30 diciembre 2025

Y se termina el año

No se preocupen, esta vez no iré a pedirle a Gemini que me prepare una entrada, a pesar de que no me ha pasado nada y no tengo nada interesante que contarles. Otro precioso y aburrido día de verano.

Fui a hacer las compras para el Año Nuevo y mi cumpleaños. Tuve la mala idea de decir en la casa que iba a hacer un asado y, además, invité a mis amigos a otro asado para mi cumpleaños el 6 de enero; ambas ideas me entusiasmaron en su minuto. 

Hasta que me acordé que jamás me ha salido bien eso de poner carne en la parrilla: siempre que lo he intentado, hasta donde yo recuerde, la carne me ha quedado carbonizada y dura como piedra. Ahora estoy como loco viendo tutoriales en YouTube, a ver si esta vez me funciona.

Lo que en principio iba a ser diversión se me ha convertido en una preocupación y un problema. De partida, compré un par de costillares de cerdo, porque los billetes están escasos y yo justo estoy en medio de un plan de ahorro. 

En fin, no tengo idea de cómo lo voy a hacer, pero supongo que de alguna manera se me va a solucionar el problema. Ah, también aproveché de comprar mi autorregalo de cumpleaños: una botella de Prosecco que me costó un ojo de la cara.

Me la voy a tomar la noche anterior, solo, en un vaso largo con harto hielo. Para el Año Nuevo también tengo reservada una de champaña que me tomaré en cuanto la Pilar salga a saludar a su familia y el Tomás Jr. se vaya a la casa de su enamorada. Sin duda las disfrutaré.

También pasé a comprar unos herrajes para instalar la hamaca que encontré ordenando las toneladas de cosas viejas. Tengo grandes esperanzas puestas en esa hamaca para este verano y creo que ya tengo una idea de cómo instalarla.

¿Qué podría decir del año 2025 que nos deja? Fue un año muy feliz; empezó y terminó muy bien, no tuve dramas ni preocupaciones. Yo sé por amarga experiencia que los días felices no duran mucho, pero trataré de estirar el chicle lo más que pueda. 

Ojalá todo siga igual por un largo tiempo, en lo posible hasta que estire la pata. Pero el diablo siempre ve la manera de meter su cola; en fin.

Es hora de tomar mi onza de whisky, solo para fines medicinales, claro. Como siempre pasa por estas fechas, estoy volviendo a transitar por los sanos caminos del alcoholismo. Recuerden que tengo dos amigos muertos de cirrosis y uno de sobredosis. Pero un verdadero chilote no le teme a la muerte; permiso y ¡salud!

En ocasiones como esta me acuerdo de mi amigo Tom McDonnell, cuando andaba de doctor en doctor y ninguno le encontraba el cáncer del que finalmente murió. Yo iba de traductor entonces, y todos los médicos le preguntaban lo mismo: "¿Fuma?". "Oh, no, desde hace veinte años". "¿Bebe alcohol?". "¡Santo cielo, claro que no!". 

Es como si estuviera viendo la cara de escandalizado que ponía. Yo, que sabía que el Tom era uno de los borrachos más profesionales que he conocido en mi vida, me atragantaba de la risa y evitaba mirarlo para no explotar y echarle a perder el chiste. Era uno de los amigos más divertidos que he tenido.

Bueno, estaba hablando del año que se va. Además de tranquilo y satisfactorio, me deja algunas grandes alegrías. He visto, por ejemplo, que se cumplió mi intuición de que en Chile la gente se había corrido, al fin, a la derecha. 

La elección de Kast como presidente y la cantidad de parlamentarios republicanos y nacional-libertarios me trajo una gran alegría. Tengo muchas esperanzas en algunos nombres que están llegando al parlamento, en especial en el general Enrique Bassaletti, que creo que es una de las mejores incorporaciones a nuestra política que he visto. Me imagino que que será un excelente diputado.

Me escribió hace algunos días un amigo de Estados Unidos interesado en la política chilena y me preguntaba cómo veía yo la cosa. No quise exagerar; le dije que estaba cautelosamente optimista. Que tal vez se diera la oportunidad para que llegaran muchas inversiones mineras, me refiero a proyectos nuevos de exploración y extracción. Si se maneja bien eso, todos los problemas económicos podrían arreglarse.

En fin, quiero creer que estamos frente a una oportunidad única porque la opinión pública podría estar dispuesta a apoyar algunas reformas estructurales que pueden ser dolorosas: reforma del Estado, del Poder Judicial, de las policías y del sistema carcelario. 

Vamos a ver si se da el milagro 2.0. El primer milagro fue cuando los militares se tomaron el poder en 1973 y, en lugar de convertirse en gorilas que arruinaran el país, hicieron un gobierno de restauración del orden y prosperidad.

¿Podrá volver a hacerse esto pero en democracia? Nadie lo sabe. Fujimori lo hizo en el Perú, aunque después lo arruinó todo, pero mostró que sí se pueden hacer cambios estructurales en democracia. Vamos a ver si un gobierno de Republicanos puede hacerlo en Chile. Como les decía, estoy moderadamente optimista.

P. D.: Les dije que no iba a usar Gemini. Mentira: lo usaré para chequear la ortografía y puntuación.

2 comentarios:

  1. "Es como si estuviera viendo la cara de escandalizado que ponía. Yo, que sabía que el Tom era uno de los borrachos más profesionales que he conocido en mi vida, me atragantaba de la risa y evitaba mirarlo para no explotar y echarle a perder el chiste. Era uno de los amigos más divertidos que he tenido."
    Malo mentirle a un Doctor... muy mal habito.

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    1. Bah, la broma era tan buena, pero TAN buena que valía 100% la pena mentir

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