que nunca antes -desde que tengo memoria- había sido tan fácil criticar en Chile, porque nunca habíamos tenido la combinación esta incompetentes y ladrones gobernando.
La lógica frente a la situación que estamos viviendo sería que la gente se vuelva contra el asqueroso gobierno y se organizaran para botarlos a patadas en la elecciones. Se supone que en democracia las elecciones son para eso, para botar y reemplazar a los que no nos sirven,
Pero el ser humano no es lógico, menos en Chile, y en lugar de aglutinarse en un gran movimiento opositor destinado a cortarle las manos -políticamente hablando- a los actuales ladrones, solo atinan a dividirse en peleas mezquinas, donde cada mediocre se cree con el mejor derecho para tomar el reemplazo y así se dedican a sacar agua para su propio y miserable molino.
Por eso vemos a personajes como Tomás Mosciatti, que arroja vitriolo en ácidas críticas contra el gobierno y su gente, lo divertido es que critica con la misma crueldad -y mezquindad- a la oposición, de ese modo se asegura de quedar más o menos bien con todos y hacer gala de una supuesta imparcialidad.
No le veo nada malo a criticar al gobierno, a la oposición y hasta el gato si la intención es que mejoren las cosas, pero los criticones como los hermanos Mosciatti y muchos otros son demagogos que buscan publicidad y provecho personal.
Porque jamás han propuesto ni una sola idea constructiva o siquiera factible para arreglar las situaciones que critican ¡no les interesa que se soluciones los problemas porque viven y prosperan de ellos! Lo mismo hacen todos los mamarrachos que aparecen en los matinales criticar, indignarse como eunucos pero sin llegar a mojarse el potito con alguna solución, jamás.
La fiebre de criticones, indignados y moralistas extremos se está convirtiendo en una peste peor que el Covid, una epidemia perniciosa porque nos engaña de la manera más sutil, porque nos lleva a aplaudir y canonizar a estos hipócritas cada vez que alguna de sus críticas coincide con nuestras ideas.
La gente es tan estúpida, me recuerdan a Shylok el judío que endiosaba a los jueces cuando creía que le daban la razón y los maldecía cuando lo perjudicaban. La gente tontamente no se da cuenta que lo de estos tipos es solo demagogia eunuca, trabajan para su propio provecho.
Bueno, y yo se que más de uno estará pensando lo mismo sobre esta entrada ¿no estoy yo mismo haciendo una crítica eunuca en esta entrada? ¿una meta-crítica? Puede ser, así es que mejor me callo, hasta aquí nomás lo dejo. Hasta mañana
Tomas, mientras estas ratas eran pobres sin poder, no tenían las oportunidades para robar; bajo estas circunstancias era muy fácil condenar la corrupción ajena.
ResponderBorrarEn defensa se Mosciatti, no veo otra fuente de información donde se atreve de publicar los acontecimientos escandalosos de este gobierno. Y no es necesario proponer soluciones para los multiples males que afecta a Chile, basta volver a una version aggiornado de las ideales Portalianos, en vez de el nefasto populismo de ahora.
Ah, me olvide desearles a Ud. y familia una muy feliz año nuevo. Ojala que sea mejor que el anterior.
Borrar¡Feliz 29024 también para ti Juan! yo tuve un 2023 extraordinariamente bueno, dudo que pueda superarlo este año, que venga muy bueno para ti también.
BorrarEs cierto que no cuesta ser moralista cuando no tienes la oportunidad de robar y es lo que pasó con los merluzos, pero aprendieron extraordinariamente rápido, apenas pudieron se convirtieron en ladrones expertos!
Te saltaste un par de siglos tocayo, je je.
Borrarjajaja ¡es mi disteclia! Saluti tocayo!
BorrarLos merluzos se portaron como gato cuidando la carniceria, cometieron todas las torpezas posibles para robar, (les falto consejo de viejos radicales o DC),pero han aprendido y estan un poco mas cuidadosos pero con casi el sentido de urgencia del comienzo. Donde no han variado en nada, es en que les importa un rabano, eso es nuevo, radicos, DC o sociolistos, se vergonzaban al ser sorprendidos y trataban de disimular; estos ladrones de hoy creen que es su derecho basico y se instalan en negacion aunque los pillen sacando los billetes
ResponderBorrarYo creo que ese descaro, de creer que hagan lo que hagan siempre se van a salir con la suya es lo que genera más odio en las personas comunes y corrientes- Es algo nuevo, que nunca antes se había visto en la política aunque se empezó a vislumbrar a partir de Lagos y Bachelet
BorrarAunque se refiere a la contingencia nacional, el asunto se aplica en todos los ámbitos y por las mismas razones. La gente inexorablemente se pone más crítica con el paso de los años y más cuando objetivamente las cosas son peores que antes, a lo cual si sumamos que cada vez más hay más viejos que jóvenes, es el caldo de cultivo perfecto para ponerse criticones.
ResponderBorrarSi, en todo tiempo y en todo lugar pasa lo mismo. Esa idea se la escuché a Carlos Cardoen en una entrevista que le hicieron, decía que todo el mundo critica y critica pero nadie mueve un dedo para solucionar los problemas, cuanta razón!
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