NULLA DIES SINE LINEA. Filosofía barata, historias, historietas, moralejas, chamullos, relatos absurdos, la vida de un vago, cosas de Arica, literatura, música, pornografía, política, física, cocina regional, minas, copete y cosas por el estilo. The awesome, absurd and often bored adventures of our Man of Mystery in Arica, from the trenches, in the Northern Front. Sacar a mil, sacar a mil. Streams of brilliance often spring from boredom. "Be yourself, but bigger"
31 octubre 2017
Sobre diabetes, cáncer y rastrillos
El sueño erótico
Creo que fue en el año 2016, durante la primera mitad del gobierno de Bachelet cuando el senador Jaime Quintana, ensoberbecido por la mayoría parlamentaria que tenía el gobierno en ambas cámaras, declaró que no iban a pasar una aplanadora, sino una retroexcavadora, para destruir desde las bases al "modelo neoliberal".
Como ven en el video, Quintana mencionaba el modelo educativo y tributario, los dos grandes fiascos que tuvo el gobierno poco tiempo después. Yo vi entonces por la ventana de mi casa una retroexcavadora que no se la pudo con el cerro y, después de intentarlo todo el día terminaron por llevársela. Se me ocurrió que le había pasado lo mismo que a la retroexcavadora de Quintana, la roca era demasiado dura.
Es algo que vienen intentando desde 1990, el sueño erótico de muchos políticos de izquierda ha sido "extirpar el modelo neoliberal" y es un sueño que les está costando la vida, porque reemplazar los mecanismos de mercado por voluntarismo político ha fracasado de manera consistente en toda la historia. Desde la Comuna de París hasta nuestros días, estas cosas siempre terminan en un gran fiasco.
El último experimento de Bachelet para acelerar el proceso, desplazando los mecanismos de mercado en la sociedad, ha tenido la virtud de despertar a la gente que antes era apática y no se interesaba por votar ni menos por participar en actividades políticas. Mediante jugarretas y ayudados por el desencanto de la política, en Chile tuvimos al enemigo en las puertas, igual que en Stalingrado, pero no pasaron, gracias principalmente a su propia incapacidad. Tuvimos suerte esta vez.
Enfermedades crónicas y agudas
Los gobiernos de la Concertación fueron como una enfermedad crónica y degenerativa, una especie de diabetes que nos iba dejando de a poco ciegos y tullidos. Pocos recuerdan que en 1990 el IVA era del 16% y a mediados de ese año subió al 18%. Frei Ruiz-Tagle el año 2003 volvió a subir la tasa a 19% con el pretexto de "mejorar la educación" (sobran comentarios).
La Reforma Procesal Penal empezó a funcionar el año 2001, "iniciada por la Ministra de Justicia del Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Soledad Alvear Valenzuela" y si la justicia en nuestro país era blanco de críticas en el sistema antiguo, el poder judicial y sus servicios anexos están hoy en su más profunda crisis de desprestigio de la historia, mientras que la incapacidad de controlar la delincuencia es -por muy lejos- el problema más grave del país en la percepción de todas las encuestas. Igual que en ciertas enfermedades crónicas, los síntomas se empezaron a acumular lentamente hasta llegar a la explosión que vemos hoy, donde los carabineros tienen que arrancar de los delincuentes.
El gobierno de Bachelet, a diferencia de la diabetes concertacionista, fue como el cáncer, igual de rápido y desastroso. Yo que nunca he sido antimarxista ni mucho menos, me reía de la expresión "el cáncer marxista" que tanto le gustaba al general Pinochet, sin embargo la comparación no era tan descabellada.
Tuvimos un atisbo de cáncer político con el Transantiago, una política pública que jamás funcionó, que resultó horrible para los usuarios y que es tan, pero tan mala, que ni siquiera las empresas se beneficiaron. Poco tiempo atrás el gobierno tuvo que salir al rescate de la empresa Subus para salvarla de la quiebra. Cuando una política pública no da ni siquiera para robar es que estuvo tremendamente mal diseñada.
Las reformas de Bachelet fueron más ejemplos de cáncer político especialmente maligno. Las reformas tributarias (votadas a favor en forma unánime, incluso con votos de la oposición), laboral, educacional, han mostrado resultados desastrosos que nos tienen en la peor crisis económica desde 1990. No creo que haga falta comentarlo mucho, todos sabemos la estupidez e incompetencia de quienes las diseñaron e implementaron. Eso es cosa bien conocida.
¿Y ahora qué?
Una vez conocida la enfermedad hay que empezar a ver el remedio. Leo en Economía y Sociedad que cuando los militares llegaron al gobierno en 1973 se encararon con una situación muy parecida: estábamos llenos de leyes tontas y perjudiciales.
Por ejemplo, antes de 1973, si alguien quería trabajar como peluquero; hotelero; matarife o cortador de carne; músico de orquesta; trabajador de fiambrería o rotisería; vendedor de vino y similares; montador de ascensores; actor o artista; colocador o pulidor de parquet; locutor; chofer de locomoción colectiva; gráfico; electricista; cargador y descargador de camiones; controlador de cine y espectáculos públicos; panificador; técnico cinematográfico; operador cinematográfico; trabajador marítimo o portuario o empleado auxiliar de agente de aduanas, para cada uno de esos trabajos existía una ley o decreto específico que -entre otras cosas- obligaba a obtener un "carnet" que era discrecionalmente otorgado por la autoridad de turno.
También existían leyes que ponían condiciones de trabajo para un montón de actividades y para que hablar del otro cúmulo de leyes que regulaban las remuneraciones y condiciones según el rubro o área económica. Todas estas leyes absurdas y antiproductivas se venían acumulando durante décadas, por las presiones de los distintos grupos de interés. El Gobierno Militar simplemente las eliminó todas, partiendo con el fin del "carnet sindical" obligatorio para miles de trabajadores, que era la base del poder de las mafias sindicales de entonces.
Leo en el mismo artículo que el Gobierno Militar dedicó tiempo y esfuerzo a las llamadas Leyes Rastrillo, destinadas a desregular y eliminar las leyes ridículas, costosas y abusivas que se había ido acumulando durante años. Eso es lo que tendrá que hacer un gobierno de derecha y es lo que José Antonio Kast se ha comprometido a hacer si es elegido.
Pero el próximo presidente casi con seguridad será Sebastián Piñera, que no tiene las ganas ni los pantalones para arreglar lo que está mal, también es muy probable que no tenga votos en el parlamento y tanto para la diabetes como para el cáncer que nos aqueja solo aplicará calmantes. El mismo lo ha dicho.
Por eso la importancia de ir armando desde ahora un movimiento o partido político en torno a J. A. Kast para que cuatro años más adelante pueda llegar al poder no solo con buena votación sino con los votos necesarios en el parlamento para pasar el rastrillo primero y luego la aplanadora. Eso es lo que se necesita y si después de estas elecciones J. A. Kast hace un nuevo movimiento, yo seré de los primeros en estar firmando, porque es primera vez en mi vida que me dan ganas de participar en política.
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Buen resumen de la situacion y como llegamos a este desastre bacheletiano, solo agregaria la influencia cubana y estamos completos.
ResponderBorrarDel futuro: esta es una situacion inedita, no solo se trata de arreglar el despelote de un pais que ha sido socializado con leyes e ideas tontas, sino de desarmar una institucionalidad pervertida y con amplios sectores del pueblo que comulgan con leseras y parte de la poblacion rehenes de la droga y de la guerra contra ella.
Quiza, (solo quiza), seria bueno que Tatan perdiera y nuestro querido pais se vaya al tacho de una con Guillier y sus nuevos amigos... Pienso en mi mantra.
Claro, hay una salida política y otra de fuerza. La única salida política viable es un nuevo movimiento tras las ideas de JA Kast y para la de fuerza se necesitarían varios años más yo calculo. Creo que lo político está mucho más a la mano
ResponderBorrar¿No le estarás poniendo demasiadas cualidades a JAK? Ya vamos en que es "el único"...
ResponderBorrarLos militares tuvieron la gran oportunidad de hacer los cambios que se necesitaban, junto con la capacidad y visión para implementarlos correctamente, pero es casi imposible que esas condiciones se repitan. Lo que tenemos ahora es una democracia, con todas las imperfecciones que eso conlleva, y eso hace que hacer cambios drásticos sea muy difícil, partiendo porque casi nunca se tienen los votos suficientes en el Congreso.
Es verdad que se necesita tener decisión para implementar los cambios (y visión y capacidad, obviamente), pero, sobre todo, se requieren votos parlamentarios. En eso (sólo en eso) Quintana tenía razón...
Saludos,
El triministro.
Bueno, como siempre esa es mi opinión. Creo que ningún otro político en estos momentos -aparte de J.A. Kast- tiene las ideas y el liderasgo necesario para sacarnos del hoyo. Desde luego pienso que S. Piñera no las tiene, de eso estoy convencido, la única cualidad que tiene es que se trata de alguien honrado con capacidad para manejar equipos lo que es insuficiente para lo que habrá que hacer.
ResponderBorrarSe pueden hacer enormes cambios en democracia, igual que en dictadura y viceversa, si los militares no hubiesen -en particular- tenido la visión y decisión de hacer los cambios su gobierno no habría conseguido nada. Está lleno de ejemplos de gobiernos militares fallidos en América Latina.
Eso mismo también se puede hacer en democracia: lo hizo Fujimori en Perú, Paz Estenssoro en Bolivia, lo está haciendo Macri en Argentina, solo se necesita tener un apoyo popular suficiente. Y allí es donde entra el parlamento, mucha gente no entiende que en nuestros sistemas el parlamento puede ser un formidable bloque obstruccionista o un gran aliado.
Es interesante notar como incluso un gobierno con mayoría en ambas cámaras solo pudo rasguñar las estructuras políticas en Chile, esto porque el apoyo popular también es muy importante y puede perderse, los gobiernos de izquierda tienden a recurrir a la cuchufleta y al resquicio cuando pasa esto, pero la opinión pública en Chile tiene mucho peso y entonces es cuando actúan las FFAA. Es eso lo que pasó durante Allende. El Partido del Orden en Chile no son los oligarcas, industriales y latifundistas, como piensa el enano Macari y demás gente de la pandilla, son gente que cruza todas las capas sociales y se ha ido fortaleciendo con los años, incluso en los años de la Concertación, pocos se dan cuenta de eso.
Yo creo que con Piñera va que cruzar los dedos para que no ceda demasiado a locos como los del fraude amplio. Bueno, de ocurrir que es probable, ojalá cree el caldo de cultivo suficiente para que el próximo gobierno sea de José Antonio Kast o alguien más con los pantalones igual de puestos.
ResponderBorrarCoincido, pero habrá que ver hacia dónde "tira" la opinión pública. Por ahora pareciera que sigue pegada con lo del "no al lucro", "gratuidad" y "no más AFP"...
ResponderBorrarSaludos,
El triministro.
Las huelgas del sector publico, van a ser pan de cada día....ahí se va a ver como reacciona BC , si sale elegido
ResponderBorrarMarcelo
Las huelgas de empleados fiscales funcionan solamente por la cobardía que tradicionalmente han tenido los presidentes. A Macri en Argentina los profesores trataron de quebrarlo con huelgas, miren como les fue.
ResponderBorrarBasta con despedir a un grupo de cabecillas y las huelgas nunca más se producirán, nadie se atreve a perder los sueldos espléndidos, an a huelga solamente porque piensan que no les pasará nada
De hecho estaba pensando como quebrar una huelga del sector público.
ResponderBorrarEl registro civil, por ejemplo, todo documento vencido , se extiende 6 meses, matrimonios, los notarios puedan extender certificados de matrimonio., el problema será inscribir a los recién nacidos....
Marcelo
Acá a los empleados públicos les pagan las huelgas, o mejor dicho, como parte de la negociación final cobran los días de huelga. La que más los enfrentó fue la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. Ante una huelga de maestros, no les pagó. Y cuando un juez ordenó que se pagase - porque acá los jueces no mandan a los ladrones presos, pero hacen política acogiendo amparos de sindicatos y otras yerbas - ella tampoco les pagó. Y cuando algunos fueron a trabajar, rompiendo la huelga, y aunque eso también estaba complicado por las leyes o los jueces kirchneristas, les pagó a los que fueron y a los otros no.
ResponderBorrarProtestaron a los gritos.... y fueron a trabajar. Eso fue en los primeros seis meses de gobierno. Ahora no se escucha de huelgas.
Uls