El Principe

Un domingo más en aburrilandia. Me pasé casi todo el día durmiendo para recuperar el sueño perdido, reviso el mail con un par de noticias buenas, otras malas y mucho spam, la campana de Gauss se sigue cumpliendo exactamente y me pasan cosas buenas y malas en proporción casi idéntica, lo curioso es que resulta más fácil olvidarse de lo bueno que de lo malo.

Anoche conversábamos con el Oscar sobre las cosas que despreciamos, y yo le decía que al pasar los años me he puesto cada vez menos crítico de las demás personas. O dicho de otro modo, espero cada vez menos de la gente. Antes valoraba mucho la lealtad, pensaba que era fundamental en mis relaciones, pero no es así, si fuera estricto en eso no tendría amigos porque la mayoría de mis amigos me han hecho alguna vez una jugarreta. Es la naturaleza humana, somos todos decentes hasta que nos vemos en un apuro; ahí viene el sálvese quien pueda y se olvida la corrección y todo eso. Lo he visto un montón de veces. La lealtad absoluta no existe, solo hay grados de lealtad.

Lo bueno -o ,malo según desde donde se mire- es que yo tengo un karma muy fuerte y cuando me hacen una jugarreta la maldición de Bradanovic les cae con tutti, es increíble porque muchas veces yo ni siquiera me enojo, sigo igual de amigo e incluso me preocupo de ver como la mala suerte se ensaña contra el canalla. Podría contar un montón de casos pero mejor muero pollo para proteger a los inocentes. No hay peor negocio en el mundo que estafarme o quedar debiéndome plata.

En fin, yo soy un convencido del karma: todas las equivocaciones se pagan, con altos intereses, uno cree que es mala suerte pero basta mirar un poco para atrás y nos damos cuenta que es el puro efecto de la Ley de Acción y Reacción, no es Dios haciendo justicia ni el diablo metiendo la cola, no creo que nada de eso exista, es simplemente la Ley de las Causas y Efectos.

Lo malo del Karma es que no parece ser simétrico: cuando uno hace cosas buenas o acertadas normalmente no recibe ningún premio, pero las equivocaciónes reciben castigo inmediato, los aciertos funcionan al crédito pero los errores al contado, es curioso. Por eso yo siempre estoy dispuesto a hacer pequeños favores o cosas por el estilo a personas que no conozco, los favores son gratis, si esperamos retribución no estamos haciendo un favor sino solo un negocio: toma esto y me das esto otro. Eso no sirve.

Pero si creo que hay una especie de efecto a más largo plazo, cuando uno hace muchos, muchísimos favores entonces empieza, con el tiempo a recibir gratis, incluso desde gente que ni conocemos; dimos gratis y después empezamos a recibir gratis. Eso y la reputación son los activos más importantes que uno puede acumular en esta perra vida. Si bien es cierto que la buena reputación no se come, la mala reputación atrae la mala suerte. Eso creo yo al menos.

En fin, seguiré releyendo El Principe, un libro inteligente y claro como pocos, mucha razón tenía Maquiavelo cuando escribió "Porque de la generalidad de los hombres se puede decir esto: que son ingratos, volubles, simuladores, cobardes ante el peligro y ávidos de lucro. Mientras les haces bien, son completamente tuyos: te ofrecen su sangre, sus bienes, su vida y sus hijos, pues --- como antes expliqué ---ninguna necesidad tienes de ello; pero cuando la necesidad se presenta se rebelan