26 noviembre 2021

El aislador

Como me paso casi todo el día conversando conmigo mismo no me cuesta mucho tener tema para escribir en este Templo del Ocio, claro que la mayoría de esas conversaciones son tan estúpidas e incoherentes que las tengo que pasar por un filtro para no hacer el ridículo y adornarlas un poco para tratar de hacerlas interesantes. Pero la verdad sea dicha, todos los miles de entradas -deben andar por los cinco o seis mil- que he escrito en este blog han salido de esta especie de conversación de borrachos que sostengo de manera continua conmigo mismo, pese a que normalmente ando sobrio como un juez.

Esto de conversar con uno mismo e imaginar conversaciones con otras personas es muy típico de los que nos criamos solos, somos introvertidos o poco sociables. Lo malo de esto es que soy pésimo cuando converso en el mundo real con otras personas, me cuesta mucho expresarme, hilar un argumento y para que decir ganar una discusión. Creo que nunca le he ganado una discusión a nadie, excepto en mis conversaciones imaginarias.

Pero bueno, a propósito de esto, hace un par de días estaba en medio de una de esas conversaciones imaginarias y me acordé de la botillería de los Moscoso, que está más o menos cerca de mi casa pero no pude recordar cómo se llamaba. Realmente me asusté. Se me puede olvidar sin problemas el cumpleaños de mi querida suegra o el de mi hijo, pero olvidarme del nombre de una botillería, que fue como mi segunda casa durante años, resultó muy inquietante y pensé que me estaba llegando el Alzheimer.

Pasé exactamente dos días tratando de recordar el nombre y mientras más trataba, más me bloqueaba. Decidí no preguntarle a nadie y en algún momento me tendría que acordar, pero nada. Al final, cuando me fui a acostar apareció el maldito nombre en mi mente ¡El Gran Pirula! Dos días buscándolo, sentí un tremendo alivio cuando finalmente lo recordé. 

Para nombres y recuerdos tengo una memoria extraordinaria, jamás se me olvida algo que he leído alguna vez y recuerdo con gran claridad detalles de cuando era muy chico y cuando era un jovenzuelo. Cuando empecé a hacer currículum con las mujeres -como a los 21 años más o menos- anotaba el nombre de todas las chicas que me daban la pasada, después me aburrí  y dejé de hacerlo, pero creo que hoy podría hacer casi toda la lista de memoria, en orden cronológico y con detalles. Fueron hartas. Lo mismo los fiascos y las veces que hice el ridículo, me acuerdo de cada uno con lujo de detalles, aunque preferiría olvidarlos.

Es muy curioso que tenga tan buena memoria para algunas cosas. Por ejemplo cuando me he juntado con amigos de cuando era niño o adolescente muchas veces se sorprenden por la cantidad de historias que puedo recordar paso a paso. Si me pusiera a escribir mi autobiografía quedaría un marmotreto enorme porque me acuerdo de muchos detalles.

Sin embargo tengo una enorme laguna. Me acuerdo con claridad de casi todo lo que pasó los cuatro años que viví en Chiloé pero no puedo recordar ni una sola vez que haya ido a cortarme el pelo. Aunque me acuerdo de casi todas las peluquerías a las que iba cuando niño,  y de las que he ido acá en Arica, nunca he podido recordar una sola peluquería en Chiloé, es como si nunca me hubiese cortado el pelo en esos años. Y recuerdo perfectamente que no usaba el pelo largo.

Que cosa más rara esto de los recuerdos, he leído que tienen que ver con la concentración y el enfoque, sin embargo yo nunca he tenido nada de eso, tengo menos concentración que una mosca aunque igual tengo buena memoria. Esa dificultad para concentrarse seguramente viene del vicio de divagar y tener conversaciones imaginarias. 

Hugo Gernsback, un gran escritor de ciencia ficción también tenía estos problemas para concentrarse y en el año 1925 presentó "El Aislador" una invención suya que consistía en un casco que impedía escuchar toda clase de ruidos y estímulos externos, con un tubo de oxígeno que le permitía respirar y de esa manera -según aseguraba- cualquiera podría aislarse del mundo exterior y concentrarse, por ejemplo para escribir una novela, resolver un problema matemático o lo que sea. El aparato es el que se muestra en la imagen que encabeza esta entrada.

Bueno, en mi cuchitril yo tengo algo así, no necesito casco ni oxigeno y no se escucha volar una mosca, es "El Aislador" perfecto, el único ruido que suena a estas horas el el clic de las teclas, es una sensación extraña y muy agradable.

En fin, ni me acuerdo de qué iba a escribir hoy, la cosa es que me puse a divagar y -como me pasa muchas veces- me fui por el lado de los quesos. Mis disculpas por esta sarta de incoherencias, la verdad es que iba a escribir sobre algo interesante pero se me olvidó. Y eso que no me he tomado ni una miserable cerveza.

13 comentarios:

  1. Cuando uno baja en bote por el rio Toltén, hay un lugar, uno solo que deben ser unos trescientos metros, en el cual el rio es muy manso y no suena, no hay caminos cerca y no se oye absolutamente nada. Es una extraña y muy placentera sensación. Lo descubrí en un intento de pesca, y el botero me lo hizo notar. Desde entonces cada vez que puedo repito la experiencia. Solo ahí me doy cuenta que en la vida diaria, jamás estamos realmente en silencio. Un aislador natural del oído, ya que no del entorno increíble.

    ResponderBorrar
  2. En verdad es un lujo encontrar un lugar donde podemos estar en completa calma y silencio, es una de las cosas que me encantan también del desierto. Yo viajé durante muchos años entre Arica e Iquique, unos 300 km y me encantaba ese camino, especialmente al atardecer era como estar dentro de la Crónicas Marcianas.
    https://bradanovic.blogspot.com/2012/06/un-encuentro-nocturno.html

    ResponderBorrar
  3. eL 2003 publiqué sobre eso en mi weblog de Blurty:

    "Venía ayer manejando de vuelta desde Iquique cuando de pronto se me vinieron a la cabeza las Crónicas Marcianas de Ray Bradbury, y recordé que había un cuento en el desierto marciano cuyo protagonista se llamaba justamente Tomás. En ese momento volví a sentirme manejando a través del desierto de Marte, tal como cuando leí el cuento por primera vez, lástima que la Pilar -que venía conmigo- no ha leído a Bradbury, así es que no pude comunicarle la sensación que sentí en ese momento.

    Igual saqué una foto para recordarlo. Los que hayan leído las "Crónicas Marcianas" seguramente me entenderán, más aún si han viajado alguna vez por el desierto.. Al llegar a Arica busqué en Internet y por supuesto que encontré el texto, se llama "Encuentro Nocturno" y esta es una parte:

    "Tomás se alejó por la antigua carretera, riendo entre dientes. Era un largo camino que se internaba en la oscuridad y las colinas. Tomás, con una sola mano en el volante, sacaba con la otra, de cuando en cuando, un caramelo de la bolsa del almuerzo. Había viajado toda una hora sin encontrar en el camino ningún otro automóvil, ninguna luz. La carretera solitaria se deslizaba bajo las ruedas y sólo se oía el zumbido del motor. Marte era un mundo silencioso, pero aquella noche el silencio era mayor que nunca. Los desiertos y los mares secos giraban a su paso y las cintas de las montañas se alzaban contra las estrellas."

    El texto completo se puede bajar desde" http://www.fortunecity.es/poetas/relatos/166/

    ResponderBorrar
  4. Ese libro es fantástico. Lamento mucho que en un ataque de estupidez hace algunos años regalé maletas de libros porque no tenía espacio. Hice una selección a la carrera y se me fueron cosas notables como “Las crónicas marcianas”. Por suerte está internet, pero soy de los románticos del papel.

    ResponderBorrar
  5. Yo fui fanático durante muchos años de la Crónicas Marcianas, Bradbury escribía SUPER bien.

    Yo hace años que no compro un libro de papel y a estas alturas ya me está costando leerlos, cualquier ventaja del libro físico queda eclipsada a mis ojos por mi natural avaricia y la posibilidad de obtenerlo gratis

    ResponderBorrar
  6. Tengo a mi hijo menor en crisis de papel. Anda por los 20, siempre fue un fanatico de la tecnologia, pero esta adoptando el fetiche de los libros en papel. Lee "la riqueza de las Naciones" y un "los griegos" de un tal Negrete en paper. reo que todo el mundo debe formar una biblioteca basica alguna vez y no hay mejor que el papel.
    Cuando uno ya es lector empedernido, por supuesto, puede consumir toneladas de titulos sin poseerlos fisicamene. Al fin y al cabo de jóvenes ibamos a la biblioteca publica y leíamos toneladas de cosas que devolvíamos.
    El Isolator: el celular produce el mismo aislamiento ! mire a los jovenes cuando cenan con Ud. sino, y revisan su aparato. Y eso que es para comunicar, no para aislar. Uls

    ResponderBorrar
  7. Si Ulschmidt, el libro al ser un objeto físico tiene un atractivo extra, fetiche es una descripción muy exacta. Cuando vivía en la casa rodante, entre el 92 y 95 los libros electrónicos solo se podían leer en PCs grandes así es que junté mi biblioteca de libros usados que compraba en la feria a precio de huevo. Esos libros los perdí y como 10 años después los volví a recuperar -los tenía un amigo- ahora los uso más bien como decoración y recuerdo, porque como estoy medio ciego me cuesta bastante leer en papel, especialmente cuando está amarillento.

    Yo igual fui asiduo de bibliotecas y hemerotecas, cosas que hoy son del pasado. En la Universidad de Tarapaca se construyó un gran edificio de biblioteca del que estaban muy orgullosos, en menos de 5 años de inaugurado ya era obsoleto y no servía para nada, hoy vuelan los murciélagos por sus pasillos.

    ¿El celular aísla? Yo creo que si y no, nos aísla de los que tenemos cerca y nos conecta con los que están lejos, lo que a veces puede ser muy conveniente jaja

    ResponderBorrar
  8. Como los Pajaritos Carpinteros
    Un día fui a cambiarle el aceite a mi fiel Toyota y me dijeron si quería esperar o me iban a dejar a mi casa con un auto de cortesía.. Les dije que podía esperar, que no se molestaran porque era sábado. Me senté en la sala de espera rodeado de afiches de los últimos modelos que son Mas, Mas y Mas y en ese momento se sentó cerca mío una pareja de jóvenes muy simpáticos lo cual entablamos una conversación muy jovial sobre mecánica pero al cabo de un instante ella comenzó sin darse cuenta a “dedear” su celular.. y luego el también y termine hablando con el concesionario el cual miro a los muchachos y se encogió de hombros diciéndome. Ya estos cabros no saben conversar. Ellos ni escucharon el comentario porque estaban absortos en su “dedeo”... Yo los relacione con los pájaros carpinteros.
    Si, el celular es un aislante incluso entre parejas como lo pude notar en esa oportunidad.
    Anonimo Uls, lo comprendo.

    ResponderBorrar
  9. Ha! Pueden haber estad concentrados en un nuevo "sticker" para enviar..

    ResponderBorrar
  10. Si, pero en cierto modo estaban conversando... con otros jaja

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Recuerdo a un cardenal guatemalteco u hondureño, no sé.
      Oscar Rodriguez Maradiaga que tenía una frase muy buena. “Los jóvenes han elegido incomunicarse, usando un medio de comunicación”

      Borrar
  11. Hola Don Tomas, por esas casualidades de la vida lo encontre en twitter. Yo tenia una cuenta en el ya difunto foro allchile.net, y me acuerdo de sus muy buenos aportes.

    Lamentablemente toda esa informacion en el allchile.net se perdio, y ha nacido otro foro. https://discusschile.net

    ResponderBorrar
  12. ¡Que buena Anónimo! Acabo de unirme y veo que están muchos de los viejos cracs: eeunikeyexpat y muchos más, no he visto al puelche ni a patagonia, a quien tuve el gusto de conocer acá en Arica, lo mismo que otro amigo que vivía cerca de Pichilemu. Muy buen grupo, empezaré como lurker, a ver si me animo a postear algo ¡gracias por el dato!

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"