Esta entrada es de las que yo considero filete, modestia aparte. Creo que la metáfora de "todo es cancha" es buena y merece que alguien con más neuronas que yo la desarrolle en todo lo que implica. Aquí va:
Todo es cancha es una expresión del slang chileno que se refiere a las pichangas o juegos de fútbol en la calle. La diferencia entre el fútbol profesional y la pichanga callejera es precisamente que en la calle todo es cancha, la pelota no se juega solo dentro de un espacio de pasto claramente marcado sino que en las calles existen veredas, autos estacionados, hay gente que pasa durante el juego. se molesta y puede tirar lejos la pelota. Todos estos inconvenientes de la pichanga pueden resultar injustos para uno de los equipos en un momento dado pero con la ley de todo es cancha el juego sigue de cualquier manera, las injusticias tienden a compensarse, de no ser así tampoco importa mucho porque -como son fortuitas- en un juego le pueden tocar más a un equipo y al día siguiente le tocarán al otro. Por algo los aficionados aceptan jugar en esas condiciones.
Así es la ley de todo es cancha y a eso se refiere la expresión. Me acordé de esto a propósito de un comentario al libro Que Gane el Más Mejor de Eduardo Engel y Patricio Navia, del que solo he leído reseñas pero -según dicen- enfatiza la necesidad de un sistema más justo y meritocrático para los estudiantes y, en general, entre los chilenos, donde el estado introduzca más competencia y elimine los privilegios injustos. La idea del libro Que Gane el Más Mejor hace énfasis en la metáfora de una cancha pareja, que iguale las condiciones de juego y que no sea de subida para el equipo de los hijos de los pobres y de bajada para los hijos de los ricos.
Como expresión idealista de deseos, que gane el más mejor jugando en una cancha pareja, de pasto y bien marcada donde los niños compiten en iguales condiciones en base a méritos y esfuerzo personal es una idea muy noble, pero apenas tratamos de llevarla a la práctica aparecen algunos problemas: primero que nada pensemos que implica el concepto de cancha pareja, un niño pobre está en desventaja frente a uno rico, obvio ¿que podría hacer el estado entonces para emparejar la cancha? Muchas cosas, por ejemplo darle becas al pobre, almuerzos sin costo, alojamiento, pagarle su educación -porque la educación gratis no existe- hasta aquí perfecto.
Pero si al niño pobre le va mal a pesar de la ayuda se puede argumentar -con razón- que la cancha todavía no es pareja: porque el niño pobre vive en condiciones de pobreza, así es que sería necesario que el estado mejore su casa y -si vamos a ser justos- la ponga en iguales condiciones que la casa del niño rico. Aquí la cosa se va poniendo más difícil pero no es todo, imaginemos que además le regalamos una buena casa ¿que hay de las escuelas de menor calidad a las que tuvo que asistir? es bien obvio que la familia rica puede pagar una educación primaria de excelencia en colegios caros, el estado entonces, si vamos a hacer justicia, debería pagar lo mismos millones que se gasta en educar a un niño rico para emparejar la cancha.
¿Y todo termina allí? claro que no señores, porque el niño pobre vive con una familia pobre, si pretendemos ser justos deberíamos dar los recursos para que esa familia pobre pueda vivir como ricos y así tenga preocupaciones intelectuales como leer y estudiar, en lugar de pasar el día embrutecidos viendo tele o chupando como esponjas, lo que es otra horrorosa injusticia.
Dirán que exagero, pero no es así, esa es la situación del mundo real donde solo muy pocos juegan en una cancha de pasto bien mantenida, planita y perfectamente marcada. En la realidad casi todas las personas normales jugamos pichanga en la calle, con mínimas reglas. A veces la calle es inclinada y tenemos que esquivar a los autos que pasan, Todo es Cancha en la vida real.
La cancha plana no es un concepto equivocado, lo equivocado es ponerlo como punto central de la política porque genera expectativas crecientes que -a simple vista- siempre serán imposibles de satisfacer. No existe suficiente riqueza en el mundo para construir canchas planas para todo el mundo, entonces cada vez que se promete tal cosa se genera más descontento y más injusticia de la que se quería corregir, porque las soluciones -necesariamente parciales- siempre dejan afuera a la mayoría de ingenuos que fueron ilusionados con la idea que tenían un derecho inalienable y no se lo respetaron.
La cancha plana en cambio es un buen concepto subsidiario, como premio al esfuerzo extraordinario del que se las arregla para que le vaya bien a pesar de la injusticia de las circunstancias adversas.
Ayudar a esa gente no solo es un asunto de justicia sino que además un buen negocio porque el retorno social de cada persona que sale de la pobreza es muy grande para la sociedad en conjunto. Sin embargo existe mucha gente que se merece ayuda y por simple mala suerte no consigue salir adelante. En esos casos es necesario tener el corazón duro y no meter plata donde no es viable, tal como en los negocios el capital humano siempre debe estar sujeto a criterios de inversión -con cierta certeza en el retorno- y no de gasto.
Si estamos obligados por la realidad a jugar fútbol en la calle en vez de la cancha 1 del Estadio Nacional, es necesario que reconozcamos que no podemos pensar en las mismas reglas y regulaciones puntillosas que aseguren un fair play, eso lleva a injusticias aún mayores. Mucho mejor es aplicar las reglas de la calle donde todo es cancha, sin árbitros ni regulaciones. A ver si a algún economista se le alumbra y desarrolla esta idea en extenso, estoy seguro que encontraría muchos buenos argumentos para proponer un sistema mixto, donde en la base de las políticas Todo es Cancha y llegado a cierto nivel se comienza a regular para Que Gane El Más Mejor, ambas ideas no son excluyentes, al contrario, se complementan.
Supongo que ese libro es una secuela de la revolución pinguina y los movimientos estudiantiles. En ese sentido lo entiendo. Como parábola de la competencia lo de la cancha pareja no me gusta, no es cierto. En el sistema real nadie compite sin aprovechar su tamaño, posición y toda ventaja que tenga. Desde luego, la cancha es pareja si las tasa de impuesto o regulaciones municipales son las mismas para todos los comerciantes, eso debe ser así, pero el gran supermercado arranca con gran ventaja sobre el pequeño local y nadie va a nivelar eso.
ResponderBorrarEn el mundo real el pequeño comercio aprovecha la proximidad, da cierto crédito informal a los vecinos, trata de pagar menos impuestos evadiendo mas. No juego en un plano de igualdad, aprovecha las diferencias. Busca un nicho.
Eso es lo que mas me molestó siempre de la metáfora de la cancha pareja, que entiendo muy estatista. Aquí también la usan los partidarios del Estado. Banalizan la competencia como algo menor, que ocurre en forma justa sólo porque papá Estado antes alisó la cancha. Pero nadie busca competir salvo que no haya mas remedio, lo que cada quien busca es un nicho ventajoso. El inversor o el empresario no busca la ganancias justa y razonable sino dar con el filón. Y en la mala, huir de la ruina y salvar la ropa. Uls
Ulschmidt creo exactamente lo mismo, esa metáfora de "emparejar la cancha para que todos tengan iguales oportunidades" es un tremendo engaño, porque supone que existe un tercero benevolente, misericordioso e infinitamente sabio y justo que le quita a algunos y le da a otros para convertir la competencia en un fair play.
ResponderBorrarEso es un cuento chino, de partida el tercero (que son los políticos) no son ni benevolentes, ni sabios, ni justos, usan la metáfora de "cancha pareja" para darse ventajas arbitrarias a ellos mismos, sus parientes y su clientela electoral.
Si la cancha es naturalmente dispareja, ellos la inclinan muchos más, introduciendo desigualdades arbitrarias y normalmente escandalosas, como los lujos de la familia Castro, Chavez, Maduro, a costillas de la miseria de todo el resto. Además, tal como dices, introducen incentivos perversos: los ricos tratan de forrarse de una contratando negociados con el gobierno y los pobres quieren vivir sin mover un dedos, con todo subsidiado y garantizado ¡sueñan los muy idiotas!
EL librito tiene sus 15 años y dice las leseras y analisis esperables en buenistas trabajando para "corregir" el modelo y dandole municiones a los flagelantes que ya asomaban.
ResponderBorrarSu importancia, que yo creo que la tuvo, fue que no se le contesto, habia una complacencia con la economia y se toleraban las disidencias como boche marginal que nadie pescaba mucho. Hasta que se fue apoderando de la agenda, tajada tras tajada, hasta que terminamos en insurreccion.
Los autores terminaron en caminos casi opuestos, Engel academico de la insurreccion, y Navia partidario, mas o menos ingenuo aun, del rechazo
Claro Wilson, la entrada la publiqué hace casi 12 años atrás, pero yo creo que si se publica algo similar mañana, nadie saldrá a contestarlo, al contrario, lo aplaudirán, especialmente la gente de derecha.
ResponderBorrarEso muestra como se ha infiltrado el pensamiento socialdemócrata en la derecha, gente como Axel Kayser, Rojas y otros que supuestamente son los ideólogos de la derecha, tienen esas mismas ideas, para que hablar de la corte de sobacos ilustrados que recitan con devoción a filósofos de pacotilla como Rawls, Popper y otros gurues por el estilo, declarándose "liberales"
Engels siempre ha sido un oportunista, tiene enormes ambiciones políticas pero cero capacidad política, un caso parecido a Atria, entonces viven pegados a los que si tienen poder político, como Bachelet y su entorno, les prestan ropa y son serviles a ellos para todo, eso explica la mayor parte de la producción intelectual de Engels en los últimos años, un ambicioso que trata de comprar espacios que no ha podido ganar por si mismo
Me quedé el otro día con eso de "reinventar la rueda" cuando uno tiene ideas o llega a la solución de un problema de forma autónoma por el camino que otros ya hicieron.
ResponderBorrarAquí un buen ejemplo del 2009 en que derribas muy bien los conceptos ("igualdad de oportunidades", "cancha pareja", "misma línea de partida") que le metieron a la derecha por el gaznate y que hasta el día de hoy repiten como loros, (léase con tono de retrasado mental): lo que nosotros queremos es "igualdad de oportunidades".
En fin, la cuestión es que son frascos vacíos muy bonitos que pueden ser llenados con veneno.
El veneno de la "igualdad de oportunidades" también lo ha explicado Axel Kaiser varias veces, en TV, conferencias, programas de radio. Recuerdo que hace años se lo explicó al Checho Hirane en la radio y el pelota al otro día andaba con la tonterita; la derecha es así: le entra por un oído y le sale por el otro.
La explicación era bastante sencilla, en resumen definir qué es "igualdad" (que no es "similar", "mejorar", etc.) y que para "igualar" el Estado tendría que intervenir a la sociedad a tal punto que la haría invivible (creo que eso se lo leí a Hayek).
En su ejemplo, decía que, como es natural, un padre busca dar la mejor educación a sus hijos, que tiene disponible para elegir y que puede pagar. Entonces, ¿cómo se iguala que los hijos de Alexis Sánchez tengan la misma educación que los hijos de doña Juanita?, que lean los mismos libros, tengan las mismas costumbres, roce social, que las mamás les lean cuentos, que vayan al colegio desayunados y con huevos revueltos, etc. Respuesta: el Estado totalitario (obs: ni así, pero esa es otra historia).
Finalmente, la idea de Kaiser era cambiar el concepto nefasto por "Mejorar las oportunidades" de los que tienen menos. Algunos por compasión, otros por una cuestión de supervivencia del sistema, él y otros liberales plantean que debería haber un "mínimo" del cual nadie debe bajar.
Muy buena. Estoy más seco que cañería de pirámide; el problema es que para ir a comprar tengo que ir al pueblo. A ver si me doy ánimo. Saludos.
Challenger, hay que cuidarse, haz como yo que me cuido mucho que jamás falte algo con alcohol en mi escritorio o en el refrigerador jaja
ResponderBorrarYo no creo que el estado deba mejorar las oportunidades, en eso difiero de Kaiser y de muchos otros liberales que están medio encandilados con ideas de Popper y otros por el estilo.
El estado redistribuidor, impartiendo justicia social causa mucho más daño que el que trata de solucionar: es arbitrario, envía señales equivocadas e incentivos perversos, siempre. Es la diferencia entre teoría y práctica, muchas cosas bonitas en teoría no funcionan porque son contra natura.
Lo que si puede hacer el estado perfectamente -y no solo el estado, también muchos privados- es premiar el talento y los buenos resultados demostrados. La mejor inversión del gobierno chileno fue cuando Ibañez (creo) mandó a Claudio Arrau a estudiar a Alemania a costa del fisco.
PEro esas cosas también terminan desvirtuandose ciando las paga el estado, tenemos el tristísimo ejemplo de Becas Chile, que ha servido para mandar legiones de inútiles a estudiar afuera con plata fiscal gracias a las conexiones políticas de su familia: Grau, Eyzaguirre, Lagos Weber, etc. ¡está repleto y todo con plata de nosotros, los giles.
Sí, estoy de acuerdo. En ese sentido muchos liberales caen presos de sus propios argumentos.
ResponderBorrarIgual me parece que A. Kaiser trata de moderar un poco o no tiene el tiempo suficiente para desarrollar la idea completa. Eso yo echo de menos, la defensa completa y el argumento irrefutable.
Porque esto de que "hay que mejorar oportunidades" no necesariamente lo tiene que hacer el Estado y, por lo demás, la mejora de oportunidades es consecuencia directa de sociedades más libres. Eso sí que lo ha dicho muchas veces.
Son construcciones ideològicas. Acá el peronismo tiene un montón de eso, y los otros tambièn.
ResponderBorrarRecuerdo que algunos en la derecha le respondían a los "igualadores": habría que empezar por la educación básica municipal entonces, y no por universidades o liceos significativos.
Pero en realidad la presión era entre el estudiantado secundario-terciario y a ella respondía. Era una presión de clase media para obtener mas del Estado, y si la clsse baja no obtenía nada no importaba.
Los fueros se ganan así, porque tal grupo obtiene tal cosas - como cuando los nobles o los burgueses obtienen del rey ciertos beneficios.
Lo que no ocurre es que la torta se reparta por un esquema de justicia teòrica o por ingeniería social. La torta se equilibra según las presiones sectoriales. Después vienen los charlistas e inventan parábolas lindas. Uls
La derecha chilena es floja por naturaleza para el estudio. No hace la pega y la delega en tres o cuatro weones. Lo que ellos digan al final es lo que la derecha “piensa”.
ResponderBorrarSi esos weas se equivocan, y a cada rato lo hacen el perraje fino se va por el mismo precipicio. Para hacer las lucas son buenos, para defender su derecho a hacerlas, pésimos.
Cancha pareja es una utopía. Lo que hay que parar en seco, son los abusos de quienes les tocó jugar en mejor cancha y que no satisfechos con esa ventaja quieren sacar mas jugo del debido.
challenger, John Rawls en su libro "Teoría de la justicia" afirma que su igualitarismo es el "verdadero" liberalismo, él se presenta como un liberal, pretendiendo que "corrige algunos errores" de los liberales clásicos, especialmente los utilitaristas.
ResponderBorrarEsta idea del "liberalismo igualitarista" ha permeado mucho a la derecha, algunos argumentos de Rawls para atacar al utilitarismo son interesantes, pero lo que él propone es confuso, descabellado y bien inconsistente su famoso "velo de la ignorancia" , igual que las ideas de Keynes, se impone por confusión: nadie lo entiende, pero para no parecer tontos todos lo encuentran una idea muy profunda.
No existe nada más inconsistente que decir que para maximizar la libertad hay que ser igualitarista, o que la libertad es la capacidad de hacer lo que la gente desea, son ideas estúpidas pero mucha gente ha caído en ellas por la gran popularidad que han tenido en algunas grandes universidades, por eso es típico de los sobacos ilustrados andar recitando a Rawls, Popper, Amantya Sen y otros de esa clase. El estado no tiene nada que hacer redistribuyendo, nunca fue su misión.
Ulschmidt, una vez que se acepta que el estado debe actuar como árbitro y distribuir la riqueza, lo siguiente que viene es la aparición de grupos de interés dedicados a obtener granjerías y privilegios, es una de las peores externalidades del igualitarismo.
Es cierto que siempre hubo grupos que trataban de obtener privilegios de los monarcas, por ejemplo, pero esa rapiña ridícula se limitaba a la corte y sus alrededores, muy pocas personas. Cuando se esparció la idea republicana, de manera inevitable creció la clientela del estado y ya no fueron solo los nobles de la corte sino todos los patipelados convertidos en clientes ávidos de mamar de la teta del estado, de allí que las repúblicas mutan de manera inevitable a demagogias, es algo que no puede detenerse.
Marcelo, claro que hay flojera intelectual, a todos nos gustan las recetas simples de entender, pero nos gustan mucho más cuando pensamos que podemos sacarle provecho particular a costa de otros. Esa ha sido siempre la fortaleza de las teorías de explotación y de justicia social en que caen los políticos de manera inevitable.
Cuando le damos al estado el poder de ejercer como árbitro de cuanto merece tener cada cual, como tiene el monopolio de la fuerza, de manera inevitable abusa para obtener el favor de los grupos electoralmente poderosos. AL final es un sistema hecho para que los únicos que se forren sean los políticos.
Sí; los famosos "liberales igualitarios" que permearon a la derecha, pero primero a Evópoli. Recuerdo una conferencia de Juan Rallo sobre Rawls donde desmonta la "Teoría de la Justicia".
ResponderBorrarDejando de lado las diferencias que uno tenga con él (me parece un liberal muy desconectado de la realidad), en una entrevista que le vi, le preguntaron si es que había algo que el Estado pudiera hacer mejor; la respuesta fue la disposición inmediata de recursos para una emergencia. Eso es discutible, bastó ver las casas de emergencia de "Desafío levantemos Chile" vs las que entregó el Estado en Paipote , pero se entiende lo que quiso decir.
El famoso "Velo de la ignorancia" es un tinglado de filosofía-política ficción, similar al "Contrato Social" o el "Estado de naturaleza".
En fin, volviendo al tema de la "cancha pareja", creo que estamos de acuerdo que nunca habrá cancha pareja (independiente de las intervenciones); si la hubiese (teóricamente), produciría desigualdades; que la mejor forma de "mejorar la cancha" es un sistema que tienda a la libertad y al orden. Esto por supuesto que no es todo teoría; la prueba está en las sociedades más libres, que sin ser perfectas, dan cuenta de ello.
Es que llevamos varias décadas de hegemonía socialdemócrata, eso ha creado "consensos" de los que muy pocos se pueden escapar, tanto de izquierda como de derecha.
ResponderBorrarSi hay muchas pruebas del fracaso socialdemócrata y del éxito de la libertad. Una de las mejores es la historia de Hong Kong, uno de los lugares más libres del mundo, que tuve la suerte de conocer en 1983, su época de oro.
También están las ciudades-estado en la historia: Grecia, Venecia, la Liga Hanseatica, etc. comparadas con los imperios que siempre terminan corrompidos y en decadencia. Mientras las ciudades-estado históricamente han terminado siendo absorbidas violentamente por algún imperio más grande, los imperios colapsan por descomposición interna, siempre.