No estaba muerto

 Andaba de parranda. La verdad es que llegaron unos amigos de este Club del Ocio desde los Estados Unidos y les estaba mostrando la ciudad. 

Resultó una sorpresa muy agradable conocerlos ya que compartíamos muchos intereses y me encontré que incluso habíamos leído los mismos libros. Estuvimos dando vueltas por la ciudad y lo pasé muy bien conversando con ellos.

Arica perdió su mojo
Lo más extraordinario es que me di cuenta la cantidad de atractivos que hemos ido perdiendo desde el año 2011 -cuando dejé de actualizar mi página Arica in a Nutshell- hasta el día de hoy. Es increíble como han desaparecido cosas que eran tan atractivas para turistas y locales.

Por ejemplo una de las cosas más interesantes era el viaje por la carretera 11-CH a nuestros valles precordilleranos y al altiplano. Nos asomamos al camino por el Valle de Lluta y estaba repleto de camiones bolivianos que -sumado al mal de altura- hacen de ese viaje una actividad de alto riesgo. Sin mencionar la basura botada por los camiones que llena los bordes del camino. 

Recordaba como hubo una época donde la visita al Lago Chungará era nuestro principal atractivo turístico y  el Paseo Bolognesi estaba llena de pequeñas agencias de turismo que hacían ese viaje. Nunca les faltaron clientes, hasta que una seguidilla de accidentes causados principalmente por el alto tráfico de camiones terminó con todo ese negocio.

La Isla del Alacrán, otro paseo imperdible de la noche, está cerrada hace años y por alguna bizarra decisión municipal, ya no se puede ir a dar una vuelta por ella en auto porque cerraron el acceso. Supongo que el Alcalde no quiere a Arica, y le importa un comino haber eliminado una de las más entrañables actividades de la ciudad, tal como la describí en mi Autopsia del Ariqueño Neto:

"Con la Isla en el Corazón
El ariqueño neto comienza a ir a la Isla del Alacrán desde su más tierna infancia. A los dos o tres años, cada mes de septiembre el abuelo lo lleva a encumbrar volantines o a pasear los domingos en la tarde, hasta que entra a la escuela.
En la escuela primaria todo el curso se va a la Isla a hacer "trabajos" que consisten en recoger agua podrida, llena de bichos a orillas de las rocas para luego examinarlos en la clase de ciencias naturales.
Cuando llega a la secundaria a veces se arranca de clases para "hacer la cimarra" con sus mejores amigos y se van a fumar los primeros cigarros y a soñar despiertos entre los tetrapodos.
Pasados los quince se las arregla para que el viejo le pase las llaves del auto, o bien le compre una peligrosísima scooter y comienza a frecuentar la Isla los fines de semana en la noche, donde se amanece tomando sus primeras cervezas, conversando con los amigos y chequeando a las minas.
Durante los años de la universidad o sus primeros trabajos, la Isla se convierte en un santuario de fin de semana donde se rinde culto a la amistad y se hacen copiosos sacrificios al Dios Baco, muchas veces quedándose hasta el amanecer. Allí es donde se consolidan las más fuertes amistades que, si tiene suerte, lo perseguirán por el resto de su vida.
Luego se casa y llega los fines de semana, pero esta vez en auto propio, a juntarse con sus amigos y las mujeres de sus amigos. Solo cambian los tragos porque se siguen conversando las mismas tonteras y diciendo los mismos chistes, una y otra vez.
Finalmente el ariqueño neto envejece ¿y adonde va los domingos? ¡lleva a sus nietos a encumbrar volantín a la Isla pues!. Con esto se cierra el ciclo.
No debe extrañar entonces que el ariqueño neto lleve a la Isla del Alacrán incrustada en su corazón, es lo más natural".

Todo esto los perdimos gracias a unos canallas que hemos tenido en la alcaldía partiendo por el inútil Salvador Urrutia hasta el actual. Estos individuos que nos quitaron tanto deberían ser considerados apátridas, personas no gratas y condenados al ostracismo.

Tampoco pude llevarlos al Paseo 21 de Mayo, que con su antigua vida de cafés en las calles se había convertido en una especie de living de la ciudad, donde todos íbamos a dar una vuelta, tomábamos un café y nos encontrábamos con los amigos. Esto también se perdió para siempre con la muerte de los cafés; después de las restricciónes del Covid, el Paseo nunca se recuperó.

Es increíble como se ha arruinado la calidad de vida en la ciudad, con todo el mundo moviéndose en auto de un lugar a otro, estamos lejos de ser la deliciosa slow city que éramos hace una década. Creo que el turismo y los principales atractivos de la ciudad están muertos. Arica perdió su mojo, como diría Austin Powers.

Aunque un par de cosas se han salvado. El paseo al Morro aún vale la pena y almorzamos un buen ceviche de corvina -yo comí uno de lenguado- en el restaurante Rayú, que no estaba lleno pero tenía bastante gente. Buen restaurante, es de los mejores que tenemos.

Entrando al restaurante me encontré con la Mónica, mi compañera de colegio de 1969 quien me reconoció enseguida ¡como envidio a las personas que pueden recordar las caras! Yo soy pésimo con eso y con todo lo que tenga que ver con la memoria visual, menos con lo que leo: leo cualquier cosa y ya no se me olvida más. Igual fue un alegrón verla, Mónica si que es una ariqueña neta.

Bueno, tal vez tiene que ver con la mala suerte de venir en invierno. Como Arica es una ciudad donde todo gira en torno a la playa, en invierno, estaba muerto uno de los pocos atractivos que los políticos no nos han podido quitar: el buen clima y las playas.

Mañana arrendarán un auto y salen para Iquique. Espero que les guste y les vaya bien en su experiencia por el desierto, es un viaje que yo hice cientos, tal vez miles, de veces y siempre me ha gustado. Además ellos están en el negocio de la hotelería de lujo, así es que en Iquique tendrán más cosas que ver relacionadas con eso. ¡Buen viaje amigos!

En fin, para qué llorar sobre la leche derramada, como dice la canción "es mejor ser alegres que ser tristes/ la alegría es la mejor cosa que existe/ es así como luz del corazón". Algún día la gente despertará y dejará de elegir a los políticos miserables que han terminado emporcando a nuestra ciudad. Esperemos que así sea.

P.D. el contador de visitas dio su segunda vuelta, acabo de verlo casualmente y marca 1.045.560 visitantes- Le hice reset hace un tiempo cuando llegó al primer millón así es que este Templo del Ocio ya lleva más de dos millones de visitantes. Son muchas más visitas en realidad porque Statcounter no registra las visitas repetidas pero estas son de los verdaderos regulares. Bien por eso: ¡Ociosos del mundo, úníos!