Igual que un día lunes

Ah ya estamos en marzo maldita sea, este mes funesto es igual que un día lunes, el mes en que se termina el jolgorio y empiezan las absurdas responsabiidades: permisos de circulación, seguro obligatorio, declaración de impuestos, ¡trabajar! ¡puaj! cuanta desgracia junta por la flauta.

Se aacabó, el sol nos dice que llegó el final

Por un momento se olvidó que cada uno es cada cual

Vamos bajando la cuesta, que arriba en mi calle se acabó la fiesta

Ah, ojalá que estos últimos días del verano duraran mil años, quiero juntar aburrimiento para que me den ganas de trabajar, pero nunca es suficiente, mientras más me aburro más bien me siento ¿como puede alguien ser tan ocioso? No tengo idea, pero es así. Para colmo parece que este viernes tengo que volver a clases, rediablos.

Alguna vez escribi en contra de la compasión, no solo creo que es inútil, también es dañina porque multiplica el dolor de las personas. Por eso creo que es ridículo ponernos a llorar por los desastres y muertes del terremoto, al contrario debemos tomarlo a la broma, las desgracias se deben tomar con risa porque nada es realmente serio, después de todo somos mortales y el destino de las cosas es destruirse, lo único cuerdo es disfrutar el momento y alegrarnos por que no nos tocó a nosotros, así es que por mi parte, fin a los lloriqueos y toda la lírica heroica que se acostumbra en estas ocasiones. Lo que tenga que pasar pasará.

Bah, igual se me ocurre algo sobre el terremoto: ahora que todos andan pidiendo la cabeza de las constructoras por los edificios -nuevos- que se han desplomado, hay algo que nadie ha mencionado y es la mala calidad de los estudios de suelo. En Arica el monoblock del hospital colapsó con un pequeño temblor (grado 7 en Tarapacá) mientras que las casas de adobe que lo rodeaban quedaron intactas, es bastante obvio que hay un problema de suelo y sin embargo se volvió a levantar el nuevo hospital exactamente en el mismo lugar. Apuesto que muchos grandes edificios y obras públicas nuevas han colapsado porque los estudios de suelo no cumplen con la norma o están mal hechos. No me gustaría estar hospitalizado cuando venga EL GRANDE a Arica.

Antes que se me olvide, una petición a los presidentes extranjeros: por favor no vengan, agradecemos muchísimo toda la ayuda pero las visitas en estos momentos estorban, ya habrá tiempo y serán muy bienvenidos, pero ahora no podemos darnos el lujo de tener a nuestras autoridades ocupadas en repartirse cortesías y gestos simbólicos. Lo del ofrecimiento de Evo del 50% de su sueldo y el de sus ministros o el partido de fútbol me parece ridículo, lo siento pero alguien tiene que decirlo, leí una frase en inglés que viene como anillo al dedo a esto "may look nice on national CouchPotatoTV", esos gestos no sirven, si quiere donar hágalo de forma anónima como corresponde, hay varias cuentas especiales para eso.

Tengo en mi mano un ejemplar de Business Week de marzo del año 2000, donde uno de los artículos principales se llama "Wooing the worker" y dice que para reclutar y retener a sus trabajadores, las empresas estaban ofreciendo señuelos tales como bonos, servicio de concierge y asignaciones de vestuario (¡ahora lo encontre en la web!). Muchos años de política expansiva de Clnton habían llevado a un desempleo bajo el 4% y a la subida de salarios/beneficios nunca antes vista. Tiempos aquellos, les tomó casi 10 años el violento despertar.

Fíjense como la vida próspera hace a las personas cada día más vulnerables, En grandes ciudades -como vemos ahora en Concepción- la gente depende de muchas más cosas materiales para poder sobrevivir y mientras más bienestar material adquieren las personas se van haciendo más débiles, miedosos y dependientes. Se horrorizan cuando pasan dos días sin comer: pierden la cabeza y se ponen violentos como perros, la verdad es que se puede pasar una semana o más y no pasa nada, me consta. Me imagino la tremenda explosión social que ocurriría si hay una catástrofe en alguna ciudad grande de USA o de Europa, la gente no está preparada para eso.

Ah, seguiría escribiendo cabezas de pescado hasta mañana, pero tengo que salir. El deber me llama y la noche es joven. Hasta mañana.