Malditos moralistas

Es increíble, el progresismo nos ha ido infiltrando ideas mojigatas y estúpidas que han sido ampliamente aceptadas  en la sociedad por gente de todos los colores políticos. Parece que a los chilenos nos encanta que nos traten como a niños chicos y para todos los problemas que existen salimos a exigir que hagan una nueva ley prohibiendo algo. Todo se arregla con nuevas prohibiciones.

En Tacna por ejemplo, a escasos sesenta kilómetros de distancia no existen policías hostigando a los conductores con el alcotest portátil como en Chile, sin embargo hay menos accidentes que acá por manejo en estado de ebriedad, en Arica son todos los días. ¿Que han ganado con la ley de tolerancia cero al alcohol? Absolutamente nada porque es una ley igualmente inútil que la ley de control de armas: al borracho le importa un pepino si es legal o ilegal manejar ebrio, o si tiene o no licencia de conducir, de la misma manera que al delincuente no le importa tener su arma inscrita. La prohibición es perfectamente inútil.

Pero existe una ideología detrás de eso, basada en la típica hipocresía de nosotros los chilenos, que frente a cualquier cosa adoptamos una posición moralista. Nos encanta proclamarnos moralmente superiores al resto.

Algo parecido nos pasa con los "políticos corruptos" todos nos indignamos cuando un político es sorprendido robando, pero eso no quiere decir que seamos más correctos, simplemete le tenemos envidia y somos hipócritas, porque a la primera esperanza de obtener un favor vendemos nuestro voto, aún sabiendo que vamos a elegir a un ladrón. Pero eso no impide que después nos indignemos. No hay que olvidarse que el ex alcalde Sankan -ahora preso- fue electo con una gran cantidad de votos y sus amigos y colaboradores cercanos no les han tocado ni un pelito, al contrario, siguen respetables y con buenos puestos de trabajo.

Campeones para ver la pajita en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio, los chilenos nos vamos poniendo cada día más moralistas y más hipócritas. Todos ponen el grito en el cielo cuando aparece una "red de prostitución infantil" y piden quemar vivos a los desgenerados, olvidando que la prostitución es el oficio más antiguo del mundo y que la edad promedio de iniciación sexual de los jóvenes son entre los 14 y 15 años. Pero igual se horrorizan ante esas pobres víctimas. En verdad les importa un pepino las víctimas, solo les interesa mostrar lo moralmente superiores que se creen.

Vamos cada día peor en cuanto a hipocresía. Conozco gente completamente razonable que se pone furiosa cuando ve a otro fumando, y aunque esté a cinco metros de distancia se cree con derecho a insultarlo porque esta "ensuciando su aire" ¿quien le dijo a ese idota que el aire era suyo? Hay que aprender a convivir y respetar pequeñas molestias a cambio de que a nosotros nos respeten. Pero muchos prefieren el comportamiento de pandilleros, escudados en lo que es políticamente correcto.

Me tienen podrido todos estos nuevos puritanos, no son otra cosa que tarados que solo se tragan y repiten lugares comunes que han escuchado en la tele sin siquiera masticarlos. Como hoy estoy en mi día políticamente correcto aquí van mis opiniones al respecto:

-No debería ser delito manejar bajo la influencia del alcohol, aunque si un agravante, castigado con despojo de los bienes en favor de la víctima, en caso que se provoque un accidente. No es el alcohol el culpable sino la actitud temeraria y eso no se quita ni con multas ni sanciones preventivas, al contrario eso las fomenta.

-No debería ser delito que los y las adolescentes que tengan la edad del consentimiento -me parece que son 14 años- o más, tengan sexo con quien se les antoje y si desean cobrar por eso tanto mejor, por algo es la profesión más antigua del mundo. Siendo voluntario y libremente consentido nadie tiene maldito pito que tocar en el asunto.

-Nadie debería tener derecho a insultar a otra persona por sus preferencias personales como por ejemplo fumar, consumir drogas o emborracharse, entre muchas otras, en tanto no produzca daños reales y comprobados en los demás aparte de su indignación moral.

Bah, como extraño los años 60-70-80 cuando existían los drive-in donde te llevaban el trago al auto, donde nadie se espantaba si alguien tomaba un trago en la calle, fumaba marihuana o lo que fuera. En los noventas aparecieron los malditos hipócritas y todo se empezó a ir al diablo.