Juntando agua

Contra cíclico
Algo muy curioso que me ha pasado antes y hoy vuelve a ocurrir, es que cuando la economía en Chile entra al estado de catástrofe, siempre me llega algún golpe de suerte y me empieza a ir mejor que nunca. Es como una cábala, eso me pasó en la época de la Unidad Popular, en los años setenta, cuando todo el mundo andaba buscando que comer y yo estuve justo en el lugar correcto: la pensión de los Norambuena Jipolou, en Ancud, donde comíamos como langostas, conseguíamos cajas de cerveza a precio regalado, en fin, de alguna manera nos arreglamos bastante bien.

En el año 1982, para la gran crisis económica del dólar a 39 en Chile, que significó una catástrofe para muchos,  a mi me empezó a ir mejor que nunca. Un año después, en julio de 1983, recibí estupefacto la noticia que me habían invitado a Tokio, pude conocer el mundo, que era el sueño de toda mi vida, porque mi jefe cambió el pasaje de primera clase por un vuelta al mundo de turista en la Pan American. Y así estuve viajando por Estados Unidos, Oriente y Europa, me lo conocí todo. Y justo desde ese año empecé a ganar buena plata.

Ahora que se acerca el apocalipsis zombie, después de 15 años de cesantía, esquivando las balas, palos y flechas de la aviesa fortuna y sin saber como iba a hacerlo en cada fin de mes, aproveché algunas oportunidades, escuche unos buenos consejos, los seguí y en pocas palabras, resolví mi problema económico, por un buen tiempo, espero. 

No estoy ganando plata como antes, obvio, pero a los 67 años mis gastos son bajísimos y recibo regularmente una pequeña cantidad, mayor de lo que puedo gastar. Con eso doy un poco más de plata para la casa y hasta estoy ahorrando una UF todos los meses en una libreta para vivienda. Si el estado no se va a la bancarrota -que es muy probable- en menos de dos años tendría suficiente para postular a una vivienda social "sin deuda". Dudo mucho que esto dure dos años más, pero por lo menos tendré una modesta suma acumulada, o la promesa de pago del estado, por si las moscas.

El apocalipsis zombie
Es algo que viene desde mucho antes del asunto de Ucrania, antes del Covid-19. Incluso de antes que la nefasta dupla de Bachelet y Piñera se empezaran a repartir el gobierno. Cuando se aprobó el Royalty Minero en el año 2005 yo supe que la economía se iría al carajo y había que empezar a juntar H2O. Lamentablemente no pude empezar a juntar entonces, porque el 2007 quedé cesante -otra vez- y desde entonces empecé a vivir en una economía de guerra que duró 15 largos añitos. Aunque igual pude mantener la cabeza fuera del agua todo ese tiempo, Dios, Krishna, Allah o quien sea, puede apretar pero no ahorca. A mi no al menos.

Pero todo ese tiempo tenía la idea que se venían tiempos muy difíciles en lo económico, primero sería un largo declive y después el desplome. Había que prepararse era mi idea fija. Así es que a la primera oportunidad que tuviera debía empezar a juntar agua y víveres, por si las moscas.

Desde hace décadas se viene pavimentando el camino al desastre. El gobierno de Ricardo Lagos con los socialistas, trajeron la corrupción masiva y congelaron la inversión extranjera sana, reemplazando con corruptísimas empresas españolas. El ministro de hacienda de Lagos fue el fantoche de Nicolás Eyzaguirre, un incapaz, tonto y vanidoso. Pensé que sería lo peor, pero me faltaba ver a los que vendrían después.

De allí todo fue cuesta abajo con un movimiento uniformemente acelerado. El idiota de Andrés Velasco no dudó en romper la regla fiscal de superavit estructural y la meta de inflación, algo que tomó décadas de sacrificio construir y de un plumazo, chao. Con Piñera llego Larrain, otro monigote inútil y mejor ni me acuerdo de los que llegaron después, cada vez peores.

En el segundo gobierno de Piñera llegó la violencia callejera y la histeria por la "pandemia" de Covid, con eso ya teníamos todo lo necesario para la tormenta perfecta. Pero todavía faltaba algo: la guerrita de don Vladimir Vladimirovich, el broche de oro que faltaba para asegurarnos el desastre.

Yo no me quejo
Pero como yo soy contracíclico, todo este maldito asunto me pilla bien parado. Ahora no solo tengo para llegar a fin de mes sino que además he podido invertir y ahorrar y hasta me queda un par de lucas en el bolsillo para comprar unas cervezas cuando me da sed. No me he alcoholizado solo gracias a que soy más flojo que borracho y me da lata ir a comprar.

La inflación es algo seguro y se acerca rapidamente, será como un huracán, tendremos que acostumbrarnos a ver los precios subiendo todos los días y a que los billetes que recibimos o tenemos ahorrados, especialmente si son en moneda nacional, valdrán cada día menos, por el solo hecho de no gastarlos.

Estaba leyendo que gracias a que muchos idiotas habían retirado tres veces el 10% de sus fondos de AFP, más los bonos indiscriminados del gobierno, las utilidades de las grandes tiendas habían subido entre 100% y 190% y la venta de autos nuevos en 2021 habían subido en un 60% alcanzando al segundo mejor año de la historia con 415.581 vehículos nuevitos, de paquete.

Justo entre las maneras estúpidas de botar la plata estas son las peores. ¿Comprar un auto cero kilómetros? Desde que el comprador recibe las llaves su joyita se desvaloriza cerca del 20% ¡antes que llegue a abrir la puerta por primera vez!. El precio de los combustibles se va a ir a las nubes sin duda y las compras en las grandes tiendas de electrodomésticos y cosas por el estilo no generarán ningún valor. Por eso existe la pobreza no deseada y jamás se terminará, para terminar con los pobres habría que empezar por transplantarle el cerebro a los idiotas, es decir al 80% de nuestros queridos compatriotas.

Creo que nunca me voy a cansar de recomendar las ventajas de ser prudente, previsor, estar atento a las opostunidades que se nos presentan y jamás quejarse. Eso de desesperarse y reclamar por todo esparciendo pesimismo a mi me parece cosa de impotentes. Al contrario, los problemas son para enfrentarlos, los únicos que no tienen problemas son los muertos.