Feliz cumpleaños Tacna

El año 2008 la cosa se empezó a poner difícil, el 2007 había quedado cesante después de como 8 años de un muy buen trabajo -creo que nunca había durado tanto haciendo lo mismo- y como el asunto fue repentino mis ahorros eran escasos. Igual racioné cuidadosamente lo que me quedaba y empecé a vivir en economía de guerra, como acostumbro en esos casos, Pero llegó el momento en que se me terminó la plata y la situación pintaba cada vez más fea.

Igual escribía mis tonteras en este Templo del Ocio todos los días y en una entrada sobre las animitas conocí -en los comentarios- a un amigo de Tacna, que a pocos días me contó que lo habían nombrado subgerente de Supervisión de Proyectos en la Municipalidad de Tacna y me ofreció, si me interesaba ir a trabajar allá. No me demoré ni tres milisegundos en decirle que bueno y en un par de días ya era un flamante empleado municipal de la Ciudad Heroica. Así empezó una de mis más descabelladas historias en esa ciudad que tanto quiero y donde dejé tantos amigos.

Los primeros días fueron durísimos para mi, porque nunca antes había trabajado en una oficina. Recuerdo que el primer amigo que hice en la oficina fue el arquitecto Edgar la Torre, con el que hicimos alianza desde el primer día y consolidamos una gran amistad. Aquí salgo en una foto un par de años después con Fernando Linares, mi jefe y amigo que me llevó a trabajar allá y con Edgar almorzando en el restaurant "A Todo Vapor".

Fernando fue un amigo leal que siempre me apoyó en todo, conocí a su estupenda familia y en el trabajo, luego de romper las desconfianzas iniciales, rápidamente fui haciendo amigos. En poco tiempo ya era el oficinista perfecto, con Edgar teníamos la misma edad y éramos los más viejos, recuerdo que un par de fines de semana nos juntamos a jugar frontón, como yo no se jugar me ponía a nadar ¡que gran vida! Como los peruanos son campeones para las fiestas a poco de entrar ya estábamos celebrando las fiestas patrias peruanas,  el 25 de julio, esa sería la primera de una larga serie de celebraciones que siguió durante todo ese extraordinario año. Si no se ven las fotos avísenme para arreglarlas, no estoy seguro de los permisos.

Como olvidar el cumpleaños de Apolinario y Miguel, o este otro cumpleaños, ¡cada fin de semana era una fiesta! Hubo una vez que celebramos siete cumpleaños juntos. Si no había cumpleaños nos íbamos a almorzar a Los Limoneros, a desayunar una leche de tigre al Gran Chimú o a comer cuy al Girasol. Por esos días se produjo una huelga general en toda la ciudad y nosotros salimos a protestar contra el gobierno central. como corresponde. Juro que no fui yo el que incendió la Gobernación, que hasta el día de hoy no la reconstruyen.

Pero el mejor recuerdo de mis aventuras fue para el 28 de agosto, el día en que Tacna se liberó del yugo de los malditos chilenos después de 50 años de ocupación, esa fiesta si que fue impresionante y algunas fotos las pueden ver aquí, es la fiesta máxima de Tacna que empieza con las vísperas y termina con la Procesión de la Bandera, es espectacular. Ese día yo desfilé correctamente uniformado, para jolgorio de todos.

Recuerdo con gran cariño a mis compañeros de trabajo: Yoly, Charito, Miluska, Lisette, Marisol, Fernando, Edgar, Yury. Cristian, Miguel, Joaquín, Juan Carlos, Apolinario, Cerutti, Danilo, Fabres ¡son tantos! No alcanzo a ponerlos todos pero me acuerdo de cada uno. Tengo en la pared de mi escritorio un jarrón que me regaló el ingeniero Cerruti para la fiesta del amigo secreto, en navidad. ¡Ah, y en esos días también conocí el espectacular pesebre gigante de Pocollay! Son tantos buenos recuerdos, como no voy a quererlos.

Y antes que se me olvide el alcalde de esa época, Lucho Torres Robledo "el gordito simpaticón", grande como político y como persona, cercano y muy humano con todo el mundo, ojala se haga justicia con él y lo veamos de presidente regional en un futuro cercano. Y el concejal Basadre, que en una celebración nos regaló una caja de cervezas y yo le prometí sacar DNI para votar por él en las siguientes elecciones. Como olvidar a los muchachos de informática, Evaristo y todo su equipo, con quienes las vimos verdes durante varios meses, pero al final todo salió bien y se celebró con una pollada, como corresponde.

Hay amigos con que mantengo contacto hasta hoy, como el gran Fredy Gambetta "El Cronista de Tacna", un baluarte de la ciudad. Otros de los que no se hace años, pero los tengo presentes en la memoria. En fin, Tacna es como mi segunda casa. Lo deben estar pasando mal con el cierre de la frontera, porque buena parte de su economía funciona en base al turismo chileno, también en cuarentena seguro que restringirán las celebraciones y eso si que es un golpe siendo la gente tan fiestera.

Solo me queda mandarles a todos un saludo cariñoso y ánimo, porque no hay mal que dure cien años ni huemul que lo aguante. Ya se terminará esta locura y podremos movernos libremente entre estas dos ciudades tan cercanas y que tienen tanto en común ¡Feliz cumpleaños, Tacna!