10 enero 2020

El financiamiento de las universidades

En esto si que quiero ser breve. Creo que es muy necesario tener un resumen claro de como se están financiando las universidades en Chile y por qué el actual sistema nos está llevando a la ruina como país.

Tal como hicimos ayer, veamos como era el sistema "antes". Bueno, depende que tan antes, en 1967 habían ocho universidades en Chile con 55 mil alumnos, la tasa de cobertura era del 7.1% de los egresados de educación secundaria. En 1980 la cobertura subió al 10.6% con 119 mil alumnos. un sistema así de pequeño, altamente selectivo, podía ser financiado sin problemas íntegramente por el estado, ya que solo significaba un 1.05% del PIB.

Luego de la crisis de 1982-83, la economía nacional comenzó a tomar un enorme impulso por las leyes de José Piñera (trabajo, minería, Codigo de Aguas, AFP) y la exitosa renegociación de la deuda que logró Hernán Somerville, en 1986 empezó el raid de crecimiento acelerado más grande de nuestra historia y empezaron a llegar enormes inversiones.

Se necesitaba más capital humano con urgencia, en especial ingenieros y gerentes. Fue la época dorada de los "cuescos Cabrera" que retrató Coco Legrand con su increíble olfato. La solución para llenar esta necesidad repentina fue brillante y al estilo Chicago: se abrió la libertad de enseñanza superior eliminando las barreras que impedían crear universidades privadas.

Las universidades privadas de entonces fueron efectivamente privadas, con gran autonomía y mínima injerencia del estado, se podían manejar como cualquier otro negocio, pero se les pasó un detalle: estaban obligadas a ser entidades sin fines de lucro, al menos formalmente, así es que no podían registrar utilidades ni pagar impuestos. En mi opinión ese fue el Talón de Aquiles que permitió todas las sinverguenzuras de los políticos a partir de 1990 cuando modificaron el sistema.

Para todos los efectos prácticos las universidades privadas, entre 1981 (si no recuerdo mal) y 1990 funcionaban como negocios que vendían un servicio educativo, bastante desregulados, lo que causaba la furia de los social demócratas que predicaban escandalizados defediendo la "fe pública" y alegando contra las "universidades callampa" que -supuestamente- vendían títulos como quien vende salchichas.

Estas universidades no recibían un centavo del estado, se financiaban totalmente con la matrícula y eventuales donaciones y todos los estudiantes pagaban el costo de su educación. Las universidades tradicionales por esos mismos años, pasaron de ser gratis a tener "aranceles diferenciados" según la condición económica de los alumnos, de esa manera evitaron que los hijos de familia rica con talento como para pasar la selección, estudiaran gratis. En las universidades privadas normalmente no había selección aparte del dinero, entraban todos los que podían pagar.

Era un sistema buenísimo, y hubiese sido mejor si se hubiera permitido que las universidades privadas funcionaran sin ninguna intromisión del estado, obteniendo utilidades y pagando impuestos como cualquier otro negocio. No significaban ninguna carga para el estado y allí estudiaba todo el que pudiera pagar.

Contrariamente a lo que todos esperaban, la mayoría de las universidades privadas se dieron cuenta que vender títulos no era ningún negocio, el verdadero negocio era vender buenos servicios educativos y prestigio. Entonces se pusieron exigentes académicamente y en poco tiempo estaban compitiendo y superando a las universidades tradicionales en cada uno de los campos.

La Universidad Diego Portales -por ejemplo- empezó a competir por el nicho de alumnos de la Universidad de Chile, la Adolfo Ibañez, Del Desarrollo y otras competían en el nicho de la Católica y así. Probablemente por cuestión de inversiones requeridas, las grandes universidades tradicionales de ingeniería. como la Técnica Fedrico Santa María y la de Concepción no sufrieron gran competencia de las privadas. 

Todo funcionó a las mil maravillas hasta 1990, cuando los políticos se apoderan de la administración del país y empezó el saqueo en muchos campos. Uno de estos fue el negocio de las universidades, los social demócratas, de acuerdo no solo a su ideología sino a sus interesen personales implementaron la contra reforma que finalmente se vio plasmada en la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE).

La LOCE tenía objetivos declarados y otros escondidos, los declarados eran eliminar el "sesgo neoliberal". traer "inclusividad" y todo ese yaba-daba característico de los progresistas. Los objetivos escondidos eran -obviamente- que los políticos pudiesen extorsionar a los dueños de las privadas, obligándolos a vender o regalar participación a algunos connotados correligonarios.

Así fue como en poco tiempo, gran número de universidades privadas pasaron a manos de los políticos, algunos las vendieron a consorcios internacionales, haciendo una jugosa pasada, otros las pusieron a nombre de palos blancos o enmarañadas sociedades donde los verdaderos dueños quedan bien ocultos. A algunos de los que no quisieron vender, simplemente los hicieron quebrar, al estilo mafiosi.

Por supuesto que cerraron la puerta con siete candados para hacer imposible la creación de nuevas universidades y el estado volvió a llenar con una montaña de regulaciones, disfrazadas en el llamado "sistema de acreditación", que era manejado por... adivinen quienes.

Bueno, hasta aquí todo bien, pero el negocio no era lo suficientemente bueno porque las regulaciones comenzaron a encarecer la operación de las privadas  que no encontraban como cubrir sus costos. Pero recuerden que los políticos tenían intereses, era "su" negocio, así es que aquí vino el primer faenón.

Lo hizo el presidente Ricardo Lagos, que había sido ministro de educación, así es que estaba clarito para hacer la cuchufleta, que se llamó Crédito con Aval del Estado. Consistía en que los alumnos de universidades privadas en lugar de pagar podían pedír un crédito en un banco comercial por el valor de sus estudios, este lo cobraría después con intereses leoninos y corriendo cero riesgo porque en caso de no pago el estado lo avalaba.

En esa época fue cuando el señor Awad -si no me equivoco- dijo esa famosa frase "los empresarios amamos a Lagos", era que no.

Obviamente hubo una explosión de matrículas en las universidades privadas y -más obviamente- casi nadie pagó esos créditos, tal como muy pocos pagaron el crédito fiscal que entonces se otorgaba a los estudiantes de universidades tradicionales. Se creó una deuda monstruosa e incobrable que terminó. como siempre en Chile, con un perdonazo en el primer gobierno de Piñera, pagado por Moya, o sea nosotros los giles.

Luego llegó Bachelet en su segundo período, cuando ya estaba loca de remate con su genial idea de "correr los cercos" ofreciendo "gratuidad" universitaria para alumnos de universidades tradicionales y privadas. Obvio que debemos entender por "gratuidad" como "pagado con los impuestos", como si estuviésemos nadando en riqueza.

La masificación de las universidades, que está haciendo un daño tan enorme al país, que en algún momento va a colapsar y habrá que revertir totalmente, no habría sido posible sin la ideología de Brunner, empapada en la ruinosa social democracia europea. Pero sobre todo fue el interés económico personal, la codicia por enriquecerse de los políticos que llegaron a instalarse en 1990, esa fue la razón fundamental que nos tiene hoy corriendo de cabeza al precipicio.

En fin, quería ser breve y podría seguir escribiendo por horas, que diablos, mejor lo dejo hasta aquí

5 comentarios:

  1. La frase de marras es del lucido sr. Somerville. Sin ser laguista, no se si exista eso, podemos imaginar a Lagos enfrentando el motin inicial en lugar de Cobarde...

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  2. En otra parte leí que el crédito universitario en época de los militares tenía un intereses del 1% y con la llegada de los político aumento dicho interés.

    El socialismo lo que toca lo echa a perder.

    El talón de Aquiles que describes fue el que utilizó la izquierda por la tontera del lucro. Y lo aplicó a los colegios particulares subvencionados que fueron obligados a convertirse en un fundación o en colegios particulares llanamente.

    Lo que toca el socialismo lo echa a perder.

    PD: La Universidad de los Andes entró al cartel de las universidades tradicionales, pues leí que estaba endeudada. No así la Diego Portales, ni la de Alberto Hurtado.

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  3. jajaja y yo le estaba achacando la frase al "primo"!! Mis disculpas a la family
    Lagos se movió en un ambiente muy distinto al de hoy, es difícil saber que habría hecho, aunque sin duda habría partido "golpeando la mesa", ee era su gesto favorito, igual que el de Insulza...

    Javier, durante los militares, en la universidades públicas existía el "arancel diferenciado" que iba desde cero a los más pobres, hasta algo parecido al arancel de las privadas para los ricachones. claro que eso lo determinaban (dictaminaban) las asistentes sociales y se prestada para infinidad de chanchullos, pero al menos en teoría era un sistema muy justo.

    Luego desapareció el arancel diferenciado y lo reemplazaron por el "Crédito Fiscal", que era blandísimo y con un 1% de interés. YO estuve en ambos sistemas, con el arancel diferenciado no pagaba nada, obviamente, y con el crédito fiscal que alcancé a sufrir por dos años, de una deuda que era insignificante y no pagué, con los años se convirtió en más de 18 millones, con Piñera 1 renegocié y bajó a algo más de 2 millones pagando unas 200 y tantas lucas cada año, este año estoy moroso nuevamente del 2019 así es que ¡aquí vamos de nuevo! jajaja

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  4. El mismo JMS...10 enero, 2020 17:02

    Unas observaciones ya que te faltan varios esquemas de pagos.

    lo "histórico" (al menos antes que yo naciera, y hasta 1981, era el "arancel diferenciado", siendo pocas universidades y pocas plazas, el inscrito era evaluado por un asistente social, que determinaba cuanto debía pagar del "arancel" de la carrera (entiendo que muy pocos pagaban el 100%).
    En 1981, con el cambio en el sistema, se inicia el "Crédito Fiscal Universitario", que implicó que el fisco le prestaba dinero a los inscritos para cubrir la diferencia entre lo que el asistente social proponía que se pagara y el arancel... pero también dependía del presupuesto nacional (la cantidad de dinero que se le pasaba a cada Universidad para que le prestara a los estudiantes). El problema: los egresados no pagaban y cada año habían "paros" para conseguir que el gobierno aumentara el fondo para crédito.
    En 1986, se pasa al "Crédito Universitario", de similares características, y similares problemas (el fondo no alcanza para todos los que declaraban necesitarlo).
    Luego, en 1994, se instala el "Fondo solidario de Crédito Universitario". El proceso se mantiene bajo similares características.
    Hasta aquí, todos los créditos eran exclusivamente para los estudiantes de las universidades tradicionales. Quedaban fuera los de las universidades nuevas (la mayoría de finales de los 80s) los CFTs y los IPs.
    Aparece un nuevo esquema, el crédito corfo (hacia finales de los 90s, principios del 2000) que tenía mayor tasa, pero todos podían postular. El mayor problema, seguía siendo el monto total a repartir y las tasas que había que pagar.
    Hasta acá, el crédito era asumido íntegramente por el estudiante (y sus familias) sin ninguna relación con el hecho de terminar o no los estudios.
    Luego vendría el CAE,crédito bancario con "aval del estado" (una letra chica: el aval del estado es sólo para los que terminan las carreras, los que no las terminan, son avalados por la propia institución). La tasa pasa al 6%.

    La discusión sobre la calidad de la educación, estaba instalada en forma paralela e independiente. Las universidades nuevas, al momento de constituirse, necesitaban una universidad examinadora, hasta que lograran la autonomía. Hay varios casos documentados, de universidades que partieron muy bien, pero que al momento de lograr la autonomía, se transformaron en "pague y apruebe", el caso más emblemático fue la UDLA. Otras en cambio, permanecían fieles a su idea de calidad, sin cambio antes o después de la autonomía.
    Se empieza a formar la idea de que tanto universidades como profesionales, debieran "renovar" sus credenciales (al igual que los conductores) lo que decanta en los procesos de acreditación. Son una buena idea teórica, pero una pésima implementación (que como dices, termina con arreglín de bigotes para varios). Y los más avivados deciden que hay que restringir los créditos estatales a sólo aquellas instituciones que estén acreditadas... Se amarran así ambos temas, lo que hace un contubernio peor...

    Los múltiples reclamos sobre gente que no podía pagar los créditos (en sus distintas variaciones) hacen que se empiece a pensar en "gratuidad". El problema es que es una idea implementada por "glosa" y sin ley que la defina.

    Al final, hoy hay muchos ex-alumnos (con y sin título) en varias situaciones diferentes de deuda universitaria. Aún siguen siendo un problema para el gobernante de turno, que siempre quiere dar un golpe de efecto ayudando a los "menos afortunados" (que habitualmente son los más avivados).

    eso... sólo para dar mejor contexto histórico.

    salute!

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  5. Muy buen resumen. Cuando yo entré en 1978 a la Universidad Católica del Norte, Sede Arica, había "arancel diferenciado" y yo quedé inmediatamente exento, el filtro era puramente de "aptitud académica" y nadie que pasara ese filtro quedaba sin estudiar por falta de lucas, eso era un dogma.

    En 1981, cuando aparecieron las privadas, apareció el "Crédito Fiscal Universitario" y, si bien por un tiempo cubría la diferencia del arancel diferenciado, en algún momento este dejó de existir y la única alternativa era el crédito, bajo la lógica que un profesional estaba adquiriendo algo valioso (título) que le permitiría pagar más adelante.

    Esa lógica era impecable hasta el momento en que se empezó a masificar el ingreso. las universidades tradicionales empezaron a sentir la competencia de las privadas y a bajar los puntajes de ingreso a la vez que bajaban las exigencias académicas, porque se estaban quedando sin alumnos. Así fue como sus matrículas e instalaciones crecieron explosivamente.

    En gran parte este crecimiento se financió con recursos del estado regalados bajo diferentes pretextos. Acá en Arica, la U de Tarapacá (que nació estatal) pudo postular a proyectos FNDR y eso le permitió construir enormes instalaciones y equipamiento con recursos regalados -a título de nada- por el fisco. También hubo otras vías de financiamiento encubierto (principalmente vía proyectos, arregladísimos) que les permitieron crecer mucho, en especial a las universidades regionales.

    En Arica, y supongo que en el resto de Chile es lo mismo, las universidades se convirtieron en la pista de aterrizaje de los ex intendentes, así es que mientras tienen poder regalan millones a las universidades y a cambio, cuando se quedan cesantes, la universidad les regala un puesto decorativo, donde no hacen nada pero reciben un sueldo millonario hasta que jubilan. Es una de las muchas prácticas corruptas que han aparecido en torno al financimiento, está lleno de cuchufletas por el estilo.

    Todo esto es cubierto por la "autonomís" que permite a las universidades manejar enormes recursos sin rendir cuentas a nadie, el caso más notable de esto es la Universidad de Chile. Si bien formalmente están bajo control de la Contraloría, en la práctica estos conroles son meramente formales y jamás tocan los chanchullos que hacen los altos directivos, esos tienen patente de corso total.

    Se me había olvidado el crédito Corfo. Al final todo esto se transformó en un sistema para robar a manos llenas, primero n universidades tradicionales y luego también en las privadas. SOlo dos universidades privadas controlan la mayor parte de la matricula: la San Sebastian e Inacap, tienen más matrícula que la Chile o cualquier otra porque supieron aprovechar el sistema, en su defensa yo diría que sus manejos son MUCHO más transparentes y honestos que cualquiera de las tradicionales, reinvierten las ganancias. seguramente porque están más controladas. A las tradicionales en cambio, nadie las toca y pueden hacer lo que se les antoja.

    La deuda es gigantesca y casi nadie tiene siquiera la intención de pagarla porque no tiene ninguna garantía real, durante Piñera 1 se trató de sincerar la situación haciendo (el fisco) la pérdida correspondiente, pero con la "gratuidad" todo ese esfuerzo se fue al diablo. Algo anda MUY mal en todo esto

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