Cuando el gobierno se mete a fijar los precios del trabajo

Tengo el disgusto de comunicarles que hace dos días se terminó el verano en Arica. Anteayer, ayer y hoy amanecieron nublados y eso que yo me levanto como a las 10 de la madrugada, no quiero ni imaginar como habrá sido más temprano.

Claro que como siempre al avanzar la hora y acercarse al mediodía se despejó y apareció el sol, pero eso no vale, así será también durante la mayor parte del otoño, invierno y la maldita primavera que nos espera. 

Fin de los buenos días, a la tarde saldrá el viento cada vez más frío, ya no podré andar en shorts ni con polera, ya tendré que empezar a usar polerón de manga larga y pantalón de buzo. Maldición, que desgracia más espantosa. Espero que estos malditos meses pasen rápido y lleguemos luego a diciembre.

En fin, vamos a lo nuestro: Ronald Ragan, uno de los presidentes más grandes de la historia moderna fue entre otras cosas un divertidísimo contador de chistes, también acuñaba frases muy buenas como esta, que es la que más me gusta

"Las nueve palabras más terroríficas en lengua inglesa son: `Yo soy del Gobierno y aquí estoy para ayudarte"

Resulta que cuando al gobierno -es decir a los políticos- se les ocurre ayudar a la gente, los resultados suelen ser desastrosos y hasta aterradores. Mucha de estas "ayudas" perjudican gravemente a generaciones de personas y tienen efecto totalmente contrarios a los que se esperaban.

Por ejemplo cuando el gobierno trata de proteger contra la explotación de los asalariados, prohibiendo que un trabajador acuerde con su empleador una jornada que exceda cierta cantidad de horas -definidas caprichosamente como "excesivas"- el resultado será siempre cesantía y trabajo precario, sin contrato.

Igual cosa cuando el gobierno prohibe que acuerden un sueldo inferior a lo que caprichosamente los políticos definen como "digno". Si existe un salario mínimo, la única posibilidad de trabajo que tendra alguien en un mercado donde abunda la oferta, será sin contrato o bien quedar cesante.

Porque tanto la jornada laboral como el salario son condiciones que solo la libre oferta y demanda pueden fijar de manera que el empleo se maximice y que la mayor cantidad de los dispuestos a trabajar encuentren trabajo.

El día que entiendan lo que significa "mercado de trabajo", recién entonces se solucionarán los problemas eternos de cesantía, trabajo informal y precario. 

El mercado del trabajo tiene por un lado personas que venden su tiempo -y a veces su esfuerzo- a cambio de un salario, esos son los trabajadores. Por el otro lado tiene personas que compran ese tiempo y esfuerzo, los empleadores.

La situación es básicamente igual que todos los demás mercados, por ejemplo el mercado del pan o de los medicamentos, por nombrar algunos que se consideran "especiales" pero se desregularon hace años. 

El asalariado sería vendedor, tal como el panadero, el empresario sería el comprador tal como el cliente de la panadería.

Durante muchas décadas en Chile el mercado del pan y otros "artículos escenciales" fueron regulados por el gobierno que fijaba sus precios, el resultado era un desastre, porque los precios eran fijados políticamente así es que el pan era malo y escaso. 

Nominalmentye era barato, pero en la realidad los compradores lo pagaban carísimo por la inflación que provocaban las regulaciones.

Esta historia -real- la he contado antes: al poco tiempo de estar instalado el Gobierno Militar una de sus primeras medidas fue eliminar los controles y liberar los precios. 

Y fueron los propios empresarios los que hacían fila para reclamarle espantados al ministro de economía "¡nadie va a poder comprar pan si no se controla el precio, los precios se irán a las nubes!" decían.

Y si así pensaban los empresarios, imagínense toda la masa de ignorantes.

Sin embargo los precios se liberaron igual, el mercado encontró la asignación óptima de manera espontánea -la mano invisible, como siempre- desapareció la escasez, mejoró la calidad ¡y bajó el precio!

Porque cuando el estado -es decir los políticos- meten sus narices tratando de regular los precios, solo pueden perjudicar tanto a compradores como a vendedores. Las prohibiciones y fijación de precios solo producen desabastecimiento, cesantía y desde luego mercado negro.

De la misma manera los proyectos estúpidos y demagógicos de este gobierno como la semana de 40 horas y el salario mínimo produciran cesantía (desabastecimiento de empleos) y trabajo precario, ilegal (mercado negro).

Así ocurre con el pan, con los medicamentos y con todas las demás cosas, incluido por supuesto el mercado del trabajo asalariado. 

Estos tarados, incapaces todavía no se dan cuenta que esa manía de regular es la causa principal por la que Cuba está hundida en la peor miseria. Quieren lo mismo para Chile y ni les importan las consecuencias.

Leo un precioso ejemplo de como estas leyes donde el estado trata de "proteger" a la gente llevan a los resultados más torcidos, por ejemplo en este relato, que fue uno de los últimos artículos del gran Jerry Pournelle:

"La demanda presentada por una mujer de Pensilvania que afirmaba que fue agredida sexualmente por un actor de Donald Duck en Epcot se ha resuelto. April Magolon demandó a Disney en diciembre de 2009 por el incidente de mayo de 2008, donde afirmó que estaba cargando a uno de sus hijos y se acercó a "Donald" para pedir un autógrafo cuando él agarró su pecho, luego hizo un gesto en broma indicando que había hecho algo malo.

La demanda de Magolon afirmaba que había sufrido "lesiones físicas graves, angustia emocional y estrés que incluyen, pero no se limitan al trastorno de estrés postraumático, dolores de cabeza por contracción muscular, daños físicos resultantes de la angustia, incluyendo pero no limitados a ansiedad aguda, dolores de cabeza, náuseas, sudores fríos, insomnio, pesadillas, flashbacks, problemas digestivos y exacerbación de las lesiones físicas y otras lesiones emocionales graves ". También afirmaba que "sufrió lesiones de naturaleza desconocida; sufrió dolores severos, ansiedad mental y angustia, y un shock severo a todo su sistema nervioso, y otras lesiones cuya magnitud completa aún no se conoce ".

Magolon logró transferir su demanda de Florida a Pensilvania, porque viajar a Florida sería una dificultad para ella, su prometido y los médicos que la trataban, quienes testificarían en el juicio, y porque Disney podía permitirse llevar a cabo el juicio en Pensilvania mejor que Magolon podía permitirse llevarlo a cabo en Florida. Este cambio de sede sacó el juicio de la base de Disney en Florida, donde es más probable que prevaleciera.

Los términos del acuerdo están sellados, pero se puede esperar que incluyan pagos para los abogados, los psicólogos clínicos y varios otros expertos dispuestos a testificar sobre los terribles dolores y daños sufridos por April Magolon, quien con sus hijos y su prometido visitaba Epcot cuando un miembro del elenco con el disfraz de Donald Duck (gruesos guantes con solo tres dedos y un pulgar) le tocó el pecho. 

Es difícil evaluar cuánto dinero valdría un trauma terrible como ese para una madre soltera de 27 años, pero es seguro decir que el costo total de este asunto para los contribuyentes no es trivial, y que quizás esto indique algunos costos innecesarios en el sistema legal

¿Puede ser cierto que "lesiones físicas graves, angustia emocional y estrés que incluyen, pero no se limitan al trastorno de estrés postraumático, dolores de cabeza por contracción muscular, daños físicos resultantes de la angustia, incluyendo pero no limitados a ansiedad aguda, dolores de cabeza, náuseas, sudores fríos, insomnio, pesadillas, flashbacks, problemas digestivos y exacerbación de las lesiones físicas y otras lesiones emocionales graves" constituyen una injusticia que necesita una "corrección", pero dado que los gobiernos, federales, de Florida y de Pensilvania están casi en bancarrota, ¿es este un tema de alta prioridad? ¿Nadie se ha recuperado de que un hombre con disfraz de pato le pellizque la mama y luego se disculpe? ¿O son los dolores de cabeza, las náuseas, los sudores fríos, el insomnio, las pesadillas, los flashbacks, etc., etc. un sufrimiento tan terrible que debemos pagar por un sistema para remediar este horror mientras recortamos las asignaciones para la investigación científica, el espacio, los militares, las prisiones, la atención médica...?

¿Quizás algunas reformas drásticas a la ley de agravios sean apropiadas como parte de cualquier ley que aumente el límite de la deuda?"