¡Por favor, no maten la marca! (publicado el 23 de noviembre de 2006)
Chile tiene buena prensa desde hace muchos años, y esto no es solo una anecdóta como el buen vino, lindas mujeres y todos esos clichés que se repiten a veces, sino que tiene efectos prácticos importantes sobre todos nosotros. Me ha tocado al viajar y ver cuando paso por extranjería que el trámite siempre ha sido expedito mientras viajeros de otros países de América Latina son minuciosamente interrogados y revisados, por el solo delito de venir de un país "sospechoso".
Pero hay mucho más que eso, yo he ganado mis buenas lucas en los últimos años gracias a la imágen de país serio, ser titulado de una universidad chilena es -con o sin razón- una buena carta de presentación en los países vecinos y es algo que he podido comprobar personalmente muchas veces.
Años atrás hice unos proyectos para el Concurso de Promoción de Exportaciones de Prochile (no me pagaron los honorarios, malditos sinverguenzas) para que la Universidad de Tarapacá promocionara cursos de posgrado, y hasta el día de hoy el programa de internacionalización que tienen les da importantes ingresos y sigue promocionando la "marca Chile" en Perú, Ecuador y Bolivia.
Hay muchos ejemplos de como esta buena reputación ha significado plata contante y sonante para muchos de nosostros. Las enormes inversiones mineras de principios de los noventas permiten un confortable nivel de vida a mucha gente acá en el norte, incluyendo a mi vecino que es mecánico, amigos que son explosivistas, etc. y que sin esas inversiones probablemente hoy estarían manejando taxis.
En fin, hay innumerables ejemplos de los beneficios que nos ha traído esta buena prensa que consiste en unos pocos conceptos que son aceptados como verdad en gran parte del mundo: Chile es un país serio, para hacer negocios basta cumplir los requisitos legales, las coimas no son necesarias, tampoco se necesita tener padrinos políticos como en casi todo el resto de América Latina, los policías son correctos y es muy peligroso ofrecerles un soborno, los impuestos son bajos y parejos, el que cumple con las normas no tiene de que preocuparse, las leyes se respetan y las reglas no cambian ni se hacen leyes retroactivas. Otra parte de nuestra buena prensa que ya no es tán válida es que la economía anda bien, hay poco desempleo y escasas protestas sociales. Lo que se terminó hace tiempo es el alto crecimiento: cuando Chile era un país con tasas sobre el 8% sostenidas durante años eso lo hacía un lugar muy atractivo para venir a invertir.
Estuve viendo una entrevista a Andrés Bianchi, que fue presidente del Banco Central y encargado de negociar el tratado de libre comercio con USA, y cuenta como en esos día tenían una batería impresionante de estadísticas que les permitió cerrar el tratado sin necesidad de contratar a ninguna empresa de lobby. Decía que al mostrar a Chile entre los países con menos corrupción en el mundo, un lugar por encima de Alemania era el killer-argumento frente a los congresistas más escépticos.
Todavía conservamos gran parte de esa buena prensa, por la inercia y porque la reputación no se construye ni se pierde de un día para otro. Pero después del gobierno del presidente Lagos estamos enfrentados a un terrible problema: que los asesores de imagen y la propaganda está sustituyendo a la realidad. Y existen dos países: Chile como es y Chile como se ve (todavía) desde el exterior.
La seguidilla de escándalos de corrupción que el actual gobierno ha heredado -hay que ser justos- no tiene precedentes, algunos desde la izquierda dirán "bueno ¿y los escándalos de las privatizaciones durante el Gobierno Militar?" pero resulta que no hubo secretos en eso y nunca fueron considerados como prácticas corruptas, al menos a nivel de negocios internacionales. Lo de ahora es rapiña -y lo que es peor- ilegalidad abierta.
Porque existen las formas, los funcionarios del estado pueden hacer cosas que se consideren inmorales, pero cada cual tiene su moral y lo que es moral para uno perfectamente puede ser inmoral para otro. Pero cuando las cosas son ilegales y el aparato del estado se dedica a ocultarlas, todo el sistema tiembla. En esto las formas son muy importantes: si aceptamos que un político puede hacer algo ilegal sin que le pase nada estamos fritos.
Solo para nombrar los dos últimos, las malversaciones en Chiledeportes son transformadas en "irregularidades" por el newspeak de la política. Un par de días atrás me tocó ver al ministro del trabajo supuestamente indignado, declarando que era "impresentable" (newspeak de nuevo) que dineros destinados a los cesantes se bubieran "desviado" (newspeak de nuevo) a campañas políticas.
La mínima lógica dice que los parlamentarios que salieron elegidos y malversaron fondos públicos para su campaña deben ser a) identificados y b) destituídos. Pero eso es "impensable" (otra vez el newspeak), en lugar de eso se hacen comisiones investigadoras donde la oposición tratará de sacar provecho haciéndose los santurrones y moralistas. Al final llegarán al "Gran Acuerdo" entre gobierno y oposición que consistirá en destituír algunos mandos medios, un intercambios de favores en votaciones y chao.
Ya sé que hay un montón de discurso por el estilo circulando en estos momentos, pero yo quiero aportar una idea adicional. Nos estamos transformando de un país donde convenía ser honesto en otro donde conviene ser sinverguenza, y como lo justo es lo que nos conviene nos estamos desplazando hacia el mismo hoyo donde están otros países de América Latina que por respeto no voy a nombrar.
Yo he hecho un montón de cosas incorrectas y una que otra ilegal en mi luenga vida, por eso no me voy a sumar al coro de hipócritas que se alzan a señalar con el dedo a "los corruptos". Pero yo creo en el valor de la buena reputación y es desesperante ver como se está perdiendo.
Yo cuido mi reputación, probablemente en estos días voy a perder plata porque no me voy a prestar a hacer sinverguenzuras por tan poco, no es un asunto moral, es un simple cálculo de costos y beneficios. ¿Cuanto vale una reputación?, tendré que pagar el costo y andar sin un peso por un tiempo, ya veré como me las arreglo, pero hasta el momento nadie puede decir que lo he estafado, eso me ha costado años y lo cuido, si hay que pagar un precio se paga callado nomás.
Y en este caso todos los políticos deberían estar haciendo precisamente ese cálculo ¿cuanto vale la reputación de Chile como un país correcto? Fueron muchos años que costó armar toda esa buena prensa y si siguen echando la tierra bajo la alfombra, haciendo arreglines cupulares y burlándose en la cara de todos los chilenos de a pie, llegaremos a la conclusión de que nos transformamos en un país de ladrones donde no conviene ser honrado. Y volveremos otra vez al montón de donde una vez salimos.
Pero hay mucho más que eso, yo he ganado mis buenas lucas en los últimos años gracias a la imágen de país serio, ser titulado de una universidad chilena es -con o sin razón- una buena carta de presentación en los países vecinos y es algo que he podido comprobar personalmente muchas veces.
Años atrás hice unos proyectos para el Concurso de Promoción de Exportaciones de Prochile (no me pagaron los honorarios, malditos sinverguenzas) para que la Universidad de Tarapacá promocionara cursos de posgrado, y hasta el día de hoy el programa de internacionalización que tienen les da importantes ingresos y sigue promocionando la "marca Chile" en Perú, Ecuador y Bolivia.
Hay muchos ejemplos de como esta buena reputación ha significado plata contante y sonante para muchos de nosostros. Las enormes inversiones mineras de principios de los noventas permiten un confortable nivel de vida a mucha gente acá en el norte, incluyendo a mi vecino que es mecánico, amigos que son explosivistas, etc. y que sin esas inversiones probablemente hoy estarían manejando taxis.
En fin, hay innumerables ejemplos de los beneficios que nos ha traído esta buena prensa que consiste en unos pocos conceptos que son aceptados como verdad en gran parte del mundo: Chile es un país serio, para hacer negocios basta cumplir los requisitos legales, las coimas no son necesarias, tampoco se necesita tener padrinos políticos como en casi todo el resto de América Latina, los policías son correctos y es muy peligroso ofrecerles un soborno, los impuestos son bajos y parejos, el que cumple con las normas no tiene de que preocuparse, las leyes se respetan y las reglas no cambian ni se hacen leyes retroactivas. Otra parte de nuestra buena prensa que ya no es tán válida es que la economía anda bien, hay poco desempleo y escasas protestas sociales. Lo que se terminó hace tiempo es el alto crecimiento: cuando Chile era un país con tasas sobre el 8% sostenidas durante años eso lo hacía un lugar muy atractivo para venir a invertir.
Estuve viendo una entrevista a Andrés Bianchi, que fue presidente del Banco Central y encargado de negociar el tratado de libre comercio con USA, y cuenta como en esos día tenían una batería impresionante de estadísticas que les permitió cerrar el tratado sin necesidad de contratar a ninguna empresa de lobby. Decía que al mostrar a Chile entre los países con menos corrupción en el mundo, un lugar por encima de Alemania era el killer-argumento frente a los congresistas más escépticos.
Todavía conservamos gran parte de esa buena prensa, por la inercia y porque la reputación no se construye ni se pierde de un día para otro. Pero después del gobierno del presidente Lagos estamos enfrentados a un terrible problema: que los asesores de imagen y la propaganda está sustituyendo a la realidad. Y existen dos países: Chile como es y Chile como se ve (todavía) desde el exterior.
La seguidilla de escándalos de corrupción que el actual gobierno ha heredado -hay que ser justos- no tiene precedentes, algunos desde la izquierda dirán "bueno ¿y los escándalos de las privatizaciones durante el Gobierno Militar?" pero resulta que no hubo secretos en eso y nunca fueron considerados como prácticas corruptas, al menos a nivel de negocios internacionales. Lo de ahora es rapiña -y lo que es peor- ilegalidad abierta.
Porque existen las formas, los funcionarios del estado pueden hacer cosas que se consideren inmorales, pero cada cual tiene su moral y lo que es moral para uno perfectamente puede ser inmoral para otro. Pero cuando las cosas son ilegales y el aparato del estado se dedica a ocultarlas, todo el sistema tiembla. En esto las formas son muy importantes: si aceptamos que un político puede hacer algo ilegal sin que le pase nada estamos fritos.
Solo para nombrar los dos últimos, las malversaciones en Chiledeportes son transformadas en "irregularidades" por el newspeak de la política. Un par de días atrás me tocó ver al ministro del trabajo supuestamente indignado, declarando que era "impresentable" (newspeak de nuevo) que dineros destinados a los cesantes se bubieran "desviado" (newspeak de nuevo) a campañas políticas.
La mínima lógica dice que los parlamentarios que salieron elegidos y malversaron fondos públicos para su campaña deben ser a) identificados y b) destituídos. Pero eso es "impensable" (otra vez el newspeak), en lugar de eso se hacen comisiones investigadoras donde la oposición tratará de sacar provecho haciéndose los santurrones y moralistas. Al final llegarán al "Gran Acuerdo" entre gobierno y oposición que consistirá en destituír algunos mandos medios, un intercambios de favores en votaciones y chao.
Ya sé que hay un montón de discurso por el estilo circulando en estos momentos, pero yo quiero aportar una idea adicional. Nos estamos transformando de un país donde convenía ser honesto en otro donde conviene ser sinverguenza, y como lo justo es lo que nos conviene nos estamos desplazando hacia el mismo hoyo donde están otros países de América Latina que por respeto no voy a nombrar.
Yo he hecho un montón de cosas incorrectas y una que otra ilegal en mi luenga vida, por eso no me voy a sumar al coro de hipócritas que se alzan a señalar con el dedo a "los corruptos". Pero yo creo en el valor de la buena reputación y es desesperante ver como se está perdiendo.
Yo cuido mi reputación, probablemente en estos días voy a perder plata porque no me voy a prestar a hacer sinverguenzuras por tan poco, no es un asunto moral, es un simple cálculo de costos y beneficios. ¿Cuanto vale una reputación?, tendré que pagar el costo y andar sin un peso por un tiempo, ya veré como me las arreglo, pero hasta el momento nadie puede decir que lo he estafado, eso me ha costado años y lo cuido, si hay que pagar un precio se paga callado nomás.
Y en este caso todos los políticos deberían estar haciendo precisamente ese cálculo ¿cuanto vale la reputación de Chile como un país correcto? Fueron muchos años que costó armar toda esa buena prensa y si siguen echando la tierra bajo la alfombra, haciendo arreglines cupulares y burlándose en la cara de todos los chilenos de a pie, llegaremos a la conclusión de que nos transformamos en un país de ladrones donde no conviene ser honrado. Y volveremos otra vez al montón de donde una vez salimos.
Dicen que la quemaron....
ResponderBorrarhistórica Iglesia San Francisco de Iquique actualmente Parroquia San Antonio de Padua
histórica Iglesia San Francisco de Iquique
Muy bonita esa iglesia, era entera de madera, dbe haber ardido como cja de fósforos
BorrarEs difícil construir una buena reputación y fácil tumbársela. Cuando cae la imagen del país, todo se vuelve un círculo vicioso que afecta a todos los ciudadanos. Lastimosamente los políticos son expertos arruinando países por intereses mezquinos.
ResponderBorrarAnticaviar
Así es: la reputación crece más lento que una palmera, pero se cae con la rapidez de un coco
BorrarLa mala reputación es muy fácil de adquirir, sobre todo acá que somos bien fijones mirando la paja en el ojo ajeno. Peor aún cuando se señala con el dedo sin tener pruebas, se puede manchar injustamente a alguien y joderle la vida ya que nunca se comprueba o se tarda mucho en comprobarse la veracidad de la acusación, como pasó con Crespo, Maturana y otros.
ResponderBorrarEsas fueron infamias para la que se prestaron muchos jueces, ahora que Muñoz está en la mira los quiero ver
Borrarsiempre he creído que piñera el malo era de las personas más corruptas del país, con las filtraciones de hermosilla se viene a confirmar, tenía fiscal y jueces que le limpiaban sus desastres, ninguno de nosotros podría siquiera soñar con eso, pero no es el único, los de izquierda tienen muchos más jueces y fiscales corruptos trabajando para ellos, pero de ellos poco y nada se dice, el país era tan corrupto como todos los otros, pero no ocultaban por el acuerdo de robar de lado y lado, si no se limpia ahora, no se limpiará jamás, esperemos suceda
ResponderBorrarYo creo que Sebastián Piñera no fue especialmente corrupto, tampoco era un santo varón, pero la mayoría de los actos de corrupción que le atribuyen fueron falsos. Por ejemplo las acusaciones que le achacaban sobre lo del Banco de Talca fueron ridículas, nadie menciona que Carlos Massad tenía el mismo poder que él en el banco y nadie dijo nada sobre él e incluso fue ministro y presidente del Central durante la Concertación. Escribí sobre eso en
Borrarhttps://bradanovic.blogspot.com/2017/11/sobre-la-honestidad-de-sebastian-pinera.html
Hay que tener cuidado de no dejarse manipular con este circo de los chats de Hermosilla, que están tapando delitos gravísimos(¿quien se acuerda hoy del caso convenios y de la Onlyfans Polizzi?) con una mezcla de chismes y prácticas que han existido desde el comienzo de la República, como nombrar jueces amigos y cosas por el estilo.
Las sinverguenzuras han existido y existirán siempre en todo gobierno, sea Chile, Suecia, Holanda o el que sea, la corrupción son los robos sistemáticos de grandes cantidades de dinero para -entre otras cosas- eternizarse en el poder.
Hasta los gobiernos de los años de don Diego Portales pueden ser considerados corruptos, porque las elecciones eran más arregladas que mesa de cumpleaños, así y todo fueron los más correctos, exitosos y patriotas de nuestra historia.
Chile en general era un país de poca corrupción y durante los dos gobiernos de Piñera no hubo un solo caso de robo masificado en comparación con, Lagos, Bachelet y Boric sus gobiernos fueron impolutos, las cuchufletas para nombrar jueces son otra cosa.
El pecado de Piñera fue mucho peor que la corrupción: su oportunismo ególatra y su cobardía ,oral, eso es mil veces peor que ser corrupto y un botón de muestra es su primito Chadwick.
No voy a olvidar cuando engatusó a los crabineros del caso catrillanca tratando de hacer un montaje y después los dejó a su suerte, esa clase de comportamiento miserable no tiene perdón de Dios, me da lo mismo lo de su pariente notario y cualquier otra ratería que haya hecho, pero eso que hizo con carabineros que hacían su trabajo no tiene perdón, tal como lo que hizo Sebastián Piñera con la Constitución. Dos tipos infames.
2006 - 2024...anticipacion de 18 años, quiza que veremos el 2042.
ResponderBorrarYo apostaría que para el 42 estaremos más que bien, excelente. No soy pitoniso pero que quede en actas, a ver si le achunto. Creo que vamos de subida de nuevo, un poco lento pero en q8 años, demás la jacemos
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