Muchas cosas malas han pasado en Chile desde 1990. A nivel regional también hemos sido afectados por la pérdida sistemática de muchas cosas que eran parte de lo más lindo de Arica, y que formaban parte de nuestra identidad regional. Yo era un convencido del gran potencial que teníamos para el turismo, mi tesis del MBA proponía un cluster turístico en la ciudad y desde el año 2005 más o menos hice un blog de turismo en inglés que llegó a ser muy popular en su época.
Pero ahora dejé todo eso, soy bastante pesimista sobre el futuro turístico de Arica y en verdad no le recomendaría a ningún amigo de otro país venir a visitarnos, cada vez más nos hemos ido convirtiendo en una ciudad aburrida y sin gracia, que no vale la pena visitar pese a que sigue siendo -para mi gusto- el mejor lugar del mundo donde vivir.
¿Por que perdimos la identidad? Mañana escribiré una entrada sobre eso, pero primero quiero poner brevemente lo que yo entendí siempre por identidad ariqueña. Esta fue una tarea que hice para una especie de curso que tomé sobre el asunto. Sin mástrámite, paso a copiarlo a continuación
Sello de Identidad Regional
Como tarea final del curso tengo que escribir un ensayo, hoy me acordé y me puse a darle a las teclas, esto es lo que salió y ojalá que me vaya bien
Como tarea final del curso tengo que escribir un ensayo, hoy me acordé y me puse a darle a las teclas, esto es lo que salió y ojalá que me vaya bien
Una idea sobre identidad
Por una
especie de deformación profesional me gusta buscar explicaciones económicas a
los problemas que involucran comportamiento humano y en
términos económicos la identidad se puede asociar muy bien con algunos
conceptos del marketing. Uno de los objetivos más ambicionados por la
gente que trabaja en marketing es lograr que los clientes se identifiquen con
una marca, la identidad es un proceso cultural de identificación con
ciertas cosas o ideas. El profesor austriaco Klaus Moll, que enseñó en Chile, escribe
en su libro “Gestión, las tres dimensiones de atención gerencial” un párrafo
muy interesante sobre la identificación.
"Un fenómeno muy interesante es la identificación.
Ella es holista, es decir integral, y significa una respuesta a la vez racional
y emotiva para algo o alguien, por ejemplo, una empresa. En la mayoría de los
casos su naturaleza es realmente afectiva, aunque puede haberse iniciado por
procesos racionales... En cuanto a una empresa, su estilo y sus valores, sus
productos y servicios, su reconocimiento, sus líderes o su historia -en
realidad todos los descriptores antes mencionados- pueden causar
identificación".
La
identidad tiene que ver entonces con identificación, orgullo y una respuesta de
naturaleza muchas veces afectiva. No es difícil asociar las ideas de Moll para
la empresa o sus clientes con los sentimientos de los habitantes hacia su
paisaje. En suma, aunque la idea de identidad puede basarse en cuestiones
racionales y objetivas, esta no es su cualidad más valiosa, pues el mayor valor
consiste en la emocionalidad que provoca, y que puede motivar -o desmotivar-
acciones, comportamientos de sus habitantes según como valoren esta
identificación (positiva o negativamente).
EL PAISAJE HUMANO
El valor de las palabras: ariqueñismo
Si
aceptamos que las palabras muchas veces esconden significados que van más allá
de lo obvio, el término “ariqueñismo” podría servir de ejemplo para esta
afirmación. Hasta donde yo se, ese concepto es único en Chile. No existe
“iquiqueñismo”; “antofagastismo”: “santiaguismo” ni términos equivalentes que
sean de uso común en otras ciudades de Chile. Y esto no es –en mi opinión-
porque los ariqueños quieran más a su tierra que en otras ciudades, sino por
una especie de sentimiento de “estado de sitio” muy común en la ciudad, que nos
hace reclamones permanentes contra el abandono, el centralismo y lo maravillosa
que sería la región si no estuviésemos sitiados, acorralados por enemigos desde
los cuatro puntos cardinales que se dedican a perjudicarnos. En mi percepción,
el término “ariqueñismo” representa esa especie de muralla, con fosos y
cocodrilos con que nos rodeamos para defendernos de nuestros muchos enemigos.
La mayoría imaginarios, obviamente.
La molicie
Una
visita al Museo de San Miguel de Azapa nos muestra como vivía la gente desde
tiempos muy arcaicos y si hay algo característico es que culturalmente fuimos
muy pobres y probablemente muy flojos desde los tiempos más remotos. Arica
contrasta con muchos otros lugares circundantes –en Perú o Bolivia por ejemplo-
porque no quedan restos de grandes construcciones ¿Para qué si en este lugar
jamás llueve? Hasta el día de hoy
cualquiera puede vivir a la intemperie, o en una carpa sin mayores problemas.
De hecho muchos vagos así lo hacen actualmente. Probablemente no era muy
distinto en tiempos arcaicos, donde al clima benigno se le sumaba una enorme
abundancia de peces y mariscos ¿Quién iba a trabajar en esas condiciones?
Cualquiera que llega desde otro lugar se asombra por lo lentos e indolentes que
somos, las cosas se mueven a velocidad geológica y eso desespera a los
afuerinos, nosotros ni siquiera lo notamos.
Así,
nuestro paisaje humano es agradable –todos hablamos de la buena calidad de
vida- pero adverso a cualquier forma de progreso humano por nuestra tendencia a
ser paranoicos, reclamones y extemadamente flojos. Esto se acentúa por el hecho
que se ha producido una especie de selección natural, donde los ambiciosos o
emprendedores se van jóvenes de la ciudad para no volver y quedamos los sin
ambición, amantes de la vida fácil.
EL PAISAJE FÍSICO
Tres terrazas: solo se ocupa una
La Región de Arica y Parinacota se ubica
en una ladera con tres terrazas: una estrecha faja de costa donde se ubica
Arica, que es una ciudad playera de tamaño mediano; un sector de precordillera
ubicado entre 3.000 y 4.000
metros de altura y finalmente el altiplano sobre los 4.000 metros.
La vida
es tan fácil en la playa como difícil en la precordillera y altiplano, razón
por la cual prácticamente toda la población vive en la playa, concentrada en la
ciudad de Arica. El altiplano y precordillera prácticamente no existen en
cuanto a importancia económica o social, está aislado y habitado por poquísimas
personas, los que tienen propiedades o simplemente les gusta el aislamiento. En la región predomina la ciudad de Arica, sin
contrapeso.
Sin
embargo la historia más rica, la geografía más impresionante y los recursos turísticos
de mayor potencial se encuentran en las terrazas de altura, aunque no se
aprovechan por las dificultades de acceso y mínima infraestructura.
Arica
se caracteriza por ser plana, arenosa y poco atractiva, la infraestructura
abandonada o con mala mantención se nota por todas partes. La iglesia San Marcos
–uno de los principales patrimonios arquitectónicos- se puede ver en un estado permanente
de deterioro, despintada y oxidada, al igual que las playas, porque las
costosas mantenciones y remodelaciones son siempre de mala calidad y no duran más
de un año. Las últimas construcciones de buena calidad que sobreviven son de
los años de la Junta
de Adelanto en los setentas, todas las construcciones posteriores son baratas y
malas. El “casco histórico” no tiene nada de arquitectura notable, apenas
sobreviven unas casas antiguas de barro y caña, llenas de graffitis y la ciudad
vista desde el morro parece un campamento de techos planos, llenos de
desperdicios.
Sin
embargo la ciudad que no tiene atractivos para el visitante, es muy agradable
para vivir. La “calidad de vida” es un cliché entre los ariqueños, siendo la típica
“slow city” soñolienta donde nadie parece trabajar porque en la calle principal
hay un desfile de gente durante todo el día paseando o tomando café. No existen
diferencias sociales muy marcadas y los símbolos de status como el automovil o la
ropa tienen mínima importancia. Tampoco hay segregación social en los barrios
porque las “villas miseria” prácticamente no existen. Los campamentos son más
bien un negocio para conseguir gratis viviendas sociales.
El
clima muy parejo durante el año, sin mucho frío ni mucho calor, tiene una
influencia importante en la vida de las personas. Así como en épocas antiguas
los indígenas no necesitaron hacer grandes construcciones ni desarrollar
cultura sofisticada, porque tenían lo necesario para vivir, esta herencia
parece mantenerse porque todavía es fácil vivir en la ciudad con poco dinero. Ni
la cultura ni el trabajo duro parecen ser prioridades de nadie.
La
condición de frontera también facilita la vida en la ciudad porque nos permite
aprovechar los desbalances entre ambas economías así como comerciar. Tenemos
una extraña relación de amor-odio con nuestros vecinos de Tacna, donde por un
lado quedan los rencores de la guerra y nacionalismos exagerados pero por otro
las relaciones de amistad o parentesco son enormes entre ambas ciudades.
Nuestro
sello de identidad regional tiene dos partes: una de ciudad playera, lenta,
chata y sin atractivos especiales para el visitante excepto su carácter relajado,
donde reina la flojera y la falta de ambiciones. La segunda parte es el potencial
enorme -que no nos sirve para nada- conformado por la precordillera y el
altiplano, riquísimos en historia y paisaje pero inaccesible y casi ignorada,
excepto para unos pocos conocedores.
Pensando
en términos de marketig a la región nunca se le han desarrollado su potencial
identitario para darle valor ante los ojos propios y de visitantes. Esto se
explica por nuestra naturaleza floja, inculta, donde nadie se entusiasma
demasiado por ninguna causa, lo que, después de todo, es el sello de nuestra más
profunda identidad.
P.D. Y ya que estamos con la identidad ariqueña los dejo con el gran discurso de cierre de campaña de mi buen amigo Ricardo Dodds Laspour AKA "Loco Vadulli" la figura política más respetada y respetable, el gran símbolo de nuestra ciudad
Vadulli estaba bastante bien. Si el auditorio no lo hubiera delatado vitoreándolo en exceso hubiera pasado por un político standar.
ResponderBorrarEl loco es un genio, menos cuando se emborracha como cuba, es decir el 98% del tiempo
ResponderBorrarSan Pedro recibe gente a montones, extranjeros incluso, y es un misero pueblucho, solo que de moda. Tiene unas calles polvorientas y una rocas grandotas, parajes ultra secos, un geiser a 90 kms. y unas parinas por ahi, casi nada, pero si todo el mundo va...hay que ir.
ResponderBorrarQuiza su principal atractivo son los mismos turistas. Alcanzar la masa critica es el asunto.
Hace poco leí que para ser millonario hay que crear un marca más que fijarse en el producto. Desde luego que el producto importa, pues si éste es malo de nada sirve la marca por mucho mensaje subliminal.
ResponderBorrarEn Chile, por ejemplo, un restorante o o servicio de comida como empanadas empieza bien. Sin embargo, los propios dueños empiezan a bajar la calidad, creyendo que el cliente no se dará cuenta.
Recuerda que las galletas 'Negritas' eran grandes, después empezaron achicarla.
Volviendo al asunto de la marca lo podríamos a aplicar a la política. Según Confucio: "Las señales y los símbolos gobiernan el mundo, no las palabras ni las leyes".
Wilson, algo característico de San Pedro de Atacama es que junto con sus atractivos naturales es un lugar sumamente desregulado, nadie anda pasando multas de alcoholes y conseguir de la buena no es nada muy difícil, además que no está relacionado con delincuentes comunes como en otros lados... por lo que me han contado.
ResponderBorrarJavier, en mi opinión son las regulaciones las que matan la calidad y el atractivo. Las regulaciones reducen la competencia y con menos opciones siempre la calidad empeora. Ninguna oficina fiscal tiene por que meter sus narices en actividades legítimas y son los propios consumidores quienes deciden a quien le compran y a quien no.
Creo que no hay nada más dañino para el turismo que las ordenanzas municipales, las patentes de alcoholes y las malditas ·categorizaciones" de Sernatur, donde Sernatur mete las narices se termina el atractivo turístico, parece que es una especie de Ley de Hierro