Scott Fitzgerald
Su talento era tan natural como el dibujo que forma el polvillo en un ala de mariposa. Hubo un tiempo en que él no se entendía a sí mismo como no se entiende la mariposa, y no se daba cuenta cuando su talento estaba magullado o estropeado. Más tarde tomó conciencia de sus vulneradas alas y de cómo estaban hechas, y aprendió a pensar pero no supo ya volar, porque había perdido el amor al vuelo y no sabía hacer más que recordar los tiempos en que volaba sin esfuerzo.
Como me he dedicado a tiempo completo a ver corridas de toros en la tele, me acordé de Ernest Hemingway y busqué París era una Fiesta. uno de los pocos libros que quedaron de mi biblioteca, como siempre es un gusto volver a leerlo. El parrafo anterior lo escribió al comienzo del largo capítulo que dedica a describir sus aventuras con Scott Fitzgerald. Es un párrafo corto y lo debe haber escrito con mucho cuidado porque lo puso en cursiva para destacarlo, como introducción del capítulo.
Hemingway escribió este libro entre 1957 y 1960 y fue su último trabajo antes de suicidarse. Todas sus mejores novelas fueron escritas alrededor de la idea de la decadencia y como yo estoy tratando de salir de un ciclo depresivo, creo que es buena idea volver a leerlo. Siempre es bueno saber que alguien ha estado peor que uno mismo.
El capítulo sobre Fitgerald -otro profesional del pesimismo- es genial y cada vez que lo leo no puedo aguantar la risa me han pasado cosas muy parecidas con mis propios amigos, ojalá pudiera contarlas tan bien. Hemingway fue famoso desde sus primeras novelas como Adiós a las Armas o Por quien Doblan las Campanas, pero esta última, que es poco conocida, creo que es de las mejores. Mañana es feriado en Chile y si alguien tiene tiempo le recomiendo que descargue aquí el libro y lea al menos entre las páginas 77 a la 117, no se van a arrepentir.
Lástima que los demás libros de Hemingway que tenía -casi todas sus principales novelas- se perdieron hace años pero en fin, es bueno perder las cosas: tenerle apego a las cosas es el origen de todo sufrimiento, esa es una de las pocas cosas cuerdas que enseña el budismo, lo demás son puras tonteras.
Estaba pensando que me habría gustado tener a mano el libro Muerte en la Tarde, un manual de primera para entender las corridas de toros. Bueno, y justo se me ocurrió que para eso exite Internet: lo busqué y lo encontré enseguida, se puede descargar desde aquí. Me puse a hojearlo y descubrí un párrafo olvidado que describe bien mis propias ideas sobre el amor a los animales, dice así:
Según mis propias observaciones, se puede hacer de la gente dos grandes grupos: los que,por hablar en un lenguaje propio de la psicología, se identifican con los animales, es decir, que se ponen en su lugar, y los que se identifican con los seres humanos. Creo, por mi experiencia y mis observaciones, que los que se identifican con los animales, o sea los amigos profesionales de los perros y otros animales, son capaces de mayor crueldad con los seres humanos que los que no se identifican espontáneamente con los animales. Parece como que hubiera una separación fundamental entre la gente en torno a esto. Pero los que no se identifican con los animales pueden, sin querer a todos los animales, sentir afecto por un animal individual, un perro, un gato o un caballo por ejemplo, aunque luego fundamenten este cariño por una cualidad del animal o en cualquier asociación de sentimientos que les sugiera, más que en el hecho de que sea un animal y que merezca ser amado.
Que libro más bueno, especialmente el capítulo final donde habla de España es uno de los mejores que he leído. Me pondré a releerlo en seguida, por enésima vez.
bueno el post,! Tom,
ResponderBorrarhe leido varios libros de Hem....
la mayoria de ellos tienen un dejo tragico,como tu sabes,eso si que "
muerte en la tarde " no,asi que lo descargue ,gracias a tu link,y ahora lo estoy leyendo,esta muy bueno,recien voy en pag.25
y animo muchacho !
gracias y salu2. Prof.Z
Max, es un libro muy entretenido, especialmente el capítulo final sobre España me gusta mucho, vale la pena leerlo.
ResponderBorrarChas gracias!
Ah, no se, Hemingway es como un norteamericano sin Norteamérica. Se fue a Paris, se fue a España, se fue a Cuba. Siempre fue un extraño. Faulkner, en cambio, nos habló siempre del condado en que vivía ("pinta tu aldea...") Lo mismo Steinbeck o John Dos Passos. En fin, sólo digo para polemizar un rato.
ResponderBorrarUlshmidt, el "norteamericanismo" de Hemingway es un termazo. Por supuesto que no tiene NADA del americano promedio (como Steimbeck, que mejor ejemplo) que adonde ande en el mundo lleva su All American debajo de la camiseta.
ResponderBorrarHemingway vivió expatriado muchos años, en Francia, suiza y España cuando joven, en Cuba cuando viejo y adoraba algunos de los países donde vivió.
Desde niño era muy admirador de Cervantes y en las primeras cosas que escribió se ponía como seudónimo "don Quixote de la Mancha", todo lo contrario de la mayoría de los norteamericanos que son muy volcados hacia adentro.
Pero creo que era americano hasta los huesos por mucho que le gustara vivir en otros lugares. Uno puede ser producto de un país sin ser patriotero, yo viviría feliz en Perú, Bolivia, Argentina, me sentiría como en mi casa pero igual seguiría siendo chileno.
Como dijo Baudelaire "mi patria es mi infancia" y esa es una mochila muy difícil de despegar, creo que Hemingway era un buen ejemplod e eso.