10 abril 2015

La República Socialista de Chile 11: El general de la escoba


Me escribe mi primo desde España, nos acordábamos cuando éramos tan pobres y tan re-felices, en los años sesentas:

"Hoy en la mañana salgo al jardín y pienso... ¿en que voy ? ¿en el Auto grande ...en el chico o voy en moto grande o la chica...? te lo cuento sin ser arrogante o nada...solo que tengo 2 Autos y 2 motos...pero me vino eso a la mente y pensé INMEDIATAMENTE mis épocas de inopia y de tomar una micro o no tener plata para la micro.... ¿me entiendes lo que te quiero decir..? hay personas QUE NUNCA HAN ESTADO EN LA INOPIA Y NO SABEN lo que es pasar eso. 
Bueno, te lo cuento ya que tu me entenderás porque lo vivimos juntos.... pero te digo una cosa: la plata no te hace feliz.... solo que te tranquiliza un poco, Saludos.....tu primo de las Inopias"

Disculpa primazo por la infidencia pero la reflexión está buena y tengo que contarla. En esos años era un sueño de locos pensar que alguna vez íbamos a tener un auto o una moto, supongo que era como decirle a un africano que iba a tener un jet. 

De verdad esos fueron mis años más felices, sumando y restando nunca tuve un flujo neto tan positivo como entre los años 1966 y 1968 en la gloriosa Población Santiago, de la que fuimos fundadores. Luego se murió mi gato Marat-Sade y todo se fue al diablo, parece que me dejó la mala suerte, pese a que le hicimos un funeral de estado, con ceremonial y todo. Los 10 años siguientes fueron horribles, pero como siempre, toda moneda tiene dos caras. Ahora tengo la reencarnación de Marat, llegó solo a la casa hace un par de meses y es idéntico. A ver si me trae de vuelta la buena suerte. 

En fin, ya que estamos hablando del pasado, sigamos con la República Socialista: 

Vuelve el caballo
El general Ibañez tuvo grandes intenciones y don de mando, pero pocas ideas junto con pésimos asesores hicieron que sus dos gobiernos terminaran con un sentimiento de frustración. De hecho en su primer gobierno donde ganó las elecciones siendo candidato único, fue botado por una violenta revuelta popular encabezada por los estudiantes.

Desprestigio extremo de la política y el PR
En 1952 el clima de opinión del país debe haber sido parecido al de ahora. Gonzalez Videla era personalmente muy simpático, experto bailarin de rumba, pero incapaz y muy corrupto. Al fin de su mandato prácticamente todo el país lo odiaba, a él y a su Partido Radical, su gobierno fue el fin de ese partido que muchos identificaban con la hipocresía y los pitutos. Entonces llegó por fin la hora de Ibañez, un militar retirado, apolítico, con la promesa de poner mano dura y una escoba para barrer con la corrupción.

El presidente sin partidos políticos
Como casi no tenía apoyo en los partidos políticos, llevo al gobierno a sus amigos y gente de confianza. Cazurro como pocos, hizo famosas un par de frases muy buenas, la primera era "soy amigo de mis amigos y enemigo de mis enemigos, con el resto soy justo" y la segunda "el que toca camioneta no toca ministerio, el que toca ministerio no toca camioneta". Algunos grupos que lo apoyaban eran el Partido Feminista de María de la Cruz, los Agrario-Laboristas y otros pocos grupúsculos. Ah, y un grupo de mlitares listos para dar un golpe a la orden suya, llamados "Acción Directa" o algo así.

Ibañez era presidente de orden
Políticamente Ibañez tenía ideas de orden y era cercano a los estanqueros portalianos, muy pocos pero que nunca desaparecieron. Sus dos gobiernos trataron de sanear las finanzas, su símbolo de la escoba era porque iba a "barrer la corrupción" pero no pudo hacer mucho en su segundo mandato porque ya era viejo y enfermo, su gente de confianza no se demoró mucho en instalarse y empezar a meter las manos.

Después de Gonzalez Videla el electorado en Chile había dado un fuerte giro a la derecha, espantados por el desorden y violencia causados por los comunistas, gracias a eso Ibañez arrasó en las elecciones. Realmente no pudo hacer mucho pero zanjó un asunto importante que tuvo grandes consecuencias para la ciudad de Arica.   

Ibañez amaba Arica
Ibañez en su primer gobierno zanjó la larga disputa que se arrastraba con el Perú por el destino de las ciudades de Arica y Tacna, en 1929 se firma el Tratado de Lima quedando Tacna para el Perú y Arica para Chile. Fue un proceso extremadamente complejo pero al final se resolvión con éxito. La segunda presidencia la asumió en 1952 y ya nadie se acordaba de Arica, con un par de miles de habitantes era una de las ciudades más pobres y deprimidas de Chile. Mientras tanto, el presidente del Perú de entonces, Manuel Odria estaba haciendo las fuertes inversiones públicas que mejoraron mucho a la ciudad de Tacna.

Competencia entre dos milicos
Tanto Odria como Ibañez eran militares y conocían la importancia de cuidar las fronteras. Ibañez había servido como oficial en las guarniciones de Arica y Tacna en su juventud, conocía y adoraba la zona y vió la amenaza de una Tacna próspera y enriquecida al lado de Arica en la miseria. Su solución fue genial y audaz, Una de las pocas decisiones estratégicas exitosas tomadas por un presidente en muchos años fue decretar el Puerto Libre para Arica. El Puerto Libre duró unos pocos años pero bastó para transformar a la ciudad, igualar y aún sobrepasar la economía de Tacna, sin gastar ni un cinco adicional en inversiones públicas. Fue otra decisión estratégica importante por lo que el entrañable "caballo" Ibañez tiene una muy merecida -y descuidada- estatua en nuestra ciudad.

De nuevo le ganó la inflación
El gobierno de Ibañez trató -igual que la primera vez- de sanear las finanzas del país y de la misma manera fracasó. Contrataron a la empresa norteamericana Klein-Sacks para una consultoría sobre como rebajarla, con sus medidas se logró bajar la inflacion al 17% pero esto ocasionó protestas y una gran huelga que terminó con algunos muertos. Además durante su mandato, por consejo del entonces joven y ya famoso economista Felipe Herrera, se creó un impuesto al valor agregado que era del 3%, (tiempos felices que no volverán).

La espectacular fuga de Kelly
En esos años se produjo la espectacular fuga de la cárcel de Santiago de Guillermo Kelly, el James Bonsd argentino Ibañez era amiguísimo de Perón (fíjense de la que nos libramos) y esa fuga le costó el puesto a otro conocido por los lectores de este Templo de Ocio: el ministro de relaciones exteriores Osvaldo Sainte-Marie Soruco, el gran Volpone

Ibañez terminó su mandato más solo que un dedo, sin apoyo de partidos políticos y con muy pocos amigos por culpa de su carácter mandón y voluntarioso. Fue derrotado por segunda vez por culpa de la inflación y aunque usó la Ley de Defensa Permanente de la Democracia para encarcelar comunistas, al final de su mandato la derogó.

A Ibañez lo eligieron las mujeres
Un dato curioso es como salió electo Ibañez sin tener el apoyo de ningún partido importante. Las explicaciones que he leído son dos, la primera fue debido a la extremada impopularidad de los políticos en esos años, algo parecido a lo de ahora, que creó un sentimiento histérico contra la corrupción y todo eso. La segunda razón que he leído es que por primera vez votaron las mujeres en una elección presidencial y esto favoreció a Ibañez que era el candidato del orden y la sensatez. 

Se va Ibañez, llega El Paleta
Después de Ibañez llegó a la Moneda Jorge Alessandri Rodriguez, a quien sus publicistas le pusieron el apodo de "el paleta" que es como en Chile llamamos a los que son sociables, amigueros y buenos para hacer favores. No podía ser un sobrenombre más inadecuado porque Alessandri era extremadamente distante con todos, un personaje que veremos con más calma en una próxima entrada.

2 comentarios:

  1. Buena entrada sobre "el general de la esperanza" Tomás. Se me vino a la mente una anécdota de cuando Ibañez entregó el poder en 1958. Según el historiador Alfredo Jocelyn Holt, la señora de Ibañez habría dicho al término de la ceremonia "Al fin todo terminó". De hecho voy a reproducir el párrafo del libro de Jocelyn Holt "El Chile perplejo", que lo recomiendo mucho:

    "Políticamente hablando, Ibañez es crucial porque representa un dato siempre soslayado aunque elocuente: que el poder de las urnas gana elecciones pero no garantiza ningún triunfo posterior. La carta populista, la carta que apuesta a un sentimiento negativo coyunturalmente mayoritario, es una carta medianamente segura en la corta, pero débil a la larga cuando se necesita algo más que un sentir popular ambiguo para gobernar. Por lo mismo, fracasado Ibañez - se dice que al finalizar las ceremonias de transmisión del mando, después que lo pifiaran, Graciela Letelier, su mujer, habría comentado: 'Que bueno. Al fin terminó todo'-, fracasado Ibañez, decía, habría de reemplazarlo su antítesis, como ya ocurriera con González Videla, repitiéndose la costumbre hasta nuestros días. Curiosa costumbre la de la ciudadanía chilena, el querer a sus líderes y luego repudiarlos con igual pasíón. Love me tender, love me true"

    Como pasan los años y no cambia la bipolaridad de este país. Asombroso.

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  2. Hola Renzo, si, el voto negativo o "en contra de" siempre ha sido muy común en América Latina y supongo que en todo el mundo, es característico de la democracia incompleta, o fallida como es la mayoria de las veces en países "insumisos" como el nuestro.

    En Venezuela Chavez llegó por una tremenda frustración contra Carlos Andrés Pérez y los partidos políticos, en la historia de Perú eso se ve en casi cada una de las elecciones, para que hablar de Bolivia donde solo Evo Morales ha conseguido mantenerse en el tiempo (lo que muestra que la falta de voto negativo tampoco es muy buena).

    Arturo Alessandri hablaba de "la casa donde tanto se sufre" porque sabía que llegar a presidente era una garantía de desprestigio, en todos los años de la República Socialista ni un solo presidente salió con aplausos y estamos hablando de cincuenta años. Los únicos que no alcanzaron a desprestigiarse fueron los que tuvieron la suerte de morirse en el poder.

    Ahora que lo pienso, hasta en la flemática Inglaterra, después que Churchill llevó al país a una gloriosa victoria, lo primero que hicieron fue patearlo afuera, a la primera elección.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"