Como lo veo yo

Me reventé de la risa con este video de Israel Rosales y su Escuela de Casanovas. Cuando hagan clic sobre él los llevará a Youtube porque es contenido de Panamericana Televisión y no permiten verlo incrustado, pero no se preocupen, véanlo allí porque realmente vale la pena.

Ah los Casanovas, que cosa más divertida (no me refiero a mi amiga Ari sino a su ilustre antepasado). Mujeriegos, seductores, ladie´s men, Don Juan, en fin. Yo mismo escribí mi Manual del Cazachicas para instruirlos, pero con intenciones bien diferentes a las de don Israel, el Guru de la Seducción. Tiempo atrás apareció en la televisión chilena una entrevista al equivalente nacional de este guru peruano, no recuerdo como se llamaba pero era un tipo que cobraba por enseñar a "seducir" mujeres, tenía un discurso bien parecido al de este muchacho y era más o menos igual de ridículo, la versión chilena seguía el look como de un argentino de Buenos Aires -porteño- imitaba los gestos y hasta hablaba un poco como los porteños, me hizo recordar a Ivan Zamorano.

Me extraña que no hayan aparecido más de esos, existe un enorme mercado de tipos que sueñan con adquirir una técnica o lo que sea para seducir a las mujeres, el sueño de casi todo hombre -hasta le quitaría el "casi"- es poder acercarse a una desconocida, hablarle cualquier tontera y finalmente arreglarselas para llevarla a la cama. Eso es lo que ofrecen estos gurues, con especial énfasis en la cantidad "uno puede levantar hasta 7 chicas diferentes cada semana" asegura Israel completamente serio ¿que haría yo con una mujer distinta todos los días durante un año? Ah, que no haría, digamos mejor.

Detrás del donjuanismo está la inseguridad, la insatisfacción con uno mismo y lo digo con conocimiento de causa porque tuve mis años de eso. En principio uno lo ve como una especie de juego "gordas, flacas, lindas, feas, todo sirve para el currículum" pero es un asunto endiabladamente serio. Yo al menos hasta pasados los 30 años no tuve ninguna oportunidad con las mujeres por ser pobre, feo, tímido o cualquier otra razón. Las cuento con los dedos de una mano y me sobran tres dedos, era como el lapiz Bic: cero minas y muchas veces llegué a pensar que me iba a morir sin haber gritado ¡Viva Chile!.

Después empecé a ganar plata, me compré mi primer auto y todo cambió. Me hice asiduo a los topless y la compañía pagada que era una forma especialmente adecuada para relacionarme con mujeres para un tipo flojo como yo, aprendí muchísimo en esos años sobre todo a respetar la profesión más antigua del mundo, entre la cual hice grandes y entrañables amistades. Un amigo mío, más feo que la mentira pero aficionado a las mujeres lindas, me explicó su sistema una vez que estábamos conversando medio borrachos. Me dijo que tenía una amiga que le conseguía una chica diferente cada semana y como era cliente de años le hacía descuento por volumen, me sacó la cuenta -lapiz en mano- de los millones que había ahorrado con eso en lugar de casarse con una mujer bonita como habían hecho muchos de nuestros amigos. Que gran filósofo y mejor economista.

Yo estaba convencido que me iba a morir solterón y con el mismo sistema de mi amigo, pero una vez mi amigo el Matute me invitó a salir con unas chicas, conocí a la Pilar y entonces me desgracié. El caso es que quedamos enganchados enseguida y nunca más e imaginé seguir solo, en los casi 30 años que llevamos juntos solo una vez estuvimos peleados y casi me comen los piojos de pena, fue un gran alivio cuando nos volvimos a poner en la buena  después de una semana sin hablarnos.

Pero bueno, volvamos a los Casanovas. La cosa es que después que conocí a la Pilar yo había adquirido cierta práctica y me gustaba presumir de mujeriego, entonces seguí haciendo currículum como si nada. Como tenía auto, algo de plata y ya no tenía el horrible miedo a quedarme sin tema de conversación, o de pensar si lo estaría haciendo bien o mal, la cosa es que seguí con entusiasmo aprovechando las oportunidades cuando se me daban. Hasta que una calmada conversación de la Pilar durante los sábados culturales -cuando íbamos a tomar cerveza a la Isla del Alacrán- me dejó pensando que algo no estaba del todo bien.

Resulta que me di cuenta que no me interesaba tanto acostarme con otras mujeres sino más que nada mostrarme. Era una especie de inseguridad, ego y exibicionismo de la que ni me había dado cuenta. Cuando se me pasó esa manía por fin me pude relacionar con las mujeres de una manera natural, sin "florear" ni tratar de impresionar o "conquistarlas" y desde entonces empecé a tener las mejores amistades de mi vida con mujeres, sin sentir ninguna obligación ni urgencia de nada. Encontré que también era entretenido conversar unas cervezas francamente con una amiga y multipliqué mi espacio de satisfacciones por dos.

Yo creo que la mayoría de la gente se casa o se empareja por razones equivocadas y los resultados son trágicos. Lo que se llama enamoramiento generalmente es un estado alucinatorio que hace ver buena a la malvada, generosa a la egoista y leal a la traicionera solo porque tiene un buen par de tetas o algo así (perdonen el exabrupto). Yo si que pondría una buena escuela para seducir mujeres y partiría enseñando que si quiere aprender a tratar a las mujeres PAGUE, es la mejor escuela que existe y si siente que está enamorado salga arrancando, esa es la peor de las razones para emparejarse con alguien, es como firmar un contrato sin leerlo y completamente borracho. Al menos así lo veo yo.