Como cuento en esta entrada, durante años tuve fobia a las peluquerías, pero en mis tiempos de universidad un compañero me convenció que las peluqueras -por alguna razón que nunca explicó muy bien- eran buenas en la cama. Desde entonces y por michos años me corté el pelo con peluqueras, por si acaso en una de esas "saltaba la liebre" y podía confirmar la teoría de mi amigo.
Bueno, la verdad es que nunca saltó la liebre y desde hace unos 10 años me trasquilo donde don Luis, el excelente peluquero de la calle Lynch, que le corta el pelo al Tomás Jr. desde que nació. Ahora es mucho más simple la cosa y no tengo que andar tratando de engrupir a ninguna peluquera, además todo ariqueño neto se corta el pelo allí, así es que me encuentro a veces con amigos que no he visto por mucho tiempo. En fin, este refrito es de cuando todavía trataba de comprobar la Teoría de Matute, aquí va:
En la esquila (publicado originalmente el 8 de febrero de 2006)
Ayer fui a cortarme el poco pelo que me va quedando, antes me preocupaba mucho el asunto del corte de pelo porque y le tenía fobia a la peluquería, entraba y me ponía a traspirar, pensaba que me iba a dejar un hoyo en la cabeza o algo así.
Bueno, es una de las pocas fobias que desapareció completamente con los años, ahora me gusta ir a cualquier peluquería y cuando me hacen la tradicional pregunta "¿como quiere el corte?" siempre les digo "corte como usted quiera". Ya pasó la época en que me asustaba tener un corte de pelo ridículo y hasta me gusta que hagan experimentos, aunque me vea como recién salido de los marines, a estas alturas ya me da lo mismo.
Mi gran amigo y compañero de la universidad el Matute era un convencido que todas las peluqueras son promiscuas así es que cada vez que se cortaba el pelo -en su caso era como trasquilar una oveja- aprovechaba de conversarles, invitarlas a salir y hacerles toda clase de insinuaciones aunque hasta donde yo supe jamás le resultó ninguna.
No se de donde habrá sacado esa idea pero para él era una verdad indiscutible. Yo nunca me la creí pero pensándolo bien siempre termino conversando con la peluquera de algo relacionado con sexo o parejas... este Matute tuvo influencias insospechadas sobre mis ideas.
Esta vez, mientras mis pelitos caían bajo su tijera yo le decía que a medida que tenga menos pelo tendré que preocuparme por tener más plata porque con plata se suaviza cualquier defecto: el guatón se convierte en "gordito simpático", el pelado en "atractivo", el feo en "tincudo", como decía Quevedo "poderoso caballero es Don Dinero".
Mi nueva peluquera se reía mucho y me contaba que ella se casó por amor: cambió a un novio suizo lleno de plata por un carabinero pobre y mucho mayor, en fin, no le creí mucho pero quien soy yo para llevarle la contra, me mostré convenientemente asombrado por el asunto y pasamos un buen rato analizando los pro y los contra de un matrimonio por interés. Igual que el Matute, no saqué nada en limpio pero me entretuve bastante mientras me trasquilaban. Y al final no me dejó tan mal, no puede hacer milagros si es peluquera nomás.
Igual siempre me ha rondado la duda ¿serán las peluqueras más promiscuas que el resto de las mujeres?, bah, mejor pienso en otra cosa, no me vaya a estar leyendo una peluquera y se de la coincidencia que la próxima vez caiga en sus manos, allí se podría tomar venganza de toda esta difamaciones y tonteras que estoy escribiendo.
Desde mis ahorrativos dias de estudiante me cortaba el pelo mi novia, hoy mi mujer. No puedo quejarme, nunca me cobra - aunque suele decir "esto te costaría..." y pone un alto precio a sus habilidades.
ResponderBorrarLos matrimonios arreglados son una constante histórica, en base a cuestiones económicas. El matrimonio actual es una secuela del romanticismo de hace un par de siglos y dada la tasa de divorcios no se puede decir que ande viento en popa. Es como la democracia: está muy de moda, pero la mayoría de los siglos la gente ha vivido bajo reinos e imperios, que duraron mucho mas como estructuras de conviviencia. Uls