"Hola John
Leo con preocupación tus ideas y tu interés tan partisano por los asuntos de la política.
Yo creo que no vale la pena ponerse a arreglar los problemas del mundo. Recuerda cuando tradujimos el Tao ¿te acuerdas de esto?
Veintinueve
¿Piensas que puedes controlar el universo y mejorarlo?
Yo no creo que eso pueda lograrse.
El universo es sagrado. Perfecto.
Tú no puedes mejorarlo.
Si tratas de cambiarlo, lo arruinarás.
Si tratas de mantenerlo, lo perderás.
Así, a veces las cosas están adelantadas y a veces están atrasadas.
A veces es difícil respirar, y otras veces es fácil.
A veces uno está robusto, y otras veces débil.
A veces uno está arriba y otras veces abajo.
Por lo tanto, el Sabio evita los extremos, los excesos y la satisfacción de sí mismo.
Por si acaso, te mando una versión de la traducción que hicimos, diagramada por un buen amigo, va como archivo adjunto.
Yo creo que Petro, Castillo, Trump, Boric, Putin y todo el resto son una banda de ladrones, estúpidos narcisistas, todos por igual. Ni siquiera el adorado Pepe Mujica era tan santo como lo pintan, no existe el político bueno y el activismo siempre tiene mucho de ingenuidad.
Donde hay intereses hay política y donde hay política hay mentiras, el día que conozca un político honesto será por que me estoy volviendo loco, te pediré ayuda como psicólogo para que me despiertes.
Amigo, te envío un saludo con el cariño de siempre".
Esa es la carta que le mandé a un muy querido amigo. La historia corta es que se vino desde Estados Unidos a Chile, estuvo viviendo en Arica algunos años, después se fue al Perú donde vivió otros años y finalmente volvió a su país, ahora piensa volver a Perú.
Creo que en el proceso tuvo algún cortocircuito y se le fundió un fusible, sus cartas (mails en realidad) se pusieron cada vez más delirantes y más militantes a favor del indigenismo de izquierda, creo que en Perú lo hicieron cholito
La cosa es que todos caemos en algo parecido, a veces nos dura un tiempo y otras veces nos dura toda la vida. Yo mismo recuerdo cómo trabajé en la campaña para alcalde de mi amigo Carlos Valcarce acá en Arica y cómo he discutido con gente defendiendo al Partido Republicano.
Que estúpido he sido, la actividad militante no vale la pena, es un autoengaño que inevitablemente termina con una gran desilusión. Yo soy del Partido Republicano y me invitaron a participar en la campaña: no gracias.
Eso no obsta que me alegraré mucho si Kast sale electo presidente, le tengo gran estimación- Y mucho más me alegraré si el Partido Republicano consique un buen número de diputados y senadores, ahí me pondría a bailar en una patita de contento.
Pero no voy a salir a la calle a gritar con banderas, ni discutiré con los que votarán por la comunista Jara o con la Mathei, eso no es lo mío: que cada cual vote por quien mejor le parezca, nada de lo que yo pueda hacer va a cambiar el resultado, así es que mejor no me gasto en tonteras.
Tampoco me domina el miedo al comunismo, o a la falsa derecha o los que sean. A mis setenta añitos he aprendido que -aunque tengo ideas de ultraderecha- podré seguir viviendo lo más bien con cualquier gobierno. Tengo la suerte que mi felicidad no está amarrada a que partido político esté en el poder.
Obviamente tengo mis ideas y preferencias bien claritas y seguiré escribiendo sobre eso en este Templo del Ocio de vez en cuando, pero no pienso caer en la pelea de barras bravas, eso lo dejo para los idiotas y los palurdos.
Especialmente viendo lo que le pasó a mi amigo, que cayó en la borrachera de la miltancia, inútil y sin ningún sentido.
Tengo la tranquilidad de que mi idea que nuestra sociedad estaba cambiando de opinión hacia la derecha, que la tuve desde hace muchos años atrás, parece que se está viendo materializada.
Pero tampoco soy tan ingenuo como para creer que si Kast o Kaiser son elegidos presidentes, van a arreglarse todos los problemas. Eso sería apenas el comienzo, un pequeñisimo primer paso de un camino que va a tener muchas vueltas y retrocesos.
Todavía quedan muchos tontos en Chile, sospecho que la Ley de Pareto sigue vigente y eso será así por mucho tiempo. La única diferencia es que muchos pelotudos hoy son de derecha, pero no por eso dejan de ser pelotudos. Por eso mantengo un sano escepticismo y no me hago muchas ilusiones de nada.
Los auto-engaños pueden ser fabulosos. La militancia mas o menos auténtica - porque la mayoría es rentada, ganan algo sino todo lo que tienen de ser militantes - cuando se instauró el gobierno de Milei acusaron una exacerbación del "individualismo" y el problema de olvidar lo "colectivo" "comunitario" bla bla
ResponderBorrarSe ve que antes ellos creían que formaban parte de "algo comuntario"
Porque lo que veíamos todos los demás eran unos obsecuentes lamiendo el trasero de Cristina y demás capitanejos. Nunca hubo un movimiento tan obediente y manso seguidor como el peronismo, con los kirchner fue lo mismo y peor. Le llaman "acción colectiva" cuando la sociedad acata lo que indican sus caciques. Uls
Si, nos auto engañamos con falsas épicas y motivos altruistas, cuando todo se reduce al sueño de conseguir un trabajo para el gobierno de turno que -en el mejor de los casos- se convierta en fuente de ingresos para toda la vida.
BorrarOtra razón para meterse a fondo en política son los resentimientos, envidias (normalmente de los izquierdistas) y miedos (al comunismo de los derechistas).
Y una tercera es el instinto de rebaño que mueve a la gente a hacer lo que hacen los demás, para sentirse "normales".
La mayoría de los militantes furibundos se auto engañan y cubren sus complejos internos con justificaciones morales como idealismo, amor a la patria y cosas así
Creo que el problema de mucha gente, a pesar de que critica a los políticos, espera que llegue uno "limpio" y "sin manchas". Esperan a un salvador que los guíe y acabe con los "enemigos" que causan los problemas. Curiosamente estos "enemigos" nunca son ellos, para nada. Ellos son las eternas víctimas que no tienen la culpa de nada y son otros los que se están aprovechando de esto. Francamente yo jamás militaría en mi vida un partido político. Lo que no quiere decir que no apoye propuestas específicas de ciertos grupos. El problema que tenemos en Perú es que hay mucha polarización. El antifujimorismo le ha hecho un daño enorme al país. Por culpa del antivoto es que tipos como Humala, PPK (y Vizcarra) y Pedro Castillo (y Dina) han llegado al poder.
ResponderBorrarAnticaviar
El sentimiento "anti" es cosa seria. "Cualquier cosa menos..." lleva a elegir a los peores siempre, como dices, votar por "el mal menor" lleva siempre a elegir a pelmazos y delincuentes, creo que no existe nada peor que esas indignaciones morales.
BorrarEn Perú el anti fujimorismo ha sido muy eficiente para mover a las masas a que voten por los peores ladrones e incapaces, Fujimori no fue ningún santo, pero si el electorado peruano hubiese sido capaz de mirar las cosas con más objetividad no habrían tenido la sucesión de calamidades que han llegado al gonierno.
EL votante "anti" es siempre un imbécil, aunque tenga razón en muchas cosas de lo que dice, en la conclusión siempre se equivoca. No hay que olvidarse que los anti wokes llevaron a un pelotudo como Trump al poder en Estados Unidos.
Si. La esperanza en el "buen" político siempre está. En el fondo el que tiene que cambiar es el país, la sociedad, y suelen ser cambios de décadas. Los liderazgos personalistas aún muy buenos, aparte de muy raros, no van a cambiar el ecosistema. Con mucha suerte llega cuando en realidad la sociedad está lista para hacer el cambio, entonces parece que lo hizo ese líder en particular, pero es un mero agente de una transformación que estaba madura para ocurrir. Uls
BorrarExactamente, yo creo que ese sueño de "un buen político que salvará al país" es una ilusión bastante tonta, no se necesitan mejores políticos sino mejor electorado. El electorado que en Chile eligió dos veces a Bachelet, dos veces a Piñera y una vez a Boric, simplemente se merecen pagar las consecuencias de lo que eliguieron, sin embargo casi siempre se necesitan más de 10 años para ver las consecuencias de la demagogia.
BorrarCuando la economía va mal y la gente empieza a perder el trabajo, a perder la casa por no poder pagar la hipoteca o a ver que lo que recibe de sueldo es consumido por la inflación cada mes, entonces empiezan a despertar y cambian las tendencias.
Sin duda que sería muy iluso pensar que sólo con que Kast o Kaiser salgan presidentes el país se va a arreglar al instante. Primero tendrían que pasar décadas con una tendencia más o menos clara a través de los años por parte del electorado, cosa que es casi imposible y un buen gobierno bien podría sólo ser un saludo a la bandera.
ResponderBorrarPor eso es inútil preocuparse por quien es elegido presidente, lo que realmente importa es la tendencia que empieza a tomar la gente mayoritariamente.
BorrarEn Argentina por ejemplo, el peronismo ya llegó a un extremo de desprestigio considerable y la gente ya está corriéndose a la derecha, lo mismo está pasando en Chile, todo depende de que la derecha no se desprestigie rápidamente, es decir, que mantenga una línea firme y segura en un mismo sentido pese a las fluctuaciones de la opinión en corto plazo.