Los curitas

Resulta que un cura jesuita andaba aburrido una noche y decidió salir a dar una vuelta en auto, iba muy contento pensando es sus cosas, pero se distrajo un momento y ¡Crash! Chocó con otro auto que venía en sentido contrario. Se bajó muy agitado a ver los daños y del otro vehículo salió también un cura, éste era franciscano. "Padre perdóneme, todo fue mi culpa" dijo el jesuita, el franciscano le contestó "nada de eso padre, fue culpa mía y le pido humildemente perdón" y así estuvieron un rato discutiendo sin llegar a nada, porque cada uno se echaba la culpa.

En medio de eso, el jesuita le dice "padre, lo noto nervioso y muy agitado, permítame darle algo para que se tranquilice" y sacó de un rincón de su sotana una petaca de whisky, pasándola a su colega para que se echara un buen trago. Este así lo hizo y cuando el jesuita se estaba guardando la botella, el franciscano les dijo "pero padre, usted también está bastante nervioso, tómese un traguito igual" a lo que el jesuita le contesta "gracias padre, pero mejor voy a esperar que llegue la policía y todo eso, después me lo tomo".

Otro más:
El padre Uslchmidt y el padre Tomás, monjes benedictinos ambos, empezaron un día a conversar sobre los problemas que causa el celibato y la continencia "claro pues, el espíritu puede ser fuerte, pero la carne es débil" dijo el padre Tomás y el padre Ulschmidt contestó "tengo una idea padre, como el arrepentimiento y el perdón son piedra base de nuestra religión ¿por qué no nos vamos de incógnito a una casa de chicas, lo pasamos rico, después nos confesamos mutuamente, nos arrepentimos y así quedamos libres de pecado", el padre Tomás le contesta maravillado "¡brillante, pero que gran idea padre!"

Y como se dijo se hizo, los santos varones vestidos de civil fueron al mejor prostíbulo de la ciudad donde por esa noche fueron menos santos, pero mucho más varones: tomaron como marineros recién desembarcados y como tenían sus ahorros, montaron una orgía nunca antes vista, histórica incluso en ese lugar pecaminoso.

Al día siguiente, el padre Ulschmidt llega lleno de verguenza donde fray Tomás y le expresa su deseo de confesar sus pecados- Luego de las formalidades del caso viene la confesión con sus escabrosos detalles, que el padre Tomás lo escuchó de manera benévola y luego le dijo "Padre, lo que usted ha hecho estuvo muy mal: rompió su voto de castidad, insultando al señor y a nuestra iglesia, pero es comprensible porque la carne es débil, rece 10 padrenuestros y 20 avemarías durante una semana". El padre Ulschmidt le da las gracias y se cambian de lugar.

 A medida que el padre Tomás confesaba los detalles pecaminosos de la noche anterior, el rostro del padre Uslchmidt se iba desencajando, cuando terminó, rojo de ira, le gritó: "¡padre, usted ha cometido varios pecados mortales, es una verguenza para la iglesia. Para enmendarse debe seguir un mes de ayuno solo con agua, azotarse diariamente con un cilicio y luego echarse vinagre sobre las heridas, rezar 800 padrenuestros, 400 avemarías y 200 credos diarios durante seis meses...". 

El padre Tomás espantado lo interrumpe y le dice "pero padre, si yo se la tiré suavecita ¿que le hice para que me castigara así?" y el padre Ulschmidt le contesta "déjeme terminar hombre, lo que pasa es que yo cuando hueveo hueveo y cuando trabajo, trabajo"

Esto pasa cuando uno anda ocupado y no tiene de qué escribir, que mejor que desenterrar un par de chistes rancios. Que no se enojen mis amigos curas, igual me caen bien.