con pocos, pero doctos libros juntos,
vivo en conversación con los difuntos,
y escucho con mis ojos a los muertos.
Si no siempre entendidos, siempre abiertos,
o enmiendan, o fecundan mis asuntos;
y en músicos callados contrapuntos
al sueño de la vida hablan despiertos.
Las grandes almas que la muerte ausenta,
de injurias de los años vengadora,
libra, ¡oh gran don Joseph!, docta la imprenta.
En fuga irrevocable huye la hora;
pero aquélla el mejor cálculo cuenta,
que en la lección y estudios nos mejora.
El soneto no tiene nombre y es uno de los pocos que se conservan autografos, es decir escritos por mano de Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibañez. Su editor, José Antonio González de Salas (el "gran don Joseph" del poema) le puso por nombre "Desde la Torre" comentando algo así como "acabo de recibir este estupendo soneto, que me mandó Quevedo desde su exilio en la Torre, poco antes de caer preso nuevamente". Quevedo debe ser de los más grandes de la lengua castellana, su escritura es densa, muy compacta por lo que resulta difícil de entender en una primera lectura. Incluso su rima, aunque perfecta, no es fácil de captar, a menos que lo leamos en voz alta. Yo conocí este soneto recitado en parte por Borges, y me llamó la atención de inmediato.
También se conoce popularmente como "Elogio a la lectura" -ese es su nombre cursi- el soneto lo escribió Quevedo en uno de sus muchos destierros en su pueblucho de Torre de Juan Abad, del que era señor, pero sus habitantes nunca quisieron reconocerlo como tal. De origen hidalgo, sus padres tenían altos cargos en la corte, su padre era secretario de la hermana del rey Felipe II y su madre era dama de la reina, por eso toda su vida la pasó en medio de intrigas palaciegas, siendo secretario, amigo y consejero de nobles y de grandes, lo que le costó muchas veces el destierro y un par de veces la cárcel.
Como decía, en uno de estos destierros escribió el soneto donde cuenta como encerrado con sus amigos los libros (con pocos, pero doctos libros juntos,), pasa el tiempo conversando con los autores (vivo en conversación con los difuntos, y escucho con mis ojos a los muertos). Quevedo debe haber sido de los primeros que pensó en la lectura como una conversación con los autores. Ya dije que su poesía era muy compacta, bueno, en esa primera estrofa está todo el soneto, el resto son comentarios, nada más.
"Si no siempre entendidos, siempre abiertos, o enmiendan, o fecundan mis asuntos" aunque a veces no los comprenda, los libros están siempre abiertos para corregir sus errores o enriquecer sus ideas. "Las grandes almas que la muerte ausenta" nos da la idea que aun después que el autor se ha muerto, el texto impreso lo mantiene con vida. En fin, uno de los mejores ejemplos del talento de Quevedo, un escritor que además fue un genio.
Quevedo era deforme, tenía un defecto en los pies y -tal vez por lo mismo- disfrutaba burlándoles de los defectos físico de los demás, como esto, que escribió supuestamente para mortificar a su archi enemigo Luis de Góngora
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un peje espada muy barbado.
Érase un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba,
era Ovidio Nasón más narizado.
Quevedo tenía una capacidad enorme para la sátira malidicente, y buena parte de sus penas las pasó por culpa de ese talento, que tenía tan desarrollado, pero nunca cerró la boca:
No me he de callar aunque con el dedo
ya tocando la boca, ya la frente
silencio avises o amenaces miedo
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de temer lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
Desde temprano en su vida Quevedo fue reconocido y apreciado como un genio, amigo del padre Juan de Mariana, de Félix Lope de Vega y de Miguel de Cervantes, entre otros peces gordos. Durante su juvntud ecribió muchas sátiras y textos festivos bajo el seudónimo "Miguel de Musa" que -por no llevar su firma- hicieron ganar una fortuna a muchos impresores que vendieron miles de sus cuartillas. Algunos ejemplos de esto on las "Gracias y desgracias del ojo del culo", "Problemáticas y aranceles, hechas por el fiel de las putas" y tantas otras. ¿Cómo no admirar al autor de estas líneas?
Alguien me preguntó… ¿Qué es un pedo?
y yo le contesté muy serio: El pedo es un pedo,
con cuerpo de aire y corazón de viento
El pedo es como un alma en pena
que a veces sopla, que a veces truena,
es como el agua que se desliza
con mucha fuerza, con mucha prisa.
El pedo es como la nube que va volando
y por donde pasa va fumigando,
el pedo es vida, el pedo es muerte
y tiene algo que nos divierte.
El pedo gime, el pedo llora
el pedo es aire, el pedo es ruido
y a veces sale por un descuido
y a veces sale con resplandores.
(... )
¿Cómo no admirar a un poeta así? Más todavía si escribió algo como esto:
Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.
O como esto otro:
Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes ya desmoronados
de la carrera de la edad cansados
por quien caduca ya su valentía.
Salime al campo: vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados
que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa: vi que amancillada
de anciana habitación era despojos,
mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.
No soy aficonado a la poesía, en general me molesta leerla y prefiero la prosa, las novelas y todo eso. Pero Quevedo y Neruda son de otro planeta, la fuerza de sus imágenes, la economía del lenguaje y la densidad del significado no los he visto en ningún otro escritor que yo conozca. Larga vida para mis dos amigos difuntos, con los que es tan entretenido conversar. 1600-1699: el Siglo de Oro de la Poesía Española.
Tengo que pasar alguna parte de mi tiempo solo; entonces tendido en la cama empiezo a recitar estrofas … muchos sonetos de Quevedo que no sé si me gustan, pero que en todo caso son inolvidables para mí. (Jorge Luis Borges)
Jorge Luis Borges, ese otro entrañable...
ResponderBorrarBorges criticaba a Quevedo en sus últimos años porque lo admiraba tanto que le daba miedo convertirse en un groupie. En todo caso en Borges hay mucho de Quevedo
ResponderBorrarSi (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de ‘rosa’ está la rosa
y todo el Nilo en la palabra ‘Nilo’.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
etc...
Adhiero al criterio. También yo leí poca poesía y me aburrí de casi toda, y Quevedo y Borges son de los pocos que leí bastante y me gustan.
ResponderBorrarDe otros poetas se queda uno con frases sueltas, un par de líneas de toda su producción. De Guinbeg, poeta beatnik, sólo que quedó:
Debajo de esta piel de roña
somos todos hermosos girasoles amarillos
sopongo quiere decir que aunque los hippies no se bañan son buena gente.
De Almamafuerte su clásico "Piu Avanti", de Joaquín V. Gonzáles:
y vistas tras una lágrima,
cada estrella es una cruz
que me parece un acierto óptico-literario. De Nazim Hikmet alguna cosa también, de la existencia de Kavafis me enteré acá - creo que un posteo de Wilson - y algunas cosas me gustaron.
y casi nada más.
Es verdad Ulschmidt, el problema de los poetas es que escriben demasiado, con un par de estrofas bastarían para ser recordados por siempre
ResponderBorrar"juro que n recuerdo ni su nombre
más moriré llamándola María"
Listo. El problema es que con unas pocas estrofas no alcanza para almorzar, así es que se ven obligados a rellenar para hacer un libro.
De acuerdo. Y y como la temática española ha venido intensa en los últimos post, y ahora Quevedo, y se ha mencionado a Borges, pongamos precisamente el poema "España"de Borges. Uls
ResponderBorrarMás allá de los símbolos,
más allá de la pompa y la ceniza de los aniversarios,
más allá de la aberración del gramático
que ve en la historia del hidalgo
que soñaba ser don Quijote y al fin lo fue,
no una amistad y una alegría
sino un herbario de arcaísmos y un refranero,
estás, España silenciosa, en nosotros.
España del bisonte, que moriría
por el hierro o el rifle,
en las praderas del ocaso, en Montana,
España donde Ulises descendió a la Casa de Hades,
España del íbero, del celta, del cartaginés, y de Roma,
España de los duros visigodos,
de estirpe escandinava,
que deletrearon y olvidaron la escritura de Ulfilas,
pastor de pueblos,
España del Islam, de la cábala
y de la Noche Oscura del Alma,
España de los inquisidores,
que padecieron el destino de ser verdugos
y hubieran podido ser mártires,
España de la larga aventura
que descifró los mares y redujo crueles imperios
y que prosigue aquí, en Buenos Aires,
en este atardecer del mes de julio de 1964,
España de la otra guitarra, la desgarrada,
no la humilde, la nuestra,
España de los patios,
España de la piedra piadosa de catedrales y santuarios,
España de la hombría de bien y de la caudalosa amistad,
España del inútil coraje,
podemos profesar otros amores,
podemos olvidarte
como olvidamos nuestro propio pasado,
porque inseparablemente estás en nosotros,
en los íntimos hábitos de la sangre,
en los Acevedo y los Suárez de mi linaje,
España,
madre de ríos y de espadas y de multiplicadas generaciones,
incesante y fatal.
Buenísimo, Borges es de lo pocos que les puedo leer un poema completo. Y lo que dice e muy cierto, a España podemos maldecirla, escupirla (los propios españoles lo hacen a cada rato) pero está ahí en nosotros, de la cuna hasta la tumba, es como maldecirnos a nosotros mismos
ResponderBorrarSabiendo que en la traducción se pierde mucho, me gustan los poemas de Yeats como el que sigue.
ResponderBorrar“Si tuviera las vestiduras bordadas del cielo,
entretejidas de luz dorada y color plata,
las azules, las opacas, las oscuras
vestiduras de la noche y la luz y la penumbra,
tendería a tus pies las vestiduras:
pero, siendo pobre, sólo tengo mis sueños;
he tendido mis sueños a tus pies;
pisa suavemente, pues caminas sobre mis sueños.”
Buenazo, Irlanda ha tenido famosos escritores, mi favorito es sin duda Dylan Thomas, claro que es galés a todo esto, no m canso de leer "retrato de un artista cachorro". Creo que se murió por culpa del trago, enfermedad profesional de todos los que viven por esos lados.
ResponderBorrarOtro irlandés muy famoso es James Joyce, nunca entendí una palabra de lo que escribió, me cuesta leer cosa corrientes en inglés pero Joyce ya es pura jerigonza, chino para mi. Igual voy a darle un ojo a Yeats
Dylan Thomas. Excelente !!!
ResponderBorrar“No entres docilmente en esa buena noche“ es fantástico.
En la película “Interestelar”, hacen un aprovechamiento increible de ese poema.
Es buenísimo
ResponderBorrarEn Bendicion de Baudelaire, la madre de un poeta se queja a Dios por haberlo parido.
ResponderBorrar" ¡Ah! ¡no haber parido todo un nudo de víboras,
Antes que amamantar esta irrisión!
¡Maldita sea la noche de placeres efímeros
En que mi vientre concibió mi expiación! "
Jaja solo un franchute pudo idear eso!!!
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