Arica ya no es como antes

El verano se ha demorado en llegar a Arica "el clima ya no es como antes" tal como solían decir los ariqueños veteranos, que ya están todos muertos. Llegué a la ciudad en 1969 y una de las primeras cosas que escuché decir fue que "el clima ya no es como antes".

Pelmazos, el clima nunca ha sido como antes, siempre cambia aunque en ciertos períodos pasemos por épocas de gran estabilidad. 

Recuerdo que al gerente del hotel más caro de Arica -debe haber sido en los años ochenta- se le ocurrió hacer una promoción en invierno "el día en que no sale el sol no paga", pasó una semana corrida en que el sol no se asomó, creo que nunca volvimos a ver algo así en la ciudad donde, aunque sea un ratito siempre se asoma el sol.

La cosa es que en lo que va de este año no he visto un solo día que esté como para ir a a la playa y meterse al agua. Y eso que yo soy Aquaman, nadar es una de mis pasiones. O tal vez es que estoy viejuco "esto de ponerse viejo es una porquería" me decía McDonnell "hay que morirse lo antes posible". Después de esas optimistas conversaciones nos dedicábamos a brindar para olvidarnos de todo lo malo.

El sábado recién pasado decidí salir de mi caverna para darme una vuelta por la playa, algo que hice todos los días durante muchos años. Estaba repleta de autos como en las mejores temporadas de los ochentas, pensé que con suerte podría avistar a algunas ricardas en tanga y hasta encontrarme con alguien conocido.

Doble desilusión. Ni una -repito- ni una sola mina rica y tampoco me encontré con nadie conocido. ¡Ah la decadencia! ¿qué diablos está pasando en Arica? La ciudad se está convirtiendo en un cementerios de elefantes, que peste.

Entre 1980 y 2000 se produjo en nuestra ciudad un auge del turismo que debe haber sido la última época buena de la ciudad. Nuestro turismo era poco convencional pero abundante, venían muchas familias de Bolivia y arrendaban casas por una o dos semanas, mientras los dueños se iban a acampar a la Playa Las Machas o a Arenillas Negras.

Era el negocio perfecto. Para los bolivianos resultaba muy conveniente arrendar una casa y venirse con todo el familión. Y barrios completos se iban a acampar a la playa juntos. por un mes o más, con esos arriendos ganaban una buena plata.

Para el año nuevo la ciudad se repletaba de Bolivianos y se celebraban fiestas monumentales aprovechando la diferencia de hora: primero se celebraba el año nuevo peruano, una hora después el boliviano y finalmente el año nuevo chileno. Pocos quedaban en pie después de esas triples celebraciones.

También recibíamos mucho turismo de aventura y mochileros de Europa y Norteamérica, que hacían la ruta de San Pdero de Atacama, el Lago Chungará en Arica y después se iban al Cusco y Macchu Picchu. En la calle Bolognesi estaba repleto de micro agencias de turismo, que los llevaban en un mini bus a tour de uno a tres días en el lago.

Arica en verano era muy cosmopolita. En el Paseo 21 de Mayo del centro, los ariqueños nos íbamos a tomar un café y mirábamos el desfile interminable de locales y turistas dando "la vuelta del tonto" "¡Parade´s day!"  me decía el Mc Donnel entusiasmado mientras nos tomábamos unos rocket de cerveza.

Yo estaba convencido que el futuro de la ciudad estaba en el turismo, hice mi tésis del MBA sobre eso, y estuve durante años haciendo propaganda a la ciudad para que se viniera gente de Norteamérica y Europa a vivir para acá, convencido que Arica era la mejor ciudad del mundo. 

De hecho una treintena de personas llegaron acá convencidos por mi propaganda: Stephen y Tristan, Mila y Rudy, Joe, Chuck, Franklin, Tillman y Claudia el McDonnell y muchos más. La mayoría estuvieron un año por acá, otros pocos se quedaron.

Todo eso se fue al diablo. la ciudad entre 1980 y 2000 era otra Arica. Desde que empezó el Siglo XXI cayeron las siete plagas de Egipto sobre nuestra ciudad: autoridades estúpidas y/o ladrones, desaparición del turismo boliviano y del Lago Chungara como destino de turismo aventura por distintas razones.

Parece que a alguien en el cielo, se le ocurrió castigar a esta ciudad, que en su momento debe haber sido el mejor lugar del mundo para vivir. Por algo una vez escribí la entrada La Suerte de Ser Ariqueños. Cuando escribí eso cada palabra era cierta, cada maldita palabra.

Con el tiempo hemos ido perdiendo muchas cosas, aparte del clima nos quedan muy pocas de las bendiciones que tuvimos, ya no alentaría a ningún extranjero a venirse a vivir acá, tampoco creo que sea un lugar agradable de visitar porque muchas de las mejores cosas que tuvimos nos fueron despojadas.

Recuerdo al alcalde Salvador Urrutia, que si bien no fue ladrón resulto tener un defecto mucho peor: fue un viejo inútil e incapaz que cerró el acceso a la Isla del Alacrán, el daño que le hizo a la ciudad con eso es inconmesurable, buena parte de nuestras desgracias comenzaron con eso.

Porque el clima y el paisaje humano de las cudades puede degradarse por cosas aparentemente pequeñas, es el efecto mariposa que puede desencadenar una bola de nieve de desgracias. 

Una cadena de ladrones, demagogos, imbéciles, incapaces y para que sigo, han ido deteriorando más y más a nuestro querido pueblucho, que una vez fue un paraíso en la tierra.

Espero realmente que en algún minuto esto pare. Van a llegar nuevas autoridades, OVAPI será el nuevo alcalde y espero que Diego Paco Mamani sea el goberneitor, sería lo más lógico y deseable. No los conozco en persona pero ambos parecen ariqueños, a diferencia de la tracalada de aparecidos que tuvimos antes.

Ojala que mejoren algo la tremenda decadencia en que hemos entrado, si la ciudad vuelve a estar bonita y cuidada, si vuelven algunas de las libertades que -irónicamente- tuvimnos en los 80s y hoy las hemos perdido, creo que podremos ir revirtiendo esta apestosa decadencia.

Pero en fin, ya estoy como los veteranos de los que antes me burlaba cuando decian "Ah Arica ya no es como antes". Ahora yo estoy igualito.