Momias y minas

Gran escándalo porque van a llevar a Japón a una de las momias Chinchorro para su exhibición. Se nota que estamos cerca de elecciones porque todos los candidatos eternos aprovechan la más mínima oportunidad  de hacer declaraciones estúpidas tratando de ganarse al populacho. Aparecen en primera fila de cualquier protesta "aparentando estar más interesado en el bien ajeno que en el propio" como describió genialmente Pérez Rosales. Que tremendo circo y que pobres payasos.

Ese chauvinismo con las momias es ridículo, Arica está repleta de momias y en cualquier casa del centro se hace una excavación y empiezan a aparecer. Por la calle Héroes del Morro, por Yungay, el barrio La Lisera están sobre un enorme cementerio donde han enterrado gente desde varios siglos antes de Cristo, lo que pasa es que en nuestra ciudad hasta los muertos se conservan. Por eso mi mamá dejó instrucciones para que la quemaran después de muerta, le horrorizaba la idea que la exhibieran en un museo un par de siglos después. A mi en cambio me encantaría -y así lo he dicho muchas veces- que me coloquen momificado en una vitrina con una lata de cerveza en la mano: "el hombre de Chinchorro".

La gente tiene ideas tontas sobre muchas cosas, pero sobre todo acerca de los muertos. Un amigo cubano, médico que conocí el otro día, me decía que en Cuba las personas no tienen ningún problema en donar sus órganos después de muertos, si al fin y al cabo el cuerpo se pudre y se convierte en basura ¿que sentido tiene eso de adorar cadáveres como si todavía estuviese la persona que vivió en ese cuerpo? Tonteras de la religión yo creo, nada más que eso. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.

Conversaba con mi amigo el mouse sobre el auge y la muerte del negocio de las importaciones. Duró unos veinte años y empezó a principios de los ochenta, en esa tremenda universidad que fue la Zona Franca de Iquique. Los que tuvimos la suerte de trabajar allí nunca olvidaremos esa experiencia y cuanto aprendimos de ella, sin buscar mucho en la memoria me acuerdo de dos amigos que conocí siendo vendedores ambulantes y hoy tienen varios millones de dólares y un montón de activos valiosos. Conocí a muchos otros que se hicieron millonarios y lo perdieron todo, una o varias veces.

A principios de los ochenta mi amigo Daniel -el Jote- Viera era gerente de Sony Cantolla, la empresa más grande de Chile en esos años, cuando recién empezaba la transformación de nuestra economía. La electrónica con Sony y Pioneer fue la primera ola de grandes negocios de la Zona Franca. Sony Cantolla tenía una avioneta de la empresa y lujosas casas de huéspedes en todo el norte para alojar a los ejecutivos lo que para esos tiempos era un lujo asiático. El señor Morita, presidente de Sony hizo una insólita visita a Iquique para conocer a su principal cliente en el mundo, en esos años Cantolla vendía más que el mercado de los Estados Unidos.

Después siguieron llegando oleadas de auge de nuevos productos. La "basura" de Hongkong como llamábamos a los primeros productos chinos, los automóviles y la ropa usada. De Zofri salían exportaciones por cientos de millones de dólares, lo que era una suma enorme para esos años. solo en nuestra empresa, representantes de Casio, vendimos 11 millones de dólares en 1983, cuando el dólar valía eso era mucha plata, éramos el cliente más importante de Casio en el mundo.

Fue una combinación de circunstancias: estar rodeados por economías cerradas como Perú, Bolivia, Brasil y Argentina fue una de las explicaciones y los enormes ingresos de la venta de cocaína que debían ser lavados de alguna manera se complementaron muy bien con el momento. En Perú y Bolivia, a diferencia de Colombia, no existían los grandes barones de la droga sino que eran los propios campesinos que empezaron a recibir mucha plata por sus cosechas y siguiendo la tradición aimara la convirtieron en contrabando y comercio.

Todo esos terminó y uno por uno se fueron terminando los mercados. Perú en 1990 abrió su economía y el contrabando perdió todo su atractivo, Bolivia había hecho lo mismo antes y una tras otra en las ciudades fronterizas el contrabando dejó de ser rentable. Así murió el boom de las importaciones que creó a tantos millonarios, la mayoría volvió a ser tan pobre como cuando empezó.

Me decía el Mouse que ahora viene lo mismo con la minería, el estuvo trabajando en eso y contaba de mucha gente que se habían hecho millonarios de un día para otro en cuestiones tan básicas como transportar trabajadores o darles alimento. Me contaba del caso de un amigo que empezó con un furgón Mitsubishi, con capacidad para 9 pasajeros transportando gente. En un par de años ya tiene una flota de minibuses.

Me contaba de una panadería que empezó a preparar almuerzos para entregar a los trabajadores, al poco tiempo empezó a crecer y hoy es la empresa Central de Alimentos que está instalada en todo el norte y da cientos de puestos de trabajos. Otros grandes negocios que se están haciendo es la contratación de aseo industrial, el arriendo de maquinarias y vehículos, las reparaciones.

Parece que otro boom está llegando a nuestro aburrido pueblicho, han habido varios: el Puerto Libre en los sesentas, las industrias electrónicas y automotriz en los setentas, el contrabando en los ochentas y parece que ahora le toca a la minería. Todos pasan, pero la gente actúa como si fuesen a ser eternos. Los que no saben soltarle la cola al tigre a tiempo siguen hasta perder todo lo que ganaron, otros -muy pocos- entran y se van en el momento justo, esos son los que se llevan la plata: los que entran antes que comience la locura y se salen antes que deje de ser negocio. El problema como siempre es que nadie tiene una bola de cristal para saber cuando es cuando.