29 septiembre 2012

Cuando Donald ganó un millón



Si en 1970 alguien me hubiese dicho que un día el imperio de Walt Disney iba a decaer, o me insinuara siquiera que iba a dejar de ser la influencia dominante en el mundo de la entretención, le habría dado un puñetazo, o tal vez solo me habría muerto de la risa. Habría revisado mi credencial -obtenida en la FISA- que me acreditaba como miembro del Club Mundial de Mickey Mouse y me habría ido a leer cualquiera de mis historietas favoritas para espantar de mi cabeza esa idea odiosa.  Una de las creencias inmutables de mis tiernos años era que Walt Disney sería eterno.

Cuando Ariel Dorfman y Adrian Mantelart escribieron Para leer al Pato Donald ni se dieron cuenta que estaban plasmando sus propios miedos y fanatismos de manera tan inconsciente y burda. Pero desde que leí ese libro en los setentas, me quedó la duda acerca de quien inventaba las historias del Pato Donald. Alguna vez leí que eran guionistas mexicanos, pero nunca me convenció mucho esa versión.

Resulta que el Pato Donald, que nació como personaje de relleno y casi sin personalidad, se desarrolló en historias mucho más interesantes que cualquier otro personaje de Disney. De hecho vivía en una ciudad ad-hoc llamada "patolandia" que tenía la curiosa particularidad que todos sus habitantes tenían cara de perros, excepto Donald y su familia. El árbol genealógico de Donald es extenso y muy complicado, vienen de Escocia por parte de los McPato y de los Coot  que no se sabe de donde llegaron. Debo aclarar que la geneología del link está incompleta porque faltan importantes miembros de la familia como Giro Sintornillos y Ludwing Von Pato.

La cosa es que las aventuras de Patolandia son grandiosas, una radiografía de los años 40-50 en los Estados Unidos y sus mejores personajes arquetípicos -para mi gusto- son el Tío Rico McPato (Scroddge McDuck) y Glad Consuerte (Gladstone Gander) que son los némesis de Donald.

Donald no solo tiene personalidad por lo que habla sino que además tiene un lenguaje corporal muy especial, siempre camina con el ceño fruncido y el tronco echado hacia adelante, los puños apretados dispuesto a enfrentar su eterna mala suerte. De las aventuras que se narran en el video la más grandiosa es Cuando Donald ganó un millón de dólares.

Trabajando como un bruto en la granja de Tío Rico soñaba despierto pensando como podría vivir sin trabajar y que si el tuviese el dinero de su tío le repartiría un millón de dólares a cada persona en el mundo para que vivan felices sin hacer nada. Donald se debate entre dos personajes que lo irritan: su millonario y avaro tío y su primo Glad Consuerte que jamás ha trabajado porque solo le ocurren cosas buenas.

Tío Rico por su parte construyó un silo para esconder su enorme fortuna, pensando que a nadie se le ocurriría ir a buscarla allí. Mientras Donald trabajaba aparece su primo Glad Consuerte, que se acababa de encontrar una gran pepita de oro, Donald, con la esperanza que le contagiara su buena suerte lo acompañó a pescar y le preguntaba a su primo por que no deseaba tener un millón de dólares. Glad -que también es enemigo del trabajo- le dijo que podría hacerlo fácilmente pero tenía que desearlo y desear es mucho trabajo.

Tanto le insistió Donald que Glad finalmente dijo "bueno, deseo que ambos tengamos un millón de dólares cada uno"  y acto seguido les cae del cielo un millón para cada uno. ¿Que había pasado? un tornado que pasó por el depósito de McPato le hizo volar todo su dinero, que cayó sobre la ciudad y cada uno en Patolandia tuvo su millón de dólares tal como Donald había soñado siempre.

Entonces todos estaban felices y millonarios y se fueron a recorresr el mundo. McPato ni se preocupó y se quedó cultivando sus plantas y criando sus animales "ya volverán con todo mi dinero" dijo. Y los que salieron a recorrer el mundo no pudieron tomar el bus porque los choferes habían dejado su trabajo, tampoco nadie atendía las gasolineras y los restaurantes estaban cerrado porque todos eran millonarios, excepto McPato que había perdido todo.

Entonces todos empezaron a llegar donde el Tío Rico hambrientos, y este vendía un pan a cien mil dólares, un huevo a quinientos mil y así volvió a recuperar toda su fortuna. Es una historia deliciosa, muy típica del pensamiento americano de los años cincuenta. Los diálogos de las viñetas son increíblemente buenos y es una pena que Dorfman y Mantelart no la hayan leído porque era una oda al capitalismo.

Pero volviendo a lo que importa, el genio que escribió todas esas historias fue Carl Barks, el mejor guionista que tuvo Disney y un hombre de su época, que refleja como era el mundo occidental en los años cincuenta, tiempos felices que no volverán. Chapeau para don Carl Barks.

5 comentarios:

  1. Yo y mis hermanos leíamos las historietas de Donald y Mickey, eran semanales y mi papá las llevaba a casa. Las mejores eran las aventuras de Donald, Hugo, Paco, Luis y el Tio Rico.

    Son las mejores historietas con personajes “con fines de lucro”.

    ¿Un pan en cien mil dólares?. En USA si, acá en Chile la Vallejo no lo permitiría, funarían al Tío Rico, y Piñera la apoyaría para subir en las encuestas.

    ResponderBorrar
  2. jaja Maximo Donald es un personaje extraordinario: inútil y flojo, sueña con vivir sin trabajar y siempre se queja de su mala suerte ¿a quien se parece? umh umh

    ResponderBorrar
  3. También yo me crié leyendo el "Disneylandia", una revista semanal con dos o tres aventuras de Donald o Mickey u otro de los personajes. Su lectura y relectura me duraba toda la semana y esperaba el siguiente con ansias, aprendí a leer más rápido para leerlas.

    ResponderBorrar
  4. Ulschmidt, si yo hubiese aprendido las moralejas del Pato Donal, Glad y Tío Rico seguramente no me habría convertido en el vago que soy hoy y en lugar de estar escribiendo tonteras en el Tempo del Ocio estaría contando mis fantastillones.

    Pero el cruel destino dijo otra cosa, no tengo suerte, soy fatal, todo lo que hago me sale mal.;D

    ResponderBorrar
  5. A propósito, no sé si lo habrán notado pero el lenguaje corporal de Donald es increíble. Siempre camina con el tronco echado hacia adelante, el ceño fruncido, los brazos tiesos y los puños cerrados, es la imagen misma de la determinación. Creo que el lenguaje corporal explica buena parte de su personalidad y su éxito

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"