El gato y el ratón

Hay gente que le tiene asco a los ratones, incluso algunos le tienen miedo, si alguno de los visitantes de este Templo del Ocio pertenece a ese grupo, mejor pase de largo y no lea esta entrada, porque voy a contarles algo justamente de eso; ratoncitos.

Yo no les tengo miedo desde luego, porque me crié con ellos cuando era pobre, la Población Santiago estaba al borde del Zanjón de la Aguada, que era una de las cloacas de la ciudad, junto con el río Mapocho, y unos guarenes de campo del porte de un gato o un coipo, se paseaban por todas partes. Algo de asco si les tengo porque se que son muy sucios y transmiten enfermedades, pero no tengo escrúpulos en perseguirlos y matarlos a escobazos cuando llega la ocasión.

El Tomás Jr. aprendió de mi y tampoco les tiene meido, la Pilar si les tiene terror, mientras mi querida suegra les tiene lástima y si me ve persiguiendo a una laucha me dice que deje tranquilo al "pobre animalito", que no sea malo. 

Bueno, la cosa es que detrás de mi casa hay un sitio desocupado que es entrada ideal para estos roedores y a veces se aparecen, como ocurrió hace unos meses atrás. Resulta que empezamos a ver lauchitas corriendo y yo por más que trataba de matarlas no había caso, siempre se me arrancaban, pero de pronto se empezaron a poner cada vez más atrevidas, parece que nos perdieron el miedo y andaban corriendo por todas partes.

El colmo fue cuando decidí pintar unas murallas del dormitorio pero primero tuve que desarmar un closet, resulta que allí estaba el nido de los malditos y por más que los perseguí a escobazos no pude matar ni uno solo. Como en la casa hay dos perros, no era posible usar veneno, además no me gusta matar animales por envenenamiento, entonces dedidí traer la gata, que llegó con pocos días de vida a la casa.

Apenas creció un poco fue un éxito total como cazadora, primero cazó uno y parece que le quedó gustando porque al día siguiente hizo una verdadera masacre, matando a seis y terminando con los intrusos que nos habían colonizado la casa. Era un espectáculo verla cazar, yo he tenido gatos varias veces, pero los machos son flojos, inútiles, les puede pasar un ratón frente a la nariz y ni se inmutan. La gata en cambio resultó una perfecta máquina de matar. 

Problema solucionado, en mi casa cada animal tiene que ganarse la comida y hacer un trabajo: el pastor alemán Beppy ruge como tigre cuando se acerca alguien a la casa por la noche, es el cuidador principal. El yorkshire terrier Simón ya está viejísimo, pero tiene un oido bionico y avisa cuando cualquiera se acerca a la casa, mucho antes que llegue a la puerta o paredes, es como esos aviones de alerta temprana, y la gata Pussy se encarga de almorzar a cualquier maldito ratón que se le ocurra acercarse.  

La cosa es que quedé curioso del comportamiento de los ratones, que parecían no tener miedo ni de los humanos ni de la gata, que no le costó nada cazarlos y me puse a buscar en Internet sobre ratones que no tienen miedo. Me encontré con un asunto increíble que yo no conocía, ese comportamiento es por un parásito llamado Toxoplasma gondii, un protozoo unicelular que infecta a los ratones y se instala en su cerebro. 

De manera extraordinaria, esta infección les quita el miedo y los hace más imprudentes y arriesgados. Incluso después que los ratones se curan de la infección y la expulsan, el parásito ya les dejó afectado el ADN y siguen sin sentir miedo. Dicen que es una estrategía evolutiva del parásito, porque le permite moverse al intestino de los gatos, que es el único lugar donde puede reproducirse, desde allí, sale en la caca de los gatos y se disemina en el resto de los animales, incluso los humanos. Leo en el Manual MSD

"Toxoplasma gondii está presente en todo el planeta, allá donde haya gatos. El parásito infecta a una gran cantidad de animales y personas. En Estados Unidos se han infectado muchas personas, aunque solo algunas llegan a manifestar síntomas. La infección grave solo suele aparecer en los fetos y en las personas con un sistema inmunológico debilitado por enfermedades como el sida o el cáncer o por el uso de fármacos que deprimen el sistema inmunológico".

Estuve buscando un poco más y leí que hay una cantidad enorme de infectados humanos de toxoplasmosis que no lo saben, porque en la gran mayoría de las personas no produce ningún síntoma aparente. Pero si podría tener efecto en las personas infectadas, se especula que podrían perder el miedo y ponerse más atrevidos de manera similar a los ratones, sin darse cuenta.

Por lo menos un estudio se ha hecho y este muestra correlación que muestra que la gente infectada es más propensa a tener más accidentes y comportarse de manera más imprudente y arriesgada, yo no creo mucho en esos estudios clínicos que llegan a conclusiones a partir de estadísticas, pero el asunto al menos podría tener una explicación lógicamente atendible.

Si ese es el caso, yo que paso haciéndole cariñoa a la gata, sin duda debo tener el parásito instalado en el cerebro, lo que me puede ir haciendo más imprudente y menos miedoso. Sería estupendo ¿se imaginan si ese parásito funcionara así sobre los seres humanosy pudiera administrarse a voluntad? Podríamos tener militares, deportistas y negociantes menos miedosos, a mi no me molestaría tener menos miedo y correr más riesgos, aunque me significara una muerte violenta y rápida, como los ratones. Es una idea alucinante que se pudiese suprimir el miedo y hasta el instinto de supervivencia, gracias a un simple protozoo.