02 octubre 2021

Refrito del sábado: la felicidad es una fiesta movible

La felicidad es una fiesta movible (publicada originalmente el  29 de agosto de 2006)
Ayer terminé de leer "Islas en el Golfo", un libro importante para un fanático de Hemingway como yo. Pensé que había leído todos sus libros pero averiguando en la web veo que dejó más de 3.000 páginas manuscritas al morir, así es que supongo que todavía me queda algún material para disfrutar.

Este libro, junto con "A Movable Fest" (París era una Fiesta) fue publicado después de su suicidio en 1961 ambos libros están relacionados y son en buena parte autobiográficos: En París era una fiesta escribe sobre sus años de juventud después de la Primera Guerra Mudial, mientras que en Islas en el Golfo novela dos épocas de su vida: una felíz cuando vivió en Bimini y la otra oscura, cuando empezaba su decadencia en Cuba, que terminó con delirium tremens y un escopetazo en la cabeza.

En un escrito que ya ni me acuerdo Truman Capote calificaba a Hemingway como un escritor deshonesto ¿como puede un novelista ser deshonesto?, hay varias formas; por medio del habil plagio al estilo Isabel Allende, o aprovechando -como García Marquez- una extraordinaria habilidad de redacción para escribir basura a la medida de cierto público. Yo creo que Capote se refería a otra clase de deshonestidad: la de justificarse personalmente y crear una falsa imagen de si mismo por medio de su obra.

En ese sentido claro que Hemingway fue deshonesto, con sus libros y su vida pública se forjó una reputación que tenia poco que ver con el alcoholico, snob y manipulador que fue en la vida real. Pero no creo que eso tenga mucha importancia, al fin y al cabo son los personajes, no el autor los que nos hacen pensar y soñar cuando leemos. En lo que importa, Hemingway fue -podríamos decir- razonablemente honesto.

Creo que estos dos libros que escribió hacia el final de su vida son los más interesantes, en Movable Fest escribe con los lentes color de rosa con que solemos mirar el pasado. Pero la segunda parte de Islands on the Stream (Cuba) es oscura y por primera vez escribe sobre su problema con el alcohol sin disfrazarlo de alegres travesuras como hizo en todas sus demás novelas. Más interesante es que inventa la muerte de su hijos para explicar la pena que lo aplastaba y lo obligaba a emborracharse. Hasta donde yo se sus hijos lo sobrevivieron así es que ese asunto al menos es puramente literario. También se inventa una muerte heroica enfrentado con los alemanes, manteniéndose firme en el timón, hasta el final.

¡Que diferencia con la realidad! en verdad Hemingway nunca fue un héroe de guerra -quiza en su juventud, aún así es dudoso- y cuando participó en acciones peligrosas generalmente iba bien protegido y mejor apertrechado. Tampoco era un alegre bebedor sino que un alcoholico perdido con delirios de persecución del FBI. Yo creo que Hemingway vivía con miedo, terror a perder su felicidad, su salud, no soportaba la idea del sufrimiento como nos pasa a todos cuando las cosas se dan demasiado bien.

Se suicidó en 1961, a los 62 años. Uno tiende a identificarse con las personas que admira ¿me tendré que disparar un escopetazo en 11 años más? quien sabe. Por lo menos le llevo alguna ventaja porque a los 51 H. ya estaba completamente alcoholico y deprimido. En todo caso les copio un párrafo de Islands on the Stream sobre la felicidad:

«¿Cuál fue el tiempo más feliz de tu vida?», se preguntó. Tuvo que admitir que fue feliz siempre, en sus días de inocencia y cuando carecía de dinero inútil y ganaba lo suficiente para comer. Cuando una bicicleta le resultaba mucho más divertida que un automóvil. Desde la bicicleta se veía el paisaje perfectamente bien y además montarla le ayudaba a mantenerse en forma. Volver a casa en bicicleta dejando atrás el Bois y los Champs Elysées y la Rond-Point. Mirar atrás y contemplar el tránsito formando dos hileras o columnas, y ver el Arco destacando su gran silueta gris en el atardecer.

Yo también tuve el día más felíz de mi vida y lo guardo como una joya. aunque pensándolo bien ¿se puede ser "más" feliz? no creo, debe ser una sensación térmica nomás, igual que la delincuencia. Seguro que cuando me vuelvan los años malos, cargado de problemas, arrugas y achaques, con la pelada pisándome dolorosamente los talones me voy a acordar de estos días como los más felices de mi vida, con eso me ayudaré a pasar las penas a menos que pierda la cabeza -en el sentido más literal de la palabra- recurriendo a la escopeta tal como hizo Mr. H.

Bien por Hemingway, que ha entretenido tantas horas de mi ociosa vida, bien por Muerte en la Tarde, libro de toros pero sobre todo acerca de España, que tiene un final maravilloso. Y bien por este último libro suyo que tuve la suerte de encontrar. Nprmalmente cuando uno ha leído mucho de un autor famoso empieza con las "obras maestras" y a medida que avanza va encontrando libros cada vez peores, no fue este el paso y casi nada de lo que he leído de Hemingway me ha desilusionado.

Y sobre la felicidad, bueno, es un espejismo que cambia continuamente. En estos momentos creo que sería "más" feliz si me contratara El Gran Circo de Oklahoma, donde hay un lugar para todos, incluso para Negro. Es curioso, pero en eso estoy.

7 comentarios:

  1. Si vamos a exigir moralidad o conducta acorde a su obra a cada autor, estamos fritos. Salgari no pisó una selva nunca, era un escritor esclavo de su editor a quien siempre le debía plata. Verne no salió de Francia. Hay que quedarse con la obra, nada más. Uls

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    1. Tampoco conocía Africa el autor de Tarzan Edgar R. Burroughs. Incluso puso osos en el único lugar del mundo donde no había. A partir del tercer libro, rectificó el error.

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  2. Exactamente Ulschmidt, incluso más mérito tienen porque eran imaginativos jaja.

    Siempre es decepcionante conocer al autor!

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  3. Esto me recordó un meme:

    Imagen 1: El escritor que escribió lo primero que se le vino a la mente
    Imagen 2: El crítico que trata de explicarlo.

    No soy mucho de leer, pero hay libros que me causaron mucha curiosidad como por ejemplo "La Sangre y La Esperanza" de Nicomedes Guzman (Ed. Quimantú, 1971) que se supone fue escrito desde la perspectiva de un niño que vivia en el santiago de 1920, muy sordido y muy resentido (una línea muy común viniendo de una de las editoriales de la UP en aquellos años) pero reflejaba lo que se vivía en el santiago de los cités, tranvías y tugurios, en el sector cercano a la estacion central.

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  4. Atendí hace años un doctor colombiano que era de la zona de la guajira. Es el lugar de donde salen todas las historias de Garcia Marquez. Particularmente 100 años de soledad. El me contaba que por allí nadie quería al autor, porque decia que todas esas historias eran leyendas de la zona, muy bien hiladas y narradas por G. Marquez pero que estaban allí y les molestaba que el autor nunca hizo mención al asunto.
    Se apropió de los cuentos, historias y leyendas sin reconocer para nada la fuente de inspiración.
    Bueno, el que a hierro mata.,,la Allende le hizo lo mismo a el y a otros. Groseramente.

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  5. José, si me acuerdo de esa novela de Nicomedes Guzmán, un verdadero culebrón, muy al estilo de los cuentos de Baldomero Lillo. Esa era la literatura "comprometida" que tuvo su minuto de moda.

    Marcelo ¡osos en África! se le pasó la mano con la imaginación jaja. Es interesante lo que cuentas porque García Márques e Isabel Allende fueron muy parecidos, ambos empezaron como reporteros y redactaban increíblemente bien, habrían sido unos cronistas maravillosos, pero se dejaron tentar por el vil billete y se dedicaron a escribir novelas. A ambos les fue muy bien y -efectivamente- Isabel Allende copió groseramente a García Márquez: el que a hierro mata, a hierro muere jajaja

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  6. García Márquez es muy entretenido y su prosa es maravillosa. Quizás sus contenidos son livianos y llenos de trucos de prestidigitación, más estilo que fondo, pero no todos pueden ser Dostoyevskis y escribir Los Hermanos Karamazov.

    Yo a la Allende la leí siendo adolescente y recuerdo que me senté en un sillón y no me levanté hasta que leí La Casa de los Espíritus de un tirón, que libro más maravilloso y fácil de leer. Claro que aún no había leído 100 años de soledad, imagino que no lo hubiese disfrutado si así fuese.

    El arte realmente bueno tiene que ser deshonesto, sino sería simplemente crónica de la realidad, y eso no divierte a nadie.

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
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Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"