(Publicado originalmente el 13 de junio de 2007)
Hoy, hace exactamente 16 años tuve la peor catástrofe económica de mi vida. Había peleado con mi primo y llevaba desde diciembre "con el agua cortada" (sin crédito ni mercaderías), mientras se acumulaban las cuentas en mi escritorio: enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio.Tenía 3 vendedoras y una jefa de tienda y en junio ya no tenía como pagarles el sueldo ni para despedirlas, ni hablar de los finiquitos y todo eso.
El teléfono cortado con una cuenta enorme, luz y agua sin pagar, no tenía para echarle gasolina al auto, la tarjeta de crédito copada y mi cuenta corriente del Banco Ohiggins en cero absoluto.
La guinda de la torta: ¡era papá! el Tomás Jr. peludo como un mono, había nacido hace poco.
Por fuera me mantenía alegre y despreocupado como siempre, incluso trataba de no pensar mucho en los problemas porque sabía que se iban a solucionar de alguna manera, pero un día estaba en la casa de la Pilar hablando por teléfono y me fuí derecho al suelo ¡me desvanecí como una jovencita victoriana! Que verguenza.
Cuando me empezaba a ganar la desesperación me ponía a contar mis activos: "Estoy sano, no me duele nada, no tengo cheques protestados ni órden de embargo, tengo amigos, estoy haciendo todo lo correcto, algo tiene que salir". Pero pasaban y pasaban los meses y no salía nada.
Los que han leído "El Coronel no Tiene Quien le Escriba" se pueden hacer una idea de lo que es vivir esperando que las cosas se arreglen mientras el alimento se va terminando, al final no queda nada, solo un gallo que ni muerto lo tiraba a la cazuela.
Cuando me empezaba a ganar la desesperación me ponía a contar mis activos: "Estoy sano, no me duele nada, no tengo cheques protestados ni órden de embargo, tengo amigos, estoy haciendo todo lo correcto, algo tiene que salir". Pero pasaban y pasaban los meses y no salía nada.
Los que han leído "El Coronel no Tiene Quien le Escriba" se pueden hacer una idea de lo que es vivir esperando que las cosas se arreglen mientras el alimento se va terminando, al final no queda nada, solo un gallo que ni muerto lo tiraba a la cazuela.
El gallo en mi caso era la cuenta corriente, y para evitar tentaciones fuí al banco y la cerré.
Y llegó el terrible momento de cerrar el negocio, la reunión con las niñas fue el trago mas amargo, mal que mal dependían de mi, ellas y sus familias. Pero se portaron de una manera maravillosa.
Y llegó el terrible momento de cerrar el negocio, la reunión con las niñas fue el trago mas amargo, mal que mal dependían de mi, ellas y sus familias. Pero se portaron de una manera maravillosa.
En pie de guerra me ofrecieron salir a vender los saldos en el auto, para pagar las deudas más urgentes, el resto ya se vería. Así yo dejaba el auto estacionado y las dejaba vendiendo, como a mi me daba verguenza vender en la calle, me iba a pasear y volvía solo a recoger la plata-
Marisol, Lily, Cecilia, Isabel, como dice el -cursi- vals de Iquique, hasta el día de hoy las llevo siempre en el corazón.
En fin, ahora me parece divertido aunque en el otoño del 1991 no me hacía maldita gracia, tal como el dicho no me mató y me hizo fuerte. Ahora que ando de nuevo en espera de las buenas noticias me acuerdo de esa época y pienso que en comparación, estas son como unas ricas vacaciones.
En fin, ahora me parece divertido aunque en el otoño del 1991 no me hacía maldita gracia, tal como el dicho no me mató y me hizo fuerte. Ahora que ando de nuevo en espera de las buenas noticias me acuerdo de esa época y pienso que en comparación, estas son como unas ricas vacaciones.
Creo que al común de los mortales siempre nos toca afrontar estos momentos. Acá se ven quienes son los verdaderos amigos. En los momentos de abundancia, hasta tus enemigos te tratan bien.
ResponderBorrarAnticaviar
Estar vivo siempre supone tener problemas. Los únicos que nunca tienen problemas son los muertos.
BorrarLo de los amigos es interesante, cuando un problema es grande como el mío esa vez, o cuando estuvieron a punto de rematarme la casa, ningún amigo movió un dedo para ayudarme,. a lo más me dijeron cosas como "ayudándote a sentir",
Creo que eso está muy bien. Es lo correcto, Nunca he esperado ayuda de mis amigos cuando el problema es grande, esas cosas -igual que las enfermedades- uno debe enfrentarlas solo.
Creo que la amistad es para pasarlo bien juntos, no para andar sacrificándose por los demás.
La actitud de mis vendedoras si que fue otra cosa, mientras treabajamos fuimos casi como familia, un equipo muy cercano, así es que el problema lo en¡frentaron conmigo, por eso las recuerdo con tanto cariño.
Son terribles momentos de impotencia. Y antes y después uno puede estar como en la soberbia de que "a mi me salen las cosas" y obtengo resultados. En realidad lo que se aprende en esas crisis - pero se aprende después de recuperarse - es que uno depende de pequeños ecosistemas - empleador, clientes, socios, contactos, parientes, situaciones de una actividad o negocio cuyas variables no se controlan - que si falla o entra en crisis nos bajan del pedestal en un minuto.
ResponderBorrarHay que tratar de acordarse de eso después. Uls
Los mejores recuerdos -que yo tengo al menos- no son de los momentos felices, cuando salieron bien todas las cosas o tuve un hran éxito en algo, eso se olvida rapidito.
BorrarPero lo que nunca se olvida son los tiempos difíciles, cuando uno está -como dices- desesperado por la impotencia y no ves manera de salir del maldito asunto. Y sin embargo tratas de darte ánimos pensando "voy a salir de esta, igual voy a salir".
Todos los problemas, incluso los más terribles, terminan arreglándose de alguna manera, así es que ese proceso entre estar desdesperado y de a poco ir saliendo a flote son los mejores recuerdos que uno puede tener.
Me imagino que la vida de alguien que nunca ha tenido problemas debe ser insoportablemente plana y aburrida, tal vez por eso los que "lo tienen todo", como Marilyn Monroe o Hemingway por ejemplo, se crean ellos mismos los problemas y terminan suicidándose ¡esos problemas son los peores!
Supe de un suicidio hace unos meses. El padre de un amigo de mi hijo más chico. Se casó con una chica de buena posición, digamos, sin que sean realmente ricos ninguno de los dos. Se dedicaba al comercio de granos y financiación de esa actividad y no le iba mal. Su suegro sumaba inversiones y unos años les iba muy bien. En algún momento quiso pasar a ligas mayores, arrendó campos él mismo e hizo sembrar, afrontó los costos de toda la campaña. Le tocaron años de clima malo, mas precios malos. El negocio de financiar los gastos de otros agricultores lo mantuvo, pero como a esos también les fue flojo empezó a ver impagos. En el medio de todo eso tuvo divorcio con su mujer, su fracaso económico ayudó a la crisis. Su suegro ya no puso plata con él. Su hijo quedó con la madre. El tipo empezó a vivir sólo, hizo algún negocio de riesgo para ver si se recuperaba milagrosamente y salió mal. Bueno, al fin se pegó un tiro. Seguro que estuvo rozando el éxito, ahora podría estar en un bar céntrico jactándose de sus buenos resultados, si hubiera hecho tal movimiento un año antes o uno después. Siempre subestimamos el azar. Uls
BorrarAsí es, creo que no hay nada más estúpido que preocuparse por ganar o perder plata o peor todavía: pesar que el éxito consiste en ganar plata y el fracaso en perderla. Los que piensan así son unos pobres diablos, no se dan cuenta que el destino de la plata es circular, viene y se va, después vuelve y se va de nuevo, y así...
BorrarTu hecatombre me recuerda la peor mia el 73, hoy un recuerdo mas bien borroso, quiza solo me queda el aprendizaje de cierta predisposicion al esceptisismo y las diferentes canastas dentro de lo posible.
ResponderBorrarA proposito, ¿como estamos para la proxima?, Si gana Matthei sera pronto y sabemos que se rendira, si gana Kast el ataque sera aun mayor, sabemos que resistira, pero no hasta donde y si jugara la carta obvia, aunque indecible...