Mi imagen de los derechos humanos es como una plataforma chiquita y elevada en la mitad de un gran estadio. Entonces hay decenas de miles de personas pelean por subirse a esa tarima de 2x2 para -desde allí- poder tirar piedras a la cabeza de los demás.
Los derechos humanos en el mundo
El concepto de derechos humanos no es "inmemorial" como cree la mayoría, es algo que se inventó a partir de la derrota del nazismo en Alemania cuando principalmente los Americanos -horrorizados por la persecución a los judíos y otros genocidios nazis- se encontraron con que no tenían herramientas legales para ahorcar a los jerarcas del país vencido.
Así fue cómo se creó la idea de "delitos de lesa humanidad", es decir delitos donde los ofendidos no eran las víctimas directas sino la humanidad entera.
A partir de esta idea se hicieron los juicios de Nuremberg, que permitieron ejecutar a soldados que habían cumplido órdenes en tiempo de guerra.
Esto también puso la semilla para crear la Organización de las Naciones Unidas y la Declaración de los Derechos Humanos. Poca gente se da cuenta del entramado groseramente hipócrita que hubo detrás de todas estas cosas.
De partida una dictadura genocida que fue la Rusia estalinista formó parte de las Naciones Unidas. Se creó un selecto "Consejo de seguridad" con poder de veto para declarar y prohibir futuras guerras.
Y los integrantes de ese consejo, cuyos miembros permanentes -oh sorpresa- fueron los países militarmente más poderosos del mundo, quedaron prácticamente inmunes de cualquier resolución o castigo en caso que ellos violaran la Declaración o se embarcaran en una guerra de agresión contra un país más pequeño.
Pero la hipocresía no quedó allí, supuestamente los jerarcas nazis fueron ahorcados por crímenes contra la humanidad al asesinar a población civil indefensa, pero los Estados Unidos recién habían lanzado dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki que terminaron matando en total a 245.000 civiles indefensos.
Para no mencionar los asesinados en los bombardeos masivos a Berlin, Colonia, Dresde, Dusseldorf, Essen, Francfort del Meno, Tokio y otras ciudades alemanas y japonesas, que asesinaron a millones de civiles solo por el hecho de vivir allí.
En pocas palabras, los Juicios de Nueremberg y la Declaración de los Derechos humanos siguieron estrictamente el criterio de La Granja de los animales de Orwell: en crímenes contra la humanidad todos son iguales, pero unos son **mucho más iguales** que otros: los que ganaron la guerra obviamente.
Esta farsa hipócrita la hemos aceptado mansamente, hoy nadie se atrevería a decir que la Declaración Universal de los Derechos Humanos es un fraude, porque hemos sido adoctrinados desde que nacimos con la idea que se trata de algo noble, compasivo y que sirve para mantener la paz mundial y la justicia. Pero así son las cosas.
La verdad es que los crímenes son siempre concretos y específicos y es igual de miserable que un asaltante te quite la vida a que lo haga alguna autoridad del estado, un crimen es un crimen, toda la ideología en torno a los "crímenes contra la humanidad" es una gigantesca farsa.
Los más divertido es que desde la postguerra del Siglo XX hasta hoy los derechos humanos han sufrido un proceso inflacionario, igual que los precios.
La declaración original tenía como 27 artículos referidos principalmente a los derechos de las personas, pero se empezaron a añadir más y más "derechos sociales" casi todos tan espurios como ridículos, imposibles de hacer cumplir. O sea pura verborrea -diarrea verbal- de los políticos.
Derechos humanos en Chile
Como es obvio, Chile firmó obedientemente la declaración, fue miembro fundador de la ONU y ha ido adhiriendo a cada una de las estupideces que se han ido agregando con el tiempo, convirtiéndolas en leyes que incluso tienen prevalencia sobre nuestras leyes nacionales.
Es notable la obediencia cercana al servilismo con que nuestros políticos se han ido plegando a lo largo de los años con la burocracia internacional.
Casi todos los años aparecen por Chile funcionarios de alguno de los cientos de ramas que tiene ese sistema, son recibidos como príncipes y se pasean dando instrucciones al gobierno de turno sobre lo que debe y lo que no puede hacer.
Es algo que pasa en casi todos los países débiles y pequeños, los países grandes no aceptan competencia a casi ninguna corte internacional sobre sus ciudadanos, mucho menos dejan que la ONU ordene o modele su política exterior.
En general casi todos los países tienen fricciones ocasionales cuando tratan de pisotear su soberanía, pero en Chile históricamente existe una obediencia ciega, servil, sumisa.
Hay varias razones para esta actitud, pero la principal es que los políticos tienen al sistema internacional como paracaídas dorado al momento de quedar cesantes.
En esos casos, desempleados y sin plata llegan a buscar refugio integrándose al sistema internacional como altos comisionados, directores, veedores o cualquier otro puesto que les asegura un espléndido sueldo y jugosa jubilación.
Este mezquino interés lleva a que muchos políticos arruinen a sus propios países a cambio del vil billete.
Es cosa como en nuestro país se ha visto muchas veces. Pero la más escandalosa han sido los dos instructivos presidenciales de Bachelet que fueron la causa directa e inmediata de la enorme crisis social causada por la inmigración ilegal descontrolada y de sus nombramiento como "presidente de ONU mujeres" y "alta comisionada de derechos humanos".
Los derechos humanos como bandera política
Como vinos en la primera parte, desde su creación todo el discurso de los Derechos Humanos ha estado basado en la hipocresía. La invención artificial de delitos y de sistemas express, ad hoc para castigarlos -con pocas o ninguna prueba- ha sido la forma que han usado los políticos en el tiempo para ir eliminando a los adversarios y ganando elecciones.
Además de hipócrita el sistema de los derechos humanos es muy corrupto, porque entrega incentivos para obtener ventajas personales económicas y políticas a quienes se las arreglan para usarlas para su provecho.
Un ejemplo clarísimo de este cinismo es la persecusión que se ha hecho a muchos ex funcionarios del Gobierno Militar.
Todos sabemos que se cometieron crímenes, detenciones y fusilamientos ilegales, principalmente en el primer año después del golpe. Hubo asesinatos tanto de opositores como de militares.
Esos crímenes debieron haber sido tratados como simples delitos porque esa es la única manera de asegurar una persecución y un juicio justo condenando a quienes correspondía según las agravantes y atenuantes de responsabilidad que consigna la ley.
Los asesinatos fueron perpetrados por funcionarios de la DINA, de otros grupos represivos de las ramas militares y por terroristas que atacaron a personal de las FFAA. Los que ordenaron esos crímenes debieron ser objetivamente juzgados, condenados o admistiados según las leyes comunes.
Pero como ostentar, mentir y exagerar hasta extremos ridículos, ofreciendo incentivos para mentir sobornando a supuestas "víctimas" con pensiones vitalicias y toda clase de incentivos los ha llevado a matar la gallina de los huevos de oro.
Los que antes eran compadecidos hoy son vistos con desconfianza y antipatía. Tengo un par de amigos que salieron relegados y cuando se toman unos tragos empiezan a contar las horribles torturas a que fueron sometidos.
Lo divertido es que cada vez cuentan una historia distinta, lo que hace obvio que son inventos o paparruchas para hacerse los héroes.
Eso no tiene nada de grave, hasta resulta jocoso. Pero otros viven de ese cuento exigiendo reparaciones, pensiones vitalicias, beneficios y muchas cosas más. Y por supuesto salen a marchar indignados haciendo la pantomima, han hecho una profesión de victimizarse falsamente: viven de eso a costillas de nosotros, los giles.
Como son demasiados los que han sufrido supuestas torturas y muertes, a estas alturas muy pocos les creen.
También he conocido amigos que fueron realmente maltratados y tengo un compañero del liceo que fue fusilado, normalmente los que fueron víctimas verdaderas dieron vuelta la página hace rato, asqueados de tanto sinverguenza y falsa víctima.
Y así es como fue la cosa, al menos lo que yo conozco y recuerdo porque en 1973 tenía 18 añitos. A mi no me los contaron, lo vi con estos ojitos.
Nací el 84, es decir cuando termino el Gobierno Militar tenía 6 años , aún así tengo compañeros de mi misma edad que hablan con tal propiedad de los "derechos humanos violados" y hasta de "genocidio" .... así de adoctrinados, y la técnica que no les falla es que si uno no condena los hechos...eres "complice", váyanse un ratito a la @!@$@!"
ResponderBorrarSi, esa cultura de las funas y la cancelación funcionó bien durante años pero tiene cada día menos efecto, cuando un cliché se repite mucho termina perdiendo toda su fuerza.
BorrarRecuerdo en los 60-70 la palabra "pueblo" era un cliché sagrado que servía para todo, hoy calienta menos que doña Carmen en hilo dental
Hablando de desechos humanos.
ResponderBorrar(Que alguien ayude al oprimido pueblo santiaguino a luchar contra el estado opresor y por su derecho a la autodeterminación, por dióooo)
https://twitter.com/BuscandoKalle/status/1701259464941170845
"desechos humanos" jajaja, buena descripción
BorrarLo bueno es que la gente ya se está cansando de esa hipocresía gracias a todas las garantías que les dan a los delincuentes mientras se invisibilizan a sus víctimas.
ResponderBorrarSi, ya estamos hasta más arriba del paracaidas con todos esos cuentos
BorrarBueno, por algo son los "izquierdos" humanos... porque mira qué curioso que ninguno de los que protestan furibundamente por las violaciones a los DD.HH. nunca lo hacen contra Cuba, Venezuela, China o Corea del Norte.
ResponderBorrarEn Chile, en cambio, si el carabinero no le regala chocolates a un detenido, y le pide permiso para llevárselo si lo pilla delinquiendo, lo acusan de violador de DD.HH. (sí, OK, es una exageración, pero hay muchas situaciones exageradas en esta temática, y fuertemente cargadas hacia un lado).
Saludos,
El Triministro.