24 noviembre 2018

Refrito de sábado: sello de identidad regional


Muchas cosas malas han pasado en Chile desde 1990. A nivel regional también hemos sido afectados por la pérdida sistemática de muchas cosas que eran parte de lo más lindo de Arica, y que formaban parte de nuestra identidad regional. Yo era un convencido del gran potencial que teníamos para el turismo,  mi tesis del MBA proponía un cluster turístico en la ciudad y desde el año 2005 más o menos hice un blog de turismo en inglés que llegó a ser muy popular en su época.

Pero ahora dejé todo eso, soy bastante pesimista sobre el futuro turístico de Arica y en verdad no le recomendaría a ningún amigo de otro país venir a visitarnos, cada vez más nos hemos ido convirtiendo en una ciudad aburrida y sin gracia, que no vale la pena visitar pese a que sigue siendo -para mi gusto- el mejor lugar del mundo donde vivir.

¿Por que perdimos la identidad? Mañana escribiré una entrada sobre eso, pero primero quiero poner brevemente lo que yo entendí siempre por identidad ariqueña. Esta fue una tarea que hice para una especie de curso que tomé sobre el asunto. Sin mástrámite, paso a copiarlo a continuación



Sello de Identidad Regional
Como tarea final del curso tengo que escribir un ensayo, hoy me acordé y me puse a darle a las teclas, esto es lo que salió y ojalá que me vaya bien

Una idea sobre identidad
Por una especie de deformación profesional me gusta buscar explicaciones económicas a los problemas que involucran comportamiento humano y en términos económicos la identidad se puede asociar muy bien con algunos conceptos del marketing. Uno de los objetivos más ambicionados por la gente que trabaja en marketing es lograr que los clientes se identifiquen con una marca, la identidad es un proceso cultural de identificación con ciertas cosas o ideas. El profesor austriaco Klaus Moll, que enseñó en Chile, escribe en su libro “Gestión, las tres dimensiones de atención gerencial” un párrafo muy interesante sobre la identificación.

"Un fenómeno muy interesante es la identificación. Ella es holista, es decir integral, y significa una respuesta a la vez racional y emotiva para algo o alguien, por ejemplo, una empresa. En la mayoría de los casos su naturaleza es realmente afectiva, aunque puede haberse iniciado por procesos racionales... En cuanto a una empresa, su estilo y sus valores, sus productos y servicios, su reconocimiento, sus líderes o su historia -en realidad todos los descriptores antes mencionados- pueden causar identificación".

La identidad tiene que ver entonces con identificación, orgullo y una respuesta de naturaleza muchas veces afectiva. No es difícil asociar las ideas de Moll para la empresa o sus clientes con los sentimientos de los habitantes hacia su paisaje. En suma, aunque la idea de identidad puede basarse en cuestiones racionales y objetivas, esta no es su cualidad más valiosa, pues el mayor valor consiste en la emocionalidad que provoca, y que puede motivar -o desmotivar- acciones, comportamientos de sus habitantes según como valoren esta identificación (positiva o negativamente).

EL PAISAJE HUMANO
El valor de las palabras: ariqueñismo
Si aceptamos que las palabras muchas veces esconden significados que van más allá de lo obvio, el término “ariqueñismo” podría servir de ejemplo para esta afirmación. Hasta donde yo se, ese concepto es único en Chile. No existe “iquiqueñismo”; “antofagastismo”: “santiaguismo” ni términos equivalentes que sean de uso común en otras ciudades de Chile. Y esto no es –en mi opinión- porque los ariqueños quieran más a su tierra que en otras ciudades, sino por una especie de sentimiento de “estado de sitio” muy común en la ciudad, que nos hace reclamones permanentes contra el abandono, el centralismo y lo maravillosa que sería la región si no estuviésemos sitiados, acorralados por enemigos desde los cuatro puntos cardinales que se dedican a perjudicarnos. En mi percepción, el término “ariqueñismo” representa esa especie de muralla, con fosos y cocodrilos con que nos rodeamos para defendernos de nuestros muchos enemigos. La mayoría imaginarios, obviamente.

La molicie
Una visita al Museo de San Miguel de Azapa nos muestra como vivía la gente desde tiempos muy arcaicos y si hay algo característico es que culturalmente fuimos muy pobres y probablemente muy flojos desde los tiempos más remotos. Arica contrasta con muchos otros lugares circundantes –en Perú o Bolivia por ejemplo- porque no quedan restos de grandes construcciones ¿Para qué si en este lugar jamás llueve?  Hasta el día de hoy cualquiera puede vivir a la intemperie, o en una carpa sin mayores problemas. De hecho muchos vagos así lo hacen actualmente. Probablemente no era muy distinto en tiempos arcaicos, donde al clima benigno se le sumaba una enorme abundancia de peces y mariscos ¿Quién iba a trabajar en esas condiciones? Cualquiera que llega desde otro lugar se asombra por lo lentos e indolentes que somos, las cosas se mueven a velocidad geológica y eso desespera a los afuerinos, nosotros ni siquiera lo notamos.

Así, nuestro paisaje humano es agradable –todos hablamos de la buena calidad de vida- pero adverso a cualquier forma de progreso humano por nuestra tendencia a ser paranoicos, reclamones y extemadamente flojos. Esto se acentúa por el hecho que se ha producido una especie de selección natural, donde los ambiciosos o emprendedores se van jóvenes de la ciudad para no volver y quedamos los sin ambición, amantes de la vida fácil.

EL PAISAJE FÍSICO
Tres terrazas: solo se ocupa una
La Región de Arica y Parinacota se ubica en una ladera con tres terrazas: una estrecha faja de costa donde se ubica Arica, que es una ciudad playera de tamaño mediano; un sector de precordillera ubicado entre 3.000 y 4.000 metros de altura y finalmente el altiplano sobre los 4.000 metros.

La vida es tan fácil en la playa como difícil en la precordillera y altiplano, razón por la cual prácticamente toda la población vive en la playa, concentrada en la ciudad de Arica. El altiplano y precordillera prácticamente no existen en cuanto a importancia económica o social, está aislado y habitado por poquísimas personas, los que tienen propiedades o simplemente les gusta el aislamiento.  En la región predomina la ciudad de Arica, sin contrapeso.

Sin embargo la historia más rica, la geografía más impresionante y los recursos turísticos de mayor potencial se encuentran en las terrazas de altura, aunque no se aprovechan por las dificultades de acceso y mínima infraestructura.

Arica se caracteriza por ser plana, arenosa y poco atractiva, la infraestructura abandonada o con mala mantención se nota por todas partes. La iglesia San Marcos –uno de los principales patrimonios arquitectónicos- se puede ver en un estado permanente de deterioro, despintada y oxidada, al igual que las playas, porque las costosas mantenciones y remodelaciones son siempre de mala calidad y no duran más de un año. Las últimas construcciones de buena calidad que sobreviven son de los años de la Junta de Adelanto en los setentas, todas las construcciones posteriores son baratas y malas. El “casco histórico” no tiene nada de arquitectura notable, apenas sobreviven unas casas antiguas de barro y caña, llenas de graffitis y la ciudad vista desde el morro parece un campamento de techos planos, llenos de desperdicios.

Sin embargo la ciudad que no tiene atractivos para el visitante, es muy agradable para vivir. La “calidad de vida” es un cliché entre los ariqueños, siendo la típica “slow city” soñolienta donde nadie parece trabajar porque en la calle principal hay un desfile de gente durante todo el día paseando o tomando café. No existen diferencias sociales muy marcadas y los símbolos de status como el automovil o la ropa tienen mínima importancia. Tampoco hay segregación social en los barrios porque las “villas miseria” prácticamente no existen. Los campamentos son más bien un negocio para conseguir gratis viviendas sociales.

El clima muy parejo durante el año, sin mucho frío ni mucho calor, tiene una influencia importante en la vida de las personas. Así como en épocas antiguas los indígenas no necesitaron hacer grandes construcciones ni desarrollar cultura sofisticada, porque tenían lo necesario para vivir, esta herencia parece mantenerse porque todavía es fácil vivir en la ciudad con poco dinero. Ni la cultura ni el trabajo duro parecen ser prioridades de nadie.

La condición de frontera también facilita la vida en la ciudad porque nos permite aprovechar los desbalances entre ambas economías así como comerciar. Tenemos una extraña relación de amor-odio con nuestros vecinos de Tacna, donde por un lado quedan los rencores de la guerra y nacionalismos exagerados pero por otro las relaciones de amistad o parentesco son enormes entre ambas ciudades.

Nuestro sello de identidad regional tiene dos partes: una de ciudad playera, lenta, chata y sin atractivos especiales para el visitante excepto su carácter relajado, donde reina la flojera y la falta de ambiciones. La segunda parte es el potencial enorme -que no nos sirve para nada- conformado por la precordillera y el altiplano, riquísimos en historia y paisaje pero inaccesible y casi ignorada, excepto para unos pocos conocedores.

Pensando en términos de marketig a la región nunca se le han desarrollado su potencial identitario para darle valor ante los ojos propios y de visitantes. Esto se explica por nuestra naturaleza floja, inculta, donde nadie se entusiasma demasiado por ninguna causa, lo que, después de todo, es el sello de nuestra más profunda identidad.  

P.D. Y ya que estamos con la identidad ariqueña los dejo con el gran discurso de cierre de campaña de mi buen amigo Ricardo Dodds Laspour AKA "Loco Vadulli" la figura política más respetada y respetable, el gran símbolo de nuestra ciudad

5 comentarios:

  1. Vadulli estaba bastante bien. Si el auditorio no lo hubiera delatado vitoreándolo en exceso hubiera pasado por un político standar.

    ResponderBorrar
  2. El loco es un genio, menos cuando se emborracha como cuba, es decir el 98% del tiempo

    ResponderBorrar
  3. San Pedro recibe gente a montones, extranjeros incluso, y es un misero pueblucho, solo que de moda. Tiene unas calles polvorientas y una rocas grandotas, parajes ultra secos, un geiser a 90 kms. y unas parinas por ahi, casi nada, pero si todo el mundo va...hay que ir.
    Quiza su principal atractivo son los mismos turistas. Alcanzar la masa critica es el asunto.

    ResponderBorrar
  4. Hace poco leí que para ser millonario hay que crear un marca más que fijarse en el producto. Desde luego que el producto importa, pues si éste es malo de nada sirve la marca por mucho mensaje subliminal.

    En Chile, por ejemplo, un restorante o o servicio de comida como empanadas empieza bien. Sin embargo, los propios dueños empiezan a bajar la calidad, creyendo que el cliente no se dará cuenta.

    Recuerda que las galletas 'Negritas' eran grandes, después empezaron achicarla.

    Volviendo al asunto de la marca lo podríamos a aplicar a la política. Según Confucio: "Las señales y los símbolos gobiernan el mundo, no las palabras ni las leyes".

    ResponderBorrar
  5. Wilson, algo característico de San Pedro de Atacama es que junto con sus atractivos naturales es un lugar sumamente desregulado, nadie anda pasando multas de alcoholes y conseguir de la buena no es nada muy difícil, además que no está relacionado con delincuentes comunes como en otros lados... por lo que me han contado.

    Javier, en mi opinión son las regulaciones las que matan la calidad y el atractivo. Las regulaciones reducen la competencia y con menos opciones siempre la calidad empeora. Ninguna oficina fiscal tiene por que meter sus narices en actividades legítimas y son los propios consumidores quienes deciden a quien le compran y a quien no.

    Creo que no hay nada más dañino para el turismo que las ordenanzas municipales, las patentes de alcoholes y las malditas ·categorizaciones" de Sernatur, donde Sernatur mete las narices se termina el atractivo turístico, parece que es una especie de Ley de Hierro

    ResponderBorrar

"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"