18 julio 2024

Cerrado por duelo

Me avisaron en la tarde de la muerte de Ricardo Rojas Navarrete El Tunei para los amigos.

Diablos, cada día quedamos menos, ya me va a tocar a mi. Este viernes nos juntaremos en la casa de Waldeque para comer un picante y seguramente alzaremos las copas por el amigo que partió. Así es la vida, y así es la muerte.

Pero solo mueren cuando los olvidamos, el Tunei seguirá vivo entre los amigos, que recordemos los innumerables chascarros y sus asombrosas destrezas. Porque no era un tipo cualquiera, desde muchos puntos de vista se trataba de un tipo genial.

Para entenderlo hay que volver a los años ochenta, cuando ocurrió ese último boom de Arica, durante el auge del contrabando hacia el Perú, cuando corrían enormes cantidades de plata y de la nada aparecían y desaparecían fortunas.

Hubo una ebullición de negocios millonarios de un día para otro, especulaciones inmobiliarias, oportunidades de toda clase, especialmente para los comerciantes. Algunos pocos resultaron ser unos auténticos genios y el Ricardo fue uno de esos.

Impresionante buscavidas, pasó por una montaña rusa financiera, un día estaba asociado con millonarios en grandes proyectos y al otro aparecía en quiebra. Al final parece que encontró la receta y consigió terminar sus días con un buen pasar consolidando una familia extraordinaria.

Pasó por casi todos los negocios que existen. No he conocido alguien así de creativo en mi vida: un día era comerciante viajando a Miami, al otro arrendaba maquinaria pesada, vendía puertas y ventanas, era socio de una gran empresa constructora o al otro día estaba en la quiebra. Pero era insumergible en los negocios, jamás tiró la toalla.

Cuando yo lo conocí me enojé con él porque sacaba parte de un pago que nos hacían, esa vez salió mi famosa frase "creo que muchas manos matan la guagua", pero Daniel, mi socio de entonces con más años y algunas neuronas más que yo, me explicó por que su aporte era valioso. Era cierto.

Porque no había nadie más tenaz y hábil que Tunei, cuando se proponía algo no lo soltaba así nomás. Además, muchoa años después, me hizo un favor enorme de manera desinteresada, creo que nunca se lo agradecí lo suficiente.

En fin, la última cosa es que cada vez que venía a Arica era una fiesta, porque se ponía a cantar y no había como callarlo. Justo la última vez que nos juntamos en la parcela conversábamos que ojala viniera para la próxima. No se pudo.

¡Que manera de reirnos! Si existe el más allá -cosa que dudo muchísimo- ahi debe estar con sus amigos NN y Ricardo Rivera, jorobandolos con sus canciones de la Nueva Ola.

Bueno, qué se yo... Por los motivos ya mencionados y por otros que me reservo, este Templo del Ocio declara Duelo Oficial, en recuerdo de nuestro muy querido amigo Ricardo Rojas Navarrete, el Gran Tunei. Ojalá sea cierto ese cliché de que "pasó a mejor vida", aunque en esta, su vida fue alegre para él y de paso la alegró para los amigos. Chau Ricardo.

1 comentario:

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"