El financiamiento de la política en Chile

Este es el último video que llevo procesado. Maldición, todavía me quedan 8 más que renderear y un gran amigo me acaba de pedir que le ayude en unos proyectos. Si hubiese nacido mujer ya tendría como 40 hijos. Recuerdo una clase de Tyler Cowan donde hablaba sobre la diferencia entre los trabajos agradables y desagradables, planteaba por ejemplo que dados a escoger, cualquiera preferiría el trabajo de salvavidas, sentado todo el día en una linda playa en lugar de inspector de alcantarillas, moviéndose entre la caca, cucarachas y ratas enormes, eso parece más o menos obvio pero ¿que hay del sueldo? los dos son trabajos que no necesitan mucha especialización, pero el que anda entre ratas seguramente ganará más que el que tiene un divertido trabajo en la playa.

O sea cambiamos dinero por diversión, o por seguridad porque los trabajos riesgosos también son mejor pagados que los seguros. Es una idea divertida y muy gringa esa de pensar que uno decide que trabajo hace, en el mundo real la mayoría de los seres humanos trabaja en lo primero que encuentra para no morirse de hambre y por eso casi todos odian su trabajo y sueñan con poder mandarlo al diablo apenas puedan. Pero al menos en el plano de la fantasía -o teoría- es divertido pensar en alguien que puede escoger libremente entre un trabajo divertido y mal pagado y otro desagradable y bien pagado, creo que a lo más que se puede llegar en el mundo real es a negarse de plano a trabajar, como lo hice yo, claro que es más fácil decirlo que hacerlo, muy pocos la hacen.

Fantaseando sobre el asunto, pensaba en términos de ls marginalistas, que las personas podían tener pequeños incrementos de satisfaccíon y decrementos de sueldo, o viceversa y así se irían cambiando de trabajo en trabajo hasta llegar a un punto de equilibrio donde maximizan su costo-beneficio, Esa idea tan absurda, que no existe en ninguna parte tiene -sin embargo- una lógica perfecta desde el punto de vista de los modelos, se podría hacer un modelo social basado en esa idea para tratar de predecir los movimientos de la fuerza laboral, un modelo ridículo, pero no menos ridículo que el del equilibrio general de precios en el mercado. Ah, el exeso de trabajo me hace desvariar.

El financiamiento de la política en Chile
Esto de la política local me tiene pegado, no puedo despegarme porque están pasando cosas que encuentro super entretenidas. En los casos Penta y Soquimich pocos se dan cuenta que todo partió de un cuestionamiento seudo-moral por supuestas irregularidades de los políticos para financiar sus campañas, esa es la madre del cordero y es muy interesante pensar un poco de donde viene toda esta santa indignación y -sobre todo- adonde irá a parar.

Los ricos son de derecha
Todo partió en los años ocheenta, antes de la vuelta a la democracia. En esos felices años en que la actividad política estaba prohibida, los políticos de izquierda pensaron que cuando vinieran las elecciones estarían en una enorme desventaja por el convencimiento cliché que "los ricos son de derecha" y por la otra idea cliché que solo con millones se ganan elecciones. Y así fue que desde que llegaron al poder con Aylwin, consideraron justificado y natural robarse plata del estado para sus campañas. Como la moral da para todo, veían perfectamente natural eso de robar para evitar que los ricos frenaran sus programas.

Todo sea por la causa
Los desfalcos y fraudes al fisco empezaron a los pocos meses de llegada la democracia, pero en principio se justificaban porque era para una buena causa y no para enriquecerse, robar para el partido era simplemente ser un buen militante, al menos ea era la teoría. Pero el asunto comenzó a escalar y explotó durante el gobierno de Ricardo Lagos, con una seguidilla de actos de corrupción tan grandes y descarados que -de no haberse llegado a acuedoo político- el propio presidente habría terminado en la cárcel.

Ricardo Lagos zafó conservando la cabeza en su lugar
(Nota: la referencia a la ley de transparencia está errada, ver el comentario del biministro que corrige ese dato)

Se produjo una situación análoga a la quiebra de los grandes bancos, el escándalo MOP-Gate fue tan grande y extendido que hubo que aplicar el principio del "too big to fail" y la derecha llegó a un acuerdo político de hacer borrón y cuenta nueva. Claro que lo hizo a vil precio, seguramente pensando que no convenía cerrar todas las puertas al robo en caso que ellos fuesen gobierno. La moneda de cambio en este caso fue la Ley de Transparencia, que con los años ha tenido resultados inesperados. Mucho que una vez la promovieron deben estar pegándose hoy las puñaladas, pero igual fue un vil precio, apenas cosmético por salvarle el cuello al presidente y su gente de confianza.

Los ricos ahora son de izquierda
Para esos años -hablo del gobierno de Lagos- eso de que "los ricos son de derecha" era un chiste. La mayoría de los ricos y los super ricos ya eran de izquierda, por esa alianza natural y espontánea que se forma siempre entre los que tienen poder político y los con poder económico, son simbióticos y sus intereses casi siempre está alineados, los ricos fueron extremadamente generosos con Lagos y Bachelet y estos les devolvieron los favores con creces. No era nada nuevo tampoco, se repetía la misma historia de la República Socialista (que ya nomás voy a retomar) donde la clase empresarial comenzó nuevamente a vivir parasitando al estado y viceversa, todo con el gentil auspicio de nosotros, los giles, naturalmente, que ponemos siempre la plata.

 ¿Y que diablos tiene que ver Penta y Soquimich con todo esto?
Tiene todo que ver, porque desde hace unos años -yo diría que desde Ricardo Lagos- los gastos de las campañas políticas se han ido a las nubes ¿cuantos de esos millones de dólares se gastan en palomitas y regalos y cuantos se van directo al bolsilo del candidato? y estos fantastillones son colocados sin duda por cada una de las grandes empresas. No existe político en Chile que no salga a pasar el platillo antes de las elecciones, lo que no tiene nada malo, hasta que algunos tuvieron la brillante idea de que el fisco pagara por cada voto, con la risible explicación de que de esa manera dejarían de robar al fisco y pedir a los empresarios. Es la misma idea de que si se asignaban dietas y sueldo principescos dejarían de ser coimeros, en realidad solo las coimas se fueron a las nubes, ese fue el efecto.

La ley maldita
La ley de financiamiento a los candidatos y partidos políticos está en la base de la actual corrupción, porque agregó un tercer flujo de ingresos a los dos que ya existían -y que no dejaron ni un momento de fluir: (i) los robos y fraudes al fisco, (ii) los cupos pagados por las grandes empresas, igual que en tiempos de la mafia y (iii) los "aportes" fiscales con plata de nuestros impuestos.

Los honorables también tienen su dignidad
Los aportes de las empresas son los que más molestan a nuestras honorables autoridades electas, porque tienen su dignidad y no les hace maldita gracia andar con besamanos cuando pueden obtener lo mismo aumentando el robo o mamando más de la teta fiscal. Acuérdense de lo que les digo, lo que viene es un "gran acuerdo" para sacar más plata del fisco. Obviamente que seguiran robando igual y cobrando el cupo a los grandes empresarios, las costumbres mafiosas no se pierden de un día para otro y mientras más tienes más gastas, están metidos en una locura, un torbellino de millones tal que hoy en día no hay mejor negocio para hacerse rico rápidamente y asegurar a su familia por varias generaciones que metiéndose en la política.

El acuerdo que viene
Les apuesto un brazo -no- mejor una cerveza, que se viene un "gran acuerdo nacional" con todos tomados de la mano, algunos sonriendo y otros pateando la perra por lo bajo, pero todos detrás del mismo objetivo: agarrar más lucas fiscales para la política. ¿Quienes pagarán? Nosotros los giles, a menos que venga una ola de indignación tal que los barsudos se asusten y echen pié atrás, tendríamos que ser los emperadores de los.... tontos si dejamos que otra vez se salgan con la suya