jo-jo-jo 2016: mis regalos para Arica

Esto se parece al Día de la Marmota, y es que estoy próximo a cumplir las 62 primaveras y a las puertas de otra estúpida navidad. Ya perdí la cuenta de cuantas veces he usado este ridículo dibujo que coloqué por primera vez a principios de los años 2000, debe haber sido el 2005 por lo menos.

¡Jo-Jo-Jo Feliz navidad para todos los animales! La verdad es que como muchos de ustedes ya saben, estas almibaradas fiestas me caen como patada en las partes pudendas. A las 5 de la tarde de hoy quedamos de juntarnos donde McDonnell para, primero tomarnos el aperitivo con mis amigos Alicia y Jaime, luego pensamos salir a tomarnos unos dry martinis, para soportar mejor el desagradable trámite de las ceremonias en la  noche, adecuadamente borrachos.

Como todos los años nos sentaremos en la mesa -cosa que aborrezco porque me gusta comer solo- me entregarán mis regalos -un par de calcetines y tal vez un desodorante- yo diré "me lo merezco, me lo merezco esto y mucho más" y como todos los años se quedarán furiosos porque jamás le he regalado nada a nadie. Luego chao, eso es todo.

Pero si yo fuera presidente del mundo, entregaría dos regalos de navidad para mi entrañable pueblucho de Arica, a saber:

1- Que toda el agua potable de la ciudad se extraiga del acuífero de Azapa, el Río San José y los pozos de la ciudad, para eso nos sobra el agua. Que se cierra definitivamente la planta de Desalari y se rechaze para siempre el proyecto de desaladora, usando toda esa plata para una planta de tratamiento de aguas servidas. Esto alejaría el fantasma tomar agua con gusto a caca con un costo tres veces más caro, o doscientas veces más caro en el caso del agua embotellada.

2- Que  se eliminan definitivamente los complejos fronterizos de Chacalluta y Santa Rosa, corriéndolos a Cuya hacia el sur y Tomasiri hacia el norte. Las ciudades de Arica y Tacna se convertirían en zona de completo libre tránsito, manteniendo tal cual las respectivas leyes y soberanías, tal como existe en muchos lugares donde no hay barreras naturales que marquen la frontera. Esto traería un desarrollo económico inimaginable a ambas ciudades, con un mercado interno de casi medio millón de personas y sin los problemas del hacinamiento de las ciudades grandes.

A los que les  convenza mi idea, no se olviden en las próximas elecciones para Presidente del Mundo de votar por mi, ya saben. Si no se pueden ir al diablo, malditos. Sigan creyendo a los tarados, ignorantes y fantoches que andan prometiendo estupideces por Internet, a ver si algunos incautos votan por ellos en las parlamentarias que vienen, total, estamos en pleno proceso de descomposición de la democracia.

Me imagino el impulso económico para ambas ciudades si cualquier peruano puede venir a Arica y comprarse un auto, usándolo en Tacna, o venir a comer buena carne  Los Aleros de 21, mientras nosotros vamos sin ningún problema a Tacna a comer mariscos con leche de tigre en El Gran Chimú. Los que dicen que a Arica le falta una zona franca no entienden nada, lo que nos falta es libre acceso a bienes desregulados como los cigarrillos chinos o la ropa de marca falsificada en Jirón Gamarra que se consigue en Tacna. Ahora igual tenemos acceso, pero entorpecido por las aduanas, si se corre la aduana hacia Cuya Arica y la de Tacna a Tomasiri varios problemas desaparecerían. Claro que aparecerían otros como el libre tránsito de delincuentes, pero que diablos, nada es gratis en este mundo. Los problemas son para resolverlos y son únicos que no tienen ningún problema son los muertos, lo demás es un asunto de costos y beneficios.

En fin amigos, soñemos un poco con un mundo mejor, donde no exista pobreza, todos seamos hermanos y reine la paz universal. Mentira, eso es una sarta de estupideces, el mundo nunca será mejor ni peor, mientras existan giles o gente con mala suerte siempre habrán pobres y la paz universal llegará cuando la raza humana se haya extinguido, por mientras, comamos y bebamos, pues mañana moriremos. Eso si que es seguro jo-jo-jo Feliz Navidad...