Mi larga relación afectiva con Tacna empezó en el año 1979 o 1980, no recuerdo bien, cuando viajé por primera vez para allá con mi viejo perro, amigo y compañero de mil aventuras el Matute, él tenía su flamante camioneta Toyota Hilux y le iba a hacer mantenimiento allá porque en Tacna todo es más barato.
Así íbamos cada vez más seguido, yo lo acompañaba y fui poco a poco aprendiendo los secretos de vivir en una ciudad fronteriza.
Ibamos a ver a una adivina que -sorprendentemente- le dijo a mi amigo su pasado y el futuro con exactutud milimétrica.
No creo en brujos Garay, pero de haberlos los hay. Muchos años después tratamos de ubicarla pero ya no habían ni rastros.
También aprendí los misterios y triquiñuelas para conseguir un cambio algo más favorable, a regatear siempre en las compras y conocí una especie de casa de cena muy agradable que llamaban "La casa de las muñecas" o algo así. Estaba en las afueras de la ciudad y la recuerdo como un fuerte de la Legión Extranjera en la mitad del desierto.
Tampoco podía faltar el almuerzo en El Pollo Pechugón, donde iban puros chilenos y se repletaba. Si andábamos con más plata íbamos al Rancho San Antonio, desde luego. Tacna siempre ha sido más barato que Arica, pero el año 1985 cuando llegó al poder Alan -caballo loco- García esta diferencia se hizo abismante.
Gracias a la fijación de precios el valor de las cosas era ridículamente bajo para los chilenos y muchas fortunas se hicieron de la nada en esos años. Todos los ariqueños nos convertimos en avezados contrabandistas y mi amigo el Matute, haciendo honor a su sobrenombre era uno de los más avezados.
Lo primero fue el valor del combustible, que en Tacna costaba muchísimo menos que en Chile. Entonces ya tenía mi escarabajo rojo y hacíamos con mi amigo hasta 4 viajes cada día para llenar el estanque, cada uno en su respectivo auto. Estaba prohibido vender a los chilenos pero teníamos una picada que nos vendía bajo cuerda.
Creo que desde esos años fue cuando todos los ariqueños nos pusimos un poco sinverguenzas: pobres y ricos aprovechábamos la diferencia de precios para pasar algún contrabando. Eran los años en que Sendero Luminoso aterrorizaba al país pero nunca llegaron a Tacna, menos mal.
Los terroristas causaron una avalancha migratoria desde la sierra arrancando a las ciudades, los campesinos arriba no tenían ninguna protección así es que Tacna se llenó de gente venida desde Puno, cosa que todavía despierta algunos roces y rencillas.
Pero además del terrorismo en esos años se inventó la pasta base de cocaína, que causó sensación porque era barata y potente, esto enriqueció en dólares a los campesinos que quedaban sembrando en el altiplano y esa plata la empezaron a lavar en las ferias de Tacna, especialmente vendiendo electrónica.
Creo que ese fue uno de los períodos de más auge que han visto Tacna, Iquique y Arica.
Años después, cuando trabajaba en la Municipalidad de Tacna, me entrevistó un corresponsal del diario El Correo de Lima y le dije que Tacna y Arica le debían levantar dos estatuas gigantes a Alan García por la prosperidad que había traído el contrabando, le hizo mucha gracia y lo publicó como titular, decía "Chileno pide una estatua para Alan García" o algo así.
Entre 1980 y 1985 tuve uno de mis mejores trabajos en la Importadora California de Zona Franca, como yo me manejaba muy bien con los peruanos me fue estupendo en eso, me invitaron a Japon donde me hice popular en Casio, Se me subieron los humos a la cabeza y mi jefe amablemente me invitó a que me mandara a cambiar. Fue bueno mientras duró.
Pero seguí ligado a Tacna, porque el dueño de mi ex empresa me tenía buena y me pasaba mercadería al crédito para que la vendiera de contrabando. Hacía doble contrabando, a la ida llevaba electrónica y a la vuelta traía Betamax, que tenían una fuerte sobretasa en Chile.
Parece que mi fama de contrabandista se difundió, porque me contrató una empresa de Zona Franca que era más negra que mi alma, donde estuve un año o dos pasando bagallos en grande. Llegado un punto me empecé a poner nervioso y tuve el buen tino de salir de todo eso.
Pero nunca dejé de relacionarme con Tacna, seguía yendo para allá al dentista, el entrañable doctor Jorge Lostaneu que hasta me fiaba los tratamientos "págame después nomás, no hay problema". Bueno, 30 o 40 años más tarde todavía tengo los arreglos que me hizo y desde entonces no he vuelto a ir al dentista. Mi boca es como la superficie de la luna, un desastre, pero las muelas de Lostaneu son casi las únicas que siguen firmes.
Frente a él atendía el doctor Sakuray, notable dermatólogo que me voló un lunar y es el único médico al que he ido en mi vida. Lostaneu y Sakuray representan para mi la antigua y entrañable Tacna de los ochentas, esa que se fue para nunca más volver. Pasó igual que en Arica.
Pasaron los años y un buen amigo, tacneño y regular de este Templo del Ocio me mandó un mail diciendo que por qué no iba a trabajar con él a la Municipalidad, donde lo habían nombrado subgerente para supervisión de proyectos.
Al principio me ofendí que me ofrecieran trabajo, pero a los dos milisegundos me di cuenta que andaba muerto de hambre y que no me vendría mal un pituto. Acepté y fue una de las mejores decisiones de mi vida. Aunque ganaba pocos pesos me hice millonario en unidades de satisfacción, pocas veces lo he pasado tan bien en mi vida como entonces.
Allí le tomé el peso a lo que era el aniversario de Tacna, cuando se liberó de más de 50 años de dominación chilena. Eso fue el año 2008 y en esta entrada coloco algunos recuerdos de como pasamos esa fiesta.
De ese trabajo salí millonario en amigos y buenos ratos, amistades que conservo hasta hoy como mi estimado Fredy Gambetta, Fernando Linares que me llevó a trabajar para allá, el arquituerto Edgar Latorre y todos mis compañeros de trabajo con quienes lo pasé tan bien.
Por diversos motivos no he vuelto a ir a Tacna desde el año 2018, como no puedo dejar la casa sola tendría que salir de vacaciones la Pilar o el Tomás Jr para poder ir, pero el cariño a mi segunda casa y a mis muchos amigos de allá lo mantengo intacto.
Me imagino como lo habrán celebrado. Abriré una cerveza ahora mismo para unirme aunque sea virtualmente ¡Salud!
P.D. También me alegré mucho de ver en la ceremonia al Gordito Simpaticón volviendo en gloria y majestad ahora como Gobernador Regional, ha tenido que aguantar una feroz persecución de sus enemigos políticos, pero ha salido adelante, sin perder el ánimo ni la sonrisa ¡buena don Lucho Torres, el pueblo lo quiere!
Es lo menos que podia esperar de ud...con esos antecedentes esta para DIPUTADO PERFECTO...
ResponderBorrary eso es apenas lo publicable ¡hay cosas peores!
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