Estuve viendo este interesante video con la discusión sobre el Plano Regulador de Iquique y pensaba lo bajo que puede caer la gente cuando las autoridades políticas tienen el poder de abuso sin límites y las personas, enfurecidas, solo pueden insultarlos.
En mi opinión, estas situaciones se producen por culpa de las leyes infames. Leo la definición de Infame, según la que limpia, pule y da esplendor a nuestra lengua:
INFAME
1. adjetivo: Que carece de honra, crédito y estimación. Usado también como sustantivo
Similar: indigno, innoble, bajo, despreciable
2. adjetivo; Muy malo y vil en su especie.
Similar: malvado, perverso, abyecto, depravado, vil, ruin, miserable
Hay muchísimas leyes inútiles, estúpidas, contraproducentes y algunas derechamente infames. Esta vez me quiero referir a la Ley General de Urbanismo y Construcciones. El hecho de que "carece de honra, crédito y estimación" lo muestra la realidad que un enorme número de las construcciones en nuestro país simplemente no la cumplen.
Y es una ley que no se cumple por una razón muy simple: porque recorta y limita la libertad de las personas de hacer con su propiedad lo que se les da la gana, siempre y cuando no dañen a terceros.
La propiedad se define como la "Cosa que es objeto del dominio, sobre todo si es inmueble o raíz" y el dominio se define como el "Poder que alguien tiene de usar y disponer de lo suyo", Claro que los leguleyos añadieron astutamente una frase como "dentro de lo que permita la ley" o algo por el estilo.
Es decir, uno puede hacer lo que se le antoje con una propiedad sobre la que tiene dominio siempre y cuando la ley se lo permita. Cuando los gobernantes son decentes se dan cuenta que el valor más importante es la libertad del individuo respecto de lo syo.
Y claro, viviendo en sociedad, las libertades individuales muchas veces se contraponen y chocan los intereses. Por eso son necesarias las reglas y las leyes, para arbitrar de alguna manera entre estos intereses en conflicto.
El problema es como se diseña este arbitraje y como se traduce en leyes específicas. La gran mayoría de las leyes establecen prohibiciones.
En nuestro país, leo que: A la fecha, Ley Chile dispone de más de 389.000 normas completas de diversa jerarquía, de las cuales 359.405 corresponden a textos originales y 29.595 a normas con versiones. Los registros de vinculaciones son alrededor de 374.000 y corresponden a modificaciones, derogaciones, textos refundidos y concordancias.
Cada una de estas casi 400.000 leyes se supone conocida, ningún chileno puede alegar que desconocía una ley ¿qué sentido tiene esa estupidez? ¿alguien en su sano juicio podría pensar que hay alguien que pueda conocer 380.000 leyes?
Yo entiendo que la presunción de conocimiento es fundamental ya que cualquiera podría decir "no la conocía" para eximiese del cumplimiento, pero ¿como es posible que tengamos cientos de miles de leyes?
Me imagino que esta diarrea legislativa obedece a algo atávico del carácter latinoamericano, pero es lo que permite que existan tantas leyes infames y a nadie le importe un comino.
El respeto a las leyes -como todos los respetos- no es algo dado sino que debe ganarse. Y cuando hay una ley que la mayoría no obedece, esta debería derograse o como mínimo modificarse profundamente para que la gente acepte respetarla.
Cuando una ley es ampliamente incumplida, pierde su imperio y su fuerza, ya nadie la respeta.
Es como el merluzo y su pandilla, pueden tener la banda, el tratamiento de excelencia u honorables, grandes sueldos y todo lo que quieran, pero son despreciados millones. Pese a tener formalmente el cargo son infames es decir malvados, perversos, abyectos, depravados, viles, ruine y miserables entre otras cosas.
Es lo que pasa con la Ley General de Urbanismo y Construcciones, que carece de honra y respeto al punto que casi nadie la obedece. Si se hiciese cumplir estrictamente toda mi cuadra sería objeto de demolición.
Que digo, no toda mi cuadra sino más del 80% de las construcciones de Arica.
Cuando se dan estas situaciones todo se convierte en una farsa, lo único que interesa es el timbre y el permiso, la exepción sobrepasa ampliamente la letra de la ley y cada cual hace lo que quiere -sobre todo abusa como quiere- amparado en una de nuestras más rancias tradiciones: la coima.
Por eso los planes reguladores comunales despiertan tantas pasiones, ya que invariablemente son conducidos por la coima y el interés de un grupo influyente por sobre los que no tienen influencia. Todo plan regulador termina siendo un desastre, solo miren la historia de Brasilia y su sueño de ciudad planificada.
Las ciudades más lindas y vibrantes del mundo: Florencia, Paris, Hong Kong, Londres, Praga y un largo etc. no necesitaron de ningún maldito plan regulador para formarse, todos los conflictos se fueron arreglando -a la buena o a la mala- entre las partes, como debe ser, sin la intervención de ningún maldito burócrata iluminado.
La Ley de Urbanismo y Construcciones debería ser rebajada a reglamento y podarse violentamente hasta los mínimos requeridos para asegurar cierta seguridad pública, que tampoco nunca será completa. Nada es seguro en este mundo aparte de los cuernos y la muerte, como dice la Ley de Hierro de Bradanovic.
¿Y los planos reguladores? Que hagan un tubo con ellos, porque ese es el único destino posible para esas leyes infames. El tiempo se ha encargado de mostrar su inutilidad porque cuando cien personas no cumplen una ley las pueden castigar, pero cuando lo hace un millón no hay como.
La única salida a la maraña regulatoria es la "firma", un profesional del tema que analice y garantice que la cosa se está haciendo bien, de acuerdo a regulación. "Firmar" es una de las ambiciones mayores de las carreras, incluso técnicas. Ejemplo no se puede construir en terrenos inundables o con riesgo, y el riesgo lo define un plano y un instructivo técnico. Ergo la firma de unos ingenierillos se agrega a las necesidades. No se puede fumigar los cultivos sin la firma de un agrónomo. No se puede extraer arena del río sin el correspondiente, construir, reformar, demoler, etc etc Uls
ResponderBorrarLa maldita permisología es una enfermedad virulenta que infecta a toda América Latina, es lo que da origen al "poder de firma" que bien describes. Uo lo entiendo en las instalaciones eléctricas por ejemplo, que inciden directamente en la seguridad y el evitar incendios, pero que se regulen cosas que un politicucho cualquiera estima "adecuadas" como la obligación de dejar un espacio para antejardin y cosas así son regulaciones irritantes y absurdas.
BorrarTodos deberían tener una amplia libertad de hacer lo que se les antoje con lo que es suyo, siempre y cuando no perjudiquen evidentemente al vecino por ekemplo.
Menos mal que la "firma" puede ser contrarrestada con dos avviones: la coima o simplemente ignorar masivamente la norma, que es lo que hace la mayoría de las personas
Las normas se escriben pensando , ademas de la chachara urbanistica que no pocas veces solo delira, en los cientos de miles de empleados publicos, desde los numerosos ayudistas a conseguir las firmas hasta el Rey de Reyes que firma finalmente. Debe incljuirse los, practicamente lobbystas, que pululan en torno
ResponderBorrarPermiso para una hipotesis sobre los incendios: en mi opinion basta con una celula de militantes para iniciarlos en 4 a 5 partes, del resto se encargan los espontaneos que surgen (enfermos mentales, resentidos, luchadores sociales individuales, etc).
Objetivos o beneficios: 1.- castigar la citacion al Cosena, un recado al socialismo. 2.- tapar que el escandalo del robo via fundaciones esta llegando a La Moneda 3.-distraer, al menos un tiempo, del desastre en seguridad. 4.- permitir que el enamorado Marcel "exija" aprobar sus reformas, el piñerismo cedera, previa alguna exigencia inutil.
Costos probables.muy altos en opinion publica hoy, tensara el 30 % de apoyo firme que tiene, pero esperan recuperar y aminorar esa la tension con el proceso de llevar ayuda exhibicionista, ceremonias y el "agradecimiento" delas victimas por recibir alguna migaja... y por supuesto culparan a la derecha de los incendios y a las imobiliarias y a todo lo no zurdo, hay gente que aun se la cree y a ella apuestan
No se puede descartar del todo, pero los grandes incendios son habituales en esta época. El año pasado fue lo mismo, y el anterior, y el anterior… ¿cuándo fue lo del “Supertanker” y el “Luchín”? ¿En 2017? ¿Y el gran incendio de Valparaíso, en 2019?
BorrarEl del año pasado no le sirvió de nada -en términos de imagen- a los merluzos, aunque trataron de usarlo (increíblemente) para ganar apoyo a su reforma tributaria y echarle la culpa a las inmobiliarias y otros. Ahora seguramente será igual, por su incompetencia autoevidente; tampoco le sirvieron mucho a Piñera en su momento, por razones parecidas, así que no me preocuparía mucho… por eso, claro.
Si algo nos muestran siempre estos incendiazos es 1) el enorme y merecido prestigio de nuestros servicios de emergencia (Bomberos, Carabineros, brigadas forestales y otros), y 2) aunque parezca contradictorio con lo anterior, lo inútil de nuestro Estado central, incapaz, una y otra vez, de adelantarse a algo absolutamente previsible.
Saludos,
El Triministro.
Wilson, Triministro, yo creo que es muy probable que el inicio de los incendios en la mayoría de los casos sean por acción humana, algunos por descuido y otros derechamente intencionales.
BorrarNo creo nada en la combustión espontánea, ni en los conosjos del ministro Montes, los incendios son una herramienta útil en manos de anarcos y personalidades enfermas parecidas que disfrutan viendo como "queda la cagada", cuesta creer que haya gente así, pero hay.
Los mega incendios son característicos de los últimos 20 años, siempre han habido incendios en Valparaíso pero no recuerdo otros de esa magnitud, el último grande que recuerdo fue el de la Battaca Shultze -de m i papá- en 1953.
Los grandes incendios empezaron a aparecer alrededor del año 2000 si la neurona no me falla, el calor y el hacinamiento en los cerros solo ha facilitado su propagación
A veces, poniéndose en filosófico, uno piensa hasta cuando tiene que llegar la planificación.
ResponderBorrarDesde luego no puedes empezar un puente y ver cómo sigue. Tienes que tener plan, plano y cálculo hasta el final. Ni un auto. Ni un edificio de 20 pisos.
Pero una ciudad es algo bastante más complejo. Por ahí es evidente que las grandes avenidas, el trazado de calles, espacios verdes, servicios esenciales, si. pero ¿ tengo idea de los medios de transporte dentro de un siglo? ¿ o los movimientos que predominarán en la gente? ¿ o si el trabajo se hará mayormente en centros o desde hogares? No se puede incurrir en el exceso de planificación entonces, en un encorsetamiento. Ahi tenemos ciudades medievales en Europa que no permiten el paso de autos en sus callejuelas - aunque luego, pasan otras décadas, y menos mal que tenemos un trazado que restringe a los autos ¡¡
No hay ninguna razón para suponer que ahora tenemos más información o criterio para tomar decisiones para décadas delante. Más aún: se debe suponer que cuanto antes posterguemos la decisión más información tendremos para tomarla. Tomar las decisiones antes debe justificarse en que tenemos que definir un diseño y un curso de acción antes de empezar una obra concreta, como un puente. Pero no más. Ulschmidt
HAy algo que la experiencia nos debería haber enseñado, porque se repite una y otra vez Ulschmidt: la planificación SOLO funciona para los problemas simples, cuando un problema se hace complejo la solución solo se consigue de la libre competencia y el sistema de precios funcionando sin ninguna restricción externa.
BorrarNi ahora ni nuca un grupito de politicuchos y coimeros tendrá información suficiente como para planificar exitosamente, todo lo que hagan solo puede empeorar las cosas.
Y las personas deben tomar sus propios riesgos en lo que solo a ellos concierne. Si alguien quiere construir sobre arenas movedizas o en el cono de un volcán ¡adelante! es su riesgo, mientras no ponga en peligro a nadie más, claro.
Cuando hay catástrofes como los grandes incendios que azotan ahora a Valparaiso, salen todos los estrategas y urbanistas de salón echándole la culpa a tal o cual.
El mundo es un lugar repleto de riesgos y cada uno debe elegir cuanta seguridad quiere porque siempre hay un balance de costos y beneficios.
Eso para las construcciones particulares, claro, las obras públicas deben ser cuidadosamente planificadas porque son la parte socialista de nuestra sociedad.
Pero hasta donde llega el alcance de la libertad, sino seria caer un extremismo igual que la hiperegulacion.
ResponderBorrarhttps://youtu.be/dgNpH89rHqo?si=jW_SUWC66Woc3LDshttps://youtu.be/dgNpH89rHqo?si=jW_SUWC66Woc3LDs
Paris es un ejemplo muy típico del espíritu de Francia, tiene un área repleta de palacios y monumentos pero fuera de eso ha sido tradicionalmente una cloaca como ciudad, es impresionante.
BorrarCuando Hemingway vivió allá en los años 20, contaba que en la pieza que arrendaba en la Closerie de Las Lilles todos los WC daban a un mismo tubo que iba a dar a un gran depósito en la calle, este era reirado cada mañana porque no había alcantarillado en ese barrio de la ciudad luz.
Hasta el día de hoy en París está lleno de ratas del porte de los gatos, los baños de cualquier hogar de clase media hacia abajo son muy malos y cosas así.
Es un buen reflejo de la ciudad-escenografica y la mentalidad francesa heredada del más rancio absolutismo, que siempre ha sido tendencia fuerte allá