Mi padre Tomás Enrique Bradanovich Diaz fue bautizado en octubre de 1888 en Iquique como Tomás Enrique Diaz, hijo natural de Clorinda Diaz, según aparece en el libro -que recién descubro- de la parroquia de la Inmaculada Concepción. Esto es lo que dice el registro:
Bautizo: Diaz Tomás Enrique
En esta iglesia parroquial de la Inmaculada Concepción de Iquique a diez de octubre de mil ochocientos ochenta y ocho mi teniente don Felipe Mardones (ilegible) óleo y cristiana a Tomás Enrique, nacido el quince de julio último, hijo natural de Clorinda Diaz feligresa de esta parroquia, fueron padrinos Santiago Bradanovich i Rita Araya de quien doy fe.
Santiago (Jakov) Bradanovich era el hermano de mi abuelo Tomás (Tomo) ¿qué diablos significaba todo eso? siguiendo con la búsqueda apareció la inscripción de nacimiento de la hermana de mi padre, doña Delia Bradanovich Diaz, en el libro dice así:
Mayo diez y ocho de mil ochocientos noventa y una
Nombre: Bradanovich Delia Faustina
Sexo: femenino
Fecha y lugar de nacimiento: mayo catorce de mll ochocientos ochenta y uno, a las tres de la mañana
Lugar: Amunategui doscientos veinti i dos
Nombre del padre: Tomas Bradanovich pidió se consignase su nombre
Nacionalidad: Austriaco
Profesión: Comerciante
Domicilio; Amunategui doscientos veinte i dos
Nombre de la madre: no se presentó a declarar
Nombre, edad, profesión y domicilio del compareciente:
Francisca Barrionuevo, no sabe firmar, abuela de la criatura
Edad: cuarenta años
Profesión: lavandera
Domicilio: Amunategui doscientos veinte i dos
La compareciente es conocida del oficial civil
Oficial civil: Manuel Aguirre H.
Nótese que esta vez la madre no comparece y el padre Tomás Bradanovich pide que se consigne su nombre. La abuela de la criatura, es decir la mamá de Clorinda era lavandera y tenía el mismo domicilio que mi abuelo Tomo.
La tercera pieza del puzle es la posesión efectiva a la muerte de mi abuelo Tomo, donde los herederos son: Tomás Enrique Bradanovich Diaz (ya reconocido en esa fecha), Tomás Bradanovich Bradanovich (hijo de Mateo hermano fallecido de mi padre) y Delia Bradanovich Diaz.
Mi padre Tomás Enrique quedó como tutor y albacea de la herencia de su sobrino hasta su mayoría de edad. Mi abuelo se casó el mismo año de su muerte don doña Celia Salgado quien recibió su parte de herencia como viuda. Con ella mi abuelo tenía una larga relación aunque no le pudo dar hijos.
¿Qué tal el culebrón? Pero eso no es todo, mi padre Tomás Enrique también era de los que bien bailan porque tuvo su primer matrimonio con doña Ida Valle Vallebona y yo sospecho tuvo un amorío con mi mamá, que era su secretaria.
De ese primer matrimonio de mi padre nació mi medio hermano Edmundo Bradanovich Valle, a quien conocí en los setentas.
El asunto es que el matrimonio se rompió, doña Ida se mandó a cambiar y se casó de nuevo al muy poco tiempo. Mis padres presumiblemente siguieron viviendo como patas negras los siguientes diez años.
Eso si que mi padre tuvo el buen gusto de reconocernos a mi hermana y a mi cuando nacimos.
Hasta que tuvieron una furiosa pelea en 1958 (según contaba mi mamá) rompieron toda relación y vivieron separados los siguientes diez años, yo tenía tres años entonces y mi padre todavía era un ricachón acaudalado.
Después de los diez años siguientes en extrema pobreza, mi padre averiguó donde vivíamos por medio de una tía y apareció tal como Santa Claus cargado de regalos. Recuerdo que pensé entonces -ingenuamente- "ahora si que se nos arregló el pastel", mi mamá debe haber pensado lo mismo.
Eso fue en 1968. A mi me trajo de regalo una grabadora y a mi mamá un reloj Pateck Phillipe de oro macizo que, después de la muerte de mi padre, en plena inopia tuvimos que malvender a un joyero sinvergueza que no pagó ni el 10% de lo que valía.
¿Y cómo supe todo esto? Recién cuando conocí el certificado de nacimiento de mi padre me di cuenta que estaba inscrito en el año 1969, que fue el mismo año en que se casaron, después de la reconciliación .
Todo este culebrón de historias y enredos fueron siempre un gran misterio para mi, porque ni mi mamá ni nadie se tomaron la molestia de contármelo, ahora las vengo a saber gracias a mi sobrino Dusan que está recuperando esos datos para unos trámites y se me abrió la gran caja de Pandora. .
Para qué les cuento lo feliz que estoy investigando todo este asunto, para mi es una historia apasionante. Tengan en cuenta que la Guerra Civil contra Balmaceda partió en 1891, cuando mi padre tenía tres años y gracias a eso, mi abuelo Tomo se transformo de oficinista a multimillonario.
Como dice la canción: la vida te da sorpesas, sorpresas te da la vida... ¿Qué tal el culebrón? A mi me encantó.
Ah, los registros parroquiales encierran cada secreto !
ResponderBorrarUna vez concurría yo, de púber, a una academia de inglés. Que en realidad era una profe de inglés local con una cierta franquicia de una academia citadina.
Pidió y le prestaron la "casa parroquial" para dar clases. Es la casa donde vive el cura - cuando hay cura, pero la falta de vocaciones firmes determina que "no tenemos cura" en las iglesias de los pueblitos hace desde que yo recuerdo.
Entonces se presta para cosas diversas. En un descanso unos alumnos nos pusimos a revolver unos libros viejos que resultaron los registros. Dimos con los registros parroquiales. Alguien leía en voz alta: uniones, bautismos, defunciones. Los apellidos eran conocidos, claro, si eran las familias de siempre de la localidad. Alguien empezó a sacar cuentas y otro le contestaba, empezaron a llegar a ciertas conclusiones respecto de no se quien de no se qué familia - fue hace décadas. La profe tuvo un repentino temor - se le notó en la cara - nos quitó los libros y nos expulsó de aquella habitación. Uls
Dicen que toda familia que se respete tiene unos cuantos esqueletos en el armario, a mi me alegró mucho encontrarme con estos.
BorrarAhora tenemos acceso a casi todas las parroquias del mundo gracias a los archivos de los mormones. Dicen que tienen todo respaldado en una bóveda que está bajo una montaña de granito en Salt Lake City, a prueba de bombardeos atómicos y todo eso.
La verdad es que estaba aburrido de andar pavoneandome con antepasados famosos, nobles y todo eso. yo sabía que tenían que aparecer pobletes y patas negras ¡hasta que aparecieron jaja!
Que curiosa sensacion debe producir conocer la ascendencia, una especie de historia personal, como un cuento un poco ajeno pero propio. Sin embargo no me seduce, solo conoci mis abuelas , en esa epoca las esposas sobrevivian 10 a 20 años a sus maridos, ademas que la esperanza de vida masculina era menor, se casaban con mucha diferencia de edad.
ResponderBorrarMe pasa que no siento un espacio de llenar con la ascendencia, en cambio si me entero de un algo, raro, espcial, desconocido o evocador, que no conocia siento eso del vacio, y de la promesa de llenarlo, y la red como simil de la Biblioteca de Babel esta disponible. Me pasa lo mismo con el futbol y demas deportes, la historia descriptiva no analitica, el arte de moda, y son areas que producen aficiones muy fuertes. Diferecias individuales supongo
A mi no me emociona ni nada conocer mis antepasados, creo que somos mucho más culture que nature y al final no es ninguna gracia que fulano hata sido pariente cuando al final somos todos parientes.
BorrarPERO si me apasiona investigar las historias, tengo el instinto de perro sabueso hiper desarrollado y cuando me intereso en algo no lo suelto, me gusta llegar hasta el final.
Ahora estoy obsesionado con doña Clorinda, la hija de la lavandera, natural de Chivilcuy, Argentina. Estoy que me hago mormón para averiguarlo, si me dan un "freepass al archivo", demás que me coloco el cinturón de castidad y salgo a buscar fieles casa por casa
Yo también prefiero los detalles anómalos. En mi rama paterna una tía abuela de mi padre tenía dinero y encargó una investigación genealógica que la vinculó con Calderón de la Barca.
BorrarPero nadie absolutamente le creía. Pensaban que se dejó timar por alguien que le inventó un antecesor ilustre. Nunca decíamos de que viniéramos de Calderón, hablábamos que teníamos una tía chiflada. Uls
Con el paso de los años recordarán a Calderón de la Barca como "ese que escribía parecido a Ulschmidt". La vida es sueño y los sueños sueños son...
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