23 noviembre 2024

Refrito del sábado: talento malgastado

Tenía dos refritos en carpeta para hoy, uno se refería a como hacerse rico y el otro era este del talento malgastado por el que me decidí finalmente, ya que supongo que a ningún regular o visitante de este Templo del Ocio le interesa hacerse rico. En fin, aquí voy:

Talento malgastado (publicado originalmente el 26 de febrero de 2019)
"No hay nada más triste en este mundo que un talento malgastado", con esa frase famosa termina la película Historia del Bronx.

¿Será cierto' Tal vez, iba pensando en eso esta mañana mientras caminaba a la universidad a una inútil reunión a la que no tenía maldita gana de asistir. Pero los dioses estaban de mi lado, no hubo reunión y pasé parte de la mañana discutiendo de política y conversando con mi buen amigo Fernando Cabrales, profesor de la Escuela de Negocios y el que tiene las ideas más claras por esos lados. Fue muy entretenido.

Cuando camino, para no aburrirme, me voy pensando en alguna cosa que poner en este Templo del Ocio y entonces se me ocurrió eso del talento malgastado. He tenido muchos amigos talentosos, que han sido jóvenes promesas pero no llegaron al reconocimiento ni al éxito que ambicionaban, excelentes ingenieros muertos de cirrosis (dos de ellos eran verdaderos genios) y así.

Me acordaba de mi profesor de matemáticas en Inacap, de apellido Galleguillos, que antes enseñaba en la Universidad de Chile y lo echaron durante los militares por razones políticas. Era una joya de profesor, en ese tiempo yo no sabía nada de matemáticas, tampoco tenía las condiciones de memoria y concentración necesarias, sin embargo en dos años de sus clases me convertí en un tipo bastante competente, pude aprobar sin problemas los difíciles cursos cuando entré a estudiar ingeniería y hasta fui instructor ayudante en tres de ellos.

Yo lo admiraba muchísimo. Un día, cuando todavía me hacía clases, lo encontré en la calle con una pala, camino a su casa y me contó que estaban haciendo una ampliación y ayudaba a hacer el radier. Me quedé en shock, que un tipo con ese intelecto y el don único para enseñar, gastara su tiempo en mezclar concreto. En ese momento me di cuenta que debía ganar bien poco ¡que talento malgastado! pensaba, debería estar enseñando en la mejor universidad y forrado en plata.

Pero la verdad es que mucha gente con gran talento no lo aprovecha, al menos para ganar plata. Edgar Allan Poe, Vicent Van Gogh, César Vallejo (me moriré en París con aguacero), Nikola Tesla, Oscar Wilde ¿quien con más talento que Wilde? Murieron y algunos pasaron toda su vida pobres como ratas. Peor que eso, muchos vivieron completamente desacreditados.Porque lo peor para alguien con talento no es ser pobre, sino no ser reconocido, eso es lo que lleva a muchos genios al alcoholismo y otros vicios, no debe habr nada peor que tener un gran talento y no ser reconocido.

Entiendo algo de eso, porque he tenido amigos con enorme talento que nunca se lo reconocieron. Yo mismo tengo un mini talento para redactar decentemente, y tengo la suerte que puedo alimentar el ego escribiendo mis tonteras, pero ¿que hace alguien con un enorme talento para las matemáticas o el electromagnetismo, que casi nadie lo puede apreciar, ni menos admirar?Esa si que es una tragedia.

El talento normalmente es inmerecido, las personas nacen con especial facilidad para algunas cosas, que pueden ser tan sencillas como cortar bien el pelo o tan complicadas como la física teórica, pero son facilidades innatas. Por ejemplo hay un talento que yo admiro mucho que es la "personalidad del vendedor", el talento para persuadir, convencer, hacer cambiar de opinión a los demás y cambiar sus conductas hasta llegar al cierre de una venta, que es como el primer beso en un romance. La personalidad del vendedor es algo extraordinario, que yo nunca tendré, por desgracia.

No creo que sea tan triste malgastar el talento, en el sentido de no ganar plata con eso, pero si es triste para alguien con talento que no se lo reconozca nadie.

Todas estas ociosas reflexiones me hicieron recordar una línea muy conocida de Rene Descartes, quien escribió “No ser útil a nadie significa tanto como carecer de valor.”. Esto tiene mucho que ver con el reconocimiento de los demás y con el talento malgastado. Lo que dice Descartes es que el valor de una persona es igual a la utilidad que tiene para las demás personas. Eso es muy cierto para los trabajadores asalariados por ejemplo, donde el valor de un trabajador es lo que otro esté dispuesto a pagar por su trabajo, es decir su salario.

La historia personal de Descartes es apasionante: militar, filósofo y matemático que entre batallas inventó la Geometría Analítica. Cuando se retiró de la milicia vendió todo para asegurarse algo parecido a una "jubilación" y luego de unos años en Francia vivió en Holanda muy pobremente, dependía de los mecenas que lo invitaban -en realidad lo mantenían para que no pasara hambre- porque pensaban que valía la pena hacerlo. Finalmente cuando estaba en la pitilla, la reina Cristina de Suecia lo invitó a vivir en su corte, donde murió al poco tiempo sin ni uno.

Lo irónico es que Descartes siendo un talento gigantesco, multifacétio y de valor incalculable para la cultura y el progreso de la humanidad, según su propia medida no tenía gran valor, porque poco o nada le pagaban por su trabajo, era más bien un mendigo con muchos admiradores, que lo mantenían por lástima o poco menos.

Esto me hace dudar de la idea cartesiana que el valor de las personas es igual a la apreciación que los demás hacen de ella y cuan valiosa es su utilidad para los demás. Yo creo que muchas personas valen por su utilidad para si mismos, tal vez Descartes se equivocaba aquí en la pregunta fundamental "quien es mi cliente". Para algunos los clientes pueden ser los demás y para otros su cliente puede ser uno mismo.

La Teoría Subjetiva del Valor no solo tiene que ver con economía, sino también con el valor de las personas.

4 comentarios:

  1. Los talentos no reconocidos a tiempo! Sadi Carnot, el tipo del "ciclo de Carnot" que ahora se estudia en todas las clases de física temodinámica de todo el mundo, publicó su libro y nadie le prestó atención. Lo rescató Clayperton años luego, cuando ya Carnot había muerto. Y después otros hicieron maravillas siguiendo sus ideas.
    Mendel, el de los experimentos con los guisantes, no maravilló al mundo científico ni mucho menos. Lo dejaron arrumbado 30 años.
    Mary Shelley, su cuento del monstruo que creó el dr. Frankenstein, tardó en publicarse y cuando encontró editor lo vendió por 60 libras. Se volvería un éxito universal recién cuando Hollywood lo convirtió en un monstruo clásico del cine, como le ha pasado a tantas novelas antes ignotas. Pero para ese entonces Shelley llevaba décadas muerta. Uls

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    1. Asi pasa muchas veces, no siempre lo que debía tener un premio lo tiene, el talento muchas veces no es reconocido, triste pero cierto

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  2. Me acordé del científico japonés avecindado en Chile que se puso a trabajar como reponedor en un supermercado en El Tabo por el sueldo mínimo. Ese caso develó un poco el mundillo de los laboratorios de las universidades públicas, donde hay investigadores que se forran con la nuestra y a costa de sus equipos y alumnos (un amigo biólogo estuvo en la casa de uno de ellos, dice que viven como jeques árabes). Al parecer el pobre japo tuvo un encontronazo con alguno de estos tipos y quedó cancelado.

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    1. Me acordé de un científico japonés que estuvo años tratando de cosnseguir un "loco" que pudiese culivarse en criadero. Cuando finalmente condiguió un especimen viable lo dejó en el portaobjeto de su microscopio.

      Esa noche una señora que hacía la limpieza lavó el portaobjeto del microscopio con lo que se perdió para siempre el resultado de años de investigaciones, con eso se perdieron años de investigación de un día para otro.

      El pobre japo se fue echando maldicioenes y jurando no volver nunca más a Chile, aís de bárbaros jaja

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