Tenemos una discrepancia con mi suegro don Pepe sobre la fecha de la foto; el dice que es de los sesentas y yo que es de principios de los setentas, porque recuerdo el show de "Neutrón" (un gigante que simulaba ser robot y a control remoto desnudaba a la bailarina ¿sería esa misma bailarina mi querida tía Silvia, vedette famosa de aquellos tiempos y que me cobija en su casa cada vez que estoy arruinado?, si la vuelvo a ver le preguntaré por la foto y seguro que tendrá muchas historias que contar.
Igual que el garzón, que con su mejor pinta de choro, cigarro en mano espera la llegada de los clientes. Se trata -claro está- de don Filimón Valenzuela que hasta el día de hoy sigue trabajando como garzón en un restaurant de Lynch con Maipú. ¿Quien no lo recuerda, igual que a Mario Vega, el capo de los garzones del Manhattan?, también anda por ahí trabajando de lo más bien...y después dicen que el copete y el cigarro hacen mal...
Mil historias tiene el Manhattan y en la entrada, a la izquierda del garzón estaba la muralla pintada con las huellas de manos y pies de los clientes más famosos. En el Manhattan conocí la antigua bohemia y a la gente de la noche, generosos y alegres. En fin, algún día encontraré las fotos que nos sacamos cuando hicimos -en privado- el último show de la historia del Manhattan con mi amigazo el guatón Jimenez y unas amigas que todavía andan por ahí. Tiempos aquellos que no volverán.
Qué foto la del Manhattan. Me recuerda la época de los sesenta donde fui cliente asiduo. Me parece ver a Freddy Tuca, por ahí. O las veces que eludimos con amigos la famosa "comisión de alcoholes" por los muros de adobe en el trasfondo de la "boite".
ResponderBorrarYa me puse viejo. Se me anudó la garganta...
Yo picotié por esos lados entre el 74 y el 77 cuando ya estaba en la decadencia máxima, igual pasé momentos inolvidables, don tino Ortiz trató de mantenerlo a flote hasta el final y después quedó administrado por los garzones el año 76 o 77 (no recuerdo bien), esa fue la vez que fuí al baño y habia un tipo acuchillado a todo lo largo del urinario. Mi última visita del Manhattan en funciones.
ResponderBorrarEn fin, igual que nosotros los negocios nacen, crecen, se desarrollan, decaen y mueren. Igualito que nosotros jaja
Aunque todavía queda el Rosedal, vivo y próspero gracias a los azapa boyz. Con el mismo dueño de siempre (no recuerdo su apellido en este momento, una vez me escribió su hijo). Ariqueño de tomo y lomo, bien por ellos!
ResponderBorrar