Una interesante entrada del blog de Steven Horwitz sugiere que las imperfecciones del mercado no existen o -por lo menos- no son relevantes- porque como es evidente, los mercados perfectos son imposibles en vida real. Bueno, esto ya lo habían dicho los economistas austriacos y yo mismo lo he repetido en ete Templo del Ocio, la diferencia es ue Horwitz lo dice mejor y más claro. Para los que no leen inglés les hago un resumen porque vale la pena.Supongamos que me imagino un mundo donde los humanos pueden batir sus brazos y volar. Sobrevolando el mundo y mirando hacia abajo nuestra realidad, veos toda clase de "defectos" en el mundo terrestre. Basta pensar en los recursos que gastamos en combatir la gravedad (aeroplamos, ascensores, gruas, etc.). ¡Cuan imperfecto es el mundo que nos obliga a gastar recursos en todo eso!. Todos podemos ver que ese es un argumento tonto, pero es menos tonto que los argumentos que presentan los socialistas sobre las "imperfecciones" del mercado y que los argumentos de Marx contra la explotacion y la alienación
A partir de los 1950s y 1960s el número de economistas que creen en la planificación central marxista ha disminuído notablemente. Pero apareció un truco usado por la mayoría de los críticos del capitalismo: hablar de las "fallas de mercado" ¡la estrategia retórica es exactamente la misma del marxismo contra la explotación y la alienación!. Lo que consideran "fallas de mercado" solo son "fallas" porque el economista se sitúa en un lugar hipotéticamente perfecto de equilibrio general competitivo, observando como el mundo real falla en llegar a ese modelo. Los mercados del mundo real están condenados a ser imperfectos o "fallados" porque no vivimos en Utopía, no porque falte planificación o controles, sino porque se confrontan con un equilibrio ideal imposible. Estas solo son imperfecciones si se colocan en un futuro perfecto, hipotetico, tal como lo hizo Marx.
Lo copié más o menos textual porque el ejemplo estaba muy bueno. Para poner el asunto en contexto hay que recordar el argumento neosocialista que dice que "el mercado tiene fallas" y por lo mismo el estado debe intervenir "corrigiendo" esas fallas. Este argumento ha sido hábilmente difundido por Joseph Stiglitz y es casi mainstram en la opinión politica contemporánea.
Las correcciones de mercado incluyen una lista enorme, que empieza con las leyes antimonopolio, los subsidios, la maraña de regulaciones, los impuestos específicos para "castigar externalidades", las medidas de igualación y redistribución estatales y muchas más. Todas dirigidas a traspasar la resposabilidad individual a una responsabilidad del estado.
Es el truco común de las críticas a la libertad economica: exigen llegar a una situación irreal, imposible, con eso justifican exigir soluciones que no funcionan y solo sirven para alimentar intereses particulares o corporativos. Y los giles se lo creen.

















