02 noviembre 2023

Las fobias

Liberación
Los que leen este Templo del Ocio saben que bajo una aparente calma y normalidad de mi carácter, también tengo algunos tornillos medio sueltos. Estos se expresan como fobias, pesadillas y cosas por el estilo: fobia a las alturas, a hablar por teléfono, a las inyecciones y a ir a la peluquería, por nombrar algunas.

Algunas son fobias mayores, que seguramente me van a acompañar hasta que estire la pata, pero hay otras que he ido superando o perdiendo. 

Por ejemplo cuando el McDonnell se estaba muriendo, encerrado en el hogar de ancianos, hice tripas corazón y decidí a ponerme una vacuna para poder visitarlo, debe ser una de las muy pocas vacunas que me he puesto en mi vida. Claro que se murió antes que pudiera ir, pero eso me quitó un poquito mi fobia a las inyecciones.

Hace dos semanas cuando fui al dentista y me sacaron dos muelas me pincharon varias veces y me di cuenta que -aunque me siguen asustando- ya no les tengo fobia. Este sábado me tocará sacarme la muela difícil, ya me advirtieron que esa va a doler, pero no me preocupa ni un poquito. 

Bueno, un poquito tal vez, pero no me quita el sueño, como habría sido un tiempo arás.

La cosa es que estaba mirando este video de Jaime Baily donde hablaba sobre su fobia a las peluquerías y el origen de esa fobia, que en cierto modo se parecía a recuerdos de mi niñez, cuando un peluquero chino de Viña del Mar me hacía el "corte colegial" mes por medio.

Mi fobia a las peluquerías pasó por varias etapas. Cuando estudiaba en la universidad, un amigo me convenció que todas las peluqueras eran buenas en la cama, no se de donde sacó la idea pero mi compañero estaba convencido de muchos disparates por el estilo, la cosa es que yo le terminé creyendo así es que cortarme el pelo se convirtió en un ejercicio de joteo, pesca y caza.

Después de ese período, cuando me convencí que eso era un mito ridículo ya que ninguna peluquera me dio la pasada, me volvió la fobia, especialmente a medida que me iba quedando más y más pelado. El miedo era que un "mal" corte de pelo me dejara la cabeza con unas lagunas y se me viera el cráneo.

Así es que encontré a don Luis, el más tradicional de los peluqueros de Arica que me daba la confianza que no me vería ridículo después del corte de pelo. Estuve un par de décadas cortándome con él igual que el Tomás Jr. lo mejor es que nos hacía precio de cliente.

Pero en enero de este año llegó el aciago día en que don Luis cerró su peluquería, no supimos más de él y me quedé en el más completo desamparo. Entonces empecé a ir al barrio de las peluquerías, en el Edificio Richard, donde igual me disimulaban la pelada pero el corte costaba casi 10 dólares.

Hasta semana pasada, cuando fui al Terminal Agropecuario a comprar la lijadora eléctrica y encontré varias peluquerías, pequeñas y precarias, donde se cortaban el pelo más que nada aimaras y campesinos. Pregunté cuanto valía el corte y me dijeron algo menos de 4 dólares. No lo pensé dos veces.

"¿Como quiere que le corte?" Me dijo la chica peruana que me atendió. le comtesté "corte como quiera, lo dejo en sus manos". Y así lo hizo: en lugar de hacer filigramas con la tijera, me pasó en profundidad una máquina como de esas para trasquilar ovejas. 

En unos segundos y pocas pasadas había una cantidad impresionante de pelo en el suelo, yo pensé que iba a quedar como un melón o huevo duro, pero que diablos. Después me di cuenta que con ese corte a la diabla me aparecieron todas las canas y los agujeros de alopecia que tengo arriba del casco ¡y no me importó nada!

O sea me acabo de liberar de otra fobia, desde ahora iré a la primera peluquería barata que encuentre, cuando vaya a Tacna este sábado voy a cotizar en la peluquería "Los Beatles" que parece barata y siempre me ha llamado la atención. Me da lo mismo como quede, mientras más pelado y más barato mejor.

Ahora tengo una fobia menos.

13 comentarios:

  1. Alacranes, bichos repulsivos.
    Esa si es fobia mía. Me descomponen de solo verlos en una foto o en la televisión.

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    1. Los alacranes o escorpiones chilenos son inofensivos, el año 1974 estaba haciendo un hoyo en el patio de mi hermana acá en Arica -ni recuerdo para qué y me salió un alacrán del porte de mi mano, lo aplasté a palazos y me asusté mucho. En otros países son venenosos.

      Yo le tenía miedo a las arañas y todavía me dan un poco de julepe, pero no me da para fobia, las mato sin problemas

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  2. Yo también le temo a las alturas. No me gustan los aviones, los ascensores y mirar para abajo desde un piso 4 hacia arriba. Vivo en el piso 5 y con malla en la terraza me siento cómodo. Huevadas nomás...

    Al dentista lo he ido tolerando con el paso del tiempo.

    Desde que las mujeres enloquecieron del todo, también les tengo fobia, lo que es una gran cuestión considerando el costo vs beneficio, lo que demuestra mi desarrollado sentido de la supervivencia, madurez y sentido común.

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    1. Creo que la fobia a las alturas es de las más extendidas, es la principal que yo tengo así es que si quieren asustarme ya saben. Es como dice MArcelo, me basta con ver en la tele a alguien en la cornisa y me entra el vértigo.

      A las mjeres les tengo hasto miedo y ese es un miedo muy beneficioso para la billetera al menos, tal como dices. Aunque a veces se me pasa por un ratito

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  3. La fobia a las agujas y a la sangre son bien comunes; por lo menos un 25% según he visto alguna vez (en distintos niveles de gravedad evidentemente) y lo más probable es que sea más común en los hombres; por una razón bien sencilla, a los hombres no les llega la regla.

    En mi caso, de chico siempre fui medio espirituado con esos temas; con varios desmayos en el cuerpo y situaciones desagradables en que me he tenido que retirar de la mesa cuando se ponen a hablar de enfermedades y cosas así. En el dentista no he sufrido tanto, salvo "la película" que se te pasa por la cabeza después de que te meten la aguja hasta la base del cuello o hasta la frente.

    Un par de veces he tenido que enfrentar situaciones de emergencia donde no me ha pasado nada; pero de solo acordarme me da julepe.

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    1. Me desagrada ver sangre pero no le tengo nada de fobia. Cuando era chico a los atropellados los tapaban apenas con un diario y yo me quedaba fascinado viéndolos. Recuerdo uno con el coco partido y los sesos afuera, imprsionante.

      A las agujas es otra cosa, esa si que es fobia, pero de a poco ya puedo manejarla. La fobia es más que el miedo, es una cosa rara e irracional como lo que yo tengo a las alturas incluso imaginándolas

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  4. La tecnica de desensibilizacion sistematica, una terapia cognitivo conductual, funciona, y bastante eficazmente. Son variaciones de relajacion, y tranquilidad, con acercamientos controlados al estimulo fobico, hasta que te importe un huevo.
    Es de las, aparentemente pocas, cosas que funcionan en terapias sicolocas

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    1. Podría ser. un gran amigo mío trabajaba en Canadá en construcciones a grandes alturas y le encantaba, decía que se siente una paz increíble caminando por las cornisas sin línea de seguridad como hacñian antes.

      Claro que yo en ninguna terapia me acercaría a una cornisa a más de 3mt de altura, creo que ese es mi techo, más o menos, e igual me asusta un poco

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  5. Yo solía tenerle una fobia enorme a las polillas y a los insectos en general, pero desde hace un par de años puedo hasta dormir con una pequeña araña en mi pieza. Ahora, dependiendo del tamaño del bicho es cuánta fobia le tengo, pero lo curioso es que nunca me propuse perderles el miedo. Simplemente se dio.

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    1. hay polillas gigantescas, he visto unas casi del porte de mi mano, hasta a mi me dan cosa

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  6. Creo que las alturas. No si alguien me lleva en un avión, pero me es muy desagradable a veces acercarme a la baranda de un balcón y ver al vacío. Es curioso pero viví en un séptimo piso por años y estaba en el balcón a cada rato: luego trabajé en instalaciones industriales donde andaba caminando sobre equipos altos con poca protección- pero en algún momento se me desarrolló. Aparecieron en sueños situaciones de terror ante el vacío, después en la vida cotidiana. Y nunca me caí ni desde un taburete. Uls

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    1. La fobia a las alturas es lo más extraño que existe. Casi todos los que sufrimos de esa fobia no nos pasan nada dentro de un avión ni en un rascacielos, al menos por mi parte cero vértigo y tengo entendido que es rarísimo que a alguien le de fobia mirar por la ventanilla de un avión.

      Lo que si es extraordinario es que alguien que no tenía vértigo lo desarrolle cuando adulto, esas fobias aparecen normalmente en la niñez ¡tal vez estás retrocediendo en el tiempo!!!

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    2. De hecho a mí me pasó eso. Cuando era bien chico no me daba vértigo ni era intolerante a la lactosa, pero a medida que crecí aparecieron esas cosas.

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Yours sincerely, wasting away
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Will you still need me, will you still feed me
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