20 diciembre 2005

La Estela Raval chilena


Me han pasado muchas cosas divertidas con mis amigos, pero cuando nos queremos reir de verdad mi historia favorita es la de la Estela Raval chilena. La cosa según recuerdo fué más o menos así:

Habíamos empezado una oficina de consultoría y partimos con el pie derecho, con varios trabajos amarrados de antemano lo que elevó nuestro entusiasmo al punto de querer expandirnos, y así nos fuimos para Iquique con uno de mis socios para abrir nuestra primera sucursal.

Como la buena suerte no viene sola, justo un par de días antes mi socio había recibido una millonaria indenmización equivalente a un año de muy buen sueldo para la época, las cosas no podían andar mejor. Y así llegamos a Iquique gastando como marineros borrachos; buenos muebles, mejor oficina, comidas suntuosas y todo lo demás.

Llegó la noche y convinimos que la inauguración había que celebrarla como caballeros, así es que nos fuimos al mejor strip-club de la ciudad, el Foxy, que casualmente era de propiedad de un amigo nuestro. Al pedir la primera botella de champaña las chicas llegaron como moscas atraídas por la miel. La champaña es el trago más caro que se puede conseguir en un lugar de esos y a la primera botella siguió otra, y otra y otra más.

De madrugada ya eramos los reyes del lugar. Y entonces empezó el show, los típicos strip-tease, bailes en la barra y para coronar la noche aparece la Estrella Raval chilena que imitaba a la famosa cantante pero en esos años ya era más madura, con el pelo platinado y gordita. El local enloqueció, la imitadora cantaba realmente bien y le coreamos cada una de las canciones:
Como antes, más que antes te amaré
por la vida yo mi vida te daré
será un sueño para mí si vuelves conmigo
y tus manos con mis manos acariciar

En fin, el lugar, las chicas, el canto y el champagne nos tenían emocionados hasta las lágrimas, imposible describir la felicidad del momento, había que estar allí. Pero la noche era joven y seguimos tomando y bailando alegremente hasta que a mi socio se le ocurrió que teníamos que invitar a dos chicas y partir enseguida para el oasis de Pica (a unos 100 km de Iquique). Yo le dije que ni muerto manejaba en ese estado pero una de las chicas que estaba perfectamente sana dijo "eso no es problema, yo manejo".

Y así fué como salimos, con la música en el alma y el corazon contento, al entrar al auto mi socio me dice "Tomachin, enciéndete la radio", pero el auto no tenía radio desde hacía años. Mi socio se bajo diciendo "no se preocupen, vuelvo en un momento".

Y volvió, pero con la Estela Raval Chilena y tuvimos que acomodarnos para hacer espacio a la cantante. Y así fué como salimos rumbo a Pica, felices, cantando a todo pulmón:
Eres diferente, diferente
al resto de la gente que siempre conocí
eres diferente, diferente
por eso al conocerte me enamoré de ti
Tus ojos tienen un color distinto
al gris de la hierba y al verde del mar
tus labios besan de un modo distinto
y estar a tu lado es como soñar

Nunca ese auto había tenido gente tan felíz como esa noche, llegamos a Pica de madrugada tocando la bocina y despertando a la mitad del pueblo, llegaron los carabineros pero entre las chicas y la Estela Raval chilena los apaciguaron, así es que nos fuimos derecho a la cocha de aguas termales a pegarnos una zambullida.

Hasta ahi todo bien, pero la señora que no paraba de cantar ni un maldito minuto poco a poco empezó a repetir el repertorio, mal que mal no era infinito:
Tú eres para mí destino de mi amor
 y siempre fiel a ti mi corazón latió

Adonde íbamos aparecía la cantante, pegada a nuestras espaldas respirando en la nuca. Para colmo se le acabó el repertorio y empezó a repetir una y otra vez las mismas malditas canciones. Diablos, ya se nos había acabado el efecto del champagne, no así a la Estela Raval que había llevado su provisión de trago y nos seguía a todos lados como una sombra, cantando a voz en cuello. Habíamos arrendado una cabaña y la gente miraba sin entender nada, las dos parejas con una señora que nos seguía cantando a voz en cuello para todos lados.

Era una situación desesperada, dentro de la fiesta seguramente se consideraba obligada a pagarnos la invitación con canto y nosotros no encontrabamos manera de convencerla para que se callara. Las chicas que nos acompañaban se fastidiaron y desaparecieron. Nosotros -me averguenza reconocerlo- tampoco nos portamos como caballeros, nos arrancamos en un descuido y nos fuimos de Pica para nunca más volver.

Pero las malas acciones tienen consecuencias, seguro que la Estela Raval chilena nos lanzó alguna clase de maldición gitana porque desde ese día empezamos a tener problemas, al final despues de un año de buenos ingresos pero con gastos inmensamente superiores decidimos terminar amigablemente con la sociedad, y todos tan amigos -o más- hasta el día de hoy.

Y esa fué la triste historia...

8 comentarios:

  1. wajajajaja, puta lo que ganan se lo gastan salúd.

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  2. Tomas, otra vez dejaste el post a medias...yo me imaginaba sexo, lujuria y vasos por doquier en la cocha de pica...

    Saludos,

    Robert ¿Conde Dipolo? WTF¡¡¡

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  3. Nervio, gastamos como el triple de lo que ganábamos, los socios ersn cosa seria ;-D

    Robert, la historia no se puede contar con tanto detalle, podrían haber moros en la costa. Con lo de Sir Robert me acorde de mi amigo el "conde dipolo" jajaja, saluti!

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  4. Pasaba y llegue de casualidad, que buena historia!!!

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  5. jaja! para nosotros también fue muy buena hasta que se nos pasaron los efectos de la champaña!!!

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  6. Que historia más NO TA BLE, que manera de reírme.

    Saludos

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  7. Me quede pegada leyendo... Y eso fue el 2005??

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  8. jajaja nooo fue mucho antes, como a finales de los ochenta

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"Send me a postcard, drop me a line
Stating point of view
Indicate precisely what you mean to say
Yours sincerely, wasting away
Give me your answer, fill in a form
Mine for evermore
Will you still need me, will you still feed me
When I'm sixty-four"