Yo solo ponía algún tema y más que nada escuchaba, una porque soy muy malo discutiendo -creo que jamás he podido ganar una discusión- y otra porque en verdad me interesaba saber que opinaban sobre ciertas cosas.
Los otros cuatro eran del bando exactamente contrario al mío. De manera sorprendente, estábamos de acuerdo en muchas cosas y me costaba imaginar por qué gente que pensaba casi igual que yo estaba votando lo al revés que yo.
Pero apareció un tema donde había discordia, aunque los dejé hablar sin meterme en polémicas inútiles. El apoderado del Partido Socialista dijo muy convencido "Por ejemplo miren el tema este de la meritocrácia es algo que no existe, es un puro cuento
¿Cómo va a tener mérito que alguien de familia rica, que fue a los mejores colegios y tuvo amigos influyentes le vaya bien en la vida?
¿Cómo va a ser justo que alguien de familia pobre, ignorantes, que fue a los peores colegios compita con los ricos? Eso muestra que la meritocracia no existe".
Los otros tres amigos asentían admirados por la lógica impecable de mi nuevo amigo socialista. mientras yo escuchaba y me hacía el loco sonriendo para mis adentros, porque me daba perfecta cuenta de la equivocación y la burrada que estaba diciendo.
Resulta que mi amigo no tenía idea de lo que significa el concepto de "mérito".
El mérito no tiene que ver con los resultados -en este caso el "éxito económico"- sino con la actitud y las acciones con que las personas enfrentan los problemas que les presenta la vida.
Ese es un error fundamental de la lógica socialista, que ellos llaman "el problema de la cancha pareja", que lleva a aberraciones como las del "velo de la ignorancia" de Rawls o "sacarles los patines" a los alumnos más adelantados, según el atorrante de Nicolás Eyzaguirre.
Desde las revueltas en Francia que terminaron en la Revolución, hasta Rawls en nuestros tiempos, se ha instalado ese concepto de "cancha pareja".
Eso nace de la idea que la vida debería ser como una competencia deportiva, donde los que tienen mal resultado se consideran "perdedores" y atribuyen este mal resultado a que el sistema es esencialmente injusto.
Y ni siquiera en los deportes se sostiene esa tonta idea. A nadie se le ocurriría que es injusto premiar al que llega primero solo porque corre más rápido. Justamente de eso se trata, de diferenciar, no de igualar.
El problema es que juzgar por los resultados es una pésima métrica, porque en el mundo real los resultados de éxito y fracaso -especialmente financiero- dependen principalmente del azar.
Eso lo sabe perfectamente un almacenero o el dueño de cualquier negocio. Pero los que han dedicado su vida a la política y solo "saben" teorías que han leído en algún libro, son incapaces de comprender algo tan obvio.
Entonces se dedican a convencer a los asalariados -que tampoco saben donde están parados- que viven en un mundo injusto y que si ellos mandaran las cosas serían mucho mejor para todos.
El asunto del azar o la mala suerte en la vida -por ejemplo las "desigualdades de cuna"- Rawls lo trató de resolver con su artificioso "velo de la ignorancia".
Los ingleses desde muy antiguo habían aplicado eso en la hípica: para evitar que los caballos muy buenos ganaran siempre los cargaban con peso adicional o les daban unos metros de ventaja a los caballos más malos.
Esa es una buena idea para que las carreras no sean aburridas, introduciendo algo de azar al perjudicar a los mejores, pero en el mundo real eso nunca ha resultado, porque lleva siempre a la mediocridad generalizada.
El ser humano reacciona a los incentivos y cuando se sabe que los peores recibirán cierta ventaja, los de mejor rendimiento bajan el suyo para ser también beneficiados, no solo es lo lógico sino que se ha visto probado por la experiencia a lo largo de toda la historia
¿Que la historia no da lecciones? Para los idiotas claro que no enseña nada, por eso todavía hay quienes creen en la economía marxista.
Pero el hecho que no ha existido ningún sistema socialista que haya generado riqueza de manera estable y autosustentada, es un tremendo pedazo de historia. El que tenga ojos, que aprenda.
Es obvio que a algunos les va a costar más que a otros conseguir lo que desean, la vida nunca ha sido un deporte que se juegue en una cancha pareja, porque todos somos diferentes y los resultados se deben en gran medida al azar.
A mi que me gusta la ópera, soñaría con tener el registro vocal de Juan Diego Florez, pero que diablos, la suerte no me acompañó y no por eso me voy a poner resentido y envidioso. Esta es la forma estúpida de ver la meritocracia
¿Existe la meritocracia entonces?
Alguna vez
escribí sobre esto hace años
y creo que fui mal interpretado, seguramente porque no expliqué bien el asunto
y dije que a los que les ha ido bien en la vida ha sido principalmente porque
han tenido buena suerte y viceversa.
Somos juguetes de la suerte y eso es una verdad del porte de una catedral. Al escuchar esto algunos dicen "¿No ven? ¡Entonces la meritocracia no existe, si todo es pura suerte y buenos contactos!"
Esa es una manera superficial de entender las cosas. Por supuesto que existe la meritocracia, pero no tiene nada que ver con los resultados.
Alguien puede ser muy meritorio y tener pésimos resultados durante toda su vida, porque vivimos en un mundo probabilístico donde a buenas causas no ocurren bueno efectos de manera mecánica.
No podemos manejar nuestro destino pero si podemos manejar nuestras acciones y nuestros pensamientos.
Meritocracia es hacer lo que creemos correcto, es levantarse cada vez que nos vamos al suelo, perseguir nuestros ideales y vivir como creemos que debe vivirse.
Meritocracia es perseverar aunque fracasemos, no perder el entusiasmo y elevarse la cambucha cada día al despertar, pensando que tenemos que hacer las cosas lo mejor que podamos.
Nadie nos va a garantizar que nos va a ir bien en lo que emprendamos, eso de "querer es poder" o "yo me hago mi propia suerte" son estupideces, propias de gente que le ha ido bien y lo atribuye todo a su gran sabiduría, idiotas.
Meritocracia es pensar cada día, cuando nos duchamos (si es que nos duchamos todos los días) "estoy haciendo lo correcto, no he sido cobarde, no he cagado a nadie y probablemente eso me va a dar buenos resultados algún día".
Yo me creo un tipo meritorio, no porque me haya ido muy bien, sino porque recuerdo que en mis peores años siempre pensaba eso "estoy haciendo bien las cosas, si sigo así algún día me va a ir bien".
Y aunque no me ha ido tan bien como me merezco (ja-ja) sigo pensando igual, todos los días. Creo que eso es la verdadera meritocracia. Lo demás es challa.


Eso es porque el socialista no piensa en la cosa productiva ni en la eficiencia de los procesos. Todo su tema es transferir de los que mas a los que menos, o que eso parezca, y a cualquier costo - aunque el costo de la transferencia sea mayor al "beneficio" redistribuido.
ResponderBorrarEjemplo los uruguayos ahora discuten un impuesto para el 1% mas rico para "terminar con la pobreza infantil". En el camino: 1) Descubrirán que los ricos son los que mas fácil salen huyendo de un país a otro 2) Que contratan a los mejores asesores legales y contables, asi que son los más difícil de atrapar 3) Descubrirán que el pequeño Uruguay siempre funcionó de refugio fiscal de argentinos y brasileros, lo que combinado con su sector inmobiliario y turístico siempre llevó buena inversión a sus costas. Se aproximarán a liquidar la gallina de los huevos de oro.
Pero sus impulsos socialistas sumado a su vocación por moralizar a la sociedad los empujan a la abismo, igual. Habían sido de las izquierdas más razonables del cono sur, ahora se kirchnerizar y evomoralizan a pasos acelerados. Uls
Exactamente, esa es la manera de pensar típica del funcionario público que espera que todos los meses le caiga su billete del cielo y piensan que el verdadero problema no consiste en crear ni producir nada extra, sino que simplemente los suban el sueldo.
BorrarEso es lo que está detrás de la ideología de "redistribuir la riqueza", es decir quitarle a los que la están produciendo para darle a ellos, que ya se encargarán de "distribuirla" a ·los menos favorecidos"
Eso -obviamente- es algo que nunca ocurre, lo que le quitan a los ricos se lo qedan ellos mismos. Así es como en Chilñe los políticos ganan los seldos más altos del mndo, con parlamentarios qe se embchan casi 20 mil dólares cada mes.
Y -claro- todo eso lo hacen en nombre de la moral y el interés de los pobres, qe cada día se empobrecen más, porqe los qe prodcen se mandan a cambiar, tal como dices.
Es increíble lo infravalorado que está la suerte para la gran mayoría de personas. Muchos incluso acusan que los que no son ambiciosos son resignados. Ambos grupos políticos están llenos de esta gente, los "self-made" man, "gurús" económicos que engañan a giles con que van a "atraer" la prosperidad, y por otro lado los "luchadores sociales" que vendiéndose como "justicieros" quieren acceder a todos los bienes posibles con la excusa de que no soportan injusticias. En ambos casos les mueve el pensamiento que lo material es lo único importante. Por eso es que al final nunca están satisfechos. Les choca que exista gente que es consciente de la fugacidad de este mundo y que no vale la pena estar siempre sufriendo. Buscar "equilibrar" la cancha es una sencilla cojudez. Si los hijos de Henry Fonda tuvieron enormes oportunidades y lo supieron aprovechar bien por ellos. A mi me gustaba actuar, pero apenas y estuve haciéndolo por un breve tiempo. No tengo esas habilidades. Es una "injusticia"? Para nada. A veces la gente se hace problemas por cosas sin sentido. Yo solo sé que cuando dejamos este mundo, no nos llevamos nada mas que los recuerdos.
ResponderBorrarAnticaviar
El sesgo de la casalidad se exyendió por el mundo a partir de la Ilustracion Francesa, que creían que todo funciona como el mecanismo de un reloj y que a iguales causas siempre se tendrían los mismos efectos.
BorrarEs una idea estúpida que ha traído un montón de oytas más estúpidas todavía, como por ejemplo eso de las decisiones correctas versus las equivocadas y todos esos intentos de "arreglar el reloj" de la naturaleza humana, suprimiendo las "imperfecciones" para que todos vivamos más felices.
La verdad es que a iguales causas no siempre ocurren los mismos efectos, porque las demás condiciones nunca permanecen exactamente iguales. Eso debería ser de Perogrullo, pero el 90% de la gente no se da cuenta de lo obvio, que es la importancia del azar en las cosas que pasan.
Resulta que muchas "malas" decisiones pueden ser extraordinariamente buenas por efecto de factores de entorno, y la mayoría son cosas que ni podemos conocer.
Si Bill Gates se hubiese aplicado en la universidad para titularse de abogado, en lugar de dedicar su tiempo al poker y no ir a dar las pruebas, probablemente no tendría la plata y la notoriedad que después alcanzó.
Y si no huebiese tenido el par de golpes de suerte que tuvo cuando se dedicó a computín -el trato con IBM para desarrollar el OS/2 principalmente- nunca habría pasado de ser el hijo de un acaudalado abogado.
Por eso yo creo que ponerse como objetivo ganar plata y subir en la escala social es una muestra inconfundible de estupidez, pero otra estupidez todavía más grande es clasificar a la gente según cuanta plata ha ganado en su vida
Lo de las “buenas” o “malas” decisiones tiene que ver con el teorema del límite central, IMHO: son los resultados que vemos en una alta cantidad de casos que han tomado esa decisión.
BorrarPor eso, en general, consideramos mejor terminar una carrera que no hacerlo: a la mayoría de los que terminan les va al menos algo mejor que a los que no, mientras que con los que no terminan pasa lo contrario. O también se considera mejor ahorrar para la vejez que no hacerlo, o conducir sobrio y con precaución versus lo contrario, o no molestar a alguien más grande y fuerte, por el mismo teorema.
Claro que eso es para grandes cantidades de casos. Si los miras aisladamente, aparecen los Bill Gates y otros que no terminaron sus carreras y les fue mucho mejor que a cualquiera de los que se graduaron con honores, o los que se jugaron sus ahorros en el casino y salieron con 100 veces más, o el que manejó ebrio, chocó y luego contó su historia y se hizo rico y famoso, o el que se hizo el choro con un gorila y así conoció a la mujer de sus sueños: existen, pero son los menos.
Lo importante, como bien dices, es que si uno cree que la decisión que está tomando es la correcta, o al menos la que quiere, entonces hay que jugársela y no mirar atrás. Al menos hay que meter la pata con encanto.
Saludos,
El Triministro.
Triministro, la Ley de los Grandes Números solo le sirve... a los grandes números.
BorrarSi interviene el azar, no tiene ningún significado para un individuo. Mi profesor de estadísticas en la U, un viejito austriaco muy sabio, de los pocos profesores que sabían lo que enseñaban, me lo explicó hace como 40 años atrás.
Si un médico te dice que tienes una enfermedad con una expectativa de sobrevida de 5% pasado un año, eso no quiere decir que no vas a pasar el año, en realidad esa expectativa de vida -estadística- solo te dice la probabilidad, pero no la posibilidad.
En realidad tienes la misma posibilidad de sobrevivir 1 o 10 años, por la misma razón que si una moneda sale 100 veces seguidas cara, la siguiente puede salir cara o sello con igual probabilidad.
Ah, no es bueno el ejemplo, otra vez estoy mezclando probabilidad con posibilidad, veamos de nuevo...
Para el caso particular de un individuo, si interviene el azar, da exactamente lo mismo que tengas mas o menos probabilidades, para ESE caso la posibilidad es aleatoria.
La probabilidad es solo un asunto del número de combinaciones posibles, la posibilidad es totalmente incierta.
Ahora, el azar perfecto no existe y hay muchos factores que pueden empeorar tus posibilidades. Si tomas como Churchill o como la Reina Madre, es posible que te mueras de cirrosis o algo parecido... o que lleges sano y bueno hasta pasados los 90, como los mencionados.
Si atraviesas una autopista muy transitada con los ojos tapados, hay muchas posibilidades que te mueras... o que no te pase nada, como pasa con los cubanos que apuestan a la "ruleta rusa" en bicicleta.
Es un asunto muy importante de entenderlo bien, las decisiones donde interviene el azar SIEMPRE son inciertas y para que hablar de las decisiones económicas, las probabilidades no tienen nada que ver con que sean buenas o malas, solo hablan de la propensión o aversión al riesgo de cada uno.
Incluso la decisión de perseverar o abandonar algo que se ha decidido tampoco es buena o mala por si misma, caso típico cuando estás jugando en el casino y entras enracha ganadora ¿cuando te retiras? Eso no es un problema que tenga solución, es un dilema
Y la mayoría de las decisiones importantes, tal vez todas, son de esa clase.
Por eso puse “buenas” y “malas” así, entre comillas, porque en efecto no lo son intrínsecamente, sino que les asignamos la probabilidad de éxito dado un gran número de casos donde ha salido como nos gustaría.
BorrarAsí que coincido, aunque parece que no se ve así…
Saludos,
El Triministro.
Brindo por eso, es un asunto interesante, se trata principalmente de nuestro grado de propensión o aversión al riesgo. Creo que daría para una entrada ;D
Borrar