Murió ayer, 10 de diciembre de 2025, el mismo día que murió el general Pinochet, pero 21 años después. Así es como lo recuerdo.
Aunque no lo conocí personalmente, me indigné cuando vi esta fotografía -ampliamente publicitada- donde aparece pasando revista a su gente del Movimiento Nacionalista Patria y Libertad.
Aunque no lo conocí personalmente, mi buen amigo Iván Seisdedos fue su compañero en el Internado Nacional Barros Arana, donde también estudiaba Ricardo Lagos. Los tres eran militantes de la Juventud Radical en esos años.
Me contaba Ivan que era chico pero muy apasionado, campeón para los discursos y tenía una mirada brillante que hipnotizaba a la gente cuando se ponía a hablar.
La muerte del padre
También me contaba que la muerte de su padre fue un terremoto emocional que le dejó un trauma del que nunca se repuso. Su padre Manuel Rodriguez Valenzuela había sido director de la Escuela de Artes y Oficios y fue brevemente ministro de Educación.
Cuando Pablo estudiaba en la segundaria su padre era funcionario de la Contraloría General de la República, le abrieron un sumario y al enterarse se suicidó. Era de esas personas antiguas, que prefieren la muerte antes que el deshonor.
Desde entonces y hasta el día de su muerte Pablo siempre vistió de luto, no se recuperó nunca del golpe y consideró que el suicidio de su padre fue el resultado de la infame persecusión política. Desde entonces abandonó el Partido Radical.
¿Trabajó para la CIA?
Según mi amigo Ivan, en esos años amargos y furiosos, Pablo empezó a trabajar para la embajada Americana, es decir para la CIA. No se que tan cierto será, eso pero Iván estaba muy convencido de eso. Igual siempre lo recordó con mucho cariño, no así a Ricardo Lagos.
En la elección de 1970 el resultado fue muy apretado: 37% Allende, 35% Alessandri, 28% Tomic. En esos años no existía la segunda vuelta y era el Congreso el que dirimía, aunque por tradición el que ganaba aunque fuera de 1 voto, el Congreso siempre lo ratificaba.
Nace el político y activista
Aquí surgió Pablo Rodriguez el político, decidido a conseguir una segunda vuelta. Convencieron a Alessandri a declarar que si el Congreso lo ratificaba, él renunciaría, y entonces habría que repetir las elecciones en una especie de segunda vuelta.
Allí fue cuando Pablo Rodriguez fundó el Comité Cívico Patria y Libertad, que después pasó a llamarse Movimiento Patriótico. El símbolo, que muchos identificaban con un alacrán, en realidad era la estilización de una cadena que se rompía.
Entre 1970 y 1973 Patria y Libertad tuvo participación en dinamitazos y violencia callejera, inclusive dos asesinatos, él del General Schneider y un cuidador de una antena de televisora. Ambos fruto de la gran torpeza de los que lo ejecutaron.
La Embajada de Estados Unidos (creo que el embajador era Ed Korry) les pasó dinamita y las armas que se usaron en el intento de secuestro -que terminó en asesinato- del general Prats. Rodriguez estuvo involucrado también en el tancazo del comandante Souper. Y terminó refugiado en Ecuador.
Disuelve Patria y Libertad, vuelve a enseñar
Cuando se produjo el golpe, en 1973, Rodriguez volvió y declaró que Patria y Libertad ya había cumplido con su papel disolviendo el movimiento. Nunca tuvo ambiciones personales, se alejó completamente de toda actividad política hasta su muerte, ayer 10 de diciembre.
Se dedicó a su carrera académica y profesional que fue brillante, convirtiéndose en el mejor abogado civilista de Chile en la segunda mitad del Siglo XX.
Fue profesor titular de Derecho Civil en la Universidad de Chile. Luego decano de la Facultad de Derecho de la Universidad del Desarrollo. Publicó muchos libros que son fundamentales para estudiantes y profesionales del derecho.
Una tipo decente, de los que ya casi no quedan
A diferencia de muchos de sus colegas notables, Pablo Rodriguez fue una persona de honor toda su vida. Jamás se vio involucrado en algún acto de corrupción, tráfico de influencias y mantuvo una distancia molal de años luz con otros colegas famosos.
Pagó alto costo por defender sus ideales, estuvo preso y fue maltratado físicamente por la policía política de Allende. Tengo aquí su libro donde relata esos años difíciles en su guerra contra el comunismo
Cuando empezó la persecución judicial contra el general Pinochet, al que le atribuyeron una fortuna tan fantástica como fantasiosa, Pablo Rodriguez -que no le debía absolutamente nada- fue de los pocos que salió a defenderlo activamente, y lo hizo hasta la muerte del Capitán General.En fin, se murió un caballero a la antigua y un hombre de honor. La profesión de abogado que hoy está tan podrida, llena de imbéciles, incompetentes, mafiosos, jueces, fiscales, ministros de Corte y supremos, trepadores y ladrones, tuvo al menos un tipo decente, que acaba de morirse. Que diablos.


Don Tomás,
ResponderBorrarMuy buena reseña. Lo felicito.
Realmente era como un hijo de Dios. Un héroe de la Patria.
Su muerte marcó el fin de una época
BorrarDon Tomas,
BorrarDebiera decir "en el intento de secuestro -que terminó en asesinato-del General Schneider"
En menor escala ...J.A. Kast fue de los pocos que apoyaron a Piñera en los momentos más difíciles del octubrismo, al contrario de la basura de Ossandon, Chahuan...etc.etc.
ResponderBorrarMarcelo
Si. mi estimación por Kast viene justamente de esa clase de decencia que ha tenido en los momentos difíciles, y de sostener su postura contra todos cuando se trata de cosas importantes. Espero que siga así
BorrarFue una gran pérdida para la Facultad de Derecho de la Univesidad de Chile, que por sectarismos se perdió a un Decano que logró subir el valor los títulos de Licenciado para una U con mote infamante "más fácil donde", hoy un abogada o abogafo de esa U se le mira con el mismo respeto que a uno egresado de casa tradicional. Que descanse en el Gran Oriente.
ResponderBorrarNi había pensado en que probablemente fue masón, en todo caso nunca supe nada de eso, puede ser. Me parece que después del golpe del 73, nunca le interesó volver a asuntos de la política ni a nada relacionado con el poder. Ni me lo imagino peleando por ser elegido decano en el ambiente de "chepo de culebras" que es hoy la Chile
BorrarEl atentado fue al general René Schneider, trtaron de secuestrarlo y termino en homicidio. Siempre se mantuvo la incognita sobre si ese resultado fue planeado para ejecutar por un infiltrado.
ResponderBorrarA chilito actual lo hizo falta un Pablo Rodriguez que dijera la verdad de la obligacion de las FFAA de defender la patria atacada por el octubrismo, y su preferencia de "no estar en guerra con nadie y dormir placidamente". Habria instalado el tema, como lo hizo desde 1970... No puedo creer que escribi eso :-)
No creo en eso del "infiltrado", los tipos fueron muy incompetentes y el que iba con un revolver se asustó cuando vió que Schneider sacaba su arma para repelerlos y le disparó a quemaropa. Todo el asunto fue una cadena de equivocaciones, de principio a fin.
BorrarLa idea era secuestrar a Schneider para presionar al gobierno de Frei a que llamara a nuevas elecciones, algo completamente tirado de las mechas.
Le vendieron a la embajada de USA la idea que había un importante número de mandos militares dispuestos a dar un golpe, fantasía total. Participaron algunos hijitos de su papá (como Bulnes) y otros delincuentes comunes reclutados a la rápida, todo fue un desastre.
Allende se aprovechó del asunto y armo todo ese cuento de "la doctrina Schneider" que decía -falsamente- que el general sostenía que el Ejército apoyarñia a la primera mayoría.
Schneider nunca dijo nada por el estilo, lo único que dijo fue que las FFAA no iban a intervenir en el proceso de elección, su familia tuvo que salir a aclararlo mucho después, cuando Allende uso ese cuento hasta la nausea, pintando al general poco menos que como un socialista.
Pablo Rodriguez hizo muy bien en disolver Patria y Libertad el 73, también a partir de los 90s hizo bien en mantenerse alejado de la política.
Patria y Libertad era un movimiento activista con un solo propósito: impedir que Allende llegara al poder y sacarlo una vez instalado. Nunca se dedicaron a "instalar temas" ni hacer declaraciones testimoniales, era un grupo dedicado a la acción política, tal como muchos otros de la época: la Brigada Ramona Palla, la Elmo Catalán, etc. No tenían nada que hacer en la "democracia a la chilena" que se instaló a partir de 1990.