18 julio 2011

Por que no nos gusta competir

La competencia es políticamente incorrecta. Por ejemplo cuando se habla de educación evitan mencionar esa palabra, es inconfortable, porque según el pensamiento políticamente correcto no resulta inclusivo que unos ganen y otros pierdan, competir es pecaminoso. Yo estoy de acuerdo que -en general- no hay mejores ni peores, pero de ahí a no diferenciarse ni sacar lo mejor que tenemos para refugiarnos en un rebaño homogeneo, creo que es una actitud bien pobre.

En cambio competencia en economía es hoy un fetiche, igual que en los años sesentas, cuando hablaban de revolución o pueblo. Pero seamos francos, no nos gusta competir porque tenemos miedo a perder, eso ha permitido que la palabra se desvirtúe y en su nombre se justifican muchas barbaridades, tal como antes se hacía en nombre la revolución o del pueblo.

Tal vez los deportes nos dan la idea más exacta del verdadero significado de la palabra: los atletas compiten, por ejemplo en los 100 metros planos y cada uno trata de correr más rápido que los demás para llegar primero a la meta. Uno gana y los demás pierden, en distinto grado según lleguen segundo, tercero o último. Es tanta la similitud que los que entran a la universidad se dice que estudian una carrera. Es tan importante tratar de llegar primero como saber perder, no hay nada más desagradable que los malos perdedores ni nadie supera a alguien que acepta ganar o perder con la misma gracia.

Las empresas también compiten para ganarle a las demás y en lo posible para llegar a una posición dominante o mejor al monopolio, ese es el objetivo de toda empresa y las teorías modernas de competencia están basadas en teorías de guerra. Sin embargo tanto en los estudios como en los negocios es políticamente incorrecto hablar de ganadores y perdedores, según el ideal igualitario todos deberían ganar, cosa evidentemente absurda.

Así es como la educación se ha tratado de masificar y estandarizar a un costo enorme para los contribuyentes mientras en los negocios aparecen leyes antimonopolio para castigar a las empresas que tratan de mejorar su posición dominante. Si en una carrera atlética se castiga al que llega primero ¿que ocurre? Que nadie se mueve o que todos se deben poner de acuerdo para llegar de alguna manera al mismo tiempo. Si no hay competencia no hay mejora, todo queda estancado.

Lo mismo pasa con la educación estandarizadora, cuando el estudiante se da cuenta que no gana nada con esforzarse, se adapta al mínimo común denominador o lo deja, finalmente sale con un título que no vale nada. Y las empresas en lugar de pelear por llegar a ser las primeras, se ocupan en denunciar al gobierno a los que les está yendo bien, acusándolos de colusión y competencia desleal.

Las regulaciones del estado siempre dañan la competencia, todas las regulaciones traspasan la responsabilidad y el riesgo desde las personas hacia el estado. Aunque hay regulaciones inevitables -como las leyes que persiguen las estafas- siempre debieran ser mínimas, pueden ser un mal necesario pero básicamente son un mal, si queremos libertad para elegir cualquier regulación termina limitando esa libertad. En Hong Kong nunca necesitaron de tribunales para "defender" la libre competencia.

Las leyes antitrust de los Estados Unidos aparecieron para defender intereses corporativos y a un gobierno que se sentía amenazado por el poder que podrían adquirir Rockefeller y otros industriales exitosos, pero nunca se demostró que hayan fomentado verdaderamente la competencia, al contrario, el efecto real ha sido siempre el de limitar la libertad y proteger a los poderosos.

Las leyes para "proteger" la libre competencia se basan en dos conceptos equivocados, el primero es el modelo de competencia perfecta de los economistas neoclásicos, una ficción matemática que -a pesar de su prestigio académico- ha mostrado ser muy mala para predecir o modelar la economía. La competencia perfecta con tasas de ganancia de equilibrio es la negación de la idea de competencia y los modelos que tienden al equilibrio en la vida real son más raros que los platillos voladores. Pero es un modelo prestigioso porque se pueden escribir complicadas ecuaciones que todos respetan y muy pocos se atreven a cuestionar su validez o alcance.

La otra equivocación es la creencia popular de que las economías de escala son imbatibles y que los ricos se hacen cada vez más ricos mientras los pobres cada vez más pobres. Es increíble como ha persistido esa idea pese a que la realidad muestra todo lo contrario y ni la IBM es la única fabricante de computadoras del mundo, ni la GM la única fabricante de automóviles, ni la Boeing los únicos fabricantes de aviones, como pronosticaba J.J. Servan Schreiber en "El desafío americano" el año 1969. La verdad es que el tamaño, llegado a cierto punto pasa a ser una desventaja y los monopolios caen por su propio peso ante organizaciones más ligeras y eficientes, hay miles de ejemplos de eso.

En base a estos dos errores -ambos anti libertarios- la gente ha ido traspasando su propia responsabilidad hacia el estado ¿esto los ha protegido? Para nada, las personas hoy están más desprotegidas que nunca porque dependen de la discrecionalidad de los burócratas, confían en eso y cuando son timados, cosa que pasa con regularidad, corren a reclamar contra el estado porque no los protegió apropiadamente. El caso de La Polar es típico de tontos que lloran porque el estado no los protegió de sus propias decisiones.

En todo esto hay un cambio siniestro: las personas y las empresas tienen cada día menos ganas de competir o tomar riesgos. Antes era un orgullo superar a los demás y superarse a si mismo, los mejores eran aclamados ya fueran un alumno o un empresario exitoso y todos querían ser un poco mejores cada día. Ahora en cambio todos buscan ganar por secretaría, por medio del pituto o el privilegio de alguna burocracia.

Aparecieron tipos al estilo de Maturana diciendo que en realidad en la naturaleza no se compite sino que todos cooperan como buenos hermanitos para llegar a un estado de perfección ideal donde todos son felices, solo compiten los tontos y los malvados. Que pena ver como se endiosa a la mediocridad.

En la vida real tenemos que tomar decisiones riesgosas y competir, no hay manera de librarse de eso porque el riesgo y la competencia son parte de la vida, pero como políticos y economistas se dieron cuenta hace rato que tomar decisiones y competir nos da miedo, nos vendieron la idea que el estado lo puede hacer por nosotros, esa es una mentira más grande que "voy y vuelvo" o "préstame cinco lucas, te las devuelvo mañana". La otra mentira mejor no la digo, pueden haber menores de edad leyendo. Hasta mañana.

18 comentarios:

  1. Otra cosa; es importante elegir "carreras" donde su trascendencia sea de peso; conozco personas empecinadas en ganar vcada cosa donde se ven metidos; se desgastan y pierden la perspectiva.

    A disgusto prefiero perder muchas carreras de poco calibre con tal de llegar primero en las que realmente considero de importancia, sin engañarme ni elegir aquellas donde corra solo, porque ahí nunca sabré si gané, o si le gané a alguién, o inclusive si me vencí a mi mismo (como decía el escudo del Mackay "Vincit Quise Vincit")...

    ResponderBorrar
  2. Claro,además que no se puede ganar siempre pero hay que atreverse a dar la pelea igual. Lo más ratón es tratar de ganar por secretaría, con truculencia, aunque es lo más común también.

    ResponderBorrar
  3. A mi me gustan las carreras de largo aliento, al revés de lo que practicaba; lanzamientos; ahí la cosa se definía e un par de estallidos...

    ResponderBorrar
  4. Dicen que en deporte las carreras largas son las que generan más endorfina, Tom Wilke que fue psicólogo deportivo dice que pueden ser igual de adictivas que la droga, por eso los aficionados al trote

    ResponderBorrar
  5. A mi nunca me agradó competir; me gustaba ganar, no competir; ganar me provocaba beneficios importantes para mi estado adolescente.

    Competir por competir me parece un tanto ridículo; la frase "Lo importante es competir"; siempre me ha parecido incompleta; podría ser "Lo importante es dignificar la competencia con deseos y aportes sanos al proceso". Ahí si.

    Era cabro cuando hice atletismo, y me fue (para mi escala de medida, no en términos absolutos, claro está) bastante bien con las srtas.

    Como era bien ganso, todo este asunto me despercudió...

    Chao.-

    ResponderBorrar
  6. (Juraría que estas cuestiones ya las hablé años antes aquí; es la edad, y contra ella es dificil competir... "yo ya no ya")

    ResponderBorrar
  7. ah, en mis años hijitos! ñaca, ñaca jaja, cuidado con el alemán, hombre!

    Supongo que a todos nos gusta ganar, en lo posible sin competir, pero en casi todo lo de la vida real hay que competir y medir fuerzas nomás, no hay otra y como es inevitable, mejor que nos guste. Yo creo que lo importante es saber tomarlo con calma, sin picarse cuando uno pierde ni ponerse prepotente cuando gana, son cosas de la life nomás.

    ResponderBorrar
  8. El sábado llegue de Mendoza. Nunca me ha gustado el fútbol y ni siquiera me acerque al estadio. Fui a puro comer "bife de chorizo". Qué minas tan ricas. La ciudad es una maravilla. Por 200 pesos te comías a la mejor bife de chorizo (http://www.economiaynegocios.cl/calculadora_vf/index.asp para hacer las conversiones). Y por 50 pesos te comías una excelente, pero que no era de tan buena familia y no pronunciaba tan bien. El libre comercio me encanta. Es lo mejor para todos. Si era un poco molesto los tiempos de espera. Estaba lleno de tipo como yo que ni se acercaron al estadio y fueron al puro hueveo. Ojalá pronto Argentina organice un mundial para poder volver.

    ResponderBorrar
  9. ah, esas esforzadas compatriotas que hacen tanto para ingresar divisas al país !

    ResponderBorrar
  10. Las diferencias de cambio son siempre una bendición en las ciudades fronterizas, en uno u otro sentido. Entre Arica y Tacna se ve mucho el beneficio, cuando el cambio es favorable para un lado va mucha gente a la otra ciudad a comprar y esta se beneficia con el aumento del comercio y los negocios en general, ambas partes ganan.

    ResponderBorrar
  11. En la naturaleza todos coperan el pasto copera con las cebras, las vacas con los leones...

    ResponderBorrar
  12. No, esa es una ilusión similar a la de los que creen que el universo es una "maquinaria perfecta", no hay nada de eso, la cebra hace todo lo posible por no cooperar con el león y viceversa. Si todos cooperaran y estuviese todo perfectamente ajustado, el mundo sería aburrido y estático, nadie moriría jamás y ninguna especie se habría extinguido.

    La competencia es el motor de todo, la cooperación una apariencia

    ResponderBorrar
  13. Tomás, hay una ciudad entre Uruguay y Brasil que es el justo ejemplo de lo que dice. Se llama El Chuy y la línea de forntera pasa por su justo centro. Hay una avenida ahí, de una vereda es Brasil y de la otra Uruguay. Son todos comercios y en realidad cada comerciante tiene un local en cada lado. Cuando yo fuí la vereda oriental estaba saturada y la occidental desierta, pero puede ser exactamente al revés. Las aduanas respectivas están en las salidas del pueblo.

    ResponderBorrar
  14. En las noticias que pasan en Chile muestran que los restaurantes están colapsados, que se agotó la producción de chocolates, que el combustible escasea, etc. Puras noticias irrelevantes. Nadie mencionó lo realmente importante. Las chiquillas no daban abasto para atender tanta necesidad, pese al importante refuerzo que llegó desde otras regiones de Argentina. Ellas ganaron lo que merecían, se rompieron el culo trabajando y traspiraron cada peso recibido. Lo más desagradable era la "marea roja". Que manga de inadaptados y muchos delincuentes. Ojalá alguien pida perdón a los vecinos por tanta visita desagradable.

    ResponderBorrar
  15. Has pensado alguna vez, Tomas, que la competencia no es parte de la idiosincracia chilena? Sin embargo, es parte de la cultura norteamericana en la cual vivo, en la urbe de la costa este. Aca es natural que cualquier actividad se impulse en base a competencia. De hecho, no ser competitivo/a es un signo de debilidad o de ser idiota...
    Saludos-

    ResponderBorrar
  16. El juez dice que Allende se suicidó cuando todo indica que lo suicidaron sus leales colaboradores que resistieron valientemente junto a el en La Moneda. Cómo harán esta vez para sacarle dinero al estado? O era que perseguían otros objetivos?

    ResponderBorrar
  17. como decia un viejo dicho... "mas vale ser cabeza de raton, que cola de leon"

    ResponderBorrar
  18. Lilian, yo creo que es no solo en Chile, en todo el mundo USA incluído hay una tendencia creciente hacia no competir.

    Claro que en los Estados Unidos hay tradición mucho más competitiva, pero las cosas van cambiando, especialmente entre la gente más joven. Los hijos de los hippies, acuérdate ;D

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"