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09 enero 2020
La selección en las universidades
En mi entrada de hace un par de días sobre el problema de la Educación Superior en Chile se me quedaron en el tintero virtual dos temas que me gustaría comentar. Iba a hacerlo brevemente, pero se me pasó un poco la mano, mis disculpas. El primer tema se refiere a la selección y el segundo es sobre el financiamiento, hoy quiero comentarles sobre
La selección
¿Como se admite o rechaza el ingreso de un estudiante a una determinada universidad? Hasta 1990 al menos el criterio de selección era muy claro, existía la Prueba de Aptitud Académica, que -como su nombre lo decía- pretendía medir "aptitudes" intelectuales (no conocimientos), era una especie de prueba de "coeficiente intelectual académico", o al menos intentaba serlo, con todos los problemas propios de implementar estas ideas. Voy a contarles un poco mi experiencia personal.
Yo dí esa prueba dos veces, la primera en 1973, donde saqué 675 puntos en la de matemáticas y 760 en la verbal, si mal no recuerdo (los máximos eran alrededor de 800 puntos). Hice una sola postulación a Ingeniería Civil Electrónica de la Universidad Técnica Federico Santa María, que era la más selectiva de Chile, obviamente quedé fuera, bastante lejos del puntaje de corte.
Pero con los años, me doy cuenta que esa prueba reflejó muy bien mis aptitudes reales, que eran mucho más verbales que matemáticas. Como Ruperto no se rinde, en 1977, después de estudiar Técnico Electrónico, volví a dar la prueba y saqué un puntaje algo mejor, que ya ni recuerdo, y que me permitió entrar más o menos en la mitad de la lista a Ingeniería de Ejecución en la Universidad de Tarapaca.
Las pruebas eran muy largas y yo tengo la capacidad de concentración de un pez, lo que me perjudicó ambas veces. Pese a tener una capacidad matemática mediocre, con esfuerzo pude aprobar los cursos y fui instructor ayudante en dos ramos, justamente del Departamento de Matemáticas, mientras estudiaba. Curiosamente mi cerebro lento y de mediocre capacidad, me permitía explicar mejor que los que eran brillantes, pero no les entendía nadie. Desde entonces desarrollé cierta habilidad para explicar cosas complicadas de manera sencilla.
Para qué servía la selección
La selección tenía un propósito muy preciso, en todo Chile habían solo 8 universidades y la capacidad de matrícula era para menos del 10% de los que postulaban: si postulaban 100.000, necesariamente 90.000 debían quedar afuera. Las carreras universitarias eran de elite y cualquiera con un título en esos años se consideraba asegurado económicamente por el resto de su vida, rara vez le faltaría el trabajo y los buenos sueldos.
Cuando se abre la puerta a las universidades privadas
A mediados de los años 80 viene una gran reforma que introduce la libertad de enseñanza en la educación superior, y las universidades tradicionales (del estado, iglesia o masonería) tuvieron que empezar a competir con las universidades privadas, que en general no hacían ninguna prueba de selección: el que podía pagar ingresaba. Como en los colegios particulares había para todos los bolsillos, universidades carísimas y otras bastante económicas, pero todas las universidades privadas debían auto financiarse, el estado no les pasaba ni un peso.
Entonces quedó abierto un nuevo camino de selección, que consistía en pagar: el que podía pagar ingresaba a una universidad privada y si cumplía con los requisitos académicos (aprobar los exámenes, etc.) podría obtener su título sin tener que demostrar sus aptitudes.
Recuerdo bien que en esos años, a los que estudiábamos en universidades tradicionales y habíamos sudado sangre para ingresar el asunto nos indignó. Pensábamos que las universidades privadas serían para los ricos y tontos, que comprarían los títulos como quien compra una botella de vino o una camisa. Las universidades privadas quedarían relegadas para los incapaces solamente. Pero el tiempo mostró algo muy diferente.
La universidad como herramienta de ascenso social
En los años noventa, José Joaquin Brunner fue ministro de Educación y trajo a Chile una tesis que era muy popular en Europa, decía que la mejor manera de igualar social y económicamente a las personas era masificando la educación universitaria, y ponían como ejemplo a algunos países del norte de Europa que durante décadas fueron los fetiches de los social demócratas: Suecia, Dinamarca, Noruega.
Ese fue un error desastroso, porque al masificar la educación superior tuvo varias consecuencias inesperadas, muy perjudiciales, no solo para los jóvenes sino para toda la sociedad.
La primera consecuencia fue el enorme costo que han impuesto esas políticas. El presupuesto destinado a educación para el año 2020 es una total locura, representando el 24% de los 74.179.000.000.000 de dólares del presupuesto nacional ¡uno de cada cuatro dólares se gastará en educación! ¿Y cual será el rendimiento de esa plata? En educación superior al menos, los millones se irán casi íntegros -por distintas vía- a las universidades públicas y privadas, manejadas de la manera más mafiosa y poco transparente por los rectores. Se repartirán los millones entre ellos, a discreción y sin rendir cuentas a nadie. Este es un peso financiero enorme, ruinoso e inútil para el país. Nuestro salvavidas de plomo.
La segunda consecuencia es la inflación que desvalorizó los títulos. Igual que cuando un gobierno irresponsable imprime toneladas de billetes estos pierden su poder comprador, al masificar la educación superior los títulos, que cuando eran escasos normalmente significaban un ascenso económico y social, hoy significan y valen cada vez menos. Hoy estamos repletos de profesionales express de toda clase, la mayoría de ellos con una formación muy pobre, pues la exigencia académica ha ido bajando hasta llegar al suelo en nuestros días.
La tercera consecuencia es la peor de todas. Al masificar la educación superior no solo nos repletamos de profesionales, en su mayoría de muy mala calidad, sino que esos profesionales, en especial de especialidades humanistas: abogados, periodistas, historiadores, cientistas políticos, etc. en gran parte de tercera o cuarta categoría, han empezado a trabajar y los vemos como fiscales en el Ministerio Público, jueces en los tribunales, "figuras" de los medios de prensa y matinales y sobre todo profesores en las universidades, que cierran el círculo vicioso de la mediocridad.
Eso es algo que podemos ver todos los días, es lo que está detrás de la indignación de mucha gente y del desprestigio que cubre a nuestras principales instituciones, que han sido tomadas en su mayoría por palurdos, ambiciosos y oportunistas que han recibido un simulacro de educación. Y como la ignorancia es atrevida, especialmente cuando el ignorante tiene poder, es la verdadera razón de nuestra decadencia como país en los últimos 30 años.
Nada fue como creíamos
En los ochentas pensábamos que las nuevas universidades privadas serían para los tontos con plata y las tradicionales para la gente con mérito académico. Ocurrió exactamente al revés, las privadas obligadas a competir y ganarse un prestigio fueron captando más y más a los mejores alumnos, mientras que las universidades tradicionales, forzadas a seguir las políticas "inclusivas" se llenaron de pungas y mediocres, que mejor ejemplo que la decadencia y corrupción en que hoy se debate la Universidad de Chile.
Esta es la mejor muestra que la educación siempre fue y será un bien de consumo: después de décadas tratando de igualar, llegamos finalmente a que los mejores -si pueden- pagan por ir a la Adolfo Ibañez, Finis Terrae o la Del Desarrollo, mientras los pungas, flojos o pobres terminan en las universidades estatales con una educación de segunda o tercera clase.
En lugar de tener un país lleno de buenos profesionales con buenos trabajos, bien pagados y produciendo, tenemos un país repleto de cesantes o sub empleados, supuestamente "ilustrados". En lugar de mejorar nuestras instituciones hoy son refugio de "profesionales" casi iletrados, ambiciosos, oportunistas y sobre todo prepotentes. Por eso hay tanto ladrón con autoridad, todo por culpa de la mala selección y la estúpida idea de masificar la educación universitaria.
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Algunas observaciones:
ResponderBorrara) En rigor, las universidades católicas (PUC, PUCV y Santísima Concepción) y tanto la UTFSM, como la Universidad de Concepción, son Universidades privadas. Forman parte de las tradicionales y están en el Cruch y otras, pero siguen siendo privadas. Las únicas no privadas (estatales) son las "hijas" de la U de Chile y la UTE.
b) En rigor, la capacidad académica y/o financiera de los estudiantes está repartida de manera casi uniforme entre tradicionales y las nuevas privadas. Es cierto que hay universidades consideradas "de elite" (la del desarrollo o la de los andes), pero en el resto hay de todo y más o menos de la misma manera entre todas...
Salute!
Sobre el punto (a) de acuerdo, por eso dije que las "universiddes tradicionales" eran del estado (Chile, UTE y sus sedes) o de la Iglesia (PUC, PUCV, UCN) o de los masones (Concepción). Lo que pasa es que las sedes eran muchas y por eso las universidades tradicionales son mayormente estatales. En Arica el estado incluso "compró" la sede de la UCN a los jesuittas para hacer la U de Tarapacá. La UTFSM es un caso especial, efectivamente privada -tal vez la única- fruto de la donación de un millonario
ResponderBorrarSobre (b) también de acuerdo, hay de todo en todas las universidades, alumnos muy buenos medianos y malos, pobres y ricos, igual cosa con los profesores. Yo hablaba sobre "mayorías" o grandes números.
Algo notable es que en los años 80 surgieron muchas universidades privadas baratas, con pocos recursos, que fueron las que educaron a buena parte de las clases media y baja que no quedaban en las estatales (cuando el sistema de ingreso a las tradicionales aún era selectivo).
Estas universidades recibieron un tremendo ataque desde los medios y los "intelectuales" de la época que las llamaban -hipócritamente- "universidades callampa" o vendedoras de títulos. Lo que no tenían idea (o sabían y se callaban) estos hipocritas, es que todas las universidades tradicionales partieron igual ¡y para que hablar e sus sedes! Algunas sedes regionales de la Chile o UTE eran paupérrimas comparadas con la universidad privada más pobre que existió, yo conocí ambos casos acá en Arica
Alguien escribió que si las universidades famosas como Oxford, Harvard y otras que no recuerdos, tuviesen el criterio de acreditación desde sus orígenes jamás hubieran prosperado.
ResponderBorrarLo mejor era el sistema de antes, en que entraban los mejores. Además, la persona que no accede a la educación universitaria no significa que sea tonta, pues hay mucha gente sin educación formal que le ha ido bien en la vida.
Entre las consecuencias nefastas de la masificación de la educación superior, esa de menoscabar a todas las actividades, oficios, etc. que no son "universitarios" es otra de las peores
ResponderBorrarEn mis tiempos había un "cursillo de ingreso" con un puntaje mínimo más un cupo. Rendí Matemática y Física en 4 parciales, superé el puntaje mínimo y si bien éramos 120 postulantes para unas 60 plazas durante el curso, de dos meses en el verano, se cayeron la mitad de los postulantes en la medida que salían flojos en los parciales. No tuve que competir por cupo. Después de esos 60 nos recibimos unos 25 según me han dicho.
ResponderBorrarY la mayoría de los que no se graduaron se quedaron en los dos primeros años y abandonaron ahí.
Con todo fue un proceder económico: una mitad desiste o deja de perder su tiempo en 2 meses, un 30% no invierte mucho más de dos años en el esfuerzo trunco y quizás se va con algo útil a su casa y un 20% termina. Los que terminamos diría que no alargamos más de 2 años (en promedio) con respecto al programa oficial.
Luego, con la política "inclusiva", se anotaron cada vez más personas, en el curso de ingreso no se empantana nadie - salvo el que no resista el menor rechazo - y los dos o tres primeros años son un fárrago que lleva unos seis años superar en promedio. Hay gente que está con materias de primero colgadas más de cinco años. Se abandona por cansancio. Las clases son multitudinarias y los profesores no tienen una relación mas o menos personal con los estudiantes hasta el octavo semestre, mas o menos, cuando empieza a adelgazarse la cosa y se vuelve a un cociente alumnos/profesor decente para una Universidad.
El "inclusivismo" sólo sirvió para que la Universidad deba gastar la mitad de su presupuesto y varios años de los postulantes hasta que un buen porcentaje se convenza de que eso no es lo suyo.
Mi mujer y yo nos graduamos en la estatal y éramos partidarios de ella, teníamos el mismo menosprecio que Ud. menciona por las privadas - era para los nenes con plata que no se esforzaban - pero ahora anotamos a nuestro hijo menor en una católica, privada, de entrada y sin sugerirle que intente con la estatal. El hijo del medio es estancó en la estatal y sólo se recibió al pasar a una privada y la mayor estuvo más de una década en la del Estado.
Los políticos son tremendamente cobardes y la política de que la Universidad es "para todos y todas" los llevó a convertir las Universidades estatales en un gigantesco curso de ingreso que no termina nunca.
Consulta....tengo entendido que los alemanes seleccionan quienes van a la Universidad o Colegios técnicos desde chico....es decir, ya cuando salen del 4to medio o equivalente, ya saben si están destinados o no a la U.
ResponderBorrar¿Es así ?
Marcelo
Exactamente Ulschmidt, yo tuve una experiencia muy parecida acá, tal vez un poco más brutal porque de los 120 que ingresamos solo pasaron como 30 el primer semestre, la carnicería fue horrible en el curso de álgebra, si yo no hubiese estudiado técnico antes sin duda que me habría ido para afuera el primer semestre como la mayoría. El asunto es que solo se podían reprobar 2 ramos por semestre y muy pocos aprobaban álgebra y trigonoetría.
ResponderBorrarAhora creo que se pueden reprobar sin límite, ante un mismo ramo solo se podía reprobar 2 veces y como gracia, si el alumno quedaba cerca, se le podía dar la famosa "3ª oportunidad", hoy no existe tope, por eso los estudiantes eternos.
LAs políticas de "inclusión" han resultado en un desastre económico y social, no solo para los alumnos sino para todo el país
Marcelo, efectivamente, en alemania se van seleccionando a los alumnos desde chicos con pruebas y cosas así. No se si será un buen sistema, aunque salen muy buenos y sumisos trabajadores es un sistema brutal para el que se sale de la norma, así es que de creativos, poco. A mi no me gusta el sistema alemán, es totalmente socialista, como el "Mundo Feliz" de Huxley
ResponderBorrarDe hecho Alemania es uno de los países del mundo donde prácticamente no existe la libertad de enseñanza: está prohibido a las escuelas diseñar sus propios planes de estudio y todas deben seguir los planes dictados por el gobierno
ResponderBorrarsiendo del grupo de los vagos en el liceo obtuvo puntaje máximo en la PAA de física y de matemáticas básicas y sólo tuve una respuesta mala en la de matemáticas "complejas". los otros vagos no lo podían creer, me convertí casi en un traidor a los principios de la vagología. me llegaron a buscar a la casa de la católica y de la chile. pero cometí un gran error. me fui a la chile. minas malas e instalaciones ruinosas. de haber sabido antes eso me iba a ciegas a la católica. ahora la chile no vale nada y la católica es la mejor. hace 30 años no era tan clara la diferencia.
ResponderBorrarAh claro, porque las aptitudes son de fábrica, no tienen que ver con la vagancia o el esfuerzo, son como el color del pelo o de los ojos, algo se pueden cultivar, claro, pero la idea de la PAA era eliminar esa parte.
ResponderBorrarAhora, para minas ricas la UC a ojos cerrados, más encima santurronas, lo que hace mucho más entretenido el trabajo de perversión. Te aciste feo ahi.
Te apuesto que te quedaste con "Sindrome de Beaucheff" jajaja!
Estimado Tomás,
ResponderBorrarTe encuentro razón en tu argumento de que las carreras universitarias se van a desvalorizar mucho en el mediano plazo, como ocurre en todo lugar donde la universidad es gratuita y los requisitos de ingreso mínimos. Yo conozco el sistema francés y allá hasta los cajeros del supermercado tienen un título universitario (no estoy exagerando), lo que ocurre es que los títulos que son "válidos" no provienen de las universidades sino que de las Grandes Écoles, instituciones que tienen grandes exigencias de entrada y rendimiento, los franchutes jóvenes se matan por entrar en ellas.
Por otro lado, algo que no creo que ocurra el fenómeno de los estudiantes eternos, ya que el estado sólo paga la duración oficial de la carrera. Entonces por cada alumno que se retrase la universidad perderá dinero. Con el clima que tenemos lo más probable es que de ahora en adelante en todas las universidades con gratuidad (excepto un puñado que todos conocemos) sea imposible reprobar, su prestigio se hundirá ya que el valor de sus diplomas y profesionales será nulo. Una vez que ocurra esto llegaremos a un punto de equilibrio, lamentablemente se tendrán que producir unos cuantos cientos de miles de profesionales frustrados.
Saludos.
eso de las aptitudes no sé de dónde viene. mi padre es de una familia sumamente pobre y humilde de una localidad campesina en los alrededores de santiago. mi abuelo llegó, con suerte, a sexto básico, mi abuela escribía bien pero no terminó la educación. cero cultura, cero libro, cero acceso a la educación. tuvieron 3 hijos que de alguna manera accedieron a la universidad. mi tía estudió medicina. mi tío ingeniería comercial y tiene 3 doctorados, uno en administración y los otros en teología. mi padre estudió ing mecánica. y los señoritos ahora reclaman que no les dan todo gratis y no les llevan las cosas a la casa.
ResponderBorrarel síndrome de beauchef es una cosa seria. tuve que comerme a dos feas para que no difundieran el falso rumor de que era maraco. la tercera fea no me la comí porque era parte de un grupo de gordas cahuineras. y en cursos de 140 hombres y 10 mujeres no había mucho donde elegir. con suerte un par se peinaba y andaba presentable. pero como me dijo una vez un sabio campesino, mejor comerse a las feas ya que son más agradecidas. es cierto.
Hola Carlos, toda la razón, comparto plenamente el pronóstico. Vamos corriendo hacia una o más generaciones que gastarán una fortuna en tiempo, plata y esfuerzo para que al final se den cuenta que todo resultó inútil. No es cosa solo de Chile sino de todo el mundo, en Francia como cuentas, en USA y en todas partes. Lamentablemente a las escuelas selectivas y "de elite" les espera el mismo destino porque hay problemas muy de fondo en la educación con respecto a "qué enseñar" que no han sido resueltos en ninguna parte. EL encanto de haber estudiado en Harvard u Oxford no va a durar mucho así como van las cosas.
ResponderBorrarAnónimo, yo parece que nací con el Síndrome de Beaucheff -Dios me perdone- si conocieran algunas me quitarían el saludo. Pero creo que es una bendición en lugar de una enfermedad, especialmente a medida que pasan los años y nos llega la ruina física el Síndrome se hace cada día más valioso
De antologia el relato de Beauchef del ultimo anonimo. :-)
ResponderBorrarLa historia de muchos jaja
ResponderBorrar¿Quien es tan cinico que no reconoce haberse comido alguna garrapata? :-)
ResponderBorrarSobre lo que está ocurriendo.....nadie ha hablado sobre escuelas técnicas superiores (me gusta esa idea).
ResponderBorrarSobre minas feas, las garrapatas son las más pervertidas y cochinonas....me lo han contado.
Ay Dios, muchachos, se están pasando d la raya...
ResponderBorrarLas ETS no son factibles hasta que se desmantele todo este sistema corrupto y deformado de universidades masivas