23 julio 2025

Los coleccionistas

Anoche llegó el Tomás Jr a la oficina diciendo "acabo de hacer una compra estúpida". No me extrañó para nada, porque ahora que está ganando plata, pasa por esa etapa donde las compras estúpidas son la norma más que la excepción.

Aunque no tiene gustos caros siempre llega con alguna baratija absurda o inútil. Y yo siempre me burlo con mis extraordinarias dotes de lógica y sarcasmo le demuestro lo idiota que ha sido.

En fin, estba dispuesto a divertirme un poco anoche, pero no fue así, abrió un maletín que andaba trayendo y me mostró esto:

Una linda máquina de escribir Vendex 850 TR, le pregunté de donde diablos la había sacado y me dijo que se la había vendido un ex exiliado político, que se la regaló su padre cuando vivían fuera de Chile.

Bueno, creo que es la primera vez en su vida que hace una buena compra, la máquina es hermosa y pagó 20 lucas por ella (20 dólares aproximadamente). Tuve que reconocer su buen olfato.

Le dije que buscara en eBay por si estaban rematando alguna igual, estuvo buscando pero no encontró la misma, y me dijo medio desilusionado que había encontrado máquinas antiguas hasta por 10 dólares.

Pero no todas las typewriter son creadas igual, así es que me puse a buscarla en Internet y encontré un sitio de aficionados donde se vendió una exactamente igual en 250 euros, es esta

O sea 10 veces lo que pagó por el cachivache. Yo estoy seguro que una máquina de escribir en excelente estado "mint" como esta se va a valorizar en el tiempo y en unos 20 o 30 años más serán escasas y caras tal como mi reloj Orient. Buena compra.

En realidad tenía la idea de escribir esta entrada con esa máquina, sacarle una foto y colocar aquí la imagen en lugar de escribir la entrada, habría sido perfecto, pero la cinta está muy gastada, cuando me llegue una cinta nueva publicaré una entrada en máquina de escribir. Será cortita seguramente.

Coleccionismo
Esto de los coleccionables es algo fascinante porque muestra la Teoría Subjetiva del Valor operando en su máximo esplendor: Lo que es basura para uno puede ser un tesoro para otro y como tenemos la increíble suerte de vivir en un mundo hiper globalizado, podemos comprar y vender en todo el planeta.

Internet es el lugar perfecto para encontrar a compradores y vendedores que coincidan en un producto p servicio, creo que eso es algo que todavía no está completamente desarrollado y menos dimensionado. Alguna vez escribí que La web es como el gran catálogo de Sears, los viejucos entenderán por qué lo digo.

Pero creo que el coleccionismo va más allá de comprar algo muy barato pero que puede subir de valor con el tiempo o encontrando a alguien que justo lo esté buscando. 

El que colecciona siempre tiene un pequeño Diogenes en su corazoncito, tiende a acumular y le cuesta mucho deshacerse de cualquier cosa de su colección.

Porque todo verdadero coleccionista compra por gusto mucho más que por negocio, incluso los más metalizados, esos que dicen "yo lo vendo todo si me dan el precio que quiero" tienen cierto apego por sus cosas.

Yo no colecciono para vender, no vendería ni muerto mi reloj, mis antiguos encendedores, el pito de carabinero, los trilobites y si el Tomás Jr. tratara de vender la máquina de escribir se la compraría yo... claro que en 21.99 dólares, ni uno más.

Que raro es ese apego a las cosas antiguas. Yo tengo un par de las primeras radios de transistores que existieron, de los años sesenta, una máquina de coser de juguete de los años del Puerto Libre (cincuentas), de esas botellitas en miniatura que regalaba la Coca Cola en los setentas, en fin, muchas cosas que para la mayoría no valen nada pero a mi me gustan.

Y si me gustan a mi, entre los miles de millones de personas que hay en el mundo, es más que probable que a otros les gustarán. Tengo gran cantidad de libros y revistas antiguas que a veces desempolvo y releo, son revistas que me impresionaron cuando tenía 11 o 12 años y me siguen impresionando hoy.

También tengo mi propia colección de intangibles: malos hábitos, rencores, vicios y manías, sueños imposibles y otras cosas más pedestres como herramientas, plumas fuente antiguas. la mejor colección es mi pornoteca. Pero no hablaré de eso, capaz que me cierren la cuenta por sucio y viejo verde, así es que mejor muero pollo, por ahora. 

A propósito se me olvidaba mi colección de amigos, no se que será más grande: esa o mi pornoteca, yo creo que ambas colecciones andan por ahí nomás.

5 comentarios:

  1. Tuve una colección de estampillas y una de monedas y ahora mismo no tengo idea dónde están o si se las heredé a alguien.
    La de estampillas se fundó arrancando los sellos de las cartas que se recibía en casa o en el trabajo de mi padre. Luego una tía viuda hizo la inversión de su vida e hizo el soñado viaje a Europa y enviaba postales de distintos países que yo esperaba con ansias. Tiempo después en Buenos Aires descubrí las casas de filatelia - una suerte de desilusión: con dinero podías adelantar mucho tu colección sin depender del trueque o la suerte. Se suponía que todo aquello se iba a revalorizar con las décadas y ahora que ya pasaron.. no sé dónde quedaron! Uls

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    1. me pasó algo parecido, tenía una moneda con la cara de cristóbal colón, de las primeras monedas acuñadas en chile, si es que no la primera, dónde está mi colección de monedas? ni idea, las cosas más importantes fueron saqueadas donde mi abuela, la pobre vieja estará maldiciendo en el infierno

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    2. Ulschmidt, yo tuve la misma desilución con las estampillas, cuando chico llegué a tener varias hasta que una vez encontré una tienda de estampillas que vendía colecciones completas con estampillas nuevecitas, triangulares, grandes, de países africanos, etc. Con eso lo de las estampillas perdió todo el vrillo para mi.

      Anónimo, yo tengo cajas de lata llenas de monedas que guardaba mi querida suegra nunca las he revisado hay desde muy antiguas hasta kilos de monedas de 1 peso y de 1 escudo que no deben valer nada. Pero igual las guardo para la buena suerte.

      Alguna vez tuve un "gluckpfenning" (penique de la suerte) que efectivamente me trajo mucha suerte, hasta que se me perdió, la triste historia la puse aquí
      https://bradanovic.blogspot.com/2006/07/el-gluckpfennig.html

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  2. una vez tuve un negocio, tenía una contadora por ratos según demanda, la desgraciada me hizo comprar una máquina de escribir porque los formularios del 1 al n debían ser correctamente completados, como dos meses después el sii implementó todos esos documentos por la internet, la contadora no tenía idea que eso sucedería, del negocio me queda la máquina de escribir y otro poco de cachureo

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    1. Ah, a mi me habría encantado tener una máquina de escribir comprada por mi mismo para usarla, que envidia

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