18 junio 2022

Refrito del sábado: triunfar en la vida

Estaba buscando una imagen para ilustrar esta entrada y me encontré que casi todo lo que tiene relación con "triunfar en la vida" usa la metáfora de una escalera. alguien subiendo una montaña o alguien en la punta del cerro. Que estupidez más grande, yo al menos no lo veo así

Triunfar en la vida (publicado originalmente el 11 de junio de 2006)
El tema del reconocimiento social en un país profundamente arribista como el nuestro surge cada vez que se habla de la educación de las personas. Como comentaba Rubén todos queremos "algo más" para nuestros hijos, ese algo más en la práctica consiste en un peldaño más arriba de la escala socio-económica y es lo que nos obliga a desperdiciar enormes recursos buscando metas que en su mayoría se frustran en el camino.

Tenemos ese desprecio tan español por las actividades manuales que hace que ningún obrero querría para su hijo que siga sus pasos, a pesar que el trabajo de obrero es perfectamente digno -en teoría al menos- y para que decir necesario. Claro que no; todos queremos que nuestros hijos sean arquitectos, abogádos, médicos.

(Intermedio)
No sé si a ustedes les habrá pasado, pero durante la adolescencia y a veces más allá yo me encontraba lleno de defectos y todos los días me desesperaba por superarlos. No estaba contento conmigo mismo y sufría por no ser como a mi me gustaría ser, por no conseguir las cosas que siempre quise y no estar a la altura de mis expectativas. Bueno, llegó el día en que me acostumbré a mis defectos y a la idea de mis limitaciones y dije "en fin, hasta aquí nomás me llega el brazo ¿podría alcanzar más? tal vez pero me voy a conformar con lo que tengo", no fué algo de un día para otro pero llegó un momento en que me sentí satisfecho cuando acepté que habían cosas que ya no iba a lograr.

En mi caso, aunque suene freak y mamón, mi gran ambición fueron las matemáticas. La mayoría de la gente ambiciona otras cosas pero tal vez algún electrónico por ahi entenderá de lo que hablo, yo soñaba con ser un buen matemático, primero con álgebra y trigonometría, después con el cálculo me fue muy bien, trabajé de ayudante y todo eso, pero llegué al cálculo vectorial y me fuí al diablo. Cuando me di cuenta que no tenía las capacidades de concentración y abstracción necesarias y que a lo más que podría llegar, con enorme esfuerzo, sería a manejar apenas la parte mecánica sufrí una desilusión enorme. Reconocer que no tenía dedos para el piano fue durísimo, pero también fue un alivio. Ya no tenía la carga de demostrarle a los demás que era inteligente, terminé la carrera y me olvidé de la ingeniería.
(Fin del intermedio)

Ustedes dirán que tiene que ver este intermedio, bueno, algo tiene que ver. Yo creo que todos nos sentimos obligados, por ambición propia o de nuestros padres, a demostrar que somos tan buenos como cualquiera y mejor que la mayoría. Y pasamos buena parte de nuestra vida en esa lucha por el éxito, que a final de cuentas no es otra cosa que el reconocimiento social. Por eso todos partimos con la idea, propia o infiltrada, de ser ingenieros, abogados, físicos nucleares y -sobre todo- económicamente exitosos, ricachones.

Pero a algunos nos llega un momento en que decimos hasta aquí nomás, no estoy dispuesto a seguir sacrificandome y mejor me quedo con lo que tengo hasta que me metan al cajón. Eso no quiere decir que después no podamos tener éxito en la vida en términos sociales -el éxito llega a veces hasta por casualidad- pero si es el momento en que nos salimos de la carrera por "ser más" y recién entonces empezamos a vivir tranquilos.

Y para no alargar inutilmente esta ya latosa exposición, yo diré que (creo que) el verdadero éxito en la vida viene cuando uno se siente contento con lo que ha conseguido, cuando ya conoce sus limitaciones y defectos, los acepta y hasta los mira con un poco de simpatía. Y mientras antes uno encuentre cual es su lugar en este perro mundo y se sienta contento en él, mejor. En fin, esta ha sido nuestra filosofía barata de la semana, mañana trataré de escribir algo más divertido.

6 comentarios:

  1. Si los españoles despreciaban las actividades manuales, entonces no tiene explicación la tumba de Carlos V afuera de Madrid, la construcción de catedrales tanto en España como en América, universidades, además de otras edificaciones. Un barrio de Perú es identifico a uno de España. En esos canales de temas alternativos sobre Tartaria, te muestran la albañería de la época colonial español en Estados Unidos era muy superior a la actual.
    Tan malos para las artes manuales, sin embargo, construyendo edificaciones magnificas.

    En los pueblos primitivos no existe eso de triunfar en la vida.

    ResponderBorrar
  2. Interesante observacion Javier, lo que pasa es que, si te vas lejos hacia atras (digamos la Edad Media o antes) resulta que prácticamente todo el mundo se dedicaba a los trabajos manuales, con la excepciòn tal vez de los reyes, cortesanos, militares y curas. En esos años ser artesano o pertenecer a un "gremio" era prestigioso en todo el mundo, esto cambió a partir de la Revolución Industrial, donde en muchos países y en distinto grado los trabajos manuales empezaron a ser menos apreciados socialmente, incluso en países aparentemente no clasistas se habla con cierto desprecio de los blue collar o los redneks

    ResponderBorrar
  3. Ptas que es dificil sentirse triunfador en la vida.
    Puede que los demàs asi te vean, pero sentirse uno mismo, es harto jodido.
    Será la ambición desmedida? No se, pero todos quieren slgo que no han logrado. Más dineto, mas poder o mas fama o mas reconocimiento o una mina mas rica. Que se yo. Pero nadie, ni ganando el Nobel se siente triunfador por mucho rato.

    ResponderBorrar
  4. Si, pero mientras no te angustie ni te cause ansiedad eso no es tan malo. Siempre es nueno tener sueños y querer cosas que no tenemos, en realidad se disfruta mucho en el camino a conseguir cosas y cuando las tienes ya pierden buena parte del brillo -en particular con las minas jaja- Ese fue mi comentario de male pig chovinist de hoy.

    La ambición es mala cuando nos angustia, en cambio cuando nos hace soñar despiertos puede ser muy agradable. Iba a volver al ejemplo de las minas pero mejor me quedo callado

    ResponderBorrar
  5. El tema de este deja vu del sábado apareció hace poco y recuerdo haberlo comentado porque me hizo rebobinar y ver la película de nuevo.

    Exactamente, hay un momento en la vida (a cierta edad) en que uno acepta que no le dio para más y que muchos de los sueños o planes que no se concretaron no tienen por qué ser objeto de frustración; más aún cuando hay otras cosas que se han logrado. De partida, no morir tan joven ya es un logro.

    Asociamos el triunfo a ser de los primeros, de los mejores; y, por una cuestión estadística, eso es imposible para todos. ¿Significa acaso que el resto son puros desdichados?, no. Alguien que ha logrado tener algo, sea una profesión, familia, amigos, haber hecho el bien, superar una enfermedad, etc. quizás no son sinónimo de triunfo, pero sí de muchas virtudes.

    A fin de cuentas, triunfar o ser exitoso, depende cómo lo definamos; ¿qué es para ti lector ser exitoso? ¿salud, dinero y amor? ¿dejar un legado? ¿conocer el mundo? ¿comer y bailar? Pensemos en los escritores, políticos, músicos, etc. que consideramos exitosos y que han muerto en la miseria; qué decir del alcoholismo, depresión o sencillamente dándose de un autobalazo.

    Así que estoy perfectamente de acuerdo con la respuesta del último párrafo.
    -----

    Respecto de los españoles, creo que tiene que ver con la cultura mediterránea y aventurera. Ahí se juntan dos componentes que son la ambición y la buena vida; qué decir de los "originarios", que tampoco se destacaban por tener que sobrevivir 20 grados bajo cero. Hay harto paño que cortar en este tema.

    ResponderBorrar
  6. Cuando a uno se le olvida lo bueno y solo piensa en lo que le falta es que se lo está comiendo la ambición, tenga lo que tenga jamás va a estar cotento

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"