La madre de todas las batallas

Para los que creen que la nacionalización de los hidrocarburos es cosa importante en Bolivia se equivocan. Era algo inevitable y finalmente resultó mucho menos traumático que lo que se pensaba, pese a la teatral utilización de los soldados para ocupar las instalaciones. Ni siquiera la reforma agraria, que seguramente será el próximo paso que Evo necesita dar para cumplir con su programa, tendrá la importancia de la madre de todas las batallas que se avecina: la restauración de los cultivos de coca en el Chapare y los Yungas.

Existe una situación histórica con el problema de los cultivos de coca, un nudo gordiano que solo se podrá cortar de un tajo y es sin duda el más importante de los problemas de Bolivia. Si resistimos la tentación de hacer una cuestión moral del asunto vemos que hay una relación directa de causa-efecto entre la aplicación del Plan Dignidad, también conocido como Cero Coca por el General Banzer, continuado por Quiroga, Meza y Rodriguez y la hecatombe económica-social que echó por tierra más de diez años de prosperidad y bienestar que tuvo Bolivia en los ochentas.

La posición pública de Evo va por dos frentes: asegurar el derecho de cada familia en las zonas cocaleras a explotar un cato de coca y luchar por la legalización total del cultivo y uso de la hoja de coca, sin restricciones.La primera medida es soberana y no es difícil de aplicar: un cato de coca consiste en un terreno de 1600 metros cuadrados por familia y posiblemente ya sea realidad para muchos cocaleros a pesar de la actual ley que restringe el cultivo. Aplicar el cato de coca no cambiaría mucho las cosas excepto porque Evo ha propuesto que el asunto sea autoregulado porn las propias comunidades: obviamente se tratará de mantener las apariencias pero las familias comenzarán a fragmentarse para tener derecho a más superficie y si solo hay autoregulación todo el asunto se convertirá en un chiste, los cultivos volverán a sus niveles de los años ochenta.

Yo creo que la agenda privada de Evo está volver a la cantidad de hectareas cultivadas de los ochenta, lo que le resolvería los problemas económicos y sociales a decenas de miles de familias,. Como esto no puede declararlo explicitamente sin traer duras sanciones de parte de USA es que está promoviendo el cato de coca y la autoregulación para mantener las apariencias.

La segunda propuesta: legalizar el cultivo y uso de la hoja de coca es una utopía que está más allá de su brazo, la corriente mundial, empujada por todo el poderío político, económico y militar de USA empuja hacia la prohibición, hay una postura casi religiosa al respecto donde más que argumentos se usan dogmas y posturas morales inflexibles para demonizar el uso de drogas. Nada que hacer en ese aspecto.

El argumento que usa Evo para defender los catos de coca no es moral sino práctico: dice que nunca permitirá la libre plantación de coca en Bolivia porque los precios de la hoja se irían al suelo perjudicando a los propios cocaleros, que serían sustituídos por peones al servicio de grandes plantaciones de propiedad de los narcotraficantes. O sea la idea es producir menos pero más cara y en forma artesanal. No deja de tener su lógica el asunto.

En fin, ya veremos que pasa cuando el cultivo de coca se empiece a disparar y se vuelva a los niveles de los años ochenta, creo que esa va a ser la prueba más difícil para el gobierno de Evo Morales, al lado de eso, todo lo demás va a ser juego de niños.

¿Y creyeron que iba a poner una foto de Evo Morales? ni muerto, un asunto tan latoso como este, tiene que ser necesariamente amenizado con una buena foto como la que tomé en La Lisera a este bombón que es mi amiguísima Paola, a la que no veo desde hace más de un año ¿que será de su vida? ojalá que estés bien Paola y si vez esto mándame una postal.