Pareto como sociólogo

He escrito varias veces en este Templo del Ocio sobre Vilfredo Pareto y los regulares saben el aprecio que tengo de su persona y sus ideas, para mi Pareto es el intelectual más importante del Siglo 19 por la diversidad de sus intereses  y lo original y valiosas que fueron muchas de sus ideas. Estuve viendo una conferencia de su trabajo como sociólogo, una faceta poco conocida de su obra y no deja de asombrarme, mientras más lo conozco, más admiro a este gran italiano.

De manera parecida a muchos grandes pensadores austriacos, Pareto era un aficionado que no desarrolló su carera haciendo clases en las universidades, se pareció a Herbert Spencer, un ingeniero en ferrocarriles autodidacta que fue el pensador más famoso y respetado de su época, Pareto también era ingeniero mecánico y trabajó varios años como administrador en una empresa de ferrocarriles, su formación totalmente autodidacta le permitió tener ideas originales -y geniales- en campos como la economía, filosofía, matemáticas y sociología, entre otras materias. En cada una de esas disciplinas Pareto hizo contribuciones fundamentales que se mantienen vigentes hasta el día de hoy.

Ya he escrito antes sobre el "Optimo de Pareto" y sobre la "Ley Empírica del 80-20", dos contribuciones fundamentales a la economía de la "Public Choice", disciplina de la cual fue el padre fundador. También inventó el "Coeficiente de Gini" que es el método que se usa hasta hoy para medir la desigualdad.

Luego los intereses de Pareto derivaron a las matemáticas, donde hizo aportes fundamentales a la estadística como la "Distribución de Pareto" y sustituyó nada menos que a Leon Walras, el padre de la microeconomía matemàtica en la famosa Escuela de Economía de la Universidad de Lausana. Para esos años este ingeniero autodidacta ya era un intelectual muy famoso y respetado en todo el mundo.

En esos años Pareto intentaba explicar el mundo con un modelo completamente racional basado en que la naturaleza humana en sociedad era fundamentalmente económica y que encontrando los mecanismos que explicaran las decisiones económicas de las personas se podría caracterizar racionalmente la naturaleza humana. Entonces creó la teoría de la utilidad y las decisiones racionales, que fue fundamental en muchos campos de la economía, especialmente en la economía del bienestar.

Cuando empezó sus investigaciones, Pareto consideraba que el hombre era un ser fundamentalmente racional, pero no pudo negar que había una parte irracional, ilógica que lo llevaba a tomar decisiones estúpidas, motivadas en las emociones, miedos, envidia y otros sentimientos que consideraba "irracionales". Pareto pensó que la sociología era una disciplina residual. que permitía el estudio de esa parte irracional de los seres humanos,

Según su pensamiento, "racionales" eran todos los comportamientos y decisiones que llevaban a las personas maximizar su utilidad, es decir su satisfacción psicológica, por el contrario, los comportamientos y decisiones "irracionales" eran los que a mediano o largo plazo disminuían la utilidad que obtenían las personas.

Después de varios años de estudiar el camino de lo racional, haciendo de paso enormes contribuciones en mucha áreas del conocimiento, Pareto se desilusionó, llegó a la conclusión que su búsqueda de la racionalidad no llevaba a nada importante y que -por el contrario- lo fundamental eran los comportamientos irracionales. Entonces derivó a la filosofía y sociología, dos campos donde también hizo enormes aportes.

A Pareto le interesaban mucho los comportamientos irracionales, que no tenían una explicación lógica y que normalmente perjudicaban a las personas y llegó a  concluir que los seres humanos son fundamentalmente irracionales, guiados por miedos, sentimientos, envidias pero siempre tratan de racionalizar sus decisiones, tienen una especie de "anhelo de racionalidad".

Pareto planteaba que las personas eran como los zorros, que se asocian y maquinan combinaciones para lograr sus objetivos o bien como los leones, que logran sus objetivos por medio de la fuerza, algo notable es que no hacía juicios morales como decir que uno es bueno o el otro es malo, simplemente describía dos inclinaciones que pueden predominar en las personas, la astucia o la fuerza.

Fue un gran liberal, tal vez el más grande de todos. No era normativo ni hacía juicios de valor, trataba simplemente de describir "reglaridades" observadas, tal como se hace en las ciencias naturales. Fue de los primeros en afirmar que el "bien común" no existe o por lo menos en un sentido estricto es irrelevante. Sin saberlo yo había llegado a la misma conclusión hace tiempo, nací tarde.

Lo que si existe son diversos grupos de interés que luchan por obtener privilegios, algo que, en su opinión- es completamente ilógico porque daña a quien lo aplica. La lucha por el poder nunca es por el bien común, sino para que un grupo determinado pueda obtener privilegios sobre otro, en particular el privilegio de estar por encima de la ley en algunos aspectos.

Pareto identificó varias de estas inclinaciones de la naturaleza humana que son irraconales, porque a la larga siempre perjudican a quien las consigue. Una de estas inclinaciones es la tendencia a ser bien considerado, admirado, temido o envidiado por los demás. Según Pareto, a una persona racional no le debe importar en absoluto como lo consideren los demás, eso no debe afectar su comportamiento ni sus decisiones, de esta manera puede maximizar su utilidad, cosa que no ocurre con los que actúan afectados por la opinión de los demás.

Pero sabía bien que el hombre es un ser básicamente irracional, y esta necesidad de aprecio ajeno lo lleva a una cadena de comportamientos irracionales como por ejemplo la búsqueda del poder y los privilegios, que para él no es algo malo sino algo estúpido, porque no ayuda a maximizar su utilidad.

De allí sale el aporte más conocido (aunque no el más importante) de Pareto como sociólogo: la Teoría de las elites, que dice que no existe bien común sino que todas son elites luchando por el poder y sus privilegios y el bien común es solo una racionalización, es decir una mentira, sobre los verdaderos motivos de las personas.

En fin, esta nueva faceta de un tipo tan brillante (yo no la conocía) me hace admirarlo mucho más todavía. Pese a ser uno de los padres fundadores de la sociología, Pareto no está de moda, apenas se lo cita al lado de Max Weber, Emile Durkheim y otros alemanes que hoy hacen poner los ojos blancos a los estudiantes de sociología, siendo que son pomposos y mucho menos interesantes -a mi modo de ver- que el gran Vilfredo Pareto, un verdadero genio del Siglo 19.

Tal vez igual que como le pasó a Bach, que estuvo siglos en el olvido hasta que algunos con buen ojo e inteligencia despierta lo descubrieron, en el futuro se revalorizará la gigantesca obra de do Vilfredo Pareto, un pensador de primera.