Bienes económicos y bienes libres
Existen los bienes económicos, que valen plata porque son deseables y escasos: autos; caviar; champagne; joyas; alimentos y ropa por ejemplo. En el lado opuesto están los bienes libres que también son deseables pero tan abundantes que son gratis, por ejemplo el aire; la luz del sol; el agua de mar; etc. El agua dulce tiene una extraña calidad doble, pues en algunas partes es un bien libre y en otras un bien económico según su relativa abundancia o escasez.
En esos lugares donde el agua es escasa, los tres grandes grupos de consumidores: agricultura, industria y agua potable se pelean por obtener su parte. En la mayoría de los países del mundo es el estado quien reparte cuotas de manera arbitraria y muy ineficiente, lo que lleva a beneficiar a algún sector a costa de perjudicar otro. En América Latina el país con más peligro de enfrentar una guerra del agua es también uno de los más pobres y estatistas: Bolivia, porque su deficiente repartición los tiene al borde del colapso en ciudades como La Paz y El Alto.
A nadie se le ocurriría fundar una ciudad en medio del desierto, a miles de kilómetros de las fuentes de agua, sin embargo a veces por causas políticas, históricas, económicas, etc. se fomenta el crecimiento de población en lugares donde el agua es escasa o limitada. Un ejemplo es el puerto de Arica, donde nunca llueve y es alimentado por un río con agua de muy mala calidad (río Lluta) y por un arrollo (canal Lauca).
Como repartir el agua
La discusión es si en los lugares donde el agua es escasa, esta puede ser apropiada por privados y comercializarse en el mercado, como cualquier otro bien económico. ¿Hay alguna diferencia entre el agua y los demás bienes? En realidad existe una sola diferencia: a nadie se le puede negar un vaso de agua por un asunto de supervivencia, el agua potable al menos debe tener alguna garantía de acceso mínimo para todos. Para los demás usos (industria y agricultura) no parece haber problema para tratar el agua como cualquier otra mercancía.
Como se reparte en Chile
Chile es el país que más ha avanzado en el mundo en esto de tratar el agua como bien económico, sin embargo la primera apropiación no es fácil. El mecanismo chileno es similar al de los recursos minerales. La Constitución dice que el agua es un bien nacional de uso público, o sea todos los chilenos tendrían el mismo derecho de propiedad sobre ella, pero como eso llevaría al caos al momento de repartir, se inventó una figura jurídica de concesión amplia de derechos de aprovechamiento, que son casi inexpropiables.
Cualquiera puede solicitar ante un tribunal derechos de aprovechamiento de agua, expresados en caudal de mt/seg de manera similar a como se hacen los pedimentos mineros. Se otorga un derecho de concesión sobre un caudal que no haya sido pedido previamente. Cualquiera puede pedir derechos de aprovechamiento sobre caudales que no tengan titulares anteriores. Hay una sutileza que distingue el uso consuntivo, cuando el agua se consume y el no consuntivo, por ejemplo cuando se aprovecha para una represa y luego se devuelve a un cauce.
Lo bueno y lo malo
Esto ha causado una carrera para inscribir derechos por parte de agricultores, sanitarias, industrias y empresas mineras, donde exista un caudal conocido es casi seguro que alguien lo tendrá inscrito a su nombre. El asunto se complica además con los llamados "derechos ancestrales" que suelen ser vagos y exageradamente extensos al amparo de políticas y convenios en pro de los indígenas.
Una vez que el agua está completamente repartida (inscrita a nombre de privados) debería surgir el mercado secundario donde se compran y venden estos derechos. Este mercado es el que aseguraría la distribución eficiente porque ajustaría los precios de acuerdo a la oferta y demanda reales. Pero estos mercados no son tan transparentes, por un lado industrias y particulares inscriben muchos derechos sobre agua que no ocupan, con la esperanza de un uso futuro o para especular con el precio. Por otra parte es claro que el agua potable tiene una prioridad cuando el recurso se hace escaso y en esos casos no hay mercado que valga.
El caso de Arica
El problema es la tendencia a considerar el agua como un recurso infinito en lugares donde es evidentemente limitado como en Arica. Dos claros ejemplos son el aumento de población y el aumento de hectáreas agrícolas en el Valle de Azapa, que es regado por la desviación de aguas del río Lauca (técnicamente es un arrollo, no alcanza a ser río) donde -por causa de los derechos ancestrales- existen muchos más derechos que agua disponible ¿que pasa en el mercado cuando hay más derechos de propiedad que bienes? esa es una pregunta que todavía nadie ha respondido satisfactoriamente.
En Arica, donde la legalidad está sobrepasada lo que funciona es la anarquía y las situaciones de hecho: cualquiera hace un pozo y saca agua sin más, en los valles existen cientos de pozos ilegales que van secando las reservas subterráneas del acuifero a medida que crecen las hectáreas de cultivo. Con la llegada de las semilleras que son altamente rentables ha operado el mercado pues estas han comprado a muy buen precio derechos de agua suficientes para proveerse.
En situaciones así el gobierno puede tener buena parte de la culpa, por ejemplo cuando hacen políticas de fomento y ayuda para la agricultura y la minería están fomentando el aumento indiscriminado del consumo de agua. En Arica el gobierno hace planes para fomentar la minería en el altiplano como si el agua fuese un recurso abundante y presentan las plantas desalinizadoras -que existen en muy pocos lugares del mundo y son enormemente subsidiadas- como la solución al problema. Son políticas incompetentes e irresponsables que vienen desde los niveles más altos, en estas situaciones todos operan bajo la lógica del sálvese quien pueda, haciendo la situación cada día peor.
¿Y cual sería la solución?
La de siempre, dejar operar al mercado sin subsidios. Sin los subsidios ni políticas de estado el tamaño de la ciudad se regula automáticamente a su nivel sustentable. El gobierno debería limitarse a asegurar el abastecimiento de agua potable desde la fuente más barata y de mejor calidad. Pero en Arica en gobierno hace todo lo contrario respondiendo a presiones sectoriales: fomenta el aumento de cultivos; abre la exploración minera en los parques nacionales lo que permitirá que estas compañías inscriban derechos de agua a su nombre; ofrece agua subsidiada de una planta desalinizadora, todo mal, pura incompetencia.
La solución es evidente: no fomentar aumentos de población en la zona, más población lleva a deteriorar la calidad de vida y presionar por más recursos. No hay que tocar los parques nacionales que son un capital permanente pero muy frágil. Igual que con la energía la solución de largo plazo no está en producir más sino en consumir menos. En resumen el gobierno solo debe asegurar el suministro de agua potable y dejar todo lo demás en manos del mercado sin intervenir con subsidios o políticas sectoriales de fomento. Los precios libres deben hacer la repartija más adecuada.
Y el asunto de las empresas sanitarias del que todos opinan y al parecer casi nadie entiende un comino, mejor lo dejo para mañana.
"En resumen el gobierno solo debe asegurar el suministro de agua potable y dejar todo lo demás en manos del mercado sin intervenir con subsidios o políticas sectoriales de fomento."
ResponderBorraren eso podemos estar totalmente de acuerdo, Tomás. Pero la compra de derechos a perpetuidad ¿no es un inconveniente para ello?
llegado al punto debo preguntar algo que ya me intriga mucho:
Cuando en el sistema suyo se compra o licita un caudal ¿es a perpetuidad nomás? ¿tiene en cuenta el lapso de tiempo otorgado? ¿el derecho puede caducar de alguna forma?
Es una pregunta muy interesante Ulschmidt, porque muestra lo difícil que es aceptar que el agua pueda ser un bien económico como cualquier otro.
ResponderBorrarCuando compras un kilo de papas, un auto o cualquier otro bien siempre lo haces a perpetuidad (hasta que lo vendas) esa es la definición de "propiedad" ¿por que es tan difícil aceptar que el agua se adquiera a perpetuidad mientras se acepta sin problemas para el cobre o cualquier otra riqueza minera?
Los derechos son perpetuos porque son derechos de propiedad, de otro modo solo serían concesiones (como las que tienen las empresas sanitarias por ejemplo).
¿Por que no son temporales y son prácticamente inexpropiables? por lo mismo que la propiedad de cualquier otra mercancía lo es, si fuesen derechos temporales o expropiables no se podrían vender, o por lo menos el mercado estaría mucho menos interesado en adquirirlos.
Allí hay un asunto de concepto, al suponer que el estado tiene una cierta propiedad especial sobre los recursos económicos ¿por que va a ser así? Si ese fuese un principio nadie podría poseer metales por ejemplo. Es la idea básica de lo que significa "propiedad privada".
Sin embargo asi como pagamos contribuciones sobre los bienes raices, con un minimo excento de impuesto, puede ponerse un impuesto a la propiedad de derechos de agua, tal que no sea gratis su acaparamiento esperando eventuales alzas de precios.
ResponderBorrarPor supuesto las contibuciones de bienes raices son un robo en despoblado, un impuesto al patromonio que ya tributo, y debieran eliminarse, pero como eso no ocurrira en esta tierra, igualar las aguas es una opcion que acelera su incorporacion al mercado.
El cobro de "contribuciones" está basado en una idea similar a la del agua de propiedad del estado: supone que toda la tierra es del estado y que la propiedad privada sobre la tierra no es legítima, que solo somos arrendatarios de un bien que es estatal.
ResponderBorrarSobre el acaparamiento de derechos que no se usan ha habido una larga discusión, yo no estoy seguro que sea algo tan malo, en todo caso se podría colocar como condición para mantener los derechos que estos sean efectivamente usados. Mal que mal la especulación es parte importante del funcionamiento del mercado.
En realidad, somos arrrendatarios de lo que llamamos nuestro, se juntan ciento y tantos pelagatos en Valpo. y deciden la renta que nos cobraran, cada vez que se les antoja.
ResponderBorrarTampoco estoy contra el acaparador, solo que en este caso, no debiese salirle gratis o casi gratis. Debe tener un costo mantener su apuesta, eso puede generar un mercado mas desarrollado
Wilson, el derecho de propiedad siempre ha sido bastante precario, yo creía que era seguro hasta que mi ex jefe Zvi Posner, que pasó por los campos de concentración cuando niño me lo explicó muy claramente. Me decía "Tomás eso de que la tierra es una inversión segura es solo una ilusión, la propiedad solo la tiene el que la puede defender y lomás fácil de quitar es la tierra, los judíos sabemos bastante de eso".
ResponderBorrarAsí me explicaba una vez que le pregunté por que, siendo multimillonario, todos sus negocios funcionaban en locales arrendados. Sabiduria pura basada en la experiencia ;D
Sin embargo Tomás los derechos de propiedad son sobre una cosa finita: un kilo de papas, dos metros cuadrados de suelo. Un caudal a perpetuidad es un (potencialmente) infinito volúmen de agua.
ResponderBorrarSalvo que ese derecho se abone como un cánon todos los años o todos los meses pero aún así si se abonase a un precio establecido con mucha anterioridad puede resultar ridículo.
La electricidad, por ejemplo, no se vende por el voltaje disponible (220 volts a perpetuidad, por ejemplo, y yo me engancho al cable cuanto quiero), se vende por los kilowatts concretos consumidos.
Lo que quiero decir es que disponer un derecho de propiedad sobre caudales perpetuos ya tiene un sesgo pro status quo, va de suyo que los primeros ocupantes o los especuladores más pudientes van a acaparar. Si hubiera que pagar por los volúmenes acumulados sería otro cantar.
Bueno, el volumen de agua nunca es infinito aunque podría durar muchos años, tal como cuando uno compra un trozo de tierra. Yo no veo nada malo con que el bien dure muchos años, la mayoría de los bienes económicos tienen esa característica (una escultura de piedra por ejemplo, puede durar siglos).
ResponderBorrarPero creo que entiendo el fondo del reclamo, que es la noción de que -de alguna manera- los privados (o sea cualquiera de nosotros) no pueden ser "dueños" del aprovechamiento del agua, que ese es solo un privilegio natural del estado ¿cual es el fundamento de ese rechazo? yo creo que es precisamente la abundancia del agua en algunas partes. Es un rechazo más o menos atávico similar al que nos produciría que alguien tratara de apropiarse del aire que respiramos.
La idea de propiedad es muy curiosa y hay que tener en cuenta que lo problemático es solo la primera apropiación porque después de eso pasa a ser un bien económico con precio que se puede vender y comprar a voluntad. Pero si lo pensamos bien la primera apropiación es problemática en toda clase de bienes, ya lo vimos con lo de los derechos ancestrales sobre las tierras.
Sobre los derechos que se acumulan sin usarlos creo que es un asunto sobre el que no tengo una opinión muy clara. En principio no le veo nada de malo -es como cuando un terrateniente mantiene grandes extensiones de su tierra sin cultivar- si aceptamos la idea de propiedad algo fundamentale s que el dueño puede hacer lo que le plazca con ella.
Pero tal vez sería buena idea penalizar el no uso por parte del primer propietario para evitar la acumulación de derechos sin usar, aunque es algo que no tengo muy claro si sería dañino en términos económicos para una distribución eficiente, a primera vista me parece que es neutro.
A propósito, el caso de la electricidad es completamente diferente, en ese caso se está comprando energía que es algo que tuvo un costo de producción y los productores la venden tal como el panadero vende sus kilos de pan. El agua en si no tiene costo de producción aunque si de distribución, extracción, etc.pero ese es el negocio de las sanitarias sobre el que escribo mañana, es un asunto completamente distinto.
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