Gobiernos corporativos

Como hacía tiempo que no nos juntábamos, Tom McDonnell me invitó de vuelta al bar de doña Meche en el Mercado Colón, así es que nos fuimos a las 2 PM y estuvimos tomando unas cervezas hasta las 6:30 más o menos, tal como en mis mejores tiempos.

Estaban más o menos los mismos, tuve la suerte de encontrarme con mi futuro cliente boliviano de los cigarrillos y varios más que estuvieron con nosotros el día de San Patricio, fue como llegar a la casa y la Sra. Meche nos saludó y nos despidió personalmente, que mejor que un bar donde todos se conocen. McDonnell me decía que cuando tenga plata lo primero que va a hacer es comprarse ese bar. Realmente tiene olfato para detectar buenos bares, yo nunca lo habría notado.

A veces me encuentro con unos pocos ariqueños que son regulares de este Club de Ociosos, cuando iba en el taxi colectivo a Tacna, el muchacho sentado al lado mío vio mi nombre en la agenda y me dijo "hey, bueno el blog, yo siempre lo leo".

Buena, buena, de nuevo me sentí como micro celebrity porque al día siguiente, en el concierto de Los Jaivas a los pies del morro, mientras lo veíamos en el ostentoso auto del Mouse, se nos acercó otro muchacho y me dijo "tu eres Tomás yo te escribí a tu blog", que bien. Me siento a escribir y es como estar conversando, hasta hace poco prácticamente nadie de Arica lo leía, ahora hay unos pocos. Me alegro mucho cuando me encuentro con algún regular ariqueño.

El muchacho del taxi era egresado de derecho de la UTA e iba a Tacna para ver como editar una revista que sacan los estudiantes y algunos profesores de la facultad. Me contaba los problemas de siempre: profesores mediocres y endiosados que se asustan cuando llega algún profesor que vale la pena, pequeños ídolos con pies de barro.

Me acordé cuando yo estudiaba era más o menos lo mismo. Recuerdo a un excelente grupo de profesores de matemáticas que llegaron de la Universidad Santa María en los ochentas, con sus master recién obtenidos a reforzar la creación de las ingenierías civiles. Estaban llenos de entusiasmo y organizaban los coloquios matemáticos los fines de semana, con gran éxito entre los alumnos. Esto asustó a los viejos profesores, los acusaron de comunistas y el rector de entonces los echó a todos.

Las cosas no han cambiado mucho desde entonces. El estableshiment tiene grupos de poder en cada facultad y escuela, se aterrorizan cuando llega alguien medianamente bueno, lo ven como una amenaza y le hacen la vida imposible hasta que se aburren o logran echarlos con cualquier pretexto. Es lo que pasó hace dos años con un profesor de derecho que cuando lo echaron generó un gran conflicto estudiantil por el apoyo que tenía de los alumnos. Pero los viejos acabronados salieron con la suya, como siempre.

Cuando el ambiente es así de malo, lleno de mediocres endiosados con poder interno, nadie que sea bueno aguanta mucho. Hay casos heroicos de profesores excelentes que solo aguantan porque les gusta Arica, pero lo que tienen que soportar no se lo deseo a nadie. En fin, es un problema en casi todas las universidades estatales del mundo, los más malos son los que más hablan y se jactan de la "calidad académica" adonde vayan, aquí y en todas partes. Dime de que te jactas y te diré lo que te falta. En un ambiente así, destacarse en lo que sea es una enorme desventaja.

Ah mi pobre universidad que tanto quiero, paradojalmente los buenos son los primeros en jubilarse mientras que los malos se afirman con dientes y muelas a la titularidad, cortando cualquier posibilidad de mejora. Contra eso no hay acreditación que funcione.

La raíz de todo mal es el sistema de rectores y decanos elegidos, que se reparten los millones. Por culpa de ellos se crean las maquinarias de poder, las carreras son absurdamente largas y carísimas. Me contaba este muchacho que el promedio de permanencia en derecho hasta sacar el título de abogado es entre 10-12 años.

Otro gallo cantaría si existiera una Junta Directiva con plenos poderes para contratar y despedir al rector, decanos y profesores. Hoy las juntas directivas de las universidades estatales son decorativas y las universidades son una cooperativa de distribución de pitutos.

Una pena, pero ya llegará el momento de la temida reforma de los gobiernos corporativos, se terminartán los profesores mediocres apernados y todos se verán obligados a hacer clases y publicar, como debe ser. Entonces recién podremos esperar que la calidad de la educación mejore un poquito al menos, no mucho porque ya hemos visto que lo que natura no da, Salamanca no presta.